Un grupo de rock llega a París, donde les recibe un grupo de admiradores, periodistas y fotógrafos entre vítores y aplausos. Acompaña al grupo su manager, un señor inglés de cincuenta años que responde al nombre de Larry Kelly; en el pasado Larry organizó varias giras para María Callas. Larry intenta sin éxito llamar por teléfono a la famosa cantante de ópera. Se acerca al apartamento de María en París, donde sabe que lleva viviendo un tiempo como una ermitaña, y le intenta convencer de que haga una aparición especial con el nombre de Callas Forever.
María no es ni la sombra de lo que era, de la mujer elegante y segura de sí misma que todos conocemos. Tiene insomnio y se pasa todas las noches en vela escuchando los discos que grabó. Durante el día vive voluntariamente exiliada con la ayuda de drogas varias. Rechaza la oferta de Larry con firmeza. Su carrera ha terminado.
Pero Larry sabe que sigue ejerciendo cierto poder sobre María y con la ayuda de Sarah, una periodista inglesa amiga de toda la vida de la cantante de ópera, la convencen de que le acompañe a un estudio de televisión. En el estudio le explican que el proyecto consiste en una serie de vídeos en los que María recreará las más memorables de sus actuaciones acompañadapor la voz de sus antiguos discos.
Fascinada por las posibilidades tecnológicas de hoy día, María accede a hacer el primer vídeo Carmen, una ópera que nunca cantó sobre el escenario. El primer visionado del Especial de Carmen en los estudios de televisión es un éxito: todos aplauden y la felicitan. María se deja llevar por esta acogida calurosa y accede a hacer el siguiente vídeo de la serie: La Traviata.
Sin embargo, en una de sus noches de insomnio, le persigue no sólo el fantasma de Tosca, sino los fantasmas de todos los Toscas que ha interpretado durante su carrera. Al día siguiente María le dice a Larry que no puede hacer La Traviata y que ha decidido interpretar a Tosca en su lugar.
Siente que todavía hay algo del personaje que se le escapa, y que la única forma de descubrirlo es interpretándolo frente a un público. Larry le concede el deseo. María aparece ante un gran público, al que le explica la extraña relación que une a Tosca y a Scarpia, señalando que la mujer, a pesar del odio que siente hacia Scarpia, es inconscientemente atraída por el poder que ejerce.
Cuando María empieza a cantar, el público se da cuenta de que su voz ya no es lo que era; no obstante, su orgullo y su pasión siguen manifestándose con la intensidad de antes. Durante su actuación, María revive varios momentos de su relación con Aristóteles Onassis, y en su voz resuena el torbellino de emociones que la asaltan.
María canta y actúa, dando rienda suelta a un mar de emociones contradictorias que fluyen por su persona. Larry nunca la ha visto dar un espectáculo tan ‘real’ sobre el escenario; al igual que el público, ha quedado cautivado por la magnitud y fuerza de su interpretación: al terminar el número sólo se oye el estruendo de aplausos en la sala.
Gracias a esta actuación, María llega a un nuevo nivel de comprensión sobre los vídeos: se da cuenta de que ya no es la cantante que fue en su día, y que no debe hacer que tiene una voz que ya no existe. Les dice a los responsables del proyecto que sólo grabará el vídeo de Tosca si la graban en directo. Los responsables niegan la petición de María y se paraliza el proyecto.
En un encuentro emocionalmente muy duro entre Larry y María, ella admite que ya no tiene la voz de antes, y le pide a Larry que destruya el vídeo de Carmen. Larry, decepcionado, le promete que nadie verá el vídeo. María, agradecida, le abraza antes de volver a su vida de ermitaña en su apartamento de París. María Callas murió poco después, el 16 de Septiembre de 1977.