Notas del director
Los veinte años son una fase de la vida en la que pasan muchas cosas, todo se concentra mucho y con perspectiva te das cuenta de las cosas que hay que iniciar a esas edades, cuántas decisiones hay que tomar en períodos de tiempo muy breves. Todo esto se acentúa enormemente en el caso de Micaela. La historia se desarrolla a comienzos de los años setenta. Micaela deja el estricto entorno familiar y de pronto se ve inmersa en el ambiente estudiantil, con unos fuertes contrastes, mucho más marcados que en la actualidad. La música, la excitación de un nuevo despertar, su iniciación sexual, su relación con Stefan, sus sentimientos de culpa... Supongo que debía de sentirse empujada por fuerzas contrapuestas.
El punto de partida para la película fue un informe acerca de una peregrinación a Kingenberg, donde la estudiante católica Anneliese Michel murió en 1976 de malnutrición y agotamiento después de varias docenas de sesiones de exorcismo. Me sorprendió mucho que incluso a los veinte años de su muerte siguiera siendo venerada como una mártir en Klingenberg por peregrinos procedentes de casi toda Europa. A partir de su historia, leí un montón de material acerca de otros exorcismos en el siglo XX y empecé a escribir el tratamiento. Todo esto fue hace casi veinte años y desde entonces he estado siguiendo la historia.
Réquiem es sobre todo el psicograma de una joven que se encuentra en una situación extrema. Hoy día ya no hay que convencer a ninguna persona de mente abierta de que un exorcismo no es la mejor manera de ayudar a alguien que sufre una enfermedad mental. Me impresionó la situación en que se encontraba Micaela: una joven rodeada de parientes y amigos, que deseaban ayudarla. Sin embargo, las ayudas tan contradictorias que le brindaban y la brecha tan profunda que la enfermedad había abierto entre ellos y Micaela hacían inviable cualquier intento de salvarla.
Réquiem se inspira en Anneliese Michel y en los hechos de Klingenberg, pero no estábamos interesados tan sólo en contar esa historia. Al comienzo de la película, aparece una frase que, a mi entender, es muy atinada: "RÉQUIEM se basa en hechos reales, aunque los personajes son ficticios".
A medida que íbamos desarrollando el guión, nos íbamos distanciando del caso de Anneliese: nuestros personajes tenían vida propia; a menudo actuaban, hablaban y pensaban de forma muy distinta que los parientes de Anneliese. Y cuanto más nos alejábamos del círculo familiar más cercano, más libremente avanzábamos con los personajes de la película. Hicimos nuestro propio retrato de cada uno de los protagonistas, no pretendíamos reproducir a los personajes reales. De hecho, sólo hablé con los parientes de Anneliese Michel cuando terminamos el rodaje, entre otras razones porque queríamos diferenciar claramente nuestro trabajo en la película de la realidad. Además, sabíamos que hacía años que los parientes de Anneliese habían dejado de hablar con los medios de comunicación y queríamos respetar sus deseos. Sin embargo, una de las hermanas de Anneliese y yo nos reunimos en varias ocasiones en Aschaffenburg, Múnich y Berlín. Hablamos con mucha franqueza acerca del guión de Réquiem y acerca de los paralelismos y las diferencias para ella entre la historia de su familia y cómo ella, que era cinco años menor que Anneliese, vivió la enfermedad de su hermana.
Réquiem ha sido el primer largometraje que he dirigido y producido. Siempre quise producirme a mí mismo y la oportunidad surgió con esta película: una oportunidad muy excitante de trabajar, y no sólo en mi faceta de guionista o director, con la gente con la que me llevo bien y cuyo trabajo admiro.
Exorcismo
Exorcismo (del latín "exorcismus", a su vez del griego "exorkismós", conminar) es el término que se emplea en distintas religiones para designar la práctica de "expulsar" demonios o incluso al mismo Satanás de personas, animales u objetos. En la actualidad, el exorcismo sigue formando parte de las enseñanzas y de la liturgia católicas. Sus raíces se encuentran en el exorcismo ritual sagrado introducido en 1614, que fue revisado por la congregación litúrgica vaticana con el papa Juan Pablo II en 1999, trescientos ochenta y cinco años después de su introducción. En general, se distingue entre exorcismo simple (como el que sucede en el ritual del bautismo) y el exorcismo solemne.
Únicamente un sacerdote ordenado puede realizar el exorcismo solemne, y necesita un permiso especial del obispo. El rito está regulado en el Rituale Romanum, en un apartado recientemente revisado, De exorcismis et supplicationibus quibusdam, de 1999. De acuerdo con el Catecismo de la Iglesia Católica, el exorcismo solemne "intenta expulsar a los demonios o liberar del dominio demoníaco gracias a la autoridad espiritual que Jesús ha confiado a su Iglesia". La Iglesia católica ha estado preparando exorcistas durante el pontificado de Juan Pablo II, y sigue haciéndolo con Benedicto XVI.
Ficha artística
Sandra Hüller - Micaela Klingler (Mejor Actriz Festival de Berlín 2006)
Burghart Klaussner - Karl Klingler
Imogen Kogge - Marianne Klingler
Anna Blomeier - Hanna Imhof
Nicholas Reinke - Stefan Weiser
Jens Harzer - Martin Borchert
Walter Schmidinger - Gerhard Landauer
Sandra Hüller interpreta a Micaela Klingler
Sandra Hüller nació en Suhl (Turingia) en 1978. Estudió en la Escuela de Arte Dramático Ernst Busch de Berlín entre los años 1996 y 2000. Al terminar sus estudios, actuó en el Theaterhaus Jena antes de aceptar un año de contrato en el Schauspiel Leipzig en 2001. Ha sido miembro permanente del conjunto del Teatro Basilea desde el año 2002.
Sandra Hüller recibió grandes alabanzas de la crítica teatral por sus excelentes interpretaciones de la Julieta de Shakespeare y del personaje de Dora en Las neurosis sexuales de nuestros padres, del suizo Lukas Bärfuss. Además, interpretó los papeles protagonistas de Gretchen en el Fausto de Goethe y el de Rosalinda en Como gustéis, de Shakespeare. En noviembre de 2005, tuvo excelentes críticas por su Medea en el drama de Franz Grillparzer El vellocino de oro. RÉQUIEM (EL EXORCISMO DE MICAELA) es su primer largometraje, aunque previamente ya había interpretado algunos papeles en varios cortometrajes.
Acerca de la formación recibida en la Escuela de Arte Dramático Ernst Busch, Sandra Hüller destaca "su precisión y una gran disciplina. Se nos hablaba de la importancia de ser extremadamente precisos y de que no nos dejáramos guiar por nuestros estados de ánimo. Es importante construir una estructura muy clara para un personaje y una escena en la que podamos movernos con libertad. Siempre hay que estar preguntándose qué quiere decir exactamente el texto y no limitarse a repetir las frases. La palabra, básicamente, es lo último que puedes utilizar en el escenario, puesto que, en definitva, todo puede ser dicho a través del cuerpo. La Escuela nos enseñó a amar nuestra profesión".
El guionista de RÉQUIEM, Bernd Lange, decía de Sandra Hüller, que se enfrentaba al guión como si fuera un manual de instrucciones. Según Hüller: "Un guión cinematográfico es muy distinto de un texto teatral, que te deja una libertad de interpretación mucho mayor. En el teatro, cada actor y cada conjunto puede crear algo distinto en cada ocasión, aun con el mismo texto. En cambio, en un guión de cine tienes que decir exactamente las frases que están en él, no puedes decir algo que sea completamente distinto. Un guión sólo se representa una vez, y en este sentido es muy parecido a un manual de instrucciones: el material está ahí, sólo hay que asimilarlo".