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  Despierto  (Awake)
  Dirigida por Joby Harold
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Los síntomas son espeluznantes: dolores agudos en la espalda y en los costados que se propagan al abdomen y las ingles; sangre en la orina; fiebre y escalofríos; nausea y vómitos. Los pacientes a menudo describen la experiencia similar a la de ser apuñalados en la espalda con un cuchillo de cortar carne.

Durante el tratamiento de estos síntomas—por una piedra en el riñón—el guionista y director Joby Harold concibió la idea de un thriller basado en el dolor. "Era la experiencia física más dolorosa que podía imaginar. Durante seis horas fue una tortura insoportable, hasta el punto de que llegué a exasperarme. Perdí el control de mi mente, y volví a mi infancia. Pensé en mis padres y en mi mujer y en las cosas que realmente me importan, y justo en medio de esa fase, justo entonces, tuve una idea".

Esta idea acabó convirtiéndose en Awake, un thriller con Hayden Christensen, Jessica Alba, Terrence Howard y Lena Olin. La película nos muestra a un hombre joven y próspero pero con problemas de corazón serios y una complicada vida amorosa que, justo cuando va a someterse a una operación que podría cambiarle la vida, experimenta lo que se conoce como "percepción intraoperativa": aunque el paciente está paralizado por la anestesia, puede ver, oír y, lo que es peor, sentir todo lo que le ocurre.

"La mayoría de los thrillers psicológicos son experimentados por el público de forma generalmente pasiva", comenta Harold, que debuta como director con Awake. "El motivo central de Awake es llevar al público al interior de la conciencia de este hombre mientras experimenta este horrendo suceso".

"En la mayoría de los thrillers", prosigue Harold, "el público ve al protagonista en un pasillo y sabe que el peligro está a la vuelta de la esquina, donde acecha el villano. En nuestra película, por el contrario, lo que espero conseguir es trasladar la experiencia de Clay al interior de las cabezas del público. Estamos intentando que la experiencia sea tan visceral e inmediata como sea posible, de manera que el público pueda sentirlo en directo, como una atracción de feria".

En una tarde de otoño fría y luminosa, Harold, Hayden Christensen y un experimentado equipo de producción de Nueva York, entre los que se encuentra el director de fotografía de Titanic, trabajan para conseguir una escena en la que el dolor sea visualizable físicamente. La localización es el interior del famoso hospital de Manhattan, el Bellevue Hospital. Estamos en un piso alto que da al East River. Luces fluorescentes iluminan suelos de linóleo. El lugar tiene un silencio sepulcral. Entonces es cuando la pesadilla comienza. Quizás sea bueno que esta parte del Bellevue esté a punto de ser reformada y que ya no queden pacientes. Los horribles gritos de Christensen destrozarían el bienestar de cualquier ser humano.

Después de la epifanía que tuvo Harold durante su episodio con la piedra en el riñón, le llevó una semana tener un primer borrador de Awake, y en otros tres meses pudo ocuparse de la investigación y de construir la narrativa.

"Hablé con unas cincuenta personas, entre enfermeras, cirujanos y doctores - casi cualquiera con formación médica", comenta. Harold había estado desarrollando otra película en Open City Films y, después del episodio de la piedra, Harold volvió a Open City con la idea de vender el proyecto de Awake, enfocándose más en el gancho narrativo de la percepción intraoperativa. Open City Films acogió el proyecto con gran entusiasmo y procedió a desarrollarlo con Harold durante dos años.

Mientras Awake iba cobrando forma, Vicente y Kliot le hablaron del proyecto a Vicky Cherkas, un ejecutivo en otra productora de la ciudad, Greene Street Films. Cherkas se lo comentó a sus colegas Fisher Stevens y John Penotti y, en respuesta a su entusiasmo, decidieron incorporarse al proyecto junto a Open City.

"El guión me cautivó totalmente, al igual que a John Penotti y a todo el equipo de GreeneStreet", explica Stevens. "Era una de estas películas únicas, algo que, como empresa, no habíamos hecho antes y que, como espectador, no había visto nunca. Nuestra prerrogativa habitual es que sea el guionista el que dirija su propio guión y estaba claro que Joby estaba listo para dirigir".

"Desde ese momento hice muchos viajes a Los Angeles para reunirme con gente como Hayden y Jessica, reuniendo al reparto adecuado que hiciera que todo el mundo se sintiera a gusto con el proyecto", recuerda Harold. "Cuando piensas en el proyecto que intentábamos llevar a la práctica, Awake, en realidad es una película un tanto experimental y bastante arriesgada", explica. "No hay demasiadas producciones como ésta".

"Pero creo que fue precisamente este caracter único el que nos permitió reunir a un elenco fabuloso, a un director de fotografía magnífico y a un montador increíble. Resulta extraño pensar en toda esta gente tan increíble trabajando juntos en una película nacida de mi propia experiencia con una piedra en el riñón. Al final la película es muuuucho más grande que la piedra, y todo el proceso nos llevó tres años".

"Joby es un guionista impresionante", concluye Vicente. "Si lees sus guiones, todos son muy visuales y parecen nacidos de la mente de un director. Siempre sabe qué se trae entre manos y qué está ocurriendo: entiende a sus personajes, las situaciones en las que se encuentran y todo siempre con un sentido muy visual. Solamente hablar con él ya te hace darte cuenta de que es un creador nato, y lo ha demostrado".

Jessica Alba tuvo la misma opinión cuando leyó el guión de Awake por primera vez hace año y medio. "Para serte sincera, no había leído un guión tan interesante, complicado y fresco en mucho tiempo", comenta Alba.

GreeneStreet consiguió inyectar capital en la película e incorporar a The Weinstein Company al proyecto. A cambio, The Weinstein Company llevó el proyecto a una serie de actores principales. "Harvey Weinstein me llamó y me dijo que tenía un gran guión con un director estupendo", cuenta Hayden Christensen, "y dijo que yo debería hacerlo, así que me reuní con Joby, que ya tenía una idea muy definida del personaje y de la película. Confíe en él enseguida".

"Harvey Weinstein tuvo la idea de elegir a Terrence Howard para interpretar a Jack, el cirujano de Clay, después de ver Crash", comenta Stevens. "Hace al menos quince años que conozco a Terrence y siempre ha sido uno de mis actores favoritos, pero la idea de traerle al proyecto fue de Harvey, y la verdad es que no me imagino a nadie más en ese papel. Terrence y Hayden tienen una gran camaradería, lo cual beneficia mucho a la película".

Si bien la mera idea de la percepción intraoperativa pone los pelos de punta, y Awake es ciertamente un thriller, gran parte del trabajo de Harold como guionista y de Jessica Alba y Hayden Christensen como actores, es el de poner en contexto lo que le sucede a Clay dentro del marco de una narrativa sólida de amor.

"Creo que un elemento sobresaliente de Awake es que, a pesar de que el personaje de Hayden pasa por esta horrible experiencia, la forma que tiene de superarla es básicamente por medio del amor que siente por la chica", comenta Alba. "Todos estuvimos de acuerdo en que ésta tenía que ser la historia de amor más intensa que nadie hubiera visto nunca. Además teniendo en cuenta el agravante de que la relación entre Clay y Sam tiene una fecha de caducidad implícita en la vida de Clay: los personajes no saben qué es lo que les a a deparar el mañana. Aunque el público no lo sabe desde un primer momento, su amor es apasionado y emotivo ya que existe un elemento extraño, que es ese reloj en el corazón de Clay, que nunca deja de contar el tiempo".

"Clay nace en un ambiente de riqueza", explica Harold. "Sam, por otro lado, viene de unos orígenes mucho más humildes. Mientras Clay vive en un mundo ostentoso, Sam es alguien que se mueve en un plano mucho menos material, es una persona más abierta y creo que eso es lo que Clay encuentra atractivo de ella. Cuando está con ella, está en una pequeña burbuja, y es como si tuviera que aguantar al respiración hasta que vuelve a su entorno".

Para Jessica Alba, interpretar a Sam ha sido un cambio bienvenido. "Por distintas razones, se me ha contratado siempre para hacer grandes producciones comerciales", nos comenta. "En este negocio parece que cuanto más grande es la película, cuanta más gente hay implicada en la historia, cuanto más dinero se mete, más se disuelven los personajes. Con Awake, es estupendo poder interpreter a un personaje real que tiene que tomar decisiones reales, con una serie de motivaciones de relativa complejidad".

Para la última parte de la producción, el equipo se trasladó a un plató en los Estudios Kaufman-Astoria en Queens, donde construyeron un set a modo de quirófano, en el que tiene lugar parte de la acción de la película. "Creo que a mucha gente la idea de someterse a una operación les supone un mal trance y la mayoría se pregunta si van a sentir algo o no", afirma Terrence Howard. "Es esa incertidumbre la que hace de Awake un thriller particularmente psicológico".

"Sin duda, la anestesia es una de las más grandes invenciones médicas, pero una de las menos comprendidas", nos explicaba Sandra Blakeslee escribiendo para el New York Times en 1994. "Ya que la naturaleza de la conciencia sigue siendo fundamentalmente un misterio, quizás no sea del todo sorprendente que el arte de dejar a la gente inconsciente siga estando rodeado igualmente de un halo de misterio. Estas lagunas en el conocimiento implican que los anestesistas no tienen un mecanismo fiable para comprobar si una persona está ciertamente inconsciente o no". La ciencia responsable de la anestesia no hace más que sembrar más duda al respecto. "Los anestesistas mezclan más de quince drogas diferentes para producir los efectos deseados", comenta Blakeslee. "Usan opiaceos para bloquear el dolor. Drogas similares al Valium para reducir la ansiedad e inducir la amnesia, un relajante muscular para paralizar el cuerpo y gases volátiles para facilitar el estado de inconsciencia. Este coctel cuenta con recetas específicas para distintas operaciones y también en función del paciente". Howard se preparó para el papel asistiendo a unas diez intervenciones diferentes en el Columbia Presbyterian Hospital. "Es increíble estar ahí dentro viendo un transplante de corazón, mientras la vida de una persona está en las manos de otra".

Para Christensen, los mayores retos en el rodaje de las escenas en el quirófano fueron los mentales. "Cuando estoy sobre la mesa, no puedo interaccionar con nadie, y a la vez estoy intentando averiguar cosas, mientras que todo el mundo ignora mi situación. Intentar sentirse conectado en una escena así es todo un reto, pero creo que el público disfrutará de la posibilidad de meterse dentro de la cabeza de Clay y acompañarle en su experiencia. De hecho", comenta, "espero que sea aterrador".