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  Expediente Anwar  (Rendition)
  Dirigida por Gavin Hood
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Jake Gyllenhaal, Reese Witherspoon, Alan Arkin, Peter Sarsgaard y Meryl Streep encabezan el reparto estelar de Expediente Anwar, una cinta de suspense dirigida por Gavin Hood (director de la película ganadora del Premio Oscar® de la Academia Tsotsi); la película se adentra de un modo provocador en los complejos asuntos políticos que rodean a la política de "rendición extraordinaria" del gobierno de Estados Unidos, una política por la que se secuestra a ciudadanos considerados como una amenaza para la seguridad nacional para detenerlos e interrogarlos en prisiones secretas de otros países.

Expediente Anwar explora la zona gris situada entre la izquierda y la derecha y lo correcto y lo erróneo sin llegar a encontrar respuestas sencillas. Gavin Hood, director de Tsotsi, la primera película de Sudáfrica que ha obtenido un Premio Oscar® de la Academia, debuta en una película americana dirigiendo esta historia del guionista Kelley Sane narrada en distintos niveles.

Una película producida por Steve Golin (Babel) y Marcus Viscidi (El último beso). Los productores ejecutivos son Toby Emmerich, Keith Goldberg, David Kanter, Keith Redmon, Michael Sugar, Edward Milstein, Bill Todman, Jr. y Paul Schwake. Mark Martin es co-productor.

El equipo de producción lo componen Dion Beebe, ganador del Premio Oscar® de la Academia a la dirección de fotografía (Memorias de una Geisha); Barry Robison (Océanos de fuego), diseñador de producción; Michael Wilkinson (Babel), diseñador de vestuario; la montadora Megan Gill (Tsotsi); y los compositores Paul Hepker y Mark Kilian.

Expediente Anwar se filmó en Los Ángeles y Washington DC, Marrakech, Marruecos y Ciudad del Cabo, Sudáfrica.


Acerca de la producción
El guionista Kelley Sane decidió escribir Expediente Anwar tras mantener una animada conversación con su amigo Mark Martin sobre una política prácticamente desconocida del gobierno de Estados Unidos, la "rendición extraordinaria"; ésta permite el secuestro de ciudadanos extranjeros considerados como una amenaza para la seguridad nacional para detenerlos e interrogarlos en prisiones secretas de otros países.

Sane recuerda: "Mark Martin, co-productor de la película, y yo hablábamos de la posibilidad de que se cometan abusos y de que esto parecía no seguir la línea del ideal americano. Mark me sugirió que escribiera un guión. Tuve que meditarlo bien, porque ver que secuestran a alguien y lo torturan no es algo que parezca forzosamente tan interesante desde el punto de vista cinematográfico. Pensándolo con más detenimiento, lo que realmente me llamó la atención fue el hecho de que, si alguien desapareciera, su familia no tendría ni idea de lo que había ocurrido. Miles de personas desaparecen cada año en este país por diversos motivos; podía imaginarme la pesadilla de no saber dónde está uno de tus seres queridos".

El productor, Steve Golin, vio el guión por primera vez en una fase temprana. "David Kanter y Keith Redman, con los que trabajé en Anonymous Content, dieron con el guión junto a Mark Martin, que en aquel momento estaba trabajando para mi compañía", afirma Golin. "Trabajamos en él durante un año aproximadamente. Fue un verdadero trabajo en equipo. Lo que me impresionó sobre el guión era que no caía en un sermoneo excesivo y que realmente intentaba explorar la rendición extraordinaria y los efectos que ésta tiene en cada persona".

"Creo que, básicamente, muestra dos caras de la historia", añade Golin. "En mi opinión, la mayoría de nosotros está dispuesta a aceptar que si hay un peligro inminente que va a afectar a las vidas de miles de personas, una manera de hacer que alguien transmita la información que posee es la práctica de una coacción convincente. Por otro lado, en casos de guerra y emergencias, el gobierno de Estados Unidos ha dejado de lado a lo largo de su historia las libertades civiles. Creo que al explorar este asunto estamos dejando que se sepa que la Convención de Ginebra tiene un porqué y que existen leyes que deben ser respetadas ya que, a largo plazo, eso es lo que hace que la sociedad funcione. También estoy convencido de que al abandonar todo esto nos adentramos en caminos oscuros".

Cuando llegó el momento de buscar un director, Golin pensó inmediatamente en Gavin Hood, que en 2005 ganó el Premio Oscar® de la Academia a la mejor película de habla no inglesa por Tsotsi, un drama cautivador en el que se narran seis días de la vida del despiadado líder de una banda de jóvenes del distrito de Soweto, perteneciente a Johannesburgo, que termina cuidando a un bebé raptado por accidente durante el robo de un coche.

"Gavin es de Sudáfrica, así que ha vivido muchísimas situaciones políticas verdaderamente interesantes", afirma Golin. "Ha crecido en un entorno político, mucho más profundo que el que ha rodeado a numerosos americanos. Pensé que mostraría una gran sensibilidad hacia el material. Ha tenido amigos a los que han raptado y que han desaparecido sin dejar ni rastro. Supuse que sentiría afinidad por este material y que conectaría con él".

En ese momento, Hood estaba buscando un material especial con el que trabajar después de Tsotsi y entrar en el cine estadounidense.

"Cuando busco un proyecto pienso en las dos cosas que creo que debe conseguir una buena película", afirma Hood. "En primer lugar, debe entretener y hacer que uno esté encantado y emocionado de estar en su asiento. Pero también creo que las grandes películas te dejan algo de lo que hablar después. Son las películas con las que, después de verlas, tienes una buena conversación, un debate, incluso una discusión con tus amigos o tu pareja. Eso es lo que resultó tan maravilloso al leer el guión de Expediente Anwar. Me enganchó desde el principio, y me pareció una buena película de suspense con la que me preguntaba constantemente “¿qué va a ocurrir después?” Sin embargo, al mismo tiempo, estaba haciendo que surgieran preguntas profundas y difíciles a las que no era fácil responder. Recuerdo terminar el guión y quedarme sentado durante días pensando, ”¿qué opinión tengo yo sobre todo esto?” Se trataba de una historia emocionante, pero también me dejó muchas cosas en las que pensar".

El productor Bill Todman, Jr. estaba encantado de contar con Hood como director; "Gavin aporta una capacidad innata para contar una historia sin tener que recurrir a ninguna artimaña. Tsotsi estaba subtitulada de principio a fin. Y, literalmente, se podía quitar el sonido y seguir la historia. Elegirle como director fue algo natural, puesto que tiene la capacidad necesaria para entrelazar todas estas complicadas historias".

Uno de los primeros retos a los que se tuvieron que enfrentar los realizadores fue el de abordar un guión que incluye varias historias diferentes. Hood explica que "hay que mantener un equilibrio general y dejar que cada historia sea suficientemente flexible porque, básicamente, en realidad se hacen cuatro o cinco películas cortas a la vez y se unen. Uno de los retos que más me gustó fue el de cómo conseguir el mayor impacto emocional, la mejor trama y la mayor repercusión de la historia en el menor tiempo posible, de forma que la audiencia estuviera activa. Es un grandísimo reto desde el punto de vista de alguien que se dedica a narrar historias y, al mismo tiempo, resulta muy emocionante porque no hay lugar para elementos superfluos".

Jake Gyllenhaal, que interpreta el papel del analista de la CIA Douglas Freeman, añade: "Esta producción no se parecía a ninguna de las otras en las que he trabajado. El rodaje en Marruecos parecía el de una película completa, cuando en realidad era una pequeña parte de algo mucho mayor. Creo que cuando por fin veamos la película será muy emocionante comprobar cómo ha engranado Gavin las distintas piezas para que finalmente encajen".

Hood y el guionista Kelley Sane se unieron para elaborar aún más el guión antes de que se pusiera en marcha la producción. "Cuando leí por primera vez el guión de Kelley pensé que tenía una estructura brillante. Le ha dado un gran giro al final de la película que realmente te pilla por sorpresa. Todos los personajes están descritos de una manera deliciosa en sus apariciones desde distintos ángulos de la historia. Así pues, mi trabajo con Kelley no consistió en crear la historia, puesto que él ya lo había hecho de un modo tan hermoso. Era cuestión de encontrar el ritmo, que es el trabajo del director, dar con los conflictos internos de estas historias y valorar si había equilibrio en la historia general. Y, después, por supuesto, también tuvimos que cuestionarnos el equilibrio desde lo que era casi un punto de vista legal. ¿Estamos argumentando por un lado a favor de la necesidad de que exista la tortura y por otro lado en contra de ella? ¿Están equilibrados estos argumentos en la película? Porque lo que Kelley y yo no queríamos hacer era decirle a los espectadores qué tienen que pensar".

Con el guión en la mano, los realizadores se dispusieron a reunir a todo el reparto que daría vida a estos personajes; finalmente, pudieron contar con algunos de los actores de mayor talento de la gran pantalla.

Para el papel de Isabella El-Ibrahimi, que debe buscar respuestas a la inexplicable desaparición de su marido, los cineastas querían a Reese Witherspoon, que ganó un Premio Oscar® de la Academia por el papel de June Carter Cash en la película de 2006 En la cuerda floja.

"Obviamente, Reese es una estadounidense totalmente real y creíble", afirma el productor Steve Golin. "Creo que es alguien con quien todos nos podemos sentir relacionados... si esto le puede ocurrir a Reese, puede ocurrirle a cualquiera".

Por su parte, Witherspoon se sintió atraída inmediatamente por el material. "Me gustó la idea de que todas las historias condujeran a situaciones similares, pero no de la misma forma que hemos visto en otras películas recientes en las que se presentan varias historias interrelacionadas. Lo que me pareció interesante fue que la historia de cada persona era una historia de aislamiento. No se trata de la conexión que hay entre ellos. Se trata de que, en este mundo, somos seres singulares".

"También me atrajo el papel de Isabella porque siento una gran curiosidad por cómo debe ser la vida en América en el seno de una familia musulmana. Tenemos muchas ideas sobre ciertas religiones, y se ha propagado mucho temor. Me interesaba dispersar parte de ese miedo".

"Reese es increíblemente disciplinada y siempre está preparada al cien por cien", afirma el director Gavin Hood. "Sabe exactamente adónde va. Lo único que presentaba cierta dificultad era que yo no había trabajado nunca con una actriz de su calibre y su fama -
¡nunca había vivido la experiencia de estar rodeado de paparazzi por todas partes hasta ese momento!"


Para documentarse para su papel, Witherspoon mantuvo encuentros con americanos musulmanes. "También encontré comunidades en Internet y leí libros sobre este tema", afirma la actriz. "Me parece fascinante que en este país tengamos tantos tipos distintos de personas y tantas religiones diferentes. Parte de la belleza real de América radica en que las personas puedan practicar su religión sin perjuicio alguno. Pero, una vez más, para algunas familias la situación se ha hecho más difícil a raíz del 11-S".

Jake Gyllenhaal, nominado al Oscar® por su papel en Brokeback Mountain, de Ang Lee, firmó para interpretar al analista de la CIA Douglas Freeman. "Jake interpreta a un hombre joven cuyo sentido de lo correcto y lo erróneo se derrumba cuando se ve empujado a vivir una situación extraordinaria", afirma el productor Steve Golin.

Gavin Hood añade, "el papel de Jake era muy difícil, porque Douglas es, en cierto modo, quien establece los límites morales en la película. Es un observador, algo en lo que se parece mucho al público. Es el personaje que tiene opiniones encontradas sobre el tema de la rendición. No sabes qué dirección va a tomar o qué siente a medida que se van desencadenando los acontecimientos a su alrededor. Jake hizo un trabajo excelente, ya que sabía que su papel como actor consistía en decir y hacer poco, pero absorber un asunto muy grave y reflejarlo emocionalmente".

Gyllenhaal se sintió atraído por un papel que era muy distinto de todo lo que había hecho hasta el momento. "Douglas llega a estar en medio de la acción, emocional y físicamente, sin una vía de escape real, y me pareció que este tipo de tensión resulta muy interesante para un actor", afirma. "Creo que muchas personas de mi generación están buscando algo –su identidad, saber quiénes son, qué quieren hacer con sus vidas. Douglas se encuentra en ese punto. Cuando conocemos a Douglas, vemos que se ha resignado a vivir en una especie de apatía, pero se encuentra rápidamente frente a una realidad inquietante que le hace flaquear y le fuerza a enfrentarse con su propia condición humana, que le hace mirar introspectivamente y encontrar lo que buscaba. Al final de la película, se encuentra en el lugar que menos se esperaba, algo altamente gratificante para él y también para mi como actor".

El actor Omar Metwally se unió al reparto para dar vida al papel clave, el de Anwar El-Ibrahimi, sospechoso de ser terrorista y a quien secuestran y llevan a una prisión secreta de otro país.

"Omar es un actor joven muy inteligente y que emocionalmente está a la altura", comenta Gavin Hood. "Tenía un papel que, en muchos aspectos, era mucho más duro que el de otros actores, ya que tenía muchas escenas en las que aparece solo. Tengo la gran suerte de contar con un actor de la capacidad de Omar entre el reparto".

"Hay numerosas escenas en las que Anwar aparece solo", afirma Metwally. "Creo que son muy importantes, porque la tortura es una experiencia que te aísla. Fue uno de los aspectos que me atrajeron a este personaje. Es un papel impresionante; creo que los actores sueñan con un papel así, porque se trata de un hombre al que empujan o que se ve abocado a llegar hasta los límites de la existencia humana".

La ganadora de dos Premio Oscar® de la Academia Meryl Streep, interpreta a Corrine Whitman, directora de la división de antiterrorismo de la CIA. Gavin Hood estaba entusiasmado con la oportunidad de trabajar con esta legendaria actriz.

"Posiblemente, el mayor privilegio de la película ha sido trabajar con Meryl, y sé que suena un poco a adulación, pero es cierto", afirma. "Es un icono y sólo puedo decir que es una profesional consumada, muy amable con todo el mundo y totalmente disciplinada. Si tú estás listo, ella lo está".

Reese Witherspoon añade: "¡Trabajar con Meryl, buf! He tenido la gran suerte de conocerla en el ámbito social, así que ya sabía que es un encanto. Honestamente, es la persona más agradable que conozco, tan encantadora y con tanto talento… pero también es una madre estupenda y tiene los pies sobre la tierra".

El elenco internacional lo completan los actores estadounidenses Peter Sarsgaard y Alan Arkin (que ha obtenido un Oscar® recientemente por su interpretación en Pequeña Miss Sunshine); el actor israelí Igal Naor; la actriz marroquí Zineb Oukach; y el actor argelino Moa Khouas.

Durante el rodaje, la "rendición extraordinaria" ha sido un tema de debate diario en el que han participado los actores, los cineastas y todo el equipo internacional. Ha sido siempre un tema candente que ha desatado muchas opiniones diferentes.

"La primera vez que oí hablar de la “rendición extraordinaria”, mi reacción fue en gran medida la de la incredulidad respecto a que eso pudiera estar pasando", comenta Reese Witherspoon. No parece que sea en absoluto americano detener a personas sin seguir el proceso debido y sin darles la oportunidad de que se las acuse de un crimen y que tengan un juicio justo. Y es verdaderamente chocante que no haya un recurso legal para las personas que se han visto sometidas a este tipo de torturas. Estoy realmente orgullosa de formar parte de un proyecto que atrae la atención del público hacia esta práctica".

"Al mismo tiempo", añade Witherspoon, "es un tema muy complejo. Yo soy actriz. No me puedo imaginar cómo sería tener a mi cargo la responsabilidad de mantener la seguridad nacional. Siempre hay dos caras para una misma moneda, y espero que esta película muestre las dos caras de este tema".

"Creo que uno de los dilemas a los que nos enfrentamos en Occidente, y en particular aquí, en Estados Unidos, es que la tortura nos resulta muy difícil de digerir", comenta Gavin Hood. "Nosotros no hacemos eso. Pero la actitud que adoptamos fue, “bueno, si hay que hacerlo, que no me hablen sobre ello.” Y de ahí viene el concepto de dejar que la tortura se produzca en otro lugar…”de todas formas, estos países lo hacen, así que, dejemos que lo hagan.” Es una evasión moral. Que no participemos en ello no quiere decir que no estemos involucrados. La otra pregunta es, ¿funciona la tortura? Es evidente para gran cantidad de abogados militares, agentes del FBI, de la CIA… no sólo para mi. Para un gran número de personas que realmente participan en el proceso resulta evidente que éste con frecuencia da como resultado una información pobre. La información que se obtiene suele ser mala, porque la persona de la que la estás obteniendo está aterrada y quiere que dejes de hacerle lo que le estás haciendo. Te dirá lo que quieres oír con tal de que dejes de torturarle".

Bill Todman, Jr, productor ejecutivo, se pregunta "si se retiene a una persona y nuestro gobierno la deja marchar y esa misma persona se va a Nueva York y vuela otro edificio... ¿es eso correcto o erróneo? Si un gobierno retiene a alguien, trata e interroga a esa persona como nunca lo haríamos en Estados Unidos y resulta que esa persona es inocente... . ¿es eso correcto o erróneo? No estoy seguro de tener una perspectiva firme respecto a este asunto".

"En lo que respecta a la supervivencia de este país, y a la lucha por todo aquello que hemos iniciado, creo que tendremos que cambiar de algún modo nuestra forma de ocuparnos de las cosas", comenta Peter Sarsgaard. "La cuestión radica en cuánto debemos cambiar. Y en la posibilidad de poner en entredicho lo que hacemos; ¿nos convertimos con ello en un país que no queremos ser? ¿Es importante sacrificar a un hombre por el bien de 7.000? Creo que es erróneo, pero es un argumento persuasivo. La rendición es algo que nuestro gobierno podría decidir no seguir poniendo en práctica. Pero, aunque desaparezca la rendición, habrá algo más, de otra manera. Viviremos con ello durante mucho tiempo".

Igal Naor dice: "Vivo en un país, Israel, en el se que habla y se discute constantemente sobre este asunto porque estamos viviendo una especie de guerra, y hacemos cosas con las que luego no es fácil seguir viviendo. Yo fui soldado, mi hijo fue soldado y mis hijas son soldados. Y, bueno, puedo decir que cuando tienes que defender tu vida, o cuando eres responsable de las vidas de ciudadanos inocentes, a veces tienes que hacer cosas que no son tan agradables ni tan humanas. Es una cuestión muy importante, y realmente no sé si tengo una respuesta. Sé que me resisto a muchas de las respuestas que encuentro en el mundo, como la idea de la rendición y algunas cosas que se hacen en mi país. Todos debemos examinarnos y determinar lo humanos que podemos seguir siendo cuando nos vemos obligados a defendernos, o a defender a nuestras familias o a nuestro país, con crueldad".

Uno de los retos más importantes al que se tuvieron que enfrentar los cineastas durante la pre-producción fue el de encontrar al director de fotografía ideal; alguien que fuera brillante técnicamente pero que, al mismo tiempo, tuviera capacidad para colaborar con Gavin Hood en la estructuración visual de una serie compleja de argumentos. Encontraron esa combinación que necesitaban en Dion Beebe, ganador de un Premio Oscar® de la Academia.