Cuando Ted Crawford (Anthony Hopkins) descubre que su joven y hermosa esposa, Jennifer (Embeth Davidtz), tiene una relación amorosa con otra persona, él planifica su asesinato
el asesinato perfecto. Entre los policías que llegan a la escena del crimen está el Detective experto en casos de negociación de secuestros Rob Nunally (Billy Burke), el único oficial a quien le estaba permitida la entrada a la casa. Sorprendentemente, Crawford confiesa rápidamente el haber disparado a su esposa, pero Nunally se queda demasiado aturdido cuando reconoce que en realidad se trata de su amante, cuya identidad verdadera nunca conoció, la que yace en el piso en un mar de sangre. Aunque el disparo de Jennifer se hizo a quemarropa, Nunally se da cuenta de que no está muerta. Crawford es arrestado inmediatamente y acusado después de confesar un caso aparentemente dramático para el exitoso fiscal de distrito Willy Beachum (Ryan Gosling), que tiene un pie fuera del despacho del Fiscal de distrito (David Strathairn) tras una lucrativa carrera en derecho corporativo con importantes empresas.
Pero nada es tan sencillo como lo parece, y eso incluye este caso. ¿Será la atracción del poder y un amorío con una guapa y ambiciosa abogada (Rosamund Pike) en su nueva oficina lo que anulará el feroz deseo de Willy de ganar, o peor aún, lo llevará a ignorar su código de ética? En un tenso duelo de intelectos y de estrategias, Crawford y Willy aprenden que una "fractura" se puede esconder tras toda fachada aparentemente perfecta.