La película está protagonizada por Dennis Quaid, Matthew Fox, Forest Whitaker, Edgar Ramirez, Ayelet Zurer, con Sigourney Weaver y William Hurt. Dirigida por Pete Travis. Producida por Neal H.P Moritz. Guión de Barry L.P. Levy. Productores ejecutivos: Callum Greene, Tania Landau, y Lynwood Spinks. Director de fotografía: Amir Mokri. Diseño de producción: Brigitte Broch. Realizador: Stuart Baird, ACE. Diseño de vestuario: Luca Mosca. Música: Atli Örvarsson.
El presidente de Estados Unidos está en España para pronunciar un gran discurso sobre el terrorismo. Cuando se está acercando al estrado en mitad de de la Plaza Mayor de Salamanca, abarrotada de gente, se oye un disparo, y en ese momento se desata el caos más absoluto, mientras el presidente cae al suelo.
Ésta es la imagen de partida de la película, un thriller de acción que, para el director Pete Travis, fue la oportunidad de explorar la idea de "la verdad", y el hecho de que ésta está en el ojo de quien la contempla. A medida que se desarrolla En el Punto de Mira, la película explora el periodo inmediatamente anterior y posterior al intento de asesinato desde los puntos de vista únicos de ocho participantes clave, que van desde el propio presidente y los agentes del servicio secreto que le protegen, hasta un turista que está en la plaza sólo por casualidad. "Si se siguiera sólo una de las historias, nunca se sabría la verdad sobre lo que realmente ha ocurrido", afirma Travis. "Cuando se ve cada historia, se ve algo distinto que no se sabía antes. Y así es como te das cuenta de que te estás imaginando lo que realmente ha pasado".
Travis señala que, además de las cinco conocidas estrellas estadounidenses y los cuatro excelentes actores internacionales que protagonizan En el Punto de Mira, hay una estrella más: la historia. "Tienes a ocho personas distintas, ocho formas de ver el mundo, ocho piezas de un rompecabezas. Es el sueño de todo director: no puedes resolver el misterio de la película sin ver el mundo desde los puntos de vista de distintas personas. Es una historia que sólo se puede contar en el cine. Una película sobre las distintas formas de 'ver'. ¡Fantástico!".
Para Dennis Quaid, protagonista principal de En el Punto de Mira, la película supuso la oportunidad de tamizar sutilmente una actuación basada en el punto de vista. "Nosotros nos vemos de una manera, pero los demás nos ven de otra", explica. "Yo interpreto a mi personaje de una forma cuando la historia se cuenta desde mi punto de vista, pero cuando el punto de mira de la película cambia al de otro personaje, lo interpreto tal y como lo ve ese personaje, y así sucesivamente. Una persona no es vista de la misma manera por otras dos personas".
El guionista Barry Levy añade que los numerosos puntos de vista conducen al caos, y únicamente mediante la comprensión mutua puede hallarse la verdad. "La gente sabe únicamente lo que tiene ante sus ojos, lo que puede entender, y eso limita la comprensión de cada persona sobre lo que está sucediendo", afirma. "Sólo cuando el público ve el cuadro conjunto, las ocho historias, las ocho piezas del rompecabezas, entenderá qué ha sucedido. En último término, la historia es una historia única, el viaje de un héroe, pero contada desde ocho puntos de vista distintos".
Para llevar la idea de Levy a la pantalla, el productor Neal H. Moritz recurrió a Travis, cuyo primer largometraje como director, Omagh, narraba el atentado con bomba perpetrado en 1998 en Irlanda del Norte. "La forma en que Pete supo captar la realidad, los personajes o el sonido era totalmente original", cuenta Moritz. "El original enfoque de Pete hacia el material me hizo entender que En el Punto de Mira estaría en buenas manos".
Travis y Levy eran totalmente conscientes de que la película que estaban haciendo, por su propia naturaleza, exigía ver las mismas acciones una y otra vez, desde diferentes puntos de vista. "Teníamos que conseguir que tuviera frescura", afirma Travis. "Al tener que ver las cosas más de una vez, intentábamos asegurar que cada vez se viera algo diferente. Por ejemplo, cuando se ve la plaza por primera vez, se ve como las cámaras la muestran: muchas cámaras, con planos largos y estáticos o cortos y de mano, del mismo modo en que saldría en un telediario. Cuando se ve desde el punto de vista de un agente del servicio secreto, es como caminar en un anfiteatro, y se oye un ruido que no se había oído antes. La multitud, que antes parecía amistosa, tiene un aspecto diferente para un agente del servicio secreto que se acaba de incorporar al servicio tras recibir un disparo un año antes. Cada cara de la multitud es un posible asesino, cada ondear de bandera puede ser una señal para alguien. Intenté rodar esa imagen de forma que se mostrara lo que él siente, para que la historia tuviese un aire diferente cada vez".
Moritz afirma que los productores utilizaron prácticamente todas las herramientas disponibles para diferenciar las historias. "Ya fuese mediante el uso de distintas lentes, distintas exposiciones, distintos tipos de iluminación, o distintos planos, mediante cámaras de mano, cámaras fijas o grúas, utilizamos distintos trucos para intentar que cada una de las historias pareciese individual, para mantener el interés del público en los giros y vueltas del guión, e invirtiera en la historia de cada personaje".
Una vez terminado el rodaje, Travis todavía encontró una forma más de dar frescura a la narración: "Cuando empezamos a montar la película, nos aseguramos de que cada historia terminase con una situación tensa. Únicamente al final las historias se acoplan unas a otras y se puede entender lo que pasó".
Y las ocho historias son necesarias, según Quaid. "Esta película es un rompecabezas, y si se quita una pieza, no se puede ver la imagen completa", afirma.
En la película aparece un excelente plantel de reconocidos actores, incluidos Dennis Quaid, Matthew Fox, Forest Whitaker, William Hurt, y Sigourney Weaver, así como estrellas internacionales con grandes carreras ascendentes, como el español Eduardo Noriega (protagonista de Abre los ojos, la versión original de Vanilla Sky), la israelí Ayelet Zurer (Munich), el francés Saïd Taghmaoui (El odio), y el actor venezolano Edgar Ramírez (The Bourne Ultimatum).
Quaid cuenta que lo que le atrajo de la película fue la posibilidad de trabajar con su director. "Había visto la película anterior de Pete, Omagh, sobre el atentado terrorista del IRA en Irlanda. Me gustó su estilo realista; hay muchísima acción. Sus películas son apasionantes; sabes que lo que ves son actores, pero tienen la inmediatez de un documental".
Fox afirma que los giros y cambios de su personaje le atrajeron inmediatamente. "Me fascina el concepto de la perspectiva", confirma. "Es una gran oportunidad de interpretar a una persona que tú crees que es de una forma, pero resulta ser completamente diferente".
Whitaker, que el año pasado ganó el Oscar de la Academia al Mejor Actor por su actuación en El último rey de Escocia, añade: "Cuando conocí a Pete, me contó lo que había hecho antes, ¡y resulta que fue trabajador social antes de empezar en el cine! Hablando de diferentes perspectivas... Después de ese primer encuentro, supe que quería hacer esta película, y afortunadamente, todo ha ido bien".
Quaid añade que En el Punto de Mira era también una oportunidad para ahondar en las películas de acción. "Mientras leía el guión, no me di cuenta de cuánta acción había en la película, pero de hecho hay tiros, bombas que caen, persecuciones tremendas de automóviles... todo muy excitante y muy divertido. Para mí, interpretar las escenas de acción fue como volver a ser un niño".
Travis señala que la acción subraya las ideas en la película. "Lo excitante de la acción es que muestra las cosas de una forma que no las habías visto antes. Se convierte en parte del punto de vista", afirma. "La cámara tiene una gran energía kinésica, visceral, como si fuesen tomas de mano: la idea es hacerla participante de la acción. Cuando la gente corre, la cámara corre con ellos, cuando entran en una habitación, la cámara los sigue. Durante la persecución automovilística, cuando uno de los coches choca y la cámara da vueltas dentro del coche, ése era nuestro fabuloso coordinador de especialistas, Spiro Razatos, que mantuvo la cámara firme mientras recibía el golpe".
Para hacer la persecución más real, Travis y Razatos vieron sus persecuciones favoritas del cine buscando inspiración, y después planearon la suya hasta el mínimo detalle. "Nos sentamos con un montón de juguetes y planeamos cada efecto especial, y después hicimos una descripción con viñetas, pensando: ¿qué se siente realmente en una persecución?".
"En cierto modo, es también un punto de vista", continúa. "Cuando ves a Dennis Quaid conducir, con la cámara detrás mirando por encima de su hombro qué es lo que está persiguiendo, no estás solo viendo cómo persigue a alguien, más bien estás allí con él, en la persecución con él, y es más real y más excitante".
A Moritz le entusiasmaba la idea de hacer la película como un homenaje a una de sus favoritas. "Rashomon es un clásico de cuatro estrellas y, aunque esa película juega en una liga propia, es apasionante explorar algunos temas comunes", narra entusiasmado. "Incluso con las mejores intenciones, todos interpretamos las cosas de forma distinta. Si una película puede excitarte sobre una idea, y al mismo tiempo incluir una persecución apasionante, reúne lo mejor de ambos mundos".
Reparto
Dennis Quaid asegura que los desafíos y problemas de su personaje le ayudaron a subrayar la tensión central de la película, es decir, que los acontecimientos vienen determinados por el punto de vista de cada persona. "Barnes es un tipo que se llevó un balazo por proteger al presidente, y es el primer día que vuelve al trabajo", explica. "Su vuelta al trabajo le despierta muchos recelos, lo que le hace nervioso y pronto a reaccionar: demasiado rápido, según se ve más adelante, porque a veces su instinto visceral se equivoca. Pero en última instancia, no eres tan paranoico si resulta que tenías razón".
"Dennis Quaid siempre ha sido el típico héroe americano, incluso desde Elegidos para la gloria y Querido detective", cuenta Travis. "Eso es lo que siempre me ha gustado de él: es la quintaesencia de lo americano, una estrella de cine al estilo antiguo, un hombre de una pieza. Pero, sin embargo, es vulnerable. Y eso es lo que el personaje requería, un hombre desgarrado en su interior. Todo el mundo le trata como un héroe, pero eso es justamente lo último que quiere ser: él solamente está haciendo su trabajo. Dennis aportó una sensibilidad real al personaje. Y luego está, además, la formidable persecución en coche".
Matthew Fox interpreta al compañero de Quaid, el agente del servicio secreto Kent Taylor. Como confidente e íntimo amigo de Barnes desde hace muchos años, Taylor está en una posición única. "La historia de Dennis y Matthew es realmente una historia de hermanos, en cierto sentido. Esos dos hombres se cuidan mutuamente. Taylor saca la cara por su mentor, que está pasando una época difícil al volver al trabajo tras recibir un disparo. Todo cambia cuando se atenta contra el presidente: esa relación se empieza a analizar con microscopio".
Por eso, Travis buscaba un actor que supiera defenderse al lado de Quaid. "Como Dennis, es también un héroe americano", afirma Travis. "Existe una autenticidad maravillosa en Matthew que me encanta, tiene una energía fantástica y una gran capacidad de sorprender".
A Fox le entusiasmó la estructura del proyecto. "Cuando la película vuelve hacia atrás y se ve lo que estaba haciendo mi personaje, toda la perspectiva cambia: ¡Oh, Dios mío! ¡Es verdad que estaba haciendo otra cosa!".
"Es muy estimulante para un actor", prosigue Fox. "El tener la oportunidad de jugar con distintos aspectos de tu actuación, interpretando emociones o gestos peculiares, el dar a una escena distintos significados, es gratificante de verdad. En esta película, eso está incluido desde el principio, es parte de la historia".
A Fox también le gustó la oportunidad de trabajar estrechamente con Dennis Quaid. "El personaje de Dennis es mucho más que el mentor del mío: es como un hermano", dice Fox. "Es un vínculo muy intenso el que los une. Dennis es un gran actor, y poder explorar la relación entre estos dos tipos con él fue muy emocionante".
Forest Whitaker, que interpreta a un hombre corriente llamado Howard Lewis, se unió al reparto tras mantener sólo una entrevista con Travis. "Omagh tenía tanta fuerza, tanta honradez...", afirma emocionado. "Trabajar con él era una de las principales razones por las que quise unirme a este proyecto. Tiene muy buena onda".
"A diferencia de los demás personajes, Howard Lewis es un hombre totalmente corriente", explica Travis. "La mayor parte de nosotros nunca seremos el presidente, o un agente del servicio secreto, y ni siquiera un realizador del telediario. Él es el típico fulano nunca ha estado en España, nunca tan cerca del presidente, le emociona la idea de grabarlo y enviar las fotos a sus hijos que están en casa y de repente se encuentra en el epicentro de esta gran historia. Es el tipo al que nunca escogieron para el equipo de fútbol y que se muere de ganas por ser el héroe, y esta es su oportunidad".
Whitaker disfrutó de la oportunidad de participar en una película de acción. "Howard corre muchísimo", explica entre risotadas. "Durante el rodaje, no sólo tenía que correr, sino que corría por calles y más calles. Así, una vez tras otra. Durante dos meses, parecía que lo único que yo hacía era correr. Y se hicieron muchos chistes a costa de eso".
William Hurt se unió al reparto cuando se le ofreció la oportunidad de interpretar al presidente de los Estados Unidos. Para preparar el papel, el actor galardonado con el Oscar tuvo la oportunidad extraordinaria de entrevistar a un hombre que probablemente sabía algo sobre el tema: el presidente Clinton. "Sé que su tiempo es valiosísimo y no quería que lo perdiera conmigo, así que fui muy directo", narra Hurt. "El presidente Clinton fue extremadamente reconfortante y sincero. Le pregunté qué es tener el convencimiento de que representas algo que mucha gente quiere ver muerto. Me explicó que si no estabas preparado para eso antes de presentarte para el puesto de trabajo, no deberías ni siquiera dar el siguiente paso".
"También le pregunté cómo se acepta la enorme responsabilidad que lleva aparejada el cargo", continúa Hurt. "Y me dijo: 'Bueno, es más fácil si vives encima de tu propia oficina'. Y así sucede: el presidente baja las escaleras cuando va a trabajar".
Sin perder de vista los consejos del presidente, Hurt disfrutó de la oportunidad de modificar su actuación cuando interpretaba al presidente de la forma en que otros lo ven, en oposición en la parte de la película que describe el punto de vista del propio presidente. "Cuando los demás lo ven, es interesante verle caminar entre una multitud heterogénea, en la que algunos le adoran y otros le odian, que le rodea por los dos lados. Tienes las dos experiencias, y las dos son verdaderas. En esta película, que examina la naturaleza doble de la realidad, era importante interpretar los dos papeles que la multitud ve".
Travis admira el compromiso que Hurt puso en su personaje y en la interpretación del papel. "Por la forma en que está estructurado En el Punto de Mira, cada actor es el protagonista de la película durante quince minutos", afirma. "William Hurt llegó al rodaje en México, y durante las primeras seis semanas se dedicó a entrar en la plaza, levantar la mano, recibir un disparo y caer de espaldas. Eso fue todo, una vez tras otra, durante seis semanas nada menos. Y nunca se quejó ni una vez, sólo porque sabía que, cuando tocara su historia, sería la estrella".
Travis también quedó impresionado por la forma en que Hurt encarnaba al líder del mundo libre. "Yo no soy estadounidense, pero es el tipo de presidente que querría votar", afirma contundente. "No por la política no sé cuáles son sus ideas políticas y tampoco me interesa especialmente pero es un hombre decente, un hombre inteligente, un hombre moral, quiere hacer las cosas por la razón correcta. Eso es lo que me encanta de él. Nuestra historia describe a ese hombre con un inmenso dilema moral. Éste es el momento definitivo de su presidencia, y su carrera política y su futuro dependen totalmente de esta decisión. William reflejó todo eso de forma excelente".
Travis no es el único que piensa así. "Hacia el final del rodaje, estábamos filmando una secuencia con él y todo el equipo técnico formado exclusivamente por mexicanos se quedó impresionado por la emoción de la escena. Uno de ellos vino hacia mí y me dijo: 'Nunca imaginé que el presidente de EE.UU. me importaría tanto'. William Hurt hace que te preocupes por él. No se trata de política, es simplemente un tipo que hace que te importe".
Para Sigourney Weaver, interpretar a Rex Brooks, productora de un programa de noticias de televisión, fue la oportunidad de dar vida a un personaje cuyo interés principal es captar el momento y la mayor cantidad de hechos posibles. "Definitivamente es una adicta a las noticias" dice la actriz nominada al Óscar de la Academia. "Rex es una visionaria de noticias resuelta e inspirada. Cuando se encuentra en el epicentro del atentado, se siente como un niño en una juguetería. Ella recibe las imágenes y perfila el cuadro que se retransmite por televisión, es muy controladora en ese aspecto".
Para prepararse el papel, Weaver pasó una temporada en la sala de noticias de una importante cadena de televisión. Mientras estaba allí, fue testigo de cómo se contaba la historia de la detención de los supuestos terroristas británicos a quienes se acusaba de conspirar para derribar aviones usando explosivos líquidos. "Fue el gran titular del día, y pude ver cómo se reaccionaba en momentos cruciales", cuenta Weaver. "Estaban tremendamente centrados, engullendo cada detalle, asegurándose de que lo que retransmitían era adecuado y que también era verdad. Por ejemplo, tenían mucho cuidado de no mencionar los elementos que podían usarse para hacer una bomba".
Weaver también pudo presenciar una historia que era "no sólo excitante sino llena de suspense, pero que te permitía conocer a la gente y preocuparte por conocer los distintos lados de la historia. Era muy complejo, y eso me gustó".
En el Punto de Mira también se distingue por las excelentes interpretaciones de reconocidos actores internacionales. Pete Travis afirma que cada uno aporta algo único a su personaje: "Eduardo Noriega es una gran estrella en España y estoy seguro de que también va a serlo en Estados Unidos, porque tiene un gran carisma. Es un hombre consumido por la pasión y los celos al principio de la película porque cree que su novia le está engañando, y descubre que la vida puede ser incluso peor que eso. En cuanto a Ayelet Zurer, en cuanto la vi en Munich, la encontré maravillosamente carismática. Quería a alguien que pudiese ser un poquito de todo: tenía que ser mala, pero también vulnerable. Saïd Taghmaoui es una gran estrella en Francia. Cuando le vi en El odio, que fue su primera película, me di cuenta de que tenía una intensidad feroz. Edgar Ramírez tiene una pinta excelente con pistola: interpreta a un asesino profesional que quiere abandonar su trabajo, pero se ve forzado por las circunstancias a hacer un encargo más. Nunca estás realmente seguro de si Edgar es bueno o malo, y eso es muy excitante para un actor".