Finales de los 60. El Hospital Psiquiátrico de Extremadura, que alberga a enfermos, borrachos y vagabundos sin distinción, sucumbe a los métodos y la desidia de su director. Burgos (Alberto Jiménez) presta mas atención a satisfacer a las autoridades que a las necesidades de sus enfermos.
Sin embargo, el ingreso de Mateo (Hugo Silva), un idealista trotamundos más cercano a la genialidad que a la locura, supone un cambio completo en la rutina del centro. Su rebeldía y su instinto protector hacen que Lola (María Valverde), una joven y guapísima reclusa maltratada desde niña, se sienta atraída por él. Además se gana el respeto de Carmen (Irene Visedo), una doctora que verá en él un apoyo a sus intenciones reformistas.
Desgraciadamente, el propio Mateo y su relación con Lola también despiertan recelos en otros trabajadores, enfermos y sobre todo la ira del propio director, que ve el él una amenaza para el status quo que mantiene en el Hospital...