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  Adiós pequeña adiós  (Gone Baby Gone)
  Dirigida por Ben Affleck
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En los Estados Unidos desaparecen 2.000 niños cada día. El inquietante y sutilmente provocativo thriller titulado GONE BABY GONE (ADIÓS PEQUEÑA ADIÓS), una adaptación del best seller de Dennis Lehane (Mystic River) y que marca el debut como realizador de Ben Afflec, ganador de un Premio de la Academia®, narra el explosivo caso de la desaparición de una niña pequeña. Pero la investigación esconde oscuros secretos y un laberinto de desigualdades sociales y corrupción, maldad e inocencia... que apuntan a un solo hombre en un mundo donde los límites entre el bien y el mal son cada vez más borrosos.

Protagonizada por Casey Affleck, Michelle Monaghan, Ed Harris, Morgan Freeman, John Ashton, Amy Madigan, Titus Welliver y Amy Ryan. La película está dirigida por Ben Affleck, que ganó un Oscar junto con Matt Damon por el guión de "Good Will Hunting" (El indomable Will Hunting). Affleck co-escribió el guión junto con Aaron Stockard, basándose en la novela de Dennis Lehane. Los productores son Alan Ladd Jr, el socio de Affleck en LivePlanet, Sean Bailey, y Dan Rissner. El productor ejecutivo es David Crockett.

El equipo que ha trasladado a la pantalla la crudeza y la belleza de las calles del sur de Boston, está formado por el director de fotografía dos veces ganador de un Oscar® John Toll (Braveheart, Legends of the Fall [Leyendas de Pasión]), la diseñadora de producción Sharon Seymour (Friday Night Lights), la diseñadora de vestuario Alix Friedberg (Dan In Real Life), el director de montaje nominado a un Oscar William Goldenberg (Miami Vice [Corrupción en Miami], Seabiscuit [Más allá de la leyenda]) y el compositor nominado a los Globos de Oro Harry Gregson-Williams (Chronicles of Narnia [Crónicas de Narnia], Shrek the Third [Shrek Tercero]).


Ben Affleck adapta a Dennis Lehane
Las durísimas novelas de detectives de Dennis Lehane, que mezclan un intenso suspense con magníficos personajes y temas escandalosos extraídos de los barrios bajos en los que impera el crimen, se han convertido en los últimos años en unas de las novelas de ficción contemporánea más electrizantes de los Estados Unidos. El territorio Lehane no sólo ahonda en el oscuro mundo del crimen y de las persecuciones policiales cargadas de suspense, sino que también se sumerge en los recovecos del corazón humano. Esta explosiva combinación a arrastrado a sus innumerables seguidores (entre los que se incluyen el expresidente Bill Clinton y el gran maestro del thriller, Stephen King) a rebasar los límites del género del crimen.

Es posible que Lehane sea conocido sobre todo por su novela Mystic River, que se convirtió en un largometraje dirigido por Clint Eastwood y que contó con el favor de la crítica. Pero mucho antes de escribir ese libro, Lehane creó una popular serie sobre un original equipo de detectives del sur de Boston formado por Patrick Kenzie y Angie Genarro, una versión clase trabajadora de "Nick y Nora", los personajes de El hombre delgado, la novela de Dashiell Hammett. Son amigos desde la infancia, y no sólo se convirtieron en socios en sus tareas de detectives, sino que también pasaron a ser amantes, añadiendo así un componente emocional a todos sus casos. Toda la serie fue muy aclamada, pero fue el cuarto libro, GONE, BABY, GONE (ADIÓS PEQUEÑA ADIÓS) el que obtuvo más éxito debido a su implacable y actualísima investigación sobre crímenes contra niños. Gracias a una trama ágil e inteligente, el libro consiguió ser tan conmovedor como emocionante.

Nacido en Boston y con una indestructible pasión por su ciudad, Ben Affleck llevaba muchos años escuchando alabanzas sobre las novelas de Lehane. Se inició en la obra del autor con GONE, BABY, GONE (ADIÓS PEQUEÑA ADIÓS) y se enganchó inmediatamente. "Me encantaron los personajes complejos y polarizados, y al mismo tiempo me pareció una novela repleta de sorpresas y absolutamente irresistible", comenta Affleck.

Aunque aún no estaba seguro de lo qué podía hacer con ella, Affleck comenzó a informarse sobre los derechos de la serie, cuyo propietario era el productor Alan Ladd, Jr. Ladd había comprado los derechos del libro de Lehane PRAYERS FOR RAIN unos años antes a través de su sociedad, Ladd Company, que entonces tenía su sede en Paramount. Con esta compra, adquirían también los derechos de los personajes de Kenzie y Gennaro. "Ben vino a verme para hablar de los derechos de la película", afirma Ladd. "Dijo que quería escribir el guión y le dije inmediatamente que sí. No hay que olvidar que ya ha ganado un Premio de la Academia® y ha demostrado con creces ser un gran escritor".

"Me apetecía mucho adaptar el libro, pero nunca había hecho este tipo de trabajo", afirma Affleck, y añade: "Ni siquiera sabía si estaba capacitado para hacer una adaptación".

Pero el proyecto siguió rondándole por la cabeza y poco a poco Affleck empezó a escribir con su gran amigo Aaron Stockard, con quien había ido al instituto en Boston. Stockard lo recuerda así: "Ben me llamó después de leer la novela y me preguntó si quería echar un vistazo y darle mi opinión. Lo cierto es que el libro era realmente bueno, una opinión que compartía con Ben, porque es una historia tan bostoniana y ambos crecimos en Boston. Las preguntas que plantea el libro dieron origen a una serie de apasionantes conversaciones entre nosotros. Y nos dimos cuenta de que los personajes se merecían una buena historia".

Durante un par de años, Affleck y Stockard empezaron a reunirse cada vez que podían, unas 3 o 4 veces al año. Y de esa forma, los cientos de páginas de la historia de Lehan se convirtieron en un viaje de dos horas que te tiene pegado al asiento del cine. A medida que escribían, el material fue adquiriendo más profundidad para Affleck, que durante ese periodo fue padre, algo que cambió su para siempre su visión del mundo. A partir de ese momento, la historia que contrapone la inocencia infantil a las amenazas de todo tipo, desde los peores instintos criminales hasta la simple negligencia, tomó un cariz aún mayor. "Ser padre y asumir que en el mundo hay una persona por la que darías la vida, cambió mi perspectiva sobre la película", confiesa Affleck. "Adquirió una profundidad aún mayor, y creo que ha influenciado en gran manera el punto de vista del guión".

Affleck y Stockard sabían que era imprescindible conservar intacta la turbia complejidad moral del mundo de Lehane, en vez de dar rienda suelta al protagonismo de algunos de los personajes más contradictorios, como suele ocurrir en las adaptaciones que se hacen para el cine.

"Queríamos concentrarnos en la totalidad de la historia que pone en cuestión tus propias ideas sobre lo que está bien y lo que está mal", afirma Affleck. "También trata de las desagradables consecuencias que puede conllevar elegir lo correcto y cómo gente inteligente puede sacar conclusiones muy diferentes de un dilema moral, que puede llegar a dividir incluso a la gente que se quiere".

Stockard añade: "Ambos queríamos que al salir del cine la gente siguiese hablando sobre el final. Que dos personas difirieran sobre las decisiones que habían tomado los personajes".

Cuando Affleck entregó a su socio Sean Bailey el guión terminado, a Bailey le entusiasmó la fuerza que desprendía. "La narración era muy vigorosa y el argumento muy sólido, pero por encima de todo, era profundamente humano. Me sentí realmente conmocionado al leerlo", afirma.

De hecho, cuando terminaron de escribir el guión, la visión que Affleck tenía de él era tan clara que empezó a acariciar la idea de dirigir la película, a pesar de que nunca lo había hecho antes. "Siempre había querido dirigir una película y conocía tan bien esta historia que me pareció una gran oportunidad", añade. "Tenía en mente utilizar muchos elementos naturales, rodar en localizaciones reales de Boston y utilizar gente del barrio con el fin de impregnar de realidad una historia de ficción y crear una visión más amplia. Pero me preguntaba si habría alguien con esa misma idea. Así que me di cuenta de que si quería hacerlo realidad, tendría que dirigir yo mismo la película".

El productor Alan Ladd, Jr. estaba totalmente de acuerdo con la idea. "Creo que los actores pueden ser grandes directores y ahí están casos como el de Robert Redford, Warren Beatty, Mel Gibson, Clint Eastwood", observa Ladd. "Me impresionó tanto la forma en la que Ben abordó el libro que me encantó la idea de que dirigiese la película. Trabajar con Ben fue realmente estupendo. Además de que es un caballero de la cabeza a los pies, creo que se convertirá en uno de los mejores directores de la industria. Tiene un gran instinto y desde el principio quedó claro lo que quería hacer con esta película. No me importaría nada volver a trabajar con él".

David Crockett, el productor ejecutivo, afirma: "Ben es un escritor/director de verdad al que no sólo le gusta escribir sino que también le apasiona ver el resultado de su trabajo en la pantalla. He trabajado con un montón de directores noveles y para mí, Ben es sin lugar a dudas uno de los mejor preparados".

Sean Bailey añade: "Ben conoce muy bien este mundo y ha tenido muy buen ojo a la hora de contar esta historia de una forma auténtica y conmovedora. Llegó con una idea muy precisa de lo que quería hacer. Y eso es algo que sólo he visto en los grandes directores con los que he trabajado".

Y ese afán de precisión empezó con la elección del reparto. Los realizadores querían mezclar vecinos de la ciudad que no fueran actores con algunas de las estrellas más aclamadas del cien para conseguir esa película cruda y veraz que Affleck quería hacer. "Logré formar el reparto de mis sueños", afirma Affleck. "Algunos de los mejores actores americanos pero también gente que el público no había visto jamás pero que eran perfectos y tremendamente reales".