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Destacado: En cines comerciales 'Anora' Palma de Oro en Cannes
  El tiempo que queda  (Le Temps qui reste)
  Dirigida por François Ozon
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Presentada en la sección Un Certain Regard de Cannes 2005.

Extracto entrevista con François Ozon
¿Qué te inspiró para contar la historia del viaje de un joven hacia la muerte?
Todo empezó con una idea que tuve para hacer una trilogía sobre el luto. La trilogía comenzó con Bajo la Arena, un melodrama "sin lágrimas" sobre manejar la muerte de un ser querido. El Tiempo Que Queda es sobre manejarse con la propia muerte. Y la tercera parte, que haré algún día será sobre la muerte de un niño.

En Bajo la Arena, la muerte es tratada como una cuestión abierta. En El Tiempo Que Queda la negación no es una opción. La película nos remite rápidamente a la muerte de Romain...
En Bajo la Arena, la muerte de Jean no es confirmada, con lo que podemos elegir no creer que ha pasado. En El Tiempo Que Queda la muerte es una realidad definitiva. No quería dejar lugar a la ambigüedad sobre las posibilidades de supervivencia de Romain, no hay ninguna. Por eso elegí un cáncer terminal. Y el hecho de que el personaje sea un hombre joven hace que la enfermedad sea aun más cruel. No hay suspense ni misterio sobre esto. Al contrario que en Bajo la Arena, donde vemos como Jean se ahoga pero no vemos ningún cuerpo. Con El Tiempo Que Queda quise ver el cuerpo desintegrándose, quise acompañar a Romain en su viaje hacía la muerte y explorar las distintas fases que atraviesa, de la ira a la negación hasta la aceptación.

Uno podría haber pensado que Romain tenía SIDA en vez de cáncer
Necesitaba una enfermedad sin remisión, y afortunadamente hoy se puede vivir con SIDA. De todas maneras aun no me siento capaz de hacer una película sobre el sida. Lo haré algún día, cuando tenga una perspectiva sobre el tema. El Tiempo Que Queda está marcada por la ansiedad que mi generación ha experimentado en relación al SIDA. Nuestro despertar sexual vino de la mano de una conciencia sobre la muerte y la enfermedad.

Extracto entrevista con Melvi Poupaud
¿Cómo conociste a François Ozon?
François me pidió que hiciera unas pruebas para Gotas de Agua Sobre Piedras Calientes pero lo rechacé, nuca me gustaron las pruebas, especialmente cuando no conoces al director y no has leído el guión. En ese tiempo pensé que estaría enfadado conmigo. Pero me volvió a llamar para 5x2. Yo era demasiado joven para el personaje, pero congeniamos y eso nos dio la oportunidad de hablar sobre el tema de las pruebas. Sentí una conexión con él, así que comencé a fijarme en sus películas. Me gusta la posición inusual que tiene dentro del cine francés: rueda a menudo y su estilo siempre está cambiando, pero se mantiene personal. Nos vimos de nuevo en una exposición donde mostraba mis videos. Y un día me propuso hacer una película con él. No tenía el guión aún, pero quería trabajar conmigo. Pasamos tiempo juntos y cuando tuvo el guión escrito me lo mostró.

¿Cuál fue tu reacción hacia el guión?
Me conmovió. Realmente me identificaba con el personaje. Inmediatamente me di cuenta de donde venía, en sus relaciones con otras personas, con sus padres, por ejemplo. La necesidad de Romain de sentirse cercano a su padre es algo similar a algo por lo que yo pasé cuando tuve a mi hija. La escena en el coche, realmente me llegó al leerla. Me identifiqué con Romain particularmente porque desde pequeño siempre he pensado un montón sobre la muerte, y siempre he sentido que la forma en que nos relacionamos con la muerte es un asunto muy privado y personal. Romain se niega a dejar que su muerte salpique a otros. Prefiere pasar por todo él solo. Lo guarda para si mismo, como un secreto. Y luego están las visiones de sí mismo de pequeño. En mis propios videos, a menudo utilizo imágenes mías que filmé cuando era un niño, las traigo al presente. Además el hecho de rodar en una playa en Bretaña y que Marie Riviére interpretara a mi madre reforzó la impresión de que el papel estaba hecho a medida para mi. Inmediatamente llamé a Francois para decirle que estaría muy feliz de interpretar a Romain.

¿No te puso nervioso que la película se centrara totalmente en tu personaje, y por tanto su peso descansara sobre tus hombros?
Si, pero también me hizo sentir mas orgulloso y entusiasta. Realmente quería este papel. Vino en un momento perfecto, hace muy poco que me he sentido lo suficientemente maduro como actor para pasar al siguiente nivel. François no ha hecho muchas películas y creo que todas son importantes, en particular ésta por su cercanía al personaje que interpreto. Cuando vi Swimming Pool, ya me pareció que François había puesto mucho de sí mismo en el personaje de Charlotte Rampling. Y ahora con El Tiempo Que Queda, me lo parece mas todavía. Me parece muy valiente por su parte poner tanto de sí mismo en un personaje. Como actor me gusta interpretar un papel que es un reflejo del director.

Extracto entrevista con Jeanne Moreau
¿Cómo te involucraste en la película?
Siempre me han interesado las películas de François, y un amigo en común nos presentó, Jean-Claude Moireau, que es el encargado de foto fija de François y también escribió mi biografía. François y yo hablábamos por teléfono de vez en cuando, y sentía como si le conociera, como si fuera un hermano. Bueno, un hermano pequeño. Él sentía lo mismo. Me decía que un día teníamos que hacer una película juntos. Y entonces un día me llamó a propósito de El Tiempo Que Queda. Me dijo cual era el tema de la película y dije "espero que no sea el papel de la abuela", y me dijo "sí, lo es". El guión no era tan importante para mí, porque para mí Francois es una persona y un director magnífico. Es un "réalisateur" no un "metteur-en-scéne".

¿Cuál es la diferencia?
El segundo es alguien que pone las cosas en su sitio, organiza. Un réalisateur es alguien que pone su imaginación en algo real. Esta película es un trabajo de ficción, pero toda ficción se vuelve autobiográfica cuando el autor tiene verdadero talento. Cuando Cézanne dice "Esta es mi manzana", debes creerlo, como todas las grandes películas El Tiempo Que Queda es una confesión. Al verla , a veces la cara de Francois aparecía por encima de la de Melvil en los planos muy cercanos. Es fantástico correr el riesgo de acercarte tanto a tus deseos, expresar tu obsesión de manera tan absoluta. Creo que François se ha abandonado a sí mismo en esta película mas que en las anteriores. Para mí, El Tiempo Que Queda es una serie de confesiones sobre las relaciones de familia, el rechazo al compromiso, el rechazo a plegarse a las ideas convencionales sobre como podemos evitar que nuestros seres queridos sufran. Para poder dar y recibir amor tienes que estar en contacto con el dolor, debes ser capaz de provocarlo y de sentirlo. Cuando Romain abandona a su abuela, que representa el amor para él, es como alejarse de su cercanía, de su ósmosis potencial.

¿Qué hay del encuentro con la pareja en la parada de camiones?
Es un encuentro casual que puede ocurrir en cualquier sitio, estando ocupado en tus asuntos, tomando un café. La escena donde Romain y la pareja se separan tras firmar el testamento es hermosa. Tras este regalo, este gesto, esta intimidad, se enteran de que Romain está condenado a morir, y el marido, intentando aliviarle, le desea buena suerte. Para mí, la película es sobre el rechazo a estar rodeado de otros mientras se está negociando el dolor final. Ir a una playa con el sol poniéndose es abrazar tu soledad. Esto ha estado presente en el trabajo previo de François, pero es particularmente poderoso en esta película.