Lo que yo quería
O el porqué de cómo, cuándo, quién, y dónde

Lo que yo quería era, tras haber escrito durante veinte años una treintena de largometrajes, abandonar ese lugar confortable de viejo guionista por el de, ¡dios! el mucho más incierto de joven realizador.

Lo que yo quería era escribir una tragedia de espionaje. (A veces, puede que el resultado haga reír.)

Lo que yo quería era no olvidarme que la primera vez donde abracé a una chica fue en Montevideo, en 1972, en un cine, ante Agente 007 contra el Doctor No.

Lo que yo quería era inventarme un personaje que fuera el nieto adoptivo del Tercer Hombre.

Lo que yo quería era plantear un proyecto donde pudiera intentar aplicar las mil y una ideas de puesta en escena que se han acumulado en mi espíritu durante estos veinte años, en el curso de los cuales opté por imaginar películas sin jamás convertirlas en imágenes.

Lo que yo quería era saber si en el cine se puede experimentar algo comparable al placer, y al tormento, que me embargan en la soledad, cuando escribo mis libros.

Lo que yo quería era ir un poco más allá en los intercambios que mantengo desde hace años con los directores de fotografía, técnicos de sonido, decoradores, y actores.

Lo que yo quería era saber si es posible sentir todos los días lo que siento en algunas ocasiones al ver las primeras pruebas de las películas que tan sólo he escrito: Que un actor haya dado vida a lo que yo he abandonado inerte en un papel.

Lo que yo quería aquí, y ello puede considerarse un primer fracaso, era escribir algo más interesante que las palabras que suelen escribirse acerca de lo que se ha hecho: Esas palabras que a menudo acaban en unas notas de intenciones, o en dossieres de prensa.



Santiago Amigorena
Nació en Buenos Aires. Tras escribir una treintena de películas (entre las cuales: Les Gens normaux n'ont rien d'exceptionnel (1993); Les fils du requin (1993); Le péril jeune (1994); Samba traoré (1992); Post coïtum animal triste (Post coïtum animal triste, 1997); Rien à faire (Rien à faire, 1999); Tokyo Eyes (Tokio Eyes, 1998)), ha publicado cuatro libros ("Une enfance laconique"; "Une jeunesse aphone"; "Une adolescence taciturne"; "Le premier amour"), antes de decidir ya tardíamente realizar un primer largometraje: Algunos días de septiembre.