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  Las crónicas de Spiderwick  (The Spiderwick chronicles)
  Dirigida por Mark Waters
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Paramount Pictures y Nickelodeon Movies presentan una producción Kennedy/Marshall y Mark Canton, Las crónicas de Spiderwick, dirigida por Mark Waters, protagonizada por Freddie Highmore, Mary-Louise Parker, Nick Nolte, Sarah Bolger con Joan Plowright y David Strathairn, y las voces de Seth Rogen y Martin Short. Guión, Karey Kirkpatrick, David Berenbaum y John Sayles, basado en las novelas de Tony DiTerlizzi y Holly Black. Productores, Mark Canton, Larry Franco, Ellen Goldsmith-Vein y Karey Kirkpatrick. Productores ejecutivos, Julia Pistor, Tony DiTerlizzi y Holly Black. Director de fotografía, Caleb Deschanel, ASC. Diseñador de producción, James Bissell. Montador, Michael Kahn, ACE. Diseñadora de vestuario, Joanna Johnston. Música, James Horner. Efectos visuales especiales, Industrial Light & Magic. Efectos visuales, Tippett Studio.


Acerca del rodaje
El director Mark Waters se sintió atraído por la singular imaginación de Las crónicas de Spiderwick, escritas por Tony DiTerlizzi y Holly Black, sobre todo porque transcurren en una época y un lugar con los que el público podía conectar. "Siempre me han gustado las películas del género fantástico", dice el director, "pero cuando leí los libros, vi la oportunidad de hacer algo que no se había hecho hasta ahora. Una película llena de aventuras, fantasía y seres increíblemente interesantes, sin estar poblada por magos británicos, huérfanos desamparados o protagonistas irreconocibles".

En este caso, la película está protagonizada por niños con los que el espectador puede identificarse sin problemas. Mark Waters sigue diciendo: "Los chicos se encuentran en una situación extraordinaria cuando se mudan a la vieja casa que han heredado y empiezan a conocer a las criaturas a través de la Guía. Era una oportunidad única para hacer una película con la que todos conectasen y sintieran que estas criaturas locas y extrañas pueden estar realmente a nuestro alrededor".

Según el director, es fácil identificarse con los niños porque tienen los mismos problemas que muchos otros en las familias actuales. Y añade: "Pero el viaje mágico, y a menudo peligroso, que realizan les permite descubrir que son mucho más fuertes de lo que creían, no sólo individualmente, sino también como familia".

Jared Grace está en plena crisis y gracias a esta extraordinaria aventura acabará por aceptar la separación de sus padres. Mark Waters explica: "El divorcio ha afectado profundamente a Jared. Está enfadado, quiere rebelarse y no esconde su amargura, sobre todo en la relación con su madre y sus hermanos. Pero este increíble viaje, en el que acaba salvando a la familia, le permite curarse".

Helen Grace acaba de separarse de su marido y decide mudarse a la vieja, oscura y destartalada casa de estilo victoriano que lleva el nombre de su tío abuelo, Arthur Spiderwick. A nadie le gusta la idea, aunque su hija Mallory la apoya. "Mallory es un poco como una ‘mini’ mamá", dice el director. "Es la que más entiende por qué se han divorciado sus padres, pero al principio no se lo dice a sus hermanos. Tiende a protegerlos a pesar de que Jared es capaz de hacerle perder los estribos".

Simon Grace, el hermano gemelo de Jared, es el más estudioso de los dos; su tranquilidad y preocupación por los detalles son grandes ventajas cuando la familia está en peligro. "Lo mejor es que superan sus diferencias y trabajan juntos. En el proceso, aprenden a quererse y a apreciarse", explica Mark Waters, que termina diciendo: "El mundo de fantasía les permite ver y entender mejor el mundo real".

La aventura empieza cuando Jared encuentra por casualidad la Guía del mundo fantástico que nos rodea, por Arthur Spiderwick. Lo que Arthur Spiderwick, el hombre que construyó la casa, no pensó al escribir la Guía fue que los secretos que revela acerca del Mundo Oculto de las hadas podían convertirse en un auténtico manual y ser peligrosos si caían en las manos equivocadas. Cuando Jared descubre el libro 60 ó 70 años después, abre una caja de Pandora.

Al principio se entusiasma con las extrañas y maravillosas criaturas que describe su tío Arthur, pero poco a poco, sus hermanos y él comprenden que el mundo secreto está en su casa, lo que explicaría los extraños sucesos que ocurren a su alrededor. El ruido en la pared se debe a un trastolillo, un ser diminuto bastante malhumorado. Según la Guía, cuando un trastolillo se enfada, puede ser temible y sólo se calma saciándose con miel. Se dan cuenta de que su realidad está poblada con todo lo que aparece en el libro, y que no es un producto de la intensa imaginación de su tío.

Los diversos seres con los que se encuentran los niños van desde Thimbletack/Dedalete, un trastolillo de 23 centímetros, al temible Mulgarath, un ogro de tres metros. "Y hay muchas criaturas intermedias", aclara el director. "Trasgos, espíritus y trastolillos como Hogsqueal/Cerdonio, que se convierte en el aliado de los niños, siempre y cuando no esté cazando un pájaro para comérselo".

La película Las crónicas de Spiderwick se basa en la popular serie de libros infantiles escritos por Tony DiTerlizzi y Holly Black. Había mucho interés en llevar las novelas a la gran pantalla, pero los autores no querían confiar la adaptación a cualquiera. Decidieron que Mark Canton era el productor perfecto para la película y se alegraron mucho cuando Kathleen Kennedy se unió al proyecto.

"Muchos lectores y amigos estaban de acuerdo en que podría ser una película interesante", explica Tony DiTerlizzi. "Me apetecía mucho, así que Holly y yo esperamos. Nos alegró que los cineastas quisiesen y respetaran a nuestros personajes, a los seres mágicos y al mundo que define Las crónicas de Spiderwick. Nuestros héroes no tienen poderes mágicos y no viven en un país muy lejano. Dependen de su inteligencia y de sí mismos para salir de situaciones tan extraordinarias como peligrosas cuando entran en el mundo de la fantasía".

Los autores se inspiraron en los clásicos cuentos de los hermanos Grimm. "Siempre hay un niño capaz de usar su inteligencia para vencer al gigante o una princesa ingeniosa que escapa del castillo mágico", dice Tony DiTerlizzi. "En otras palabras, el conocimiento da poder, y la forma en que se usa es la clave. En este caso, la Guía de Arthur. Mark Waters entendió la idea y la apoyó plenamente".

"Después de la publicación de los primeros libros, recibimos muchas ofertas y pensé que quizá acabarían haciendo una película, pero no estoy acostumbrada a creer que va a pasarme algo bueno", dice Holly Black, riendo. "Por eso me sorprendió mucho que Mark Waters y Mark Canton quisieran hacer una película con la historia. Además, escogieron un reparto increíble. Cuando vi los decorados, sentí que entraba en los libros. Era asombroso".

El productor y coguionista Karey Kirkpatrick reconoce que lo primero que hizo, después de que le contrataran para adaptar Las crónicas de Spiderwick a un guión, fue leer los libros a sus hijos para ver su reacción. "La historia les cautivó y les entusiasmó la idea de que yo pudiera tener algo que ver. A mí también me gustó la idea de que muchas cosas que no vemos – o que no queremos ver – viven a nuestro alrededor. Fue lo que más me atrajo y con lo que trabajé: un relato con muchos elementos fantásticos con un núcleo formado por una historia muy humana que depende del mundo especial que la rodea. Conecté con estos niños, cuya familia se había roto, y entendí por qué les une la situación en que se ven metidos", acaba diciendo el guionista.

En opinión del productor Mark Canton el equilibrio entre fantasía y realidad hace que Las crónicas de Spiderwick esté en otra categoría. Es más tenebrosa, aterradora y realista que otras películas de fantasía. "Se trata de un mundo real donde ocurren cosas escalofriantes e inexplicables", dice. "El lado realista está representado por una familia con problemas. A través de esta aventura, son capaces de encontrar la magia que llevan dentro".

Añade que muchas familias monoparentales se identificarán con los personajes y los entenderán. "Quisimos hacer una película que hablara el idioma de los adolescentes y de los adultos de la historia, que mirara con honestidad hacia los problemas que tienen los adolescentes con sus hermanos y con sus padres", explica Mark Canton.

Con los demás productores, Karey Kirkpatrick, Larry Franco y Ellen Goldsmith-Vein, decidieron contratar al mejor equipo técnico disponible. "Cuando se rueda con auténticas leyendas oscarizadas en todos los departamentos, no es difícil quedarse asombrado", dice el productor, refiriéndose al supervisor de efectos visuales Pablo Helman, de Industrial Light & Magic; al supervisor de criaturas Phil Tippett, de Tippett Studio, y al supervisor de efectos especiales Michael Lantieri, encargado de los efectos durante el rodaje. Si añadimos el director de fotografía Caleb Deschanel, el compositor James Horner, el montador Michael Kahn y el diseñador de producción Jim Bissell, no cabe duda de que la película será mágica.

"Además, Mark Waters y el departamento de casting hicieron un gran trabajo a la hora de reunir un maravilloso y ecléctico reparto", declara Mark Canton. "En cuanto vi lo que había hecho Freddie Highmore, tuve ganas de trabajar con él. Da la impresión de ser mayor de la edad que tiene, pero sigue siendo un niño. En esta película se enfrentó a un auténtico reto porque debía interpretar a Jared y a su gemelo Simon. Eso también lo hacía mucho más difícil para Mark Waters. Sarah Bolger estuvo brillante en la película En América, de Jim Sheridan. Al igual que Freddie, es totalmente natural, pero se nota que tiene experiencia. Mary-Louise Parker es magnífica y comunica a la perfección las esperanzas y miedos de una mujer recién divorciada, así como el amor que siente por sus hijos. ¿Y qué decir de actores de la categoría de Joan Plowright y de David Strathairn? Muy pocos llegan a su nivel".

Puede parecer que Mark Waters, un director especializado en innovadoras comedias contemporáneas, no sea la persona idónea para el material, pero Mark Canton le escogió deliberadamente porque estima que es el único capaz de reunir elementos de fantasía con un realismo palpable. "Mi idea para Las crónicas de Spiderwick era que transcurriera en un mundo real donde ocurrieran cosas asombrosas. Mark es el director perfecto para conseguirlo porque entiende las relaciones entre hermanos y hermanas, madres e hijos, en el seno de la familia contemporánea".


La casa Spiderwick, un personaje más
La casa Spiderwick cobra importancia de personaje en la película. Lo que al principio parece ser una vieja casa húmeda y aislada que necesita una remodelación urgente no tarda en revelar su fascinante y misteriosa historia. Unos seres de lo más raro viven en las paredes. Otros aún más extraños intentan colarse para robar la Guía, escrita por el primer dueño, Arthur Spiderwick, que vivió en la casa con su joven hija Lucinda, desapareció y fue dado por muerto. La mayoría de los acontecimientos cruciales (pasados y presentes) de la historia transcurren en la casa. El diseñador de producción Jim Bissell tuvo que concebir un diseño que permitiera al espectador ver cómo era antes y por qué sigue siendo especial ahora.

"Arthur Spiderwick hizo construir la casa a principios del siglo XX", explica el diseñador. "Procedía de una vieja familia de Nueva Inglaterra y cursó estudios para ser naturalista. Durante sus observaciones, descubrió un Mundo Oculto procedente de mitos europeos, del que se ignoraba la existencia en Estados Unidos. Plasmó sus observaciones en una obra maestra, Guía del mundo fantástico que nos rodea, por Arthur Spiderwick. Su casa es única porque refleja los valores arquitectónicos de la Nueva Inglaterra de antaño, pero tiene una torre desde donde Arthur observaba el bosque y los seres que habitan en él, trasgos, hadas y demás. Mantenía sus descubrimientos y observaciones en secreto".

Jim Bissell estudió la obra del diseñador William Morris y el movimiento Arts and Crafts (Artes y oficios) de finales del siglo XIX, conocido por su predilección por temas orgánicos, además, claro esta, de los libros de la colección Spiderwick. "Los libros son geniales. Ya los conocía porque les encantan a mis hijos. De hecho, es lo que me atrajo en primer lugar. Los dibujos a tinta de Tony son fabulosos. Pegué varios a la pared para inspirarme mientras diseñaba la película", dice el diseñador de producción.

La casa debía reflejar el interés que sentía Arthur Spiderwick por aquel mundo encantado. Por eso se escogió una zona bastante aislada de la provincia de Montreal para rodar la película. "Encontramos un precioso claro en el parque Cap Saint-Jacques donde se levantaba una cabaña", explica el diseñador. "El parque y la municipalidad nos permitieron derribarla para edificar la casa allí mismo".

El departamento artístico construyó un elaborado cascaron de la casa. "Tenía cuatro plantas, con la torre, y estaba completamente rodeada por el bosque, lo que era perfecto para la película", explica Jim Bissell. "La planta baja estaba completamente terminada con una entrada, un salón, una librería y la escalera. Varias ventanas del segundo y tercer piso también estaban acabadas, así como el interior de la torre, para que los niños pudieran entrar y salir corriendo y para rodar todas las escenas que tuvieran que ver con el exterior".

La planta baja se duplicó en un plató para conseguir los complicados efectos especiales cuando Mulgarath entra de mala manera en la casa y los trasgos se lanzan al asalto final. El diseñador dice: "Construimos la segunda planta con las habitaciones de los niños y creamos un claro para los trasgos con el grotesco roble donde se ve a Mulgarath por primera vez".

Jim Bissell cree que Las crónicas de Spiderwick es sobre todo una película de descubrimientos: "Trata de niños criados en la ciudad que descubren la naturaleza, a su familia y la herencia de esa familia, a la generación anterior y a sus hermanos. Trata de la transición por la que pasan los niños desde sus mundos imaginarios a un mundo que desconocen, un mundo lógico, razonable, peligroso, pero que también puede ser mágico. Todos estos elementos entran en juego en la casa Spiderwick".

Dos grandes dificultades a las que tuvo que enfrentarse Jim Bissell fueron las estaciones y el tiempo. El rodaje empezó a finales del verano y acabó a principios del invierno, lo que podía plantear problemas de continuidad. "Diseñamos unos 60 árboles de entre seis y nueve metros de altura con variaciones de color y de follaje", explica Jim Bissell. "Cuando empezamos a rodar en verano, los árboles estaban cubiertos de hojas verdes, así que añadimos unos cuantos con colores otoñales. Al final del otoño, añadimos otros con muchas hojas verdes para que el bosque siempre pareciera el mismo".

El diseñador quería que la casa diera la impresión de haber estado allí durante años: "Pero sabíamos que unas 80 personas o incluso más llegarían cada día, pisándolo todo, moviendo el material de un lado a otro, preparando tomas. En cuanto lloviese, se convertiría en un barrizal. Y llovió mucho. Colocamos mucha gravilla en el suelo para conseguir un buen drenaje e incluso, en muchas zonas, pusimos losas recubiertas con hojas para obtener una superficie dura, pero aun así era un auténtico lodazal. Colocábamos placas de hierba y musgo a diario y las recubríamos con hojas para que no se viera el barro".


La guía y el anteojo asombroso
Si la casa es un personaje y el decorado más importante de la película, la Guía es la pieza de atrezo clave. La atrezista Claire Alary lo recalca cuando dice que "la Guía es el atrezo más importante de la película porque desarrolla la historia y es la razón por la que empieza el caos. Jared encuentra el libro en un cofre en el despacho y según empieza a hojearlo, se da cuenta del mundo fantástico que le rodea y que es el causante de los problemas que la familia tiene en la casa". Pero en cuanto Jared abre el libro, a pesar de las advertencias de Thimbletack/Dedalete, los problemas se multiplican.

Siguiendo el diseño de Jim Bissell, el departamento de atrezo creó la Guía basándose en diarios escritos a principios del siglo XX. Estudiaron el estilo de escritura de la época y crearon una letra especial para Arthur Spiderwick.

"La Guía es la obra de Arthur Spiderwick, un naturalista que estudió el Mundo Oculto entre 15 y 20 años y describió el mundo encantado que le rodeaba. Anotó todos sus descubrimientos en un libro con la esperanza de comunicar al resto de la humanidad ese otro reino. Cuando el espectador vea la Guía, esperamos que sienta la presencia de Arthur Spiderwick y los años que dedicó a escribirla", dice Claire Alary.

El reino encantado que descubre Arthur Spiderwick es un Mundo Oculto que sólo puede verse mediante ayudas mágicas. Otro atrezo de gran importancia en la película es el "anteojo asombroso", una roca mágica agujereada que, mediante el uso de diversas lentes, permite observar el mundo mágico oculto.

"Todos nos hemos encontrado alguna piedrecita con un agujero. Cuando se mira el mundo por ese agujero, se tiende a tener una perspectiva ligeramente diferente", explica Jim Bissell. "Arthur Spiderwick, un hombre con grandes conocimientos mecánicos, diseñó un soporte para el anteojo así como varias lentes que permitían ver seres mágicos, como espíritus y ogros. Estas lentes eran realmente extraordinarias si tenemos en cuenta la época en que vivió Arthur Spiderwick. Las diseñó uno de los dibujantes del departamento artístico, Meinert Hansen, y un artesano local se encargó de fabricarlas".


El mundo oculto
Estos seres tan especiales, trasgos, duendes, trastolillos en su forma agradable y desagradable y ogros, fascinaron a los cineastas. Algunos son dulces y encantadores, y otros producen escalofríos. "Cuando empieza la película, es un poco como una historia de fantasmas", explica el productor Karey Kirkpatrick. "Hay algo o alguien en la casa con la familia Grace e intenta decirles, al estilo Terror en Amityville, que se vayan de allí".

Jared acaba por conocer a ese ser. Se trata de Thimbletack/Dedalete, el trastolillo de la casa. Según el saber popular, los trastolillos viven en las paredes y coleccionan objetos brillantes. "Aparece, desaparece y vive en las paredes. Sólo se deja ver cuando quiere", aclara el productor. Además, los trastolillos tienden a ser traviesos. "Gastan bromas. Por ejemplo, hacen desaparecer un calcetín, pequeñas cosas que uno acaba de dejar ahí mismo... Se las llevan al interior de las paredes".

También se sabe que son muy leales a sus amos. En el caso de Thimbletack/Dedalete, se trata de Arthur Spiderwick, que le encargó que cuidara de la Guía antes de irse. Y es capaz de cualquier cosa para cumplir con su misión.

Pero tienen un defecto muy grande. Cuando se enfadan, pierden la cabeza y se convierten en seres muy desagradables. No hace falta mucho para encolerizarlos. Thimbletack/Dedalete es como una olla a presión. "Se esfuerza constantemente en contener su ira", explica Tim Alexander, supervisor de efectos visuales de ILM. "Le añadimos un grano verde de buen tamaño que le sale de la cabeza cuando se enfada y que intenta empujar hacia dentro porque no quiere dejar salir su lado desagradable".

"Una de las cosas que más me gusta es que se parece bastante a Jared cuando se enfada", dice Karey Kirkpatrick. "También pierde los estribos fácilmente y es bastante desagradable, tal como le vemos por primera vez".

El gran enemigo de los niños en la película es el malévolo ogro Mulgarath, que tiene un solo objetivo, apoderarse del libro. "Es el opuesto absoluto de Thimbletack/Dedalete", dice Pablo Helman, supervisor de efectos visuales de ILM. "Comparten un lado humano, pero Mulgarath es mucho más complejo. No es el típico malo. En los cuentos de hadas nada es tan claro, siempre hay sombras".

"Empezamos a partir de un mito tipo Lucifer, el ángel caído", dice el productor Karey Kirkpatrick. "Mulgarath es un ser maldito encarnado con maestría por el actor Nick Nolte. Quiere ser más poderoso de lo que es, pero está rodeado de trasgos no muy listos. Si pudiera hacerse con la Guía, se convertiría en el ser más poderoso del Mundo Oculto, pero haría un mal uso de ese poder".

Mulgarath es taimado, es un manipulador. Además, tiene la habilidad de cambiar de forma para abusar de las debilidades humanas. Le rodea un auténtico ejército de trasgos a los que el productor describe como "el último eslabón del mundo de las hadas. Son como perros tontos que siguen al ogro y hacen lo que les manda".

El jefe de los trasgos es Redcap. "Es una especie de mayordomo de Mulgarath", explica Phil Tippett, supervisor de criaturas. "O mejor aún, como un sargento mayor trasgo. Pero tiene un problema, tiembla de miedo ante Mulgarath".

Hogsqueal/Cerdonio es otra criatura que habita en el bosque y se hace amigo de los niños. "Es un trasno, no es un trasgo", nos recuerda Phil Tippett. "No le gusta que le llamen trasgo, los desprecia".

Una terrible sed de venganza empuja a Hogsqueal/Cerdonio. El ogro Mulgarath mató a toda su familia y está dispuesto a ayudar a los niños para cumplir su objetivo, pero es un cobarde. "Está obsesionado con vengarse, pero es un ser pequeño convencido de que puede mucho", explica Karey Kirkpatrick. "Siempre actúa del mismo modo: ‘Tengo grandes ideas, pero haced vosotros el trabajo sucio. Os espero por ahí’".

Tampoco es muy limpio. "No tiene problemas con limpiarse las orejas delante de todos, rascarse el trasero y sacarse los mocos", dice Phil Tippett. El "escupitajo en el ojo" de Hogsqueal/Cerdonio permite al escupido ver los habitantes del Mundo Oculto, un don que, sin duda, cualquiera preferiría conseguir de otro modo. "Cuando un trasgo escupe en el ojo de alguien, le confiere el don de la vista", explica el productor. "Puede ver el Mundo Oculto y sus habitantes sin necesidad de usar un ‘anteojo asombroso’. Los seres mágicos ya no son invisibles".

Hogsqueal/Cerdonio tiene otro defecto, le encanta comer pájaros. "Los pájaros le atraen hasta tal punto que su estómago puede con su sed de venganza", sigue diciendo Karey Kirkpatrick. Por suerte, esta mala costumbre será muy útil al final de la historia.

Los niños se encuentran con otros dos tipos de criaturas en el Mundo Oculto, los dulces y maravillosos espíritus y las sílfides. Hay muchos espíritus en el mundo de las hadas, espíritus del agua, que se esconden en la superficie, espíritus pájaros, pero los que más abundan en Las crónicas de Spiderwick son los espíritus de las flores.

Como indica su nombre, se esconden en las flores. En este caso, tienen una misión, proteger a la vieja tía Lucinda. "Le levan comida, frutos silvestres", explica el productor. "Cuando se ingiere la comida de los espíritus, nadie quiere volver a probar la comida humana. La han mantenido viva durante todos estos años mientras le susurran secretos acerca de su padre. La rodean y la protegen".

También hay una sílfide que vive en un precioso claro reservado a las hadas y que ha protegido a Arthur Spiderwick. Las sílfides se manifiestan como las ligerísimas semillas del diente de león, que aparecieron por millones hace muchos años para llevarse al naturalista a la seguridad del claro donde siguen rodeándole. "Son las protectoras del mundo de las hadas", dice el coproductor Tom Peitzman. Tienen la habilidad de hacer que sus protegidos pierdan la noción del tiempo. "Olvidan quiénes son y los asuntos terrenales", dice Pablo Helman. "Arthur lleva años en el claro, estudiando lo que le rodea. Ha olvidado su vida".

Los espíritus y las sílfides se ven o no se ven, según quién mire. "Si uno mira con atención las semillas de un diente de león, puede que vea una cara diminuta, con los párpados ligeramente caídos, con una pequeña boca", dice Tom Peitzman. "Pasa lo mismo con los espíritus". Estos seres mágicos deciden quién les ves, mostrando su minúscula cara en el tallo de una flor. Tim Alexander, de ILM, acaba diciendo: "Al final de la película, el espectador se queda con la sensación de que le será posible inclinarse hacia una flor y descubrir a uno de esos seres. Basta con saber mirar".


Estrellas jóvenes y adultas
Freddie Highmore y Sarah Bolger tienen aproximadamente la misma edad que los adolescentes que interpretan. Sin embargo, hay algo que les diferencia. Aunque la historia transcurre en Nueva Inglaterra, Freddie Highmore y Sarah Bolger no son estadounidenses. El primero es inglés y la segunda, irlandesa.

El director Mark Waters dice: "Cuando se les oye hablar en la película, es imposible detectar algo más que el típico acento de Nueva Inglaterra, una prueba de su nivel de interpretación y de concentración. Son papeles muy exigentes para actores tan jóvenes, y debíamos encontrar intérpretes inteligentes y sensibles. Freddie y Sarah son eso y mucho más".

Añade: "Me alegré mucho de que Freddie aceptara interpretar ambos papeles, sobre todo porque estamos acostumbrados a verle en personajes más tranquilos e introvertidos que Jared Grace, como los protagonistas de Charlie y la fábrica de chocolate, Descubriendo Nunca Jamás, Un buen año y Arthur y los Minimoys. Fue fantástico verle meterse en el papel y tener auténticas rabietas con un perfecto acento americano. Es un gran actor".

En cuanto a Sarah Bolger, el director dice: "Es asombrosa, le auguro un brillante futuro. En América es una gran película y las dos hermanas Bolger, Sarah y Emma, estaban magníficas. A pesar de su corta edad, tiene muchas tablas y lo demuestra a la hora de interpretar a Mallory".

Freddie Highmore y los cineastas dejaron muy claras las diferencias entre los dos gemelos. "Queríamos que el público les reconociera inmediatamente sin por eso exagerar su apariencia y su carácter", dice el joven actor. "El corte de pelo y la ropa son diferentes. Jared siempre lleva pantalones vaqueros, prefiere el rojo y el negro, pero Simon es más conservador y se inclina por los tonos verdes y marrones. Dado que soy inglés, un asesor me ayudó con el acento y también a diferenciar entre los gemelos. Jared va de duro, pero Simon es más tranquilo, estudioso. No han reaccionado del mismo modo ante la separación de sus padres".

Freddie Highmore demostró estar a la altura de las dificultades planteadas por un doble papel. El equipo técnico y el actor establecieron una rutina para rodar las escenas en las que aparecen Simon y Jared. En este tipo de película, el tiempo es oro; por lo tanto, el cambio de un personaje a otro y de decorados debe ser muy rápido. El papel no estaba diseñado para alguien que no funcionase bajo presión.

El joven actor explica: "Durante los ensayos, estudiamos las reacciones de los gemelos. Cuando hablaba uno de los dos, un doble de luces o un especialista ocupaba el lugar del otro gemelo, aunque en muchos casos sólo tenía una cruz naranja en una pantalla azul como punto de referencia. Gran parte del atractivo de la película son las imágenes generadas por programas de última generación, pero esto también lo hacía aún más complejo. Era asombroso ver como Mark Waters y el equipo controlaban todas las dificultades. Estudié los requisitos técnicos a fondo para poder concentrarme en la interpretación de los dos gemelos. Además, tuve que seguir estudiando durante el rodaje, no tenía ni un minuto libre, pero me lo pasé muy bien. Fue una oportunidad extraordinaria".

Sigue diciendo: "Hay escenas de miedo, pero me divertí mucho rodándolas. Estar colgado de una torre produce un subidón de adrenalina incluso atado a un arnés de seguridad. Es como ver la película acabada desde la butaca de un cine. A pesar de saber que no puede ocurrir nada, se pasa miedo. Luego, cuando ya no había peligro, me moría de ganas de rodar otra escena parecida. Queríamos que el mundo de Las crónicas de Spiderwick pareciera real, que los peligros fueran auténticos. Los niños sólo consiguen sobrevivir uniendo sus fuerzas".

Freddie Highmore está convencido del éxito de la película. "Creo que los niños disfrutarán viajando a un nuevo mundo fantástico que reúne la magia y el miedo. Y la película gustará a los padres por los temas más adultos y el desgarro emocional por el que pasa la familia. Es una buena película para todo el mundo".

Sarah Bolger, que interpreta a Mallory, la hermana de Jared y Simon, entiende el rasgo protector de su personaje hacia sus hermanos, a pesar de que Jared consiga sacarla de quicio. Su afán protector se hace aún más patente cuando el mundo mágico entra en la vida cotidiana de la familia.

"Mallory es consciente del porqué se han divorciado sus padres, pero no se lo dice a sus hermanos. En cierto modo, intenta hacer de madre sustituta porque la madre de los tres lo está pasando muy mal".

La joven actriz aprendió esgrima para interpretar a Mallory, un deporte muy útil a la hora de echar a trasgos merodeadores. "No cabe duda de que Mallory tiene mucho genio", dice Sarah Bolger. "Me lo pasé muy bien interpretándola, sobre todo en las escenas de esgrima. Pero lo que más me gusta de ella es su afán por ser una buena hermana y una buena hija".

La actriz hizo un curso intensivo de esgrima para interpretar las escenas de lucha. Según ella, mereció la pena: "Hay muchas escenas de acción en la película y muchísima esgrima. Nunca me separo de mi florete, me encantaba, pero tuve que aprender a manejarlo. Practiqué esgrima durante tres semanas en Montreal y me preparé para las escenas de acción. Antes había estudiado tres o cuatro semanas en Dublín".

Y añade: "Me gustan las escenas de acción a pesar de que acabé con unos cuantos moratones, pero valió la pena, me divertí mucho. Ahora bien, también disfruté con las otras escenas porque el diálogo es muy rico, muy realista".

Hubo momentos, sin embargo, que no recuerda con tanta alegría, sobre todo aquellos que tenían que ver con zumo de tomate y copos de avena, una mezcla letal para los trasgos y que, al cabo de un día de rodaje, tampoco es muy agradable para los seres humanos. "Hay una escena en que los trasgos nos persiguen y nos encerramos en la cocina para protegernos", recuerda. "Decidimos llenar el horno de zumo de tomate y de copos de avena, encenderlo para que explote y los mate. Era una escena complicada y salió muy bien. Pero la mezcla apesta y había como tres centímetros de zumo de tomate en el suelo de la cocina. Era repugnante".

Los jóvenes actores también debieron aguantar estoicamente mientras se les tiraba saliva de trasgo en el ojo una y otra vez y aparentar sorpresa con cada nuevo salivazo. "Rodamos numerosas tomas tirándoles gelatina a la cara", dice Phil Tippett. "Siempre conseguían poner cara de asombro. Sinceramente, yo sería incapaz".

Mary-Louise Parker, premiada por los Emmy, los Globos de Oro y los Tony, interpreta a Helen Grace, la recién divorciada madre de Jared, Simon y Mallory, que intenta rehacer su vida, algo nada fácil debido al comportamiento de Jared. La actriz explica que, a pesar de las dificultades, Helen no pierde la esperanza, motivada por el amor que siente por sus tres hijos. "Es comprensible que Jared lo haya tomado mal, es el más complicado de los gemelos. Helen tiene una relación diferente con cada uno de sus hijos y su vida personal no es boyante, todo se complica".

Reconoce que Helen cuenta con el apoyo de su hija Mallory, lo que le gustó mucho cuando leyó el guión. "Mallory es muy diferente de las adolescentes que solemos ver en el cine. No sólo se comporta como un chico, también dice lo que piensa, es inteligente y sabe expresarse. Además, le gusta la esgrima, un deporte poético que aquí sirve de metáfora", dice la actriz.

Mary-Louise Parker dice que le fue fácil trabajar con sus jóvenes compañeros porque son auténticos profesionales: "Me pareció asombroso que Freddie pudiera interpretar ambos papeles tan bien, de forma tan diferente, y sin caricaturizarlos. Es un joven sofisticado sin ser precoz. No me costó ningún trabajo repetir la misma escena con él, una vez como Simon y otra como Jared, porque es un actor interesante. Es sutil, sensible y se esfuerza como el que más. Creo que la película sería muy diferente si el papel lo hubieran interpretado dos niños".

En cuanto a Sarah Bolger, dice: "Es una chica extraordinaria, humilde por naturaleza, pero muy sofisticada, como Freddie. Es fácil olvidar su edad, aunque no imita a los adultos. Tiene mucha técnica interpretativa para alguien tan joven. Es una chica adorable. La verdad, me dejó embobada", dice, riendo.

Al leer el guión, la actriz se sintió muy atraída por la fuerza y emociones de los personajes. También le gustó mucho la actitud optimista del director Mark Waters. "Me parece una película basada en los personajes. Los tres niños son muy diferentes entre sí, algo necesario para dar más fuerza a la película. Mark dirigió a la perfección a Freddie y a Mallory, en parte porque le encanta la historia. Su entusiasmo es contagioso, me lo comunicó. Es un hombre muy positivo, es un placer trabajar con él. Cada mañana me despertaba con ganas de ir a trabajar".

David Strathairn encarna a Arthur Spiderwick, que ha dedicado su vida a estudiar el Mundo Oculto que tanto le fascina. Cuando comprende que la Guía, su obra maestra, es muy peligrosa, decide esconderla, pero de nada servirá.

El actor reconoce que comparte el interés de Arthur Spiderwick por el mundo encantado, aunque desde un punto de vista más metafórico. Cita el libro de Bruno Bettelheim Psicoanálisis de los cuentos de hadas: "...los cuentos de hadas son una ayuda incomparable para que los niños realicen la tarea más dura, importante y satisfactoria: obtener una conciencia más madura..." Efectivamente, parece que el autor se refiere a los niños de la película.

"El ensayo de Bettelheim explica que el mágico, extraño y aterrador reino poblado por hadas, espíritus y trasgos, el mundo simplista del bien y del mal, es donde solucionamos muchas cosas. El lobo feroz, los bosques oscuros, las pócimas y la magia nos ayudan a encontrar el camino a través de nuestras junglas internas. Eso mismo pasa en la película. Jared, Simon y Mallory intentan aclarar qué ha ocurrido con su familia, y el libro de Arthur, en muchos aspectos, es más que una guía para un mundo mágico, es válida para la realidad diaria".

Además, el actor reconoce que le interesaba mucho trabajar en una película llena de seres creados en su mayoría por ordenador: "Trabajé sobre todo con personajes a los que se animaría después. Nunca lo había hecho, fue un auténtico descubrimiento. Me pareció fascinante, fue una iniciación al estilo hollywoodiense", acaba diciendo.


Expertos en efectos visuales
Con tantas criaturas y seres complicados, los productores de Las crónicas de Spiderwick eran conscientes de que sería mejor recurrir a dos magos de los efectos visuales para realizar el trabajo. ¿Y quién mejor que Industrial Light & Magic (ILM) y Tippett Studio?

"Queríamos contratar a ambas empresas", explica el coproductor Tom Peitzman, "pero queríamos asegurarnos de cuál era la mejor para hacer una cosa o la otra". Tippett Studio, que se dio a conocer por su trabajo en películas como Parque jurásico y Robocop, se encargó de crear el ejército de los espeluznantes trasgos encabezados por Redcap, del desastroso trasno Hogsqueal/Cerdonio y de los amenazantes trols. ILM produjo a Thimbletack/Dedalete, como trastolillo agradable o encolerizado, a Mulgarath en sus múltiples formas, a los espíritus y sílfides. En total, ambos estudios crearon unas 600 tomas.

El oscarizado Phil Tippett se encargó de supervisar a las criaturas. "Mi trabajo consistía en asegurarme de que los personajes creados por ambas empresas encajaran dentro del mundo mágico", explica.

El diseño de los personajes se basó en los dibujos realizados por Tony DiTerlizzi para ilustrar los libros Las crónicas de Spiderwick. "Fueron una base muy apropiada para Phil Tippett (fundador de Tippett Studio), Pablo Helman (supervisor de ILM) y nuestro diseñador de producción Jim Bissell", dice Tom Peitzman. Se encargaron de transformar los personajes bidimensionales del autor y dibujante a una realidad tridimensional. "Se trataba de transformar los dibujos realizados por Arthur Spiderwick a partir de sus observaciones y recrearlos, convertir los dibujos en criaturas reales", explica Phil Tippett.

"Las ilustraciones de los libros se decantan claramente por una unión entre la naturaleza y el arte, en parte planta en parte ser humano", explica Pablo Helman, refiriéndose sobre todo a los personajes disfrazados orgánicamente en el Mundo Oculto. Phil Tippett añade: "Sin embargo, para otras criaturas, estudiamos roedores y pájaros con el fin de crear una base; por ejemplo Thimbletack/Dedalete, cuyo aspecto recuerda a un roedor".

A continuación, los personajes fueron desarrollados mediante "maquetas" de barro tridimensionales, pequeños modelos muy detallados usados habitualmente en estudios de efectos visuales, y programas informáticos. ILM usa el sistema Rapid Prototyping no sólo para generar modelos, sino también para obtener movimientos básicos. "El director puede mover el personaje, escoger las dimensiones físicas del mismo y algunos movimientos típicos al principio del proceso", explica el supervisor de efectos visuales Tim Alexander.

Durante la animación propiamente dicha, los animadores trabajan con las tomas de referencia de los actores rodadas durante las sesiones de doblaje para caracterizar al máximo las criaturas. "Si no se hace así", aclara Pablo Helman, "no funciona, porque el personaje carece de alma".

"Es una gran ayuda", añade Tim Alexander. "Podemos añadir pequeños tics, el lenguaje corporal del actor durante la grabación, confiriendo más expresión al personaje que generamos. Las tomas de Martin Short nos sirvieron mucho para sincronizar las labiales de Thimbletack/Dedalete, por ejemplo".

Era crucial ver a Nick Nolte interpretar a Mulgarath para incluir la faceta de "ser maldito" al personaje. "Tim Harrington, de ILM, y yo estuvimos presentes durante las sesiones de doblaje", dice Phil Tippett. "Realmente fue increíble verle. Realizó una sesión de dos horas y media, estaba sudando, pero se entregó totalmente al personaje".

Los personajes sin voz del Mundo Oculto, los espíritus y las sílfides, debían ser absolutamente mágicos. Tim Alexander, refiriéndose a los preciosos espíritus en forma de flor, dice: "Jugamos con su entorno. Viven entre las flores. Bastó con esconderlos en grupos de flores y dejar que aparecieran de pronto". Basaron el etéreo movimiento de los espíritus en las medusas. Para crear los millones de semillas de diente de león que representan a las sílfides fue necesario usar el programa de "generación de partículas" creado por ILM. Se aplicó una diminuta sílfide a cada partícula.

Por otra parte, Todd Labonte, de Tippett Studio, y su equipo se esforzaron en conferir rasgos diferentes a cada uno de los trasgos, siempre que fuera posible. "Es muy complicado conseguir que una multitud parezca un grupo de individuos", dice Phil Tippett. "Todd y su equipo son expertos en hacer que cada individuo dentro de una multitud sea una entidad específica, sin perder la cohesión de una multitud".

Phil Tippett, Pablo Helman y el supervisor de efectos especiales Michael Lantieri estuvieron presentes durante los seis meses que duró el rodaje en exteriores y en los platós de Mel’s Cité du Cinéma, en Montreal, para asegurarse de que seguía produciéndose la magia delante de las cámaras y para preparar la posterior incorporación de los efectos visuales generados por ordenador. "Para que el conjunto sea creíble, hace falta que el actor actúe de verdad con el personaje que se generará posteriormente", explica el coproductor Tom Peitzman.

Los actores están acostumbrados a mirar a su compañero al interpretar una escena, pero nada de eso es posible cuando el otro personaje tardará meses en cobrar vida. "Al hablar con otra persona, todos hacemos gestos muy sutiles", explica Phil Tippett. "Miramos la cara del otro, nos inclinamos o echamos hacia atrás".

Para facilitar el trabajo de los actores, el equipo de efectos visuales creó modelos para colocarlos en el sitio de Hogsqueal/Cerdonio o de Thimbletack/Dedalete. "Construimos modelos y los vestimos para que el actor tuviera una referencia visual. Funciona muy bien. Si alguien se limita a mirar una cruz en una pantalla, las escenas pierden mucha emoción", dice el fundador de Tippett Studio.

Los modelos también se ruedan para que los animadores dispongan de una referencia y vean cómo cae la luz en los personajes, y así poder recrear la misma iluminación en el ordenador y colocar el personaje en la escena con el actor.

Gran parte del caos que se apodera de la mansión Spiderwick se produjo bajo la supervisión del experto en efectos especiales Michael Lantieri. "Durante el rodaje me ocupé de todos los efectos mecánicos, que incluían acción entre los actores y los personajes creados por ordenador", dice.

Obviamente, para que todo saliera bien, debía haber mucha comunicación entre los tres supervisores. "Decidimos desarrollar la acción al máximo porque ayuda a que los personajes parezcan más reales. Calculamos la masa, peso y movimientos de los personajes para que todo transcurriera dentro de las leyes de la física", añade.

Cada mañana, Phil Tippett, Pablo Helman y Michael Lantieri estudiaban las previsualizaciones de las escenas que se rodarían ese día, en las que veían dónde estarían colocadas las criaturas y cómo reaccionarían. Michael Lantieri explica: "Debíamos conocer el tamaño de sus pasos, qué huella dejarían en la hierba, si usaban la mano derecha o la izquierda. Por ejemplo, un trasgo no se mueve como un ogro. Mulgarath es muy grande y alcanza cosas más altas, mueve objetos más pesados. Estudiábamos los personajes y luego decidíamos qué tocarían, por ejemplo, cuando atacan la casa. Más tarde calculábamos los movimientos a gran escala y la acción con los personajes mediante programas informáticos".

Siempre que fue posible, Michael Lantieri se inclinó por destruir físicamente el entorno que atacan los trasgos y Mulgarath: "Destruimos tanto como pudimos. Hay una escena en la que vuela una pared. La volamos y luego añadimos los personajes. Rompimos, tiramos, empujamos todo lo que rompen, tiran y empujan en la película", acaba diciendo.