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Destacado: En cines comerciales 'Anora' Palma de Oro en Cannes
  Jumper  Dirigida por Doug Liman
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Jumper está protagonizada por Hayden Christensen (Episodios II y III de Star Wars, El Precio de la Verdad), Jamie Bell (Billy Elliot, Banderas de nuestros padres), Rachel Bilson (The Last Kiss (El último beso), y O.C. en TV), Samuel L. Jackson (Coach Carter, Serpientes en el avión), la nominada al Oscar® Diane Lane (Infiel (Unfaithful)), Michael Rooker (JFK Caso abierto), AnnaSophia Robb (Puente hacia Terabithia), y Max Thieriot (Un Canguro Superduro (The Pacifier)).

El guión es de David S. Goyer (Batman Begins, Blade), Jim Uhls (El Club de la Lucha) y Simon Kinberg (Sr. y Sra. Smith, X-Men. La decisión final), basado en la novela de Steven Gould. Los productores son Arnon Milchan, Lucas Foster, Jay Sander y Simon Kinberg. Los productores ejecutivos son Stacy Maes, Kim Winther, Vince Gerardis y Ralph M. Vicinanza.

Dirigiendo el equipo creativo que filmó por todo el mundo localizaciones tan auténticas e inauditas como el Coliseo de Roma tenemos a: el director de fotografía Barry Peterson (Dark Blue), el diseñador de producción Oliver Scholl (Independence Day, A.I. Inteligencia Artificial); los editores Don Zimmerman A.C.E (Noche en el museo), Dean Zimmerman y Saar Klein (La delgada línea roja, The Bourne Identity - El caso Bourne), la diseñadora de vestuario Magali Guidasci (El profesional (León)); y el supervisor de efectos especiales ganador de un premio de la academia Joel Hynek (Más allá de los sueños, Matrix).


El inicio: La mitología de Jumper
El emocionante e imaginativo relato de Jumper es, en palabras del coguionista y productor Simon Kinberg, "la historia del origen de un héroe – un héroe accidental y a regañadientes, que se encuentra a punto de preguntarse qué pasaría si utilizase sus extraordinarios poderes para ayudar a aquéllos que se encuentran en peligro". El director Doug Liman, Kinberg y el productor Lucas Foster han dedicado varios años a desarrollar no sólo el guión de Jumper, sino también la mitología y generosos antecedentes de una aventura épica sobre un joven que intenta llevar una vida normal a pesar de su fantástica capacidad repleta de tentaciones para teletransportarse a cualquier lugar del mundo en un instante.

Para Doug Liman, cuya pasión y especial habilidad para la acción más temeraria en películas de personajes singulares ya hemos podido apreciar en dos de los thriller más exitosos y aclamados – Sr. y Sra. Smith y The Bourne Identity – El caso Bourne – el potencial de Jumper era irresistible. Era una oportunidad para aplicar su toque hipermoderno en el ahora venerable género de narración.

"La mayoría de historias que vemos sobre superhéroes se escribieron realmente hace un siglo", señala Liman. "Pero lo que me encantó de Jumper es que resulta muy fresca y moderna. Finalmente, se convirtió en el mayor desafío creativo de mi carrera".

La evolución de la historia comenzó en un par de novelas de ciencia ficción para jóvenes y adultos del autor Steven Gould, Jumper y Reflex, que presentaban al personaje de David Rice, un joven con problemas cuyas capacidades de teletransporte sin explicación aparente le ayudaban a iniciar una vida de ensueño alejada del dolor de su pasado. Tras debutar con fuertes alabanzas tanto de la crítica como de los lectores, la serie de Gould alcanzó repercusión, y se hizo patente que la historia tenía potencial para ir más allá. Cuando los productores ejecutivos Vince Gerardis y Ralph M. Vicinanza encontraron los libros, supieron de forma inmediata que tenían el material necesario para una gran aventura cinematográfica.

Es en ese momento cuando David Goyer, el solicitado guionista que creció con los superhéroes clásicos y villanos de thrillers de acción como Blade y Batman Begins, entra en escena. No sólo adaptó el relato de Gould para la pantalla sino que lo aumentó, incorporando el personaje de Griffin, otro saltador misterioso que ha estado escapando desde que era niño, y añade un mayor alcance a la historia. En el camino, Goyer hizo añicos las convenciones habituales de los relatos de superhéroes, ahondando sobre cómo los personajes se resisten poderosamente ante las tentaciones ofrecidas por sus consumados poderes de escapismo. Desarrolló la historia de emociones sin fin hacia la improbable historia de un joven que aprende las consecuencias de la libertad total.

"Lo que me encantó del borrador original de David Goyer es que trataba de alguien que consigue superpoderes y la primera cosa que hace es ir a robar un banco. Me gustó la cruda honestidad del hecho", dice Doug Liman. "Era algo que no había visto antes y, como director de películas centradas en un personaje, me interesó poderosamente. También me atrajo cuán imaginativo y extravagante podría ser ante un universo así. Tras haber rodado dos películas de acción seguidas, me atrajo el desafío de trabajar con unos personajes tan profundos y complejos".

También el productor Lucas Foster se sintió atraído por el enfoque de Goyer, especialmente por la forma en que enfatiza la humanidad que surge del interior del poder sobrehumano de un joven. "Poder saltar le ofrece a David Rice una vía de escape para su infeliz vida familiar, pero también le coloca solo frente al mundo, donde deberá aprender cómo ser un adulto y tener valor suficiente como para enfrentarse a las duras pruebas que nos presenta la vida", añade Foster. "La forma en que David debe aprender a levantarse y enfrentarse a sus miedos cara a cara es algo con lo que todos podemos identificarnos. Al mismo tiempo que su situación como saltador es única, existe algo universal en su historia".


Salto mortal: Desarrollo de las reglas del salto
Liman, Kinberg y Foster se propusieron, partiendo de aquello que habían escrito Gould, Goyer y un segundo guionista, Jim Uhls, desarrollar una vasta historia para los saltadores, cuya capacidad para dominar el tiempo y el espacio con sus mentes se transmite en un linaje familiar que puede rastrearse hasta hace varios miles de años.

El equipo comenzó investigando el panteón de las creencias sobre teletransportación, desde las teorías místicas a los últimos razonamientos físicos teóricos que lo contemplan. "Hablamos con muchos físicos para entender las bases sobre cómo funcionaría y las utilizamos para basar la historia en la realidad. Pero también analizamos la mitología del teletransporte, que ha formado parte de nuestra cultura imaginativa varios miles de años", explica Kinberg. "Se supone que los místicos Sufí e Hindús practicaban el teletransporte hace siglos. Creo que la idea de ser capaz de llegar de forma instantánea a una montaña que nadie puede escalar, o la capacidad para realizar tareas mundanas de la vida cotidiana, como saltarse la cola de la oficina de pasaportes, presenta una gran atracción a nuestra imaginación. El elemento de satisfacer nuestros deseos es muy poderoso".

Pero la abierta naturaleza de saltar también ofrece grandes oportunidades a los malhechores. "En lugar de utilizar los saltos para hacer cosas geniales o divertidas, como desayunar en lo alto de la Esfinge, y un segundo después hacer surf en Australia, alguien con malas intenciones podría coger una bomba nuclear y soltarla sobre la Casa Blanca, entre otras fechorías. Cuando lo analizas, te das cuenta de que, aunque saltar puede ser alucinante, también puede ser un tipo de maldición", señala Foster. "Si el poder recae en malas manos, o alguien lo usa para manipular a los saltadores, podrían estar en cualquier lugar y hacer cualquier cosa".

Esta cruda realidad lleva a su vez al concepto de los Paladines, una fuerza secreta de elite que durante varios miles de años ha intentado evitar que los saltadores utilicen sus peligrosos poderes para su propio bien. Aquellos saltadores que llegan a la edad adulta se convierten en objetivos instantáneos de la inmisericorde agencia de Paladines, que hará lo que sea para eliminarlos, sin preguntas, a toda costa.

Para establecer una base sólida de cara a los complejos mecanismos internos de la historia, el equipo resolvió las siguientes dos reglas fundacionales del salto:

1) Puedes saltar a cualquier lugar que estés viendo, y

2) Puedes saltar a cualquier lugar que hayas visto en el pasado, incluso en una fotografía, siempre que tengas una fuerte memoria visual del mismo.

Junto a las reglas del salto están las "cicatrices del salto", irregularidades o desgarros en el tejido espacio temporal que deja atrás el saltador, y que otro saltador puede usar para seguir su rastro.

También existen las "sogas", armas electrónicas que los paladines usan para seguir, atrapar y finalmente eliminar a los saltadores que vagan libremente. La soga es la peor pesadilla de un saltador.

A pesar de la naturaleza fantástica de todos los elementos de la teletransportación, el énfasis siempre ha sido mantener todo lo más cercano al mundo real como era posible. "Queríamos que la historia pareciese que podía ocurrir realmente en el mundo actual", señala Kingberg. "David Rice no usa capa, ni posee un anillo codificado. En muchos aspectos es un chico normal con una habilidad única e increíble, y cómo reacciona ante ella es el núcleo de nuestra película. ¿Cómo reaccionaría cualquiera de nosotros si de repente descubriera que hemos heredado una habilidad capaz de convertir nuestras vidas en algo muy emocionante y libre? David tiene ese impulso tan humano de usar el teletransporte para mejorar su propia vida. Es durante el transcurso de esa historia cuando aprende que puede hacer mucho más que sólo robar bancos y vivir en áticos de lujo. Comienza a ver que es capaz de ayudar a sus seres queridos, e incluso a desconocidos".

Igual de vital para la historia es cómo un saltador como David Rice se enfrenta al enamoramiento. Continúa Kinberg: "El salto nos permitió explorar un tema central en todas las buenas historias de amor, como es saber si se puede tener una buena relación con alguien sin ser completamente sincero con el/ella. Es algo que también exploramos en Sr. y Sra. Smith aunque de una forma muy distinta".

Cuanto más exploraba el trío las inherentes posibilidades del salto, más claro se hacía que la historia de David Rice se convertía en una aventura por entregas. "Doug sentía que necesitábamos entender todo el universo del saltador para poder contar bien su historia, de modo que nos dimos cuenta rápidamente de que había mucho más en relación a la guerra secreta entre saltadores que afecta al viaje emocional de David Rice, que llevaría bastante más de dos horas", explica Kinberg. "Así es que empezamos a prever una trilogía completa. La idea de construir todo un mundo de Saltadores y Paladines desde el principio era demasiado fascinante".

Por ahora los productores también se estaban entusiasmando con tener a Doug Liman al timón de un proyecto tan singular como éste. Su estilo espontáneo, creativo y a la carrera de filmación parecía idóneo para una historia sobre movilidad sin límites. "Lo que va a resultar verdaderamente excitante de la historia son no sólo las ideas que hay detrás de la misma, sino el tono, el aspecto, la energía, la crudeza y la emoción verdadera", resume Kinberg. "No es algo que ya se haya visto en el mundo de los superhéroes. No se trata del brillante y reluciente universo de Spiderman. Ni del oscuro y gótico mundo del hampa de Batman. El fuerte sentido del realismo de Doug aporta una visión muy fresca al género de los superhéroes, dándole un giro festivo".

Foster añade: "Doug ha insuflado nueva vida al género del espionaje con The Bourne Identity – El caso Bourne, elevó el listón en la comedia de acción con Sr. y Sra. Smith, y ahora hace lo mismo con el salto en el espacio".


Saltando: Hayden Christensen y Jamie Bell se convierten en saltadores
En pleno corazón de la mitología de Jumper está David Rice, cuya madre le abandonó cuando tenía cinco años, crece en un hogar infeliz y tiene todo tipo de problemas de los que le gustaría escapar, hasta que descubre que posee la increíble habilidad de hacer eso mismo: escapar de allí cuando sea, y a cualquier lugar que elija. Al principio, David cree que es el único con poderes de teletransporte, pero según madura y va probando los límites de sus poderes, hace el escalofriante descubrimiento de que es parte de una larga lista de gente como él, y que está a punto de ser cazado sin piedad precisamente por ello.

Para interpretar a David Rice, los productores pensaron en uno de los actores principales de mayor crecimiento: Hayden Christensen. Christensen saltó a la fama internacional cuando fue elegido por George Lucas para el más que deseado papel de Anakin Skywalker en los Episodios II y III de Star Wars. Ha alcanzado idénticas alabanzas en papeles dramáticos, incluyendo La casa de mi vida y El precio de la verdad. La mezcla de carisma y veracidad emotiva de Christensen lo catapultaron como la elección destacada de todo el equipo.

"Tan pronto como Hayden expresó su interés por interpretar el papel, ya no buscamos más", recuerda Foster. "Es perfecto para el personaje de David Rice. Además de ser un actor muy intuitivo, resulta un muchacho convincente y sincero, y creo que esas cualidades traspasan la pantalla".

Doug Liman asiente: "Me he convertido en un gran fan de Hayden Christensen. Tiene un gran talento y es muy trabajador, y eso que le ha hecho realizar cosas muy locas. Le hemos presionado tanto física como emocionalmente en este papel, y a pesar de ello nos ha entregado el mil por cien. Creo que la gente pensará ‘guau, no hemos visto a este tío hacer nada parecido antes’. Está genial como David Rice".

Christensen sabía que su papel era completamente diferente a todo lo que había hecho en la pantalla hasta el momento, y eso es muy atractivo para un actor al que le gusta crecer asumiendo riesgos. "El personaje de David Rice no se parece a ninguno que haya interpretado antes, y resultó muy emocionante tener la oportunidad de explorar algo totalmente nuevo", comenta Christensen. "Se enfrenta a un viaje realmente interesante, y todo el concepto de la teletransportación es simplemente genial. Me gusta que la historia ofrezca toda una serie de fantásticos "qué pasaría si…". Es el tipo de película que me gustaría ver como parte del público".

Además de tomar lecciones de boxeo y submarinismo, Hayden inició su preparación planteándose muchas de las desenfrenadas ideas sobre "qué pasaría si..." de la teletransportación. "Hay tantas cosas que yo haría si pudiera teletransportarme. La idea de no subir nunca a un avión y pasar todo tu tiempo de inactividad viajando por el mundo es muy atractiva", nos dice. "También fantaseé mucho sobre qué se sentiría al hacer cosas como saltar de un edificio, para después teletransportarse de nuevo a su tejado antes de chocar con el suelo, y permanecer en una caída libre perpetua. En definitiva, el concepto general abre infinitas posibilidades a la imaginación".

Pero Christensen tiene muy claro que las oportunidades sin límite de David Rice ocultan una enorme confusión interna. "A pesar de que David se ha acostumbrado bien a su vida de saltador, es la vida de un solitario que no puede compartir su secreto con nadie", explica. "Posee cualquier juguete que el hombre pueda imaginar, pero aun así se siente solo e inseguro. Realmente cree que desea estar solo. Pero lo que resulta tan interesante en David es que comienza a cambiar. Se trata de un héroe reticente que se resiste a su transformación, lo que le hace muy interesante. Los eventos a su alrededor le obligan a madurar, a confesarlo todo y afrontar su pasado así como su más que incierto futuro".

David Rice se siente aislado, en parte, porque cree que su capacidad de teletransporte es sólo un accidente del destino. Pero cuando conoce a Griffin, otro saltador con el método de recorrer el mundo en milisegundos, se da cuenta de que hay mucho más sobre él de lo que nunca imaginó. A Christensen le ha gustado mucho trabajar con la estrella británica Jamie Bell en el papel de un saltador que es a su vez su rival y mentor en este mundo feliz de los saltadores. "Jamie aportó grandes cosas al personaje", añade. "Le gusta inventar, improvisar cosas en el momento, y aportaba nuevas ideas cada día. Convirtió a Griffin en una especie de punk adorable que muestra un desdén absoluto por la autoridad, pero lo hace con una mueca y un guiño".

Y añade Christensen: "Para mí resultó genial porque se entiende por qué mi personaje desea unirse a un tipo así. Y cuando lo hacen, pasan por experiencias muy impactantes, realizando cosas que no se podrían hacer sin la teletransportación. Tanto David como Griffin se fuerzan al límite intentando alcanzarse el uno al otro".

A Christensen también le encantó que su papel le uniese de nuevo con Samuel L. Jackson, con quien había trabajado en las películas de Star Wars. Aquí, Jackson interpreta a Roland, el agente de los paladines que busca destruir para siempre a saltadores como David Rice. "Sam me había orientado como actor cuando era joven, así es que resultó muy emocionante volver a trabajar con él en una película. Aporta muchísimo peso y seriedad al papel, elevando a todos los que estamos a su alrededor", comenta Christensen.

Entre tanta acción trepidante de teletransporte, Christensen debía sacar a relucir el lado sentimental de David, que se enamora de su amiga de la niñez, Millie, cuando ésta reaparece en su vida, interpretada por Rachel Bilson. "David y Millie tienen una historia de amor muy atípica", dice pensativo. "David tiene la tentación de llevarla en sus aventuras, pero nunca puede confesarle la realidad. También asistimos a la yuxtaposición de un hombre que intenta iniciar una relación, al tiempo que intenta escapar de aquéllos que quieren matarle, mientras intenta que ambos asuntos no se mezclen jamás".

Señala Christensen que para adentrarse completamente en la vida sin límites de un saltador, las habilidades más importantes son una mente abierta y adaptabilidad. "Durante seis meses, mi personaje está huyendo sin parar, viendo como todo sale mal, y le golpean y lanzan por todas partes", nos explica. "Desde luego fue un gran reto, pero acompañado de muchas satisfacciones".

Para Jamie Bell, que interpreta a Griffin, la intensa acción de Jumper ha sido todo un cambio. Bell conquistó el éxito internacional en el papel estelar de la conmovedora película independiente y nominada al Oscar® Billy Elliot (Quiero bailar), de Stephen Daldry, en la que interpretaba a un chico inglés de clase trabajadora con un insólito deseo por bailar. Ha trabajado en varios papeles, desde el sirviente Smike en Las leyendas de Nicholas Nickleby al joven marinero del King Kong de Peter Jackson, o un Marine de los EE.UU. en la película de Clint Eastwood Banderas de nuestros padres, aunque el papel de Griffin es algo completamente diferente.

Ésa era la clave para los realizadores, que deseaban una imagen impredecible para el papel de Griffin, el insolente saltador que inicia a David Rice en la mitología que existe detrás de su secreto, al tiempo que le explica los peligros a los que se enfrenta. Griffin también tiene su historia de venganza alimentada por la ira de una pérdida, que se entrelazará profundamente con la propia supervivencia de David.

"Griffin es un personaje travieso, pícaro, alocado y, como tal, aporta tanto cierta energía frenética como un toque cómico a la película", explica Simon Kinberg. "Pero también queríamos que fuese emocionalmente sincero y creíble, y que tuviese una profunda historia personal detrás que le motivase en su guerra contra los Paladines. Jamie ofrecía esa combinación de talento que lo haría posible".

Añade Lucas Foster: "Tuvimos mucha suerte de conseguir a alguien tan versátil como Jamie, quien aceptó el papel y lo sacó adelante. Con su personaje de Griffin, nunca sabes qué será lo siguiente, tiene tanta cualidad de improvisación que nos tenía escribiendo sin parar sólo para poder seguir su ritmo. Convirtió su personaje en algo que no podríamos haber imaginado".

Bell se sintió profundamente atraído desde el principio por el concepto de Jumper. "Había algo en el guión que realmente conectaba conmigo, algo que me retrotraía a mi infancia, buscando desesperadamente una salida", explica Bell. "El teletransporte es la salida definitiva. Puede ir a cualquier sitio, en cualquier momento. ¿Quién no ha soñado con algo así? En cuanto a Griffin, es alocado, pintoresco y divertido. Tiene una gran energía cinética, no posee nada que sea permanente, no tiene ningún sentido de la familia o la vida social, y de hecho no posee ninguna habilidad social, pero creo que todo eso le convierte en un personaje realmente dinámico e interesante".

A Bell no sólo le interesó el mundo interior de Griffin, sino la oportunidad de utilizar sus habilidades físicas para explorar también el estilo exterior de Griffin. Con experiencia en saltar y volar en el cine, trabajó estrechamente con los realizadores para desarrollar el modo personal de moverse y especialmente, saltar, de Griffin. "Tiene un carácter muy enérgico y frenético que pienso que es necesario ver en sus saltos", "Sus saltos son muy intensos, casi brutales, algo que Doug quería ver".

Igual de fascinante para Bell era la evolución de la relación entre Griffin y el no iniciado David Rice, cuya asociación se entabla de forma algo agitada. "Toda buena relación nace con un puñetazo", ríe Bell. "Griffin ha vivido con un renegado desde que sus padres fueron asesinados por Roland, así que ve a David como una responsabilidad. Pero creo que secretamente disfruta con el hecho de ser capaz de enseñarle las reglas, enseñarle a defenderse y abrir completamente el mundo de los saltos para él".

Esa relación crispada pero sincera surgió de forma natural entre Bell y Hayden Christensen. Añade Bell: "Hayden intensificó mi juego. ¡Reaccionábamos entre nosotros tan bien!".

Asiente Doug Liman: "Hayden y Jamie interpretaban tan bien juntos que terminamos rescribiendo escenas enteras para que pudieran hacerlo más. Rediseñamos la escena de pelea en el Coliseo para que estuvieran literalmente atados juntos y se tratase de ellos y su relación. Siempre estábamos intentando aportar ideas divertidas con las que Griffin pudiera desafiar a David".

Bell señala que los espontáneos estallidos creativos de Liman eran buena parte de la diversión de trabajar en esta producción. "Respeto profundamente el hecho de que la mente de Doug sea tan salvajemente creativa", resume. "Era algo de lo que nutrirme a la hora de interpretar a Griffin".


Saltos emocionales: Rachel Bilson y Diane Lane se unen al elenco
Otra enorme influencia en David Rice es la joven Millie Harris, por la que siente atracción desde que eran niños, mientras imaginaba que viajarían juntos por todo el mundo. En el caso de David, su sueño se hace realidad cuando descubre sus poderes de teletransportación. Pero Millie nunca ha salido de su ciudad natal, hasta que David reaparece en su vida de forma inesperada.

Para interpretar a Millie, Doug Liman pensó en la joven actriz Rachel Bilson, con la que ya había trabajado en la conocida serie "O.C." Bilson alcanzó popularidad en su papel de Summer Roberts, y en 2006 apareció en la lista de las 50 personas más bellas de la revista People. "Siempre he sido un gran admirador del talento de Rachel desde el momento que la conocí", afirma Liman. "Es una gran actriz y tiene una gran química con Hayden".

Además de por la oportunidad de volver a trabajar con Liman, Bilson se sintió atraída por la emoción que desprendía el guión. "Jumper es tan diferente de cualquier otra cosa que haya leído," decía. "La encuentro muy emocionante. Adoro los personajes y el hecho de que está repleta de efectos especiales y acción. La gente no suele pensar en mí para las películas de acción, por lo que fue genial tener esta oportunidad".

Para interpretar a Millie, Bilson tuvo que apelar a su fuerza femenina. "Millie es una mujer tremendamente capaz e independiente", explica. "Tiene un montón de sueños y aspiraciones, quiere conocer mundo pero nunca ha salido de su ciudad natal, y eso no es un problema para ella. No se disculpa por ello, vive su vida y es feliz. Por supuesto, entonces David aparece y la invita a ir a Roma. . . cambiándolo todo para ambos".

Una fuerza interior muy humana es lo que hace de Millie alguien diferente a la típica damisela en apuros de las películas de superhéroes, apunta Liman. "David Rice es quien posee superpoderes. Ella es sólo una chica de Ann Arbor. Pero llega un momento es que Millie es quien tiene que rescatarle", reflexiona el director.

Hayden Christensen descubrió una afinidad instantánea con Bilson. "Rachel hace un gran trabajo con Millie. Es muy bella y aporta gran sinceridad al papel. Su personaje es muy importante porque Millie es la única fuera del mundo de saltadores con la que David tiene contacto, así es que el público ve mucho a través de sus ojos", añade. "Parte como alguien fuera de la órbita de David, para convertirse en una protagonista muy activa en la historia".

Otra figura femenina de la trama, aunque mucho más misteriosa, es la madre de David, que lo abandonó cuando él tenía 5 años, aunque está íntimamente ligada a su destino. Para interpretar a Mary Rice, cuyo sorprendente pasado tiene mucho que ver con el futuro de David, los realizadores contrataron a una de las más alabadas actrices en la actualidad: la nominada al Oscar de la Academia, Diane Lane. "Al igual que Mary, Diane tiene una presencia integral en la película, incluso cuando no está en pantalla", explica Simon Kinberg. "Mary Rice es el motivo por el que David ha estado escapando desde que era niño, ahora está a punto de descubrir cosas que le ayudarán por fin a entender qué ocurrió, y que harán que su madre resulte mucho más polifacética de lo que nunca pudo imaginar. Necesitábamos a alguien con gran presencia que representase todas esas cosas para él".

Aunque no quiere desvelar secretos sobre su personaje, Lane comenta que la atracción hacia su papel era triple: "Primero, quería trabajar con Doug Liman, segundo, deseaba trabajar junto a Hayden y que hiciese de mi hijo porque soy una auténtica fan suya", nos dice Diane Lane. "Pero también opino que la teletransportación es un sueño eterno de la humanidad y lo que más me gustó de la historia es que le da forma a ese sueño".


Salto atrás: Samuel L. Jackson dirige a los Paladines
En el medio de la compleja historia y mitología de los saltadores están sus máximos enemigos: los Paladines, una organización secreta cuyos miembros han estado, durante siglos, sufragando una guerra sin cuartel a los saltadores, con la esperanza de impedir que algún vil saltador destruyera la tierra.

Para los realizadores, resultaba imperativo que los Paladines fueran tan fascinantes como los saltadores. Puede que sean unos peligros adversarios para los saltadores, pero no son exactamente villanos de blanco y negro.

"En Jumper, queríamos que el mundo de los malos fuese tan fresco y real como el de los propios saltadores", explica Simon Kinberg. "Dedicamos mucho tiempo a crear la mitología de los Paladines, su filosofía, sus poderes y su armamento. Era muy importante para Doug, así como para todos nosotros, que los Paladines se convirtieran en personajes multidimensionales que no están sólo para matar a nuestros héroes, sino que poseen una ética propia muy válida".

Lucas Foster añade, "Los Paladines creen que los saltadores son el último peligro para la humanidad, y deben ser detenidos. No lo hace por dinero, ni tampoco por méritos o medallas. Llevan vidas anónimas y son héroes anónimos en su propio mundo".

Para interpretar el papel del líder de los Paladines, el inteligente y resuelto Roland, los realizadores siempre tuvieron en mente a un actor: el nominado al premio de la Academia Samuel L. Jackson, ese peculiar intérprete que parece aportar credibilidad y autoridad a todo personaje que interpreta, sin importar cual sea. "Sam aporta un enfoque muy meditado a su arte y los diversos personajes que ha interpretado. El personaje de Roland es vital para la historia, y Sam ayudó de veras en su evolución, para aportarle validez", dice Liman.

Jackson ha interpretado una serie de personajes duros y fuera de lo corriente, desde asesinos a maestros Jedi, pero señala que Roland es único incluso entre una lista tan poco convencional como la suya. "Se trata de un personaje icónico con un impacto dinámico en la historia, y creo que será memorable", añade Jackson. "Roland es un tipo misterioso, porque nunca estás completamente seguro de para quién trabaja. Lo único que sabes es que su principal motivación es matar saltadores, sin importar su edad, ni quiénes sean o dónde están. Y lo hace con un especial celo".

Para Jackson, parte de la mística de los Paladines es lo entrenados que están en su peculiar misión de impedir que los saltadores tengan algún efecto sobre la historia de la humanidad. "Los Paladines son antiguos guerreros, soldados que durante siglos han ido mejorando unas habilidades que la mayoría no poseen", explica Jackson. "Podríamos pensar que los saltadores tienen ventaja porque pueden teletransportarse, pero no son guerreros como los Paladines".

Jackson también supo apreciar la oportunidad de compartir la pantalla con su compañero de Star Wars Hayden Christensen. "Es fantástico ver crecer a Hayden desde el recuerdo de los años pasados juntos durante el rodaje de Star Wars. Tiene un halo muy parecido al de James Dean, con una presencia intensa y amenazadora, con algo oculto bajo la piel que parece que vaya a liberar en cualquier momento".

Interpretar frente a un enemigo tan formidable fue todo un desafío físico para Jackson. "Había muchas peleas, con giros y saltos desde lugares elevados, y mis rodillas ya tienen achaques", bromea Jackson, "pero fue genial tener que pelear con dos personas con las habilidades de David Rice y Griffin".

Más que nada, Jackson se sintió emocionado por trabajar por primera vez con Doug Liman, cuyo estilo parece encajar a la perfección con este relato. "Doug es una persona única, capaz de ver la historia desde muchos ángulos diferentes en un instantes. "Es casi como si tuviese la mente de un saltador", señala Jackson. "Salta de aquí a allá y vuelta atrás, lo que siempre te encamina hacia territorios interesantes".