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  El novio de mi madre  (I could never be your woman)
  Dirigida por Amy Heckerling
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De la guionista y directora Amy Heckerling, es una comedia romántica optimista, mordaz y perspicaz que utiliza una perspectiva divertida y reveladora para analizar algunas de las relaciones más importantes de nuestras vidas: las que establecemos con amantes, hijos, cónyuges, amigos y compañeros de trabajo. Rosie (Michelle Pfeiffer) es una madre soltera inteligente, sexy y exitosa que se niega a aceptar que su vida se haya acabado simplemente porque ha cumplido los cuarenta. Superando todos los obstáculos, Rosie consigue mantenerse joven de espíritu gracias al amor y la amistad que comparte con su hija adolescente. Rosie por fin parece haber conocido al hombre de su vida… aunque es mucho menor que ella…

Antecedentes
Después de que (Clueless) Fuera de onda se convirtiera en un éxito internacional y generase un aluvión de imitadoras, lanzando al mundo a la típica chica de California de mucha pasta y poco coco, la guionista y directora Amy Heckerling se puso manos a la obra y escribió El novio de mi madre. Es la historia de Rosie, una madre soltera que trabaja como productora en la tele y se enamora de un joven actor que trabaja en su programa. No le fue difícil encontrar su fuente de inspiración: se basó en sus propias experiencias. Primero como madre soltera de una chica muy singular; segundo como alguien que ha intentado ligar en Los Ángeles después de haber cumplido los treinta; y tercero como empleada en el salvaje mundo de la televisión estadounidense. Tras acabar el guión, del que salió una deliciosa comedia romántica e inteligente con grandes dosis de cinismo, éste fue abandonado durante seis años en el infierno de los proyectos pendientes.

"El tema es el siguiente", explica Heckerling, muy consciente de las dificultades iniciales que amenazaron al filme. "Los jóvenes siguen creyendo en la magia de los productos. Con el paso de los años, te vas dando cuenta de que esa milagrosa crema antiarrugas no te va a solucionar la vida. Por eso, el público objetivo son siempre los jóvenes, porque los vendedores piensan que los adolescentes se creerán lo que venden, sea lo que sea. A los jefazos de los estudios se les metió en la cabeza que la película sólo interesaría a mujeres maduras, y para ellos las mujeres maduras son un público que tachan de ‘indiferente’ porque no son taradas, porque piensan un poco. Así funciona el mundo del espectáculo".

Ése hubiera sido el principio y el fin de la historia de El novio de mi madre si una de las estrellas más impresionantes de Hollywood no se hubiera puesto firme. Los jefazos no habían contado con Michelle Pfeiffer. Pfeiffer leyó una copia del guión y se enamoró de la historia. Les dijo a sus agentes que buscaran un productor en cuanto se liberaran los derechos de la película. Heckerling no se anda con miramientos al hablar de su protagonista: "La película se hizo gracias a Michelle. Creyó en ella firmemente y luchó mucho para conseguir que se llegara a rodar. Se lo debo todo".

El productor Philippe Martinez continúa la historia: "Un día recibí una llamada de un agente de la Creative Artists Agency y me dijo, 'Philippe, sé que quieres producir una gran película y tengo una maravillosa que quiere hacer Michelle Pfeiffer'. Me leí el guión en dos horas, lo cual no es muy normal en mí. Me encantó, así que le llamé y le dije, 'Quedemos con la directora'. Me pareció una de las historias más graciosas que había leído y tenía mucha fuerza y pertinencia. Irónicamente, una de las razones que empujó a Michelle a luchar tanto por la película es que hay muy pocos buenos papeles para mujeres maduras".

La historia
Uno de los temas principales de El novio de mi madre es el miedo a hacerse mayor, algo que domina la sociedad occidental, y sobre todo a Hollywood. Heckerling lo sabe muy bien, ella vive en una cultura en la que es extraño que mujeres y hombres de la misma edad salgan juntos. Dios nos libre de que una mujer mayor salga con un hombre joven...

"Estaba intentando comprender por qué un tío de setenta años puede salir con una mujer de cuarenta y encima esperar que le den una palmadita en la espalda ¡por no haberse buscado una demasiado joven!", dice Heckerling riéndose. "Las relaciones sexuales están plagadas de factores que no entendemos. Cuando vas a una discoteca ves a jóvenes guapísimas que se sienten atraídas por babosos ricachones mucho mayores que ellas. Lo extraño es que al revés no pasa. ¿Por qué? Porque éste es el reino animal. El poder se traduce en dinero y el éxito en grandes pechos de plástico. Las hembras que aparentan estar en edad de criar se aparean con machos que parecen capaces de matar a otros machos. Las cosas funcionan así, cabrearse no sirve de nada".

Este conflicto aparece personificado en la película a través del personaje de la Madre Naturaleza. "Quieres que las cosas salgan de una manera, pero sabes que el orden natural de las cosas dictará que se hagan de otra. Siempre acabas luchando contigo misma”, explica Heckerling. "Supongo que hice algo parecido en Mira quien habla al utilizar a un bebé para representar la versión no-neurótica y precivilizada de los pensamientos de la madre".

El reparto
En una película tan coral, era esencial que hubiera una química perfecta entre los actores principales. "Es una actriz increíble", dice Heckerling sobre Michelle Pfeiffer. "Su habilidad para trabajar con las emociones a flor de piel es impresionante, casi puedes tocarlas. También es muy graciosa, aunque ese aspecto no lo haya explotado en muchas películas. Como es tan guapa, no suele hacer papeles de ese tipo".

Adam Perl, el joven actor que le roba el corazón a Rosie, tenía que ser un guaperas tontorrón, capaz de cautivar a Michelle Pfeiffer. Su relación tenía que ser totalmente creíble. También tenía que tener suficiente carisma para ganarse a la hija de Rosie en la ficción. ¡Casi nada!

Paul Rudd (El Reportero: La leyenda de Ron Burgundy, Virgen a los 40) colaboró con Heckerling hace diez años en (Clueless) Fuera de onda, y fue la opción para Adam desde el principio. "La primera vez que trabajé con Paul, él no había hecho nada antes", explica la guionista-directora. "Me la jugué con él, y me ha encantado desde entonces. Cada vez es más gracioso. Siempre intento ver sus películas y es tremendamente versátil. Por un lado, se mantiene al día, haciendo comedias desternillantes y actuales como Virgen a los 40. Pero por otro, está en Broadway haciendo obras de Shakespeare. Debería ser una gran estrella. Creo que éste va a ser su año. La química entre él y Michelle es impresionante: él la pincha y ella se ríe como una adolescente".

Por su parte, Rudd se lo pasó fenomenal haciendo la película. "Bueno, trabajar con Michelle fue alucinante", dice riéndose. "¡Seamos serios! A ver, ¿quiénes suelen trabajar con ella? Jack Nicholson... Al Pacino... Sean Penn... y ahora yo. ¡Nunca me voy a acostumbrar a ello! ¡Me parece irreal! Además Amy es genial, ¡siempre consigue hacer que me sienta más gracioso de lo que soy en realidad!".

La tercer pieza esencial de este puzzle era la intérprete que encarnaría a la hija de Rosie, Izzie, una atípica niña de Beverly Hills. La única manera de hacer que la película encontrara el tono satírico de la voz de Heckerling era dar con una actriz infantil que estuviera completamente al margen de los niños mimados de Hollywood. El equipo se enamoró enseguida de la pre-adolescente irlandesa Saoirse Ronan, pero en un principio creyeron que sería más acertado "jugar en casa" y buscar a una estadounidense. "Saoirse es adorable", dice Heckerling. "En la audición hizo la prueba con acento americano. Nos dijo: '¿Queréis que ponga acento australiano? ¿O neozelandés? ¿O escocés? ¿O británico?' Tiene un oído increíble y mucha facilidad para los acentos. ¡Da un poco de miedo!".