Eric Komenko es un estudiante de instituto atractivo y encantador, con unos padres abnegados pero dominantes. Tras una acalorada discusión con su madre a raíz de que ésta descubra su promiscuidad, Eric los asesina brutalmente.

Años más tarde, Lori Cranston, una chica atractiva y atrevida que ha sufrido en silencio durante años los abusos sexuales de los múltiples novios de su madre, está fascinada por la historia de Eric. Sin dejarse intimidar por los instintos asesinos del chico, Lori huye de casa para ir a su encuentro.

Mientras que a Lori le atrae el carácter siniestro de Eric, el teniente Cristofuoro, al que le han asignado el caso, no está convencido de que no vuelva a matar, así que va tras él, debatiéndose entre su deseo de ayudarle – ya que sabe que ha sufrido enormemente – y su convicción de que es un asesino con ansias de matar a chicas jóvenes.

De camino a Siracusa para encontrarse con una chica (¿Cómo se llama?) a la que conoció en el reformatorio, Eric se queda atónito al descubrir a Lori escondida en el maletero. Desconfiado y molesto por su flechazo juvenil y obsesionado con la idea de que ella le vio asesinar a su novia años antes, Eric se muestra seco y cruel. A lo largo del viaje, Lori se enamora cada vez más de él, a pesar de su crueldad y de que en una ocasión intenta asesinarla.

Lori se resigna a su destino mientras Cristofuoro les pisa los talones. A pesar de su plan de asesinarla, del que ella es consciente, Eric es incapaz de hacerlo y molesto consigo mismo por haber sucumbido a las emociones, se marcha en busca de la chica del reformatorio, sin saber que ella está colaborando con la policía para tenderle una trampa.

Lori se entera de la emboscada y, tras alertar a Eric, se va con él, a pesar de que Cristofuoro teme que no salga con vida.