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  Un vecino con pocas luces  (Deck the Halls)
  Dirigida por John Whitesell
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¿Qué clase de persona necesitaría poner miles de luces navideñas en su casa? ¿Y cómo sería vivir al lado de un tipo con esa casa? Ésas dos cuestiones son la base del guión original de Matt Corman y Chris Ord para Un vecino con pocas luces, el cual empezó su viaje en trineo hacia la pantalla grande con una conversación de los guionistas con el productor Michael Costigan. "Nos gustaba la idea de dos tipos realmente diferentes que intentan celebrar de verdad la Navidad, cada uno a su manera", relata Corman. Ord añade: "Steve y Buddy tienen similares expectativas y sueños para sus respectivas familias y para las vacaciones de Navidad. Sólo que no se comunican entre ellos lo suficiente como para encontrar ese común denominador. Era un terreno muy divertido a explorar".

Regency Enterprises compró el guión de este dúo de guionistas, y el director John Whitesell se comprometió a dirigir el proyecto. Whitesell incorporo luego al equipo al guionista Don Rhymer, con el que acababa de trabajar en el largometraje Esta abuela es un peligro 2. Señala Rhymer: "En cierta forma, todos somos o un ‘Steve’ o un ‘Buddy’. O te gusta tener todo organizado y controlado o te gusta decidir sobre la marcha. Ninguno de los dos es un mal tipo, sólo tratan de vivir el presente lo mejor que pueden. Era importante mostrar cómo ambos tipos se pierden en los detalles. Cómo ambos están dejando que sus obsesiones les distraigan de lo que significan la Navidad y su familia".

Rodar una película de invierno en el verano más caluroso de la historia en el Canadá resultó ser bastante difícil para los miembros del reparto en general. Kristin Davis, que interpreta a la sensata mujer de Steve Finch, Kelly, dice: “Tenías que tener en cuenta todas esas cosas en tu día a día; como el asegurarse de que no te ponías morena, porque se supone que estábamos en diciembre, o mantenerte fresca entre toma y toma pues estás filmando un evento llamado ‘Winterfest’. Y luego, teníamos toda esa nieve artificial metiéndosete en la boca mientras decías tu texto. ¡La escuela de arte dramático nunca te prepara para eso!".

Matthew Broderick comparte su opinión. "Estás pensando: ‘Oh, se supone que estoy pasando frío y estoy empapado en sudor’. En cierta forma, seguramente hubiese sido más fácil haber rodado en mitad del invierno, pues cuando estás patinando sobre hielo con el resplandeciente sol del verano rebotando en ese hielo blanco de plástico resulta sin lugar a dudas un poco chocante".

Kristin Chenoweth, también conocida como la Sra. de Buddy Hall, experimentó un extraño caso de manifestación del espíritu navideño en el mes de julio. "No me importó que fuera verano, rodar la película me puso de un humor festivo", mantiene la actriz, "tanto que terminé saliendo y comprando regalos de Navidad para todos los miembros del reparto. Fue algo un poco estúpido de hacer, pero a fin de cuentas divertido".

Algo que nadie necesitaba recibir de regalo era un jersey navideño, pues había montones de ellos ya desperdigados por el set de rodaje, si alguien de verdad quería uno. La diseñadora de vestuario Carol Ramsey, que coordinó la selección de los jerseys tremendamente feos que lleva la familia Finch para su felicitación navideña anual, piensa que estos jerseys navideños de colores chillones simplemente implicaban la necesidad de la tradición. "Todo en nuestro mundo moderno en el que todo son prisas nos hace desear que haya algunas tradiciones en nuestra vida a las que nos podamos agarrar. Es una especie de mentalidad gregaria, pero creo que en un sentido simpático y divertido. Además, esos jerseys también tienen cierto potencial fotográfico y a menudo ofrecen los elementos para tener una graciosa estampa navideña".

La tradición no se ha perdido en Steve Finch, que está empeñado en hacerse otra foto este año con los jerseys navideños, a pesar de la meridianamente clara falta de interés por parte de su familia. Matthew Broderick tiene una teoría sobre el porqué los jerseys que Finch compra para su familia son tan horrorosos. "Es una de esa tradiciones que se le ha ido de las manos", afirma. "La ha conservado durante demasiado tiempo y ha tenido que pensar en demasiados jerseys distintos. Con el paso de los años, esta seña de identidad se ha ido deteriorando y ahora ya no le quedan conejos en la chistera de los jerseys de Navidad. Y no es nada agradable".

Para el reparto de Un vecino con pocas luces, hacer la película no sólo era una oportunidad de interpretar personajes con los que disfrutar y poder sentirse identificados, sino también tener una ocasión de trabajar con una multitud de actores a los que admiraban. Danny DeVito descubrió que era una oportunidad pintiparada para actuar en una película dirigida a todos los públicos. "Siempre me llegan esos sombríos guiones como de comedia loca, así que cuando leí Un vecino con pocas luces pensé que sería bonito actuar en algo más dirigido para el público general".

En cuanto a la "otra mujer" de la película, a Kristin Chenoweth le encantó interpretar a una mujer que "tiene un gran corazón pese a ser también una persona muy fuerte". Añade: "Tia dice lo que piensa; no se censura, lo cual es una particularidad que resulta muy divertida a la hora de interpretar". Chenoweth considera a su marido en la pantalla, DeVito, "uno de los últimos caballeros que quedan. Es sumamente amable y divertido. Ese hombre es excelente".

En ultimo término, los guionistas Matt Corman y Chris Ord creen que Un vecino con pocas luces pone el acento en la idea de que "no hay una forma correcta y otra errónea de celebrar la Navidad. Debería llevar consigo un espíritu de entendimiento y un sentido de inclusión". El guionista Don Rhymer añade: "Es una película que creo hará a los espectadores pensar que la búsqueda de las buenas cosas no ha de cegarnos y que, por intentar conseguirlas, dejemos de hacer las cosas correctamente".