No tan duro de pelar es una comedia acerca de tres jóvenes inadaptados que hacen frente a sus infortunios de instituto con la ayuda de un mercenario venido a menos.
Todo empieza el primer día de instituto cuando el trío de preocupados alumnos compuesto por el regordete Ryan (Troy Gentile, Super Nacho), el delgadísimo Wade (el recién llegado Nate Hartley) y el diminuto Emmit (David Dorfman, The Ring/La señal) se convierten en el blanco instantáneo del psicópata local Filkins (Alex Frost, Elephant), un experto en bullying. De pronto, lo que imaginaban como los mejores años de su vida se convierten en un infierno. Los chicos se dan cuenta de que sólo les queda una solución, contratar a un guardaespaldas.
Aparece en escena Drillbit Taylor (Owen Wilson). Posiblemente no sea el mejor mercenario, asesino a sueldo o gorila, pero sin duda alguna es el más barato de los que contesta al anuncio que colgaron en la red.
Al parecer, Drillbit es un personaje frío, peligroso y experimentado en operaciones encubiertas y artes marciales de lo más exótico. Pero también es un completo farsante.
Engaña y convence al crédulo trío para que pasen por un entrenamiento demencial y, después de varios fallos garrafales, consigue inculcarles nuevas habilidades y la confianza en sí mismos que necesitaban. Pero a la hora de la verdad, Drillbit no está a la altura de Filkins y su reinado del terror. A Ryan, Wade y Emmit sólo les queda transformar al embaucador en el salvador que había prometido ser.