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  Babylon  (Babylon A.D.)
  Dirigida por Mathieu Kassovitz
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Mathieu Kassovitz (Gothica, Los ríos de color púrpura, El odio) dirige Babylon, basada en una novela de Maurice G. Dantec.


Mathieu Kassovitz (Entrevista)

P: ¿Cuándo descubrió la novela de Maurice Dantec, Babylon Babies?

R: Fue en 2002. Siempre he preferido la anticipación a la ciencia ficción. Babylon Babies es conocida por ser una gran novela de anticipación, por eso la leí. La leí en una o dos noches. Y pensé que se podría hacer una buena película… ¡de seis horas con un presupuesto de 500 millones de euros!


P: ¿Entonces por qué abordar este libro “inadaptable”?

R: Precisamente, que Babylon Babies sea considerada como inadaptable la convierte en un reto interesante. Cada persona que lee un libro, lo lee de manera distinta. Leemos las mismas palabras, pero nuestra cabeza funciona de forma diferente. En el cine, todos vemos lo mismo, por lo tanto mi labor consistía en imponer mi visión del libro. El reto era pasar las 600 páginas del libro a 1h30 de película. Por eso tuve que prescindir enseguida de algunas cosas. Eso explica sobre todo el cambio del título por BABYLON: durante la escritura del guión, se fue volviendo cada vez más una película “inspirada por”, que una verdadera adaptación del libro. Ideamos escenas, sistematizamos, creamos montones de artilugios… Aunque utilizamos el recorrido y la historia de base de Marie, la joven misteriosa que escolta Toorop, cambiamos al personaje: concebí a una chica diseñada por ordenador, que posee todo el conocimiento del universo, pero que es esquizofrénica porque desconoce la fuente de ese conocimiento que le devora el cerebro. También le cambiamos el nombre por Aurora: Marie era demasiado simple. Además modifiqué los antecedentes de Toorop. En el libro de Dantec es un chico que a los 17 años decide ir a Kosovo. Yo le convertí en un niño soldado, víctima de todas las guerras desde hacía treinta años. Por otro lado, hay pasajes del libro que son inexplicables en cine. Por ejemplo, en el libro cuando llegan a Montreal permanecen escondidos durante seis meses! No es lógico. Lo lógico es que cuando Toorop llegue a su destino, Nueva York en la película, entregue a la chica. De esta manera condensamos 6 meses en 3 minutos.


P: ¿Por qué el título BABYLON?

R: BABYLON significa la era de Babilonia, la ciudad de todos los pecados. Por otro lado, para los americanos, Babylon Babies podía tener un doble significado: “babies” significa bebés, pero también significa chicas guapas. Y la palabra “bebés” en el título me molestaba: daba demasiada información sobre lo que transporta Aurora.


P: ¿Cuál fue la reacción de Dantec ante estos cambios?

R: En este sentido fue muy abierto. Me dijo: “Tú coge mi obra y haz lo que quieras. Si estoy de acuerdo en darte los derechos a ti es porque me gusta tu punto de vista y tus películas. Y confío totalmente en ti”. Vio que yo respetaba la filosofía del libro, el tema, la historia a grandes rasgos y más bien se mostró interesado por todos los cambios que realizamos mi coguionista, Eric Besnard, y yo. Ahora espero que vea la película terminada y que me diga lo mismo.


P: Sus tres primeras películas fueron guiones originales. Dos de sus tres últimas películas son adaptaciones. ¿Qué es lo que cambia?

R: Nunca me lo he planteado de esa manera. Mi primera película, Métisse, estaba inspirada en la vida que llevaba en aquella época y también en Nola Darling de Spike Lee. Mi segunda película, El odio, se inspira en Scorsese. Todo lo que he hecho ha estado inspirado por cosas que he visto. El interés de una película reside en el resultado final, no en el guión. Cuando leo a Stephen King, ¡me entran ganas de adaptar todos sus libros! Jean-Christophe Grangé, autor de Los ríos de color púrpura, tiene mucho talento ya que tiene la capacidad de inventar historias que yo soy incapaz de imaginar en cine. No tengo ningún problema en inspirarme en una novela. A partir del momento que la adapto, se convierte en mía. Cuando leo y logro pasar de las 10 primeras páginas, por lo general se convierte en un libro que me apetece adaptar (risas).


P: Desde la lectura del libro hasta el rodaje, pasaron cinco años… ¿El montaje financiero resultó difícil?

R: Sí, resultó muy difícil porque los norteamericanos son muy duros negociando. Al principio del proyecto estaba Christophe Rossignon, el productor de mis tres primeras películas. En los comienzos, Éric Besnard y yo escribimos un guión presupuestado en 90 millones de dólares. Entonces Christophe me dijo: “Mathieu no puedo lanzarme en este proyecto porque no creo en él”. Así que nos separamos y me fui a Estados Unidos para producir Gothika. Me di cuenta que para realizar Babylon necesitaba una estrella americana y que debía hacer una película que conquistara la taquilla americana. Joel Silver, productor de Matrix, me propuso hacer Gothika con Halle Berry, la actriz que acababa de recibir el Oscar®, Penélope Cruz y Robert Downey Jr. Funcionó y eso me permitió imponer la estructura de producción de Babylon sin necesidad de ir con mi guión a Hollywood para venderlo a un estudio. Era imprescindible conseguir una coproducción europea para que los americanos compraran la película. Nuestro objetivo era conseguir un presupuesto reducido de 60 millones de dólares: 30 procedentes de Europa y 30 de Estados Unidos.


P: ¿En Hollywood se asustaron con el argumento?

R: No, porque se disimulaba tras numerosas imágenes y escenas de acción importantes y tras una historia con sentido. Abordamos el tema de la religión con los americanos desde el principio, ya que estábamos de acuerdo en eludir bastantes aspectos. Una de mis referencias cinematográficas para esta película fue Blade Runner. No tanto en la forma sino en el fondo. La primera impresión que tenemos cuando vemos Blade Runner es que se trata de una película de ciencia ficción y de acción. Pero en el fondo habla de Dios, de nuestra existencia en el planeta, de la creación… Spielberg hizo lo mismo con E.T., que es una película sobre racismo. Yo tenía ganas de hacer una película de género, de acción, una película de hombres, dura… que representara a la sociedad en la que vivimos. No quería insistir demasiado en el tema religioso, así que debía mantenerme en la acción. Hemos convertido a los religiosos en una secta. Que cada crítica, cada espectador vea lo que hay en el fondo.


P: ¿Cómo eligió al actor para interpretar Toorop?

R: Enseguida supe a quien quería: Vin Diesel. ¡Y no tenía por qué coincidir con la elección de los estudios! Realmente insistí para que fuera él. Lo había visto en varias películas, me parecía buen actor, me gustaba su personalidad y aparte se había dado a conocer a través de Steven Spielberg en Salvar al soldado Ryan. Luego le vi en El informador, donde interpretaba a un broker. Además actualmente Diesel es el cachas por excelencia de Estados Unidos, no hay otro, en todo caso menor de 60 años. Por último, también me interesaba su lado “torpón”, quería la imagen de ese tipo que se encuentra al final de la película siendo padre de dos hijos del siglo XXII.


P: ¿Cómo surgió la idea de contar con Mélanie Thierry?

R: Yo conocía a Mélanie como modelo. La vi cuando actuaba en Le vieux juif blonde, una obra de teatro en la que interpretaba a dos personajes diferentes durante hora y media. Estaba radiante. Pensé “¡Ya está, esta es Aurora!” Necesitaba a una chica que representara la pureza. Se podría creer que Mélanie fue creada por un ordenador: tiene una cara perfecta, una mirada magnífica, prácticamente parece de otro mundo. Además es muy buena actriz. Hice algunos ensayos con ella en casa, con una pequeña cámara de vídeo. Lloré, fue emocionante y eso me terminó de convencer de que era Aurora. Por otra parte, para mí era importante contar con un elemento francés en la película. Al principio los americanos se negaron. Cuando se dieron cuenta de que Aurora tenía que ser interpretada por alguien desconocido, les pareció bien que fuera ella. El único problema que pusieron fue su acento francés. Así que Mélanie tuvo que trabajar diferentes acentos, ya que le pedí que mezclara varios acentos en una misma frase para evitar que se identificara su origen y reforzar la universalidad del personaje. Ella le pilló el tranquillo desde el principio y al final la aceptaron.


P: Para protegerla en la pantalla usted eligió a Michelle Yeoh...

R: Yo sabía que al lado de la pureza blanca representada por Mélanie, necesitaba una belleza asiática. ¡Y Michelle es la mujer más bella del mundo! (risas) Ella forma parte de la historia del cine. Al principio había escrito el papel de una verdadera monja, gordita, mordaz… pero la película que yo quería hacer era una película de acción con una monja luchadora. Así que necesitaba a una actriz luchadora. Chicas con ese registro hay pocas, mujeres de verdad no hay ninguna. Michelle trabajó con Jackie Chan y para mí era un placer verla en escena. Su presencia me permitió hacer de ese trío un grupo más luchador e incluir a Mélanie en la acción. Por otro lado, una vez que Michelle aceptó fue más fácil imponer a actores franceses de talla internacional. La idea de que Gérard Depardieu interpretara a Gorsky le gustaba a todo el mundo, y tenía ganas de contactar con él. Era una oportunidad increíble ya que necesitaba un icono para interpretar al malo principal de la película. Y Depardieu se ha metido a fondo en el papel. Después pensé en el malo de Matrix, Lambert Wilson. Antes de Matrix le consideraba un playboy del cine francés al que nunca le hubiera propuesto este papel. Cuando me enteré que había aparecido en la película de Marc Caro, supe que el papel era para él. Trabajamos mucho su personaje para darle vida a su parte “súper héroe” de los años 80, sin que resultara ridículo a pesar de ser más grande que el resto. Realmente es un personaje de “Métal Hurlant”. De hecho, esta revista de cómics de ciencia ficción de los años 80 es una de mis referencias para esta película. Para mi Babylon es un concentrado de “Métal Hurlant”.


P: También está Charlotte Rampling en el cásting...

R: En este caso también necesitaba a una mala carismática, un símbolo, una mujer que alimentara todos los fantasmas y odios de los hombres y mujeres con los que se cruzaba. Me hacía falta una mujer con esa mirada, a quien no supieras si confiarle a tus hijos y de la que se podría decir que aún viste como en Portero de noche. Por eso tenía ganas de contar con Charlotte Rampling.


P: ¿Cómo fue el desarrollo del rodaje?

R: Fue un rodaje muy duro que duró desde diciembre de 2006 a abril de 2007. Y sí, hubo problemas en el plató. Es imposible llevar a cabo una película como ésta sin dificultades. Para realizar Babylon sin sudor y lágrimas se necesitaría un presupuesto de 150 millones de euros, sin los cuales, hay que pelearse. ¡Y nos peleamos! Era una película de guerrilla. Eso no es fácil. Aunque nunca he hecho una película fácil (risas). Y cuando surgen problemas como que no nieva, eso plantea serios problemas. De allí que llegaran hasta Francia los rumores sobre los problemas del rodaje.


P: ¿Y con Vin Diesel fue todo bien?

R: Vin Diesel y yo tuvimos que reajustar nuestra forma de trabajar, la suya y la mía, la historia, el personaje… Pero es un problema que puedes encontrar en mayor o menor medida con todos los actores. Por más que se le dedique tiempo antes del rodaje, una vez en el plató, el ritmo de 15 a 16 horas de trabajo por día cambia las cosas. Se vive todo de manera diferente, te enzarzas... Hay personas con las que empiezas a trabajar, y al cabo de algunas semanas te dices: “¡Mierda, no funciona!” Y buscas a otra persona. A los actores no los puedes despedir del escenario. De allí nace la relación amor/odio con ellos. Inevitablemente hay una parte de amor porque Vin ha dado mucho a la cámara, hasta el punto de que considero que es su mejor película como actor. Por otra parte es una estrella americana acostumbrada a que le traten como tal. Y yo trato a las personas como seres humanos.


P: En Babylon encontramos muchas de sus inquietudes como ciudadano y como artista. ¿Se considera un cineasta comprometido?

R: Haga lo que haga siempre tendrá un fondo político. Porque es la base de cualquier película buena. Es la importancia que se le da al tema lo que le da fuerza a la película. Intento emocionar a la gente con historias potentes.


P: La película está dedica a sus hijas...

R: Empecé a trabajar en esta película hace 6 años. Mi hija mayor tiene 6 años. Y tengo una hija que acaba de nacer. Mi mujer estaba embarazada durante el rodaje, es una película realizada en torno a mis hijas y que, por lo tanto, habla de educación. Como dice Toorop al final de la película: “Salvemos el planeta, niño por niño”.


P: ¿Es fácil imaginar cómo será el futuro visualmente?

R: La idea era hacer una película de anticipación y no de ciencia ficción. Las aeronaves, el papel electromagnético capaz de difundir una imagen, ya existe (aunque sea en estado de prototipo). Hay que preguntarse cómo representar el futuro sin ser futurista, sin enseñar coches que vuelan, sino más bien a qué se parecerá un Smart eléctrico en 10 años.


P: ¿Acaso el joven realizador de cortometrajes que era usted se imaginó que algún día dirigiría una película como ésta?

R: Cuando era un joven realizador de cortometrajes, evidentemente no. Mi problema era llegar a realizar un largometraje. Una vez realizado, el problema era llegar a hacer el segundo. Pero estoy contento porque he conseguido realizar lo que emprendí hace 10 años. Existir más allá de las fronteras me permite abordar temas diferentes, y ser más libre. Me ahogaría en el cine francés puro y duro. Pero sobre todo estoy contento de trabajar.


P: ¿Está satisfecho con el resultado en Babylon?

R: Estoy satisfecho. Una vez más era una película de guerrilla, una película de batalla. Esa energía invertida en el rodaje, la encuentro en la película. Se la enseñaré a Dantec. Me preocupa mucho su reacción, aunque sé que le gustó el guión. Y también me preocupa la reacción de todos los seguidores del libro. Aunque deben saber que no se trata de una adaptación pura y dura, que nos fuimos lejos… En cambio pienso que la película llevará a los espectadores al libro. Entonces podrán descubrir la versión completa, lo que Dantec quería decir. Babylon es una visión personal de su libro. Dos versiones que comparten un mismo espíritu.