Te levantas en mitad de la noche con la sensación de que hay alguien en tu habitación. Te atraviesa un rayo de miedo cuando buscas a tientas la lámpara de noche. Pero cuando enciendes la luz, no hay nadie ahí.
Podrías sentirte seguro
pero sólo por el hecho de que no veas a nadie ahí no significa que no haya nadie ahí. Observando. Esperando. Respirando entre las sutiles fronteras de la realidad y la imaginación. Hay un mundo alrededor nuestro, un mundo que la mayoría de nosotros no consigue nunca vislumbrar - o nunca quiere ver.
De niño, Edward Carnby tuvo una prueba irrefutable de ese mundo. No ha dormido bien desde entonces. Ahora, veinte años después, Edward es un investigador de efectos paranormales. Cuando lo irracional y lo inexplicable se vuelven innegables, allí está. No acude para que cambies de parecer. Sino porque quizás seas el único que pueda salvarte la vida.
Ahora, el gran misterio del pasado de Edward está a punto de convertirse en el caso más peligroso al que se ha enfrentado jamás. Han desaparecido diecinueve personas, y comparten una sola cosa en común - todos han crecido en el mismo orfanato que Edward. Tratando de encontrar alguna respuesta, Edward descubre que se halló un antiguo artefacto de bastante energía de un remoto naufragio. En medio del creciente peligro, recurre a Aline Cedrac, una brillante antropóloga quien también es una antigua novia suya -y la única persona de la que realmente se fía.
En un mundo de viejos demonios, civilizaciones perdidas, conspiraciones oscuras de gobierno, y de amenazas de muerte paranormales, Edward y Aline se alían para enfrentarse al enemigo supranatural diferente a todo lo que han visto hasta ahora
un ser cuya propia existencia podría amenazar la humanidad entera.