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  Flyboys, héroes del aire  (Flyboys)
  Dirigida por Tony Bill
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Surcar los cielos en un biplano frágil, inflamable y con la cabina abierta, superando a la nave enemiga y mejor equipada, y sabiendo que la esperanza de vida media de los pilotos no llega a las seis semanas: esta es la osada y heroica historia de los hombres de la Escuadrilla Lafayette, el primer escuadrón de pilotos de combate norteamericanos que entró en acción en la Primera Guerra Mundial, cuando unos jóvenes llenos de valor se alistaron voluntarios para luchar contra la democracia. También es la historia de la nueva película épica FLYBOYS, un relato de amor, pérdida y aventura interpretada por un reparto internacional; con la aparición estelar de una flota de aviones reales de la Guerra, de efectos especiales de última generación y de tecnologías de cámara revolucionarias, para poner al espectador en la misma cabina de pilotaje que los protagonistas. Apenas una docena de años después de inventar el vuelo controlado a motor, estos pilotos inventaron, experimentaron y se metieron de lleno en la era moderna del combate aéreo.

El ganador del Globo de Oro James Franco (James Dean, Spiderman 2), Martin Henderson (The Ring, Bodas y prejuicios), Jean Reno (El código Da Vinci, Misión: imposible), y la revelación francesa Jennifer Decker encabezan el reparto de este largometraje dirigido por el ganador de un Oscar Tony Bill (Mi guardaespaldas, Cinco esquinas) y producido por Dean Devlin, de Electreic Entertainment (Independence day, El patriota), y Marc Frydman (Escenas de un crimen). Con guión del también oscarizado David S. Ward (El golpe), FLYBOYS está basada en un texto original de Phil Sears y Blake Evans, y se rodó en localizaciones del Reino Unido, en primavera de 2005.

Electric Entertainment presenta, en asociación con Skydance Productions e Ingenious Film Partners, la producción de Dean Devlin de un filme de Tony Bill: FLYBOYS, protagonizada por James Franco, Martin Henderson, David Ellison, Jennifer Decker y Jean Reno.

Cuando el productor Dean Devlin leyó por primera vez el guión de FLYBOYS se dio cuenta de que nadie había sido capaz hasta el momento de hacer una película que verdaderamente hiciera justicia a los hombres que lucharon en las batallas aéreas de la Primera Guerra Mundial. "Nunca he visto el tipo de caos aéreo que experimentaban aquellos soldados”, confiesa Devlin. “Sabía que usando equipos y efectos especiales modernos para recrear la época podríamos mostrar realmente cómo sucedió, cómo fue en realidad para aquellos extraordinarios y valerosos hombres".

Mientras que la Segunda Guerra Mundial estuvo exhaustivamente documentada y ha inspirado numerosas películas y programas de televisión que han mostrado hasta la saciedad sus horrores y sus héroes, la Primera Guerra Mundial, específicamente sus batallas aéreas sin precedentes, han permanecido ignoradas por los cineastas, documentalistas y autores. Aparte de la clásica tira cómica de Charles Schultz "Peanuts", con un Snoopy obsesionado por el Barón Rojo (quien se imaginaba a sí mismo como un miembro de la legendaria Escuadrilla Lafayette), lo poco más que se sabía acerca de los primeros pilotos de combate del mundo llegó de unos pocos libros y todavía menos largometrajes… todos ellos producidos hace décadas.

"Son varias las generaciones que nunca han visto estos aviones en acción", comenta el Productor Ejecutivo, Phillip Goldfarb. "En mi memoria está el Blue Max y Von Richthofen y Brown. Es todo lo que recuerdo… y hace mucho tiempo de todo aquello".

De hecho, todavía hace más años –más de 75– que una gran producción no retrataba la magnífica Escuadrilla Lafayette. ALAS, el primer filme que lo hizo, obtuvo el primer Oscar a la Mejor Película en 1929 y permaneció dos años en cartel. En 1930 le siguieron LA ESCUADRILLA DEL AMANECER y LOS ÁNGELES DEL INFIERNO, dos títulos que también gozaron de un considerable éxito (como FLYBOYS, todas ellas estuvieron dirigidas por pilotos expertos).

"La Primera Guerra Mundial no se ha mostrado realmente en ninguna película (moderna), con la excepción de la francesa Largo domingo de noviazgo y, hace más de 20 años, la australiana Gallipoli, ambas centradas en la guerra de trincheras", apunta Devlin. "Hace décadas que no se veía nada sobre las batallas aéreas. Y creo que hace mucho que no se veían porque hace mucho que no existen aquellos aviones. Y la tecnología para recrear este tipo de combates se desarrolló hace muy poco".

Pero eso no significa que se haya olvidado el impacto y el drama de los combates aéreos de la Primera Guerra Mundial: George Lucas se basó en las batallas de aquellas primeras películas para su saga de LA GUERRA DE LAS GALAXIAS. De hecho, cuando llevó a cabo las primeras proyecciones de prueba de la película, y esperando a que se completaran los efectos especiales, sustituyó las escenas de combates galácticos que todavía no estaban listas por imágenes de combates de la Primera Guerra Mundial. Muchos de sus allegados se quedaron atónitos con las imágenes de los biplanos a modo de naves espaciales. Pero, como pudo comprobarse, la analogía era válida.

Devlin admite que el primer director en quien pensó cuando leyó FLYBOYS fue su viejo y oscarizado amigo, el actor/director/productor Tony Bill. Devlin sabía que Bill no sólo tenía licencia de piloto acrobático desde los 14 años, sino que además es un entusiasta de la Primera Guerra Mundial, con una de las mayores bibliotecas privadas del mundo sobre el tema. Devlin sabía que la pasión y el talento de Bill permitirían al realizador trasladar al público actual los peligros y amenazas que experimentaron aquellos hombres.

"Cuando estalló la Gran Guerra, la mayoría de personas no habían visto nunca un avión, y todavía menos habían volado en uno", comenta el director Bill. "Los hermanos Wright habían volado en Kitty Hawk en los últimos días de 1903 pero, increíblemente, el avión permaneció aparcado en el hangar, y permaneció en el olvido durante varios años. La tecnología aeronáutica casi no había avanzado antes de la Primera Guerra Mundial. Era una época en la que la mayoría de personas ni siquiera habían visto un automóvil, de modo que los aviones de la Guerra eran las naves espaciales del momento. No tenían cabina, sistemas de protección ni paracaídas. Una simple chispa significaba la muerte casi segura. Básicamente eran objetivos inflamables voladores".

Bill estaba decidido a mostrar con todo lujo de detalles la experiencia de aquellos valientes hombres, quienes eligieron convertirse en pilotos de combate en aviones abiertos fabricados con materiales como tela, madera, cables y lino.

"Si alguien se ha preguntado alguna vez cómo es volar cabeza abajo o realizar loops y tirabuzones en el cielo con un biplano de cabina abierta y otros aviones disparándote, ésta es la ocasión para descubrirlo", afirma Bill. "No hemos usado ninguna plantilla preexistente para hacer la película. Es lo nunca visto".

"Antes de que empezáramos a rodar, Tony me pasó algunos libros e historias para leer sobre aquellos chicos", explica el coprotagonista, Tyler Labine. "Eran unas historias asombrosas, como la de un piloto que puso cabeza abajo el avión, se salió de su asiento y quedó colgando de las alas. Consiguió trepar de regreso a su puesto, controlar la aeronave y evitar ser derribado… ¡todo eso antes de estrellarse contra el suelo!".

El actor Jean Reno confiesa que se dio cuenta del extraordinario valor de aquellos hombres cuando vio por primera vez un avión de la época de FLYBOYS. "Cuando ves esos aviones de cerca te das cuenta de que son frágiles como cometas", explica. "Están hechos únicamente de piel, madera, cables y tela, y te preguntas cómo… cómo una persona podía volar y luchar con aquellos armatostes. Básicamente se sentaban sobre las nubes, completamente abiertos a lo que les rodeara. Eran hombres de un gran coraje".

A diferencia de los conflictos bélicos actuales, los combates de la Primera Guerra Mundial poseían un cierto aire de cortesía; en los cielos, los historiadores de la aviación apodaron aquellos combates "la última guerra de caballeros". "La parte de la Primera Guerra Mundial que relatamos es la que acontecía en el aire", comenta Bill. "Las horribles vejaciones y dolor que se sufría en el campo de batalla quedaba muy lejano para los combatientes aéreos. Ahí arriba se libraba una guerra muy distinta". Este contraste emergía en parte de la condición elitista de los hombres que podían convertirse en pilotos. Muchos de aquellos jóvenes voluntarios habían recibido una educación inmejorable, eran aristocráticos o, en el caso de la Escuadrilla Lafayette, deportistas universitarios de alto nivel (de la Ivy League). A medida que se afinaban las tácticas aéreas, los encuentros se parecían cada vez más a los torneos militares, con combates uno contra uno al estilo de los duelos medievales a caballo con lanzas; pronto se les pasó a llamar los "Caballeros del Aire".

"La Primera Guerra Mundial fue la última vez en que se produjo conexión directa entre combatientes de una guerra", comenta Goldfarb. "Te acercabas lo suficiente para ver la cara del otro mientras luchabas en el aire. Hay quien cuenta que disparó a un enemigo desde una distancia tan corta que su sangre le salpicó en su propia cara. Resulta muy gráfico, pero también da muestra de una intimidad y de una conexión personal que no volverá a existir".

"Cuando aquellos hombres fueron a la guerra lo hicieron con el concepto antiguo de marchar por los campos con sus rifles, con un ánimo invencible que sólo podría ser barrido por el nuevo fuego automático", añade el actor James Franco. "Y entonces llegan los pilotos conservando sus viejas ideas de caballerías. La guerra siempre había sido un asunto de enfrentamientos cara a cara, hombre a hombre. La idea era convertirse en caballeros del aire; librar duelos; en efecto, sería la última modalidad de duelo, pues todas las armas modernas han acabado con el antiguo concepto de guerra".

Uno de los protagonistas y también piloto acrobático David Ellison, quien da vida a Eddie Beagle, está de acuerdo con estas nociones de caballería: "Cuando estás volando, si le das a un enemigo sobre territorio extranjero, o le ves regresar a casa para volver a combatir otro día o le estrellas contra el suelo. Pero si el enemigo cae y el piloto sobrevive huyendo por su propio pie, nunca intentarás matarle desde el aire".