Con 28 años Julien Magnat hace su debut como director de un largometraje. El reparto está encabezado por Olivia Bonamy (Une pour toutes, La cautiva), Adrià Collado (Evita, El sueño de Ibiza, Buñuel y la mesa del rey
Salomon), Laurent Spielvogel (French Kiss, Astérix y Obélix contra César), Jeff Ribier (Comme un bateau,
La mer en moins), Valentina Vargas (El gran azul, El nombre de la rosa, Calle sin retorno), Julien Boisselier (Cuando seamos mayores, Juego de niños).
Extracto de la entrevista al director:
¿De dónde sale Bloody Mallory?
¡Ella salió sin ninguna duda de mi imaginación! Estaba en mi casa, muy enfadado con alguien, en la cama y tecleando en un ordenador portátil, cuando la idea de una película surgió de repente. ¡Diez páginas escritas de un plumazo! A decir verdad, si el proyecto nació de una forma tan brusca, se debe sobre todo al fracaso de otro proyecto, que debería haberse hecho con Fidélité Productions y Canal + Ecriture, quienes me habían contactado a la salida de la escuela. Se trataba
de SLASHER, un SCREAM a la francesa que se debía desarrollar en un instituto de las afueras particularmente vetusto y donde todos los alumnos, feos y pobres, no se preocupaban apenas de asesino de turno. El proyecto no se pudo concluir, me lancé a la búsqueda de nuevas ideas. Lo que me permitió encontrarme con Stéphane Kazandjian, con el que luego escribí BLOODY MALLORY.
¿Y los productores le escucharon de inmediato?
Yo les expuse la idea en la terraza de un café. Me escucharon atentamente y me dieron en seguida una opinión positiva. Firmamos y luego me puse con el primer tratamiento de la historia junto con Stéphane Kazandjian.
¿Cómo explica usted que este nuevo proyecto haya tenido tanto éxito?
Porque yo no he escatimado en criaturas, escenas de acción y situaciones delirantes, desde la primera escena, la de la iglesia. ¡Los productores babeaban con la idea de ver monjas explotando y vampiros lanzándose a la gente! Gracias a la historia de BLOODY MALLORY, se han vuelto a ver métodos de producción que están en vigor en películas como UN JUEGO DE NIÑOS y en REQUIEM, obras bastante modestas, al contrario de BLOODY MALLORY, para la cual hizo falta invertir un presupuesto ligeramente mayor para poder realizar la película de la forma más excesiva posible sirviéndonos del humor y del cine fantástico.
El cine fantástico, usted lo maneja de una forma excesiva...
Con BLOODY MALLORY no se pretendía llenar la cabeza del espectador con las preocupaciones existenciales típicas del cine de autor. Yo quería hacerla sin moderación alguna, reencontrar el aspecto subversivo de las verdaderas series B. Y también el de una serie de TV, "Xena la Princesa Guerrera", que no ha tenido ningún éxito en Francia. Yo debía ser el único que la veía regularmente.
BLOODY MALLORY le debe un poco a lo políticamente incorrecto de "Xena". Aunque se oculte bajo una apariencia de divertimento familiar, ¿de qué habla realmente "Xena"? ¡De dos lesbianas que recorren el mundo! Algo nunca visto en televisión. La malvada de BLOODY MALLORY, Lady Valentina, se inspira de alguna forma en Calixto, la malvada de Xena. Eso me encanta, y también me encantan las superheroínas. Además, yo he estado intoxicado por los cómics de Marvel desde siempre. Hasta tal punto que le envidio a Bryan Singer el haber podido traspasar los X-MEN a la pantalla. Podemos decir que, BLOODY MALLORY es también una película con superheroína como lo es también mi cortometraje "Chastity Blade".