Hace tres siglos, en un mundo similar al nuestro, un alquimista italiano descubrió accidentalmente los secretos de la ciencia genética. Al hacerlo, el alquimista desencadenó una oleada de virulentas enfermedades contra las que la raza humana lucha todavía.
Otra consecuencia de estos experimentos fue la creación accidental de una nueva raza de personas: los "Hermanos", resultante de una mutación genética provocada por un virus y que sólo se manifiesta en los varones.
Los Hermanos son seres superiores, física y mentalmente, que se han convertido en los guardianes de la ciencia genética y se han dedicado a mantener a buen recaudo el peligro potencial que encierra esa ciencia, hasta que no se la conozca mejor. Los Hermanos también ayudan a la humanidad a combatir las enfermedades que periódicamente asolan el planeta. Se trata de una relación simbiótica: a cambio de su compromiso de preservar la vida humana, los Hermanos sólo piden a la humanidad una cosa: su sangre.
Los Hermanos son vampiros; no de la clase de vampiros que alimenta el mito europeo, sino unas criaturas vivientes de carne y hueso: quizás el próximo eslabón de la cadena de la evolución. Tienen una larga vida: 200 o más años, y conservan su juventud casi hasta el umbral de su muerte, momento en el que experimentan un rápido deterioro, tanto físico, como mental.
Los viejos prejuicios, alimentados por las supersticiones que alimentan a los míticos vampiros, se cuecen en este mundo, aunque desaparecen cuando una nueva y virulenta cepa de gripe se ceba en la población. Los hombres precisan la ayuda de los sabios y ecuánimes Hermanos para librar y ganar esta guerra microbiana.
Entonces surge un problema que amenaza con destruirlo esta armonía. Uno de los Hermanos ha hecho algo que ningún otro Hermano ha hecho jamás: cazar seres humanos. El orden y la convivencia entre las razas se ve amenazado y el viejo mito del vampiro vuelve a instilarse en la mente de los hombres y mujeres.
Si se filtra la noticia, el delicado equilibrio existente entre ambas razas quedará quebrado para siempre. Dadas las circunstancias, los Hermanos intentan afrontar secretamente el problema y comisionan a uno de los suyos, Silus, para que capture al renegado que ha puesto en peligro todo el sistema: su hermano gemelo, Edgar.
Al fracasar en un cometido asumido en solitario, Silus se ve en la necesidad de colaborar con los seres humanos, concretamente, con una mujer policía: Lilly Hour. La mujer es la antítesis de Silus. Se ha criado en los duros e inhóspitos suburbios de Jamestown, que en alguna medida han contribuido a configurar el perfil de su carrera como funcionaria de la policía. La química entre los dos es mutua y casi fulminante. Ambos son buenos y de nobles sentimientos, y los dos intentan conjurar el desastre que se cierne sobre un mundo en declive. En medio de un creciente ambiente de inestabilidad política y social, van a la caza del renegado y, en el proceso, descubren que Edgar se está comportando de manera inédita: se ha convertido en un vampiro de los que alimenta el mito. Y parece estar claro que se convertirá en alguien cada vez más perturbado y peligroso mientras no le paren los pies.
Silus y Lilly consiguen atrapar a Edgar, aunque Lilly resulta herida al intentarlo. En el hospital, ambos disfrutan de un momento de intimidad, antes de que sus caminos se bifurquen. Aunque la vida continúa para ambos, se ha creado un lazo entre ellos.
Con el paso del tiempo, en la sede del Cuartel General de los Hermanos, la mente de Edgar envejece, pero su cuerpo conserva su vigor juvenil. Edgar ha jurado vengarse y ha dicho a Silus que "se los va a beber a palo seco, especialmente a tu pequeña poli". Y todos saben que el monstruo tiene paciencia.
Un día, el monstruo se escapa y se dedica a organizar su venganza contra los que lo han enviado a prisión, y sus obsesiones se centran en dos de ellos. Su querido hermano, Silus, y la mujer que, como bien sabe Edgar, es el objeto del deseo de éste.
En un acto de terrorismo biológico, Edgar libera una enfermedad de diseño genético, decidido a destruir a Silus y a Lilly en la ruta hacia el logro de su designio definitivo.
Al igual que una araña en su red, Edgar atrae a la pareja hacia él e intenta, de paso, emprender la creación de un mundo nuevo: un mundo en el que la nobleza se vea reemplazada por el crimen y en el que la esperanza ceda el paso a la sangre.