Memoria del director
¿Por qué CUBA-LIBRE?
Pues, en primer lugar porque estoy convencido de tener entre las manos una buena historia. Se trata, básicamente, de una comedia. Aunque, a diferencia de la mayoría, CUBA-LIBRE es más compleja y contiene varios niveles de lectura.
Se deja ver como una película divertida, con la que puedes reírte con ganas, pero que también está llena de corrosiva ironía. En definitiva, se trata de recuperar un cierto tipo de cine coral y cercano a la farsa, tradicionalmente muy nuestro y que sirve de vía, a través de la sonrisa, para hablar de algunos temas que, tratados de otra manera, no serían fácilmente digeribles por el gran público.
CUBA-LIBREes una película diferente a las que estamos acostumbrados a ver, es original en sus planteamientos y en su resolución. Es dinámica, una situación desencadena la siguiente de forma continua y natural. Secuencia tras secuencia no dejan de suceder cosas dentro de un ritmo interno ágil e, incluso, trepidante.
El tema que toca es de actualidad y lo suficientemente candente como para que pueda crear una cierta controversia que jugaría, en cualquier caso, en favor del divertimento en primer lugar y, en segundo, de una posible reflexión posterior a la salida del cine.
Las razones por las que decidí poner en marcha la película son muchas, pero quizá la más importante fue la íntima necesidad de implicarme con mi trabajo en una rebelión personal ante situaciones y hechos que implican una sutil manipulación y una pérdida casi imperceptible, pero constante, de las libertades individuales, incluida la libertad de expresión.
Y os aseguro que algo así se puede contar alejándonos del panfleto. Otro cine es posible. Un cine ameno, interesante y divertido pero que tiene poco que ver con las películas, cada vez más frecuentes, perfectamente empaquetadas pero vacías de contenido.
Para bien o para mal, CUBA-LIBREes la película que he querido hacer y mi único mérito en todo esto, es haberlo intentado.