Nuestras leyendas cuentan que vivimos en la antesala del infierno, y, la verdad es que eso tiene poco de mito
cuentan que los hombres desafiaron a Dios y que, en su soberbia, quisieron construir templos tan altos que alcanzaran las moradas de los ángeles... con cimientos tan profundos que abrieron un resquicio que conectaba nuestro mundo con los infiernos.
Cuentan las leyendas que cuando las lágrimas de los penitentes dejan de fluir y los cauces se secan, los demonios que pueblan el inframundo salen a alimentarse, dominan las tinieblas y pueden extenderlas hasta el alma de los mortales... Son sombras, no se ven ni se oyen, pero sus víctimas no dejan ningún rastro.
Según estadísticas recientes, en Moscú viven 10,5 millones de personas. Estos números no incluyen a los que luchan por sobrevivir en su subsuelo, uno de los más habitados del mundo debido a la existencia de una red amplísima de túneles, al frío intenso y al empobrecimiento progresivo de la población.
Los subterráneos de Moscú son el reflejo oscuro y distorsionado del mundo de la superficie. Las personas allí sobreviven han creado su propio sistema de reglas y creencias. ¿Qué pasaría si un día alguien decide meter las narices en sus asuntos?
El antropólogo ruso, Sergei Karpov (Rade Serbedzija), investiga para la Universidad de Moscú la sociedad marginal que habita el submundo y se queda fascinado por las leyendas que circulan en él hasta que un día desaparece sin dejar rastro.
Owen (Vicent Gallo), íntimo amigo y colega americano con el que ha realizado hace poco una expedición, decide ir en su busca y desciende al laberinto de túneles guiándose por los planos que le dejó su amigo.
El submundo es más complejo y variado de lo que él creía; junto a la red de alcantarillado, al metro y a los túneles de mantenimiento, encuentra antiguos refugios de guerra, catacumbas y corrientes subterráneas que dificultan la búsqueda.
Pero
¿Qué oculta el alma oscura de la ciudad? Las leyendas hablan de los seres que allí habitan... de los demonios que surgen de las profundidades, de cómo se alimentan... Las leyendas dicen que el infierno está conectado con su mundo; pero todo el mundo sabe que son sólo cuentos para niños malos
¿O no?