Una producción de Brian Grazer/John Calley. La película está protagonizada por Tom Hanks, Ewan McGregor, Ayelet Zurer, Stellan Skarsgård, Pierfrancesco Favino, Nikolaj Lie Kaas y Armin Mueller-Stahl. La dirección es de Ron Howard. El guión es de David Koepp y Akiva Goldsman. La producción es de Brian Grazer, Ron Howard y John Calley. Basada en la novela de Dan Brown. Los productores ejecutivos son Todd Hallowell y Dan Brown. El director de fotografía es Salvatore Totino, ASC. La dirección de arte es de Allan Cameron. El montaje está realizado por Dan Hanley, ACE. y Mike Hill, ACE. El supervisor de efectos visuales es Angus Bickerton. El diseño de vestuario es de Daniel Orlandi. Los productores asociados son Kathleen McGill, Louisa Velis y William M. Connor. La música está compuesta por Hans Zimmer. La supervisión musical es de Bob Badami.
Quien es quien en Ángeles y demonios
Ángeles y demonios comienza con la muerte del Papa y el antiguo ritual del cónclave, el proceso por el cual el Colegio Cardenalicio elige al nuevo Santo Padre. Entre los cardenales se encuentran los papables, que son los cardenales que tienen más probabilidad de ser elegidos Papa. El proceso es conocido por ser llevado a cabo en el más absoluto secreto, y los cardenales se mantienen aislados hasta que su importante trabajo es completado. La única comunicación con el mundo exterior se produce en forma de humo desde la Capilla Sixtina. El humo oscuro indica que no ha logrado el voto unánime de las dos terceras partes, el humo blanco (y más recientemente, campanadas) indican que las dos terceras partes de la mayoría se han puesto de acuerdo y un nuevo Papa ha sido elegido.
El Camarlengo tiene unas funciones muy específicas dentro del Vaticano. Es quien certifica la muerte del Papa y destruye el anillo con su sello oficial, también conocido como el Anillo del Pescador. Hasta la elección del nuevo Papa, el Camarlengo se convierte en la cabeza visible del Vaticano.
La Guardia Suiza ha protegido al Papa y al Colegio Cardenalicio dentro de los muros del Vaticano desde el 22 de enero de 1506. Son famosos por considerar que se trata de una vocación y no de un trabajo. Para acceder a la Guardia Suiza, se tienen que reunir ciertas condiciones: ser hombre soltero católico, tener entre 19 y 30 años, un mínimo de estatura de 1,73 m, haberse graduado en una escuela superior, haber realizado un entrenamiento básico en el ejército suizo y poseer la ciudadanía de ese país.
Las obligaciones policiales dentro del Vaticano las lleva a cabo la Gendarmería. Se encargan, entre muchas otras tareas, del orden público, el control del tráfico
y de la investigación de secuestros y asesinatos.
En Ángeles y demonios, estos grupos se ven inmersos en la acción cuando los Illuminati secuestran a los papables y amenazan con matar un cardenal por hora y finalizar con la explosión de una bomba en el Vaticano. La historia "oficial" detrás de los verdaderos Illuminati es que se trata de una sociedad secreta fundada en Baviera en 1776, con alrededor de 2.000 librepensadores que llegaron a ocupar los más altos niveles del arte, la ciencia, y el gobierno antes de disolverse oficialmente a finales del siglo XVIII.
Muchos creen, sin embargo, que las raíces de dicha sociedad secreta son mucho más antiguas y que los Illuminati han existido desde el siglo XVI, como resultado de la preocupación del conflicto entre la Iglesia Católica y los grandes científicos de la época. En Ángeles y demonios, estos Illuminati o "iluminados" fueron obligados a la clandestinidad, desapareciendo hace más de cien años. Durante este tiempo se convirtió en un grupo de fervorosos anti-vaticanistas que decidieron adorar a los cuatro elementos de la naturaleza, el agua, la tierra, el aire y el fuego. Este es el marco en el que se desarrolla la atrapante historia de la película.
En la vida real, hay gente que dice que los Illuminati siguen existiendo. En Internet abundan artículos, vídeos e historias, entre las mucha teorías que hay publicadas, algunas sugieren que los Illuminati controlan los sucesos en el mundo, que están altamente posicionados y que están creando un nuevo orden mundial para reemplazar los gobiernos actuales por un gobierno internacional autónomo de los "iluminados".
Acerca de la película
Después de verse inmerso en la aventura que le enfrentó a la Iglesia Católica y a dos mil años de sagrada historia religiosa, Robert Langdon vuelve a embarcarse en un nuevo caso en Ángeles y demonios, aunque en esta ocasión lo hace desde el corazón del Vaticano, intentando salvar a la Iglesia de uno de sus enemigos más antiguos: los Illuminati.
"En un principio, en Ángeles y demonios, la relación entre Langdon y el Vaticano es muy fría a raíz de lo sucedido en El Código Da Vinci (The Da Vinci Code)", explica Tom Hanks, que repite su papel como el extraordinario Profesor Langdon. "Él posee un gran conocimiento de los rituales y la historia de la iglesia pero no es bienvenido. Hay una lucha de poder en el seno del Vaticano, pero debido a la amenaza que pende sobre la elección papal, y a pesar de su historia con la iglesia, Langdon es el elegido para tratar de prevenirlo".
"El Vaticano es atacado en su momento más vulnerable", explica el director Ron Howard, que vuelve al mundo de Dan Brown después dirigir el éxito mundial de El Código Da Vinci (The Da Vinci Code), que en el año 2006 recaudó más de 750 millones de dólares en el mundo. "El Vaticano está en medio del proceso del cónclave, que es cuando los cardenales eligen a un nuevo Papa. Cuando se hallan bajo amenaza de muerte y con una bomba a punto de estallar, llaman a Robert Langdon, el único que tiene el conocimiento y la habilidad como para develar el misterio, entender los símbolos y tratar de evitar el desastre. No es un hombre en el que el Vaticano confíe, es el hombre que el Vaticano necesita".
En Ángeles y demonios, Langdon trata de desbaratar a los Illuminati, una organización clandestina centenaria, y sus planes de terminar con el Vaticano. Para Howard, esa idea es el villano perfecto y un valioso antagonista para Robert Langdon. "Cuando leí Ángeles y demonios, me quedé absorto con la idea de los Illuminati", recuerda Howard. "Se dice que esta sociedad secreta contó con hombres como Galileo y Bernini. ¿Qué ocurrió con ellos? ¿Fueron realmente eliminados? ¿Han dejado alguna vez de existir? Hay algunos que creen que los Illuminati han sobrevivido como organización y aún siguen entre nosotros, manejando nuestra vida cotidiana, la política gubernamental, empresarial y estratégica".
"En nuestra historia, los Illuminati vuelve para cobrarse una venganza que se remonta a más de cuatrocientos años", afirma el productor Brian Grazer. "Los Illuminati han secuestrado a cuatro cardenales, los favoritos entre los que se encuentra quien será nombrado Papa, y han amenazado con destruir el Vaticano y la ciudad. Las autoridades llaman a Robert Langdon, para ellos un viejo enemigo, pero que es el único que puede ayudarlos en ese momento de crisis. Sólo Langdon puede descifrar los misteriosos códigos de los Illuminati que están relacionados con los antiguos símbolos de la tierra, el aire, el fuego y el agua".
"Lo que resulta más interesante en la aventura de Robert Langdon es que estimula la curiosidad y la investigación", continúa el director. "Lees el libro o ves la película, y luego sientes la necesidad de ir a la biblioteca o Internet, porque quieres entender a Bernini, Galileo y sus relaciones con el Vaticano, con el arte, la ciencia y el misterio de los Illuminati. Seas o no creyente, es un material muy interesante, y la prolífica imaginación de Dan Brown te lleva a un fascinante conjunto de pistas y a un gran misterio".
El productor John Calley agrega, "Tuve mucha suerte al descubrir los libros de Dan mucho antes de que llegaran a manos del gran público y que "El Código Da Vinci" (The Da Vinci Code) se convirtiera en un fenómeno. Creo que lo que ha creado con "El Código Da Vinci" (The Da Vinci Code) y "Ángeles y Demonios" (Angels & Demons) es una saga actual. Ambos libros tienen suspense y un ritmo trepidante y cuenta con un personaje central que es un héroe ingenioso y dinámico. Eso explica el porqué del gran éxito que ha logrado Dan y todos esperamos con gran expectativa la próxima aventura de Robert Langdon".
Para Howard, estas son las razones por las que la decisión de dirigir Ángeles y demonios fue muy fácil de tomar. "Hay algo único en la creación que ha hecho Dan del personaje de Robert Langdon", explica. "Es increíblemente original, te incita a pensar y, a nivel cinematográfico, es irresistible".
Ángeles y demonios es la primera película en la que Howard repite con un personaje. "Nunca quise hacer eso, porque en general me interesa explorar nuevos territorios", explica Howard. "Y Ángeles y demonios me da eso, a pesar de que Robert Langdon vuelve a ser el personaje central, la película es muy diferente a El Código Da Vinci (The Da Vinci Code) y me permite ejercitar un nuevo conjunto de elementos cinematográficos. Ángeles y demonios requiere un ritmo diferente, otra motivación. Es, literalmente, un thriller que es una bomba de tiempo, dentro de un misterio completamente original. Estos dos componentes me han llevado, como director, a moverme de manera totalmente diferente a la que lo hiciera en El Código Da Vinci (The Da Vinci Code)."
Además, Howard tiene otra razón para querer volver a Ángeles y demonios, la oportunidad de volver a trabajar con Tom Hanks por cuarta vez. "Me encanta trabajar con Tom, y lo que ha hecho con Robert Langdon es estupendo", elogia Howard. "A medida que avanza, la conexión entre el actor y el personaje es cada vez más profunda y fuerte. La inteligencia de Tom, la curiosidad y su sentido del humor se fusionan naturalmente con el Robert Langdon que ha creado y eso hace que sea más rico y por supuesto mucho más interesante para ver".
Hanks cuenta que interpretar la mente misteriosa y brillante de Langdon es muy estimulante y es uno de los grandes atractivos del proyecto. "Es un desafío interpretar a alguien que es un experto en un campo tan desconocido. Él es capaz de realizar conexiones que nadie más ve, un símbolo puede representar diferentes puntos de vista y él es el único que puede encontrarle un sentido. Cuando trabajamos en Roma cerca de sitios que tienen tanta antigüedad, me fascinó aprender la historia de los lugares, cuál era la idea original detrás de las edificaciones, qué ocurría en Roma en ese momento, quién las había financiado, cuándo y por qué se le habían añadido diferentes elementos. Robert Langdon ve la historia como capas. Él busca la información, recoge las diferentes opiniones y conflictos, las contrasta con diferentes interpretaciones y trata de entender el porqué de la necesidad de crear esos símbolos".
Hanks explica por qué Robert Langdon encaja con la fantasía que todos tenemos de poder resolver grandes misterios. "Si eres lo suficientemente listo como para ver una pista, lo suficientemente listo como para seguirla y lo suficientemente inteligente como para darle sentido a todas las claves ocultas y finalmente descubrir que te enfrentas a una gran conspiración, pero sólo tienes un tiempo equis para resolverlo. ¿A quién no le apasiona eso?".
Hanks también estaba encantado de volver a formar equipo con el director Ron Howard. Ángeles y demonios es la cuarta colaboración de ambos, la más reciente ha sido El Código Da Vinci (The Da Vinci Code). "No existe nada que pueda perturbar a Ron", afirma el actor. "Ni tan siquiera rodar frente al Panteón de Roma con cientos de turistas. Ron halló unos pequeños callejones traseros para rodar durante las tempranas horas de la tarde cuando hacía mucho calor, nos rodeaba una gran multitud de curiosos, pero él estaba tan concentrado que no sabía que toda esa gente estaba allí. Siempre que se enfrenta a una toma complicada, encuentra la forma de hacerla y transmite confianza. Ron ha hecho un trabajo impresionante a lo largo de su carrera y continúa haciendo películas cada vez más complejas, aunque él hace que todo parezca fácil. Como cineasta, cada vez se arriesga más, asumiendo más desafíos que cuando tenía mucho menos que perder. Su voluntad, su deseo de hacer las películas de la manera que él las hace, requiere de todos los demás el mismo compromiso".
Junto a Hanks están algunos de los mejores y más brillantes actores del panorama internacional. Según Brian Grazer, poder atraer a un gran reparto era una de las prioridades de los realizadores. "Un reparto internacional aumenta la proyección del filme", explica Grazer. "Hace que sea mucho más accesible en el mercado internacional. Además, contar con un material tan rico y con la oportunidad de trabajar con Tom, es un gran atractivo para cualquier actor. Se lo hemos propuesto a los mejores actores que, por supuesto, encajaran artísticamente con la película, y en cada caso hemos podido obtener nuestra primera opción".
"El reparto aportó una energía cinética", afirma Hanks. "Ewan McGregor brinda una gran sinceridad al Camarlengo, Stellan Skarsgård hace un retrato temible como jefe de la Guardia Suiza y Armin Mueller-Stahl le da sabiduría, benevolencia y moral al cardenal. Ayelet Zurer no pronunciaba ni una línea de su diálogo a menos que supiera exactamente las explicaciones científicas que las respaldaban. Todos y cada uno trabajaron con las mismas expectativas, la misma dedicación, cosa que hizo del rodaje una experiencia muy intensa".
A lo largo de esta aventura, Langdon se une en su búsqueda a una científica italiana de la CERN, interpretada por Ayelet Zurer.
El CERN (Centro Europeo para la Investigación Nuclear) es el laboratorio más grande de física del mundo. Con base en Suiza, el CERN ha puesto en marcha durante la producción el acelerador de partículas más grande del planeta, el gran colisionador de hadrones (LHC) . Los resultados que se obtengan de estos experimentos se espera cambien nuestra visión del universo en el que vivimos. Investigarán la razón de la preferencia de la naturaleza por la materia en lugar de la antimateria y buscarán la prueba de la existencia de la materia desde el principio de los tiempos. En Ángeles y demonios, el trabajo de Vetra en el CERN gira en torno a una pequeña cápsula de antimateria que ha sido robada y se convierte en el arma de destrucción masiva más avanzada con la que es amenazada la esencia de la Iglesia Católica, el Vaticano.
Zurer preparó su papel no sólo leyendo todo tipo de experimentos llevados a cabo por los aceleradores de partículas como los que se realizan en el CERN (y mirando vídeos en YouTube del LHC), sino que además leyó el libro de Bill Bryson, "Una breve historia de casi todo" (A Short History of Nearly Everything) recomendado por Tom Hanks. De hecho, varios miembros del equipo se apasionaron con el libro y comparaban notas de capítulos como "El universo de Einstein" (Einsteins Universe), "El poderoso átomo" (The Mighty Atom) y "La visión singular de Darwin" (Darwins Singular Notion).
En cuanto a su personaje, Zurer destaca, "Vittoria me interesó porque ella representa a una generación de mujeres muy preparadas en campos profesionales donde aún predomina el hombre. Y al mismo tiempo no ha dejado de lado su sensibilidad por su carrera. Es una mujer reflexiva que no pierde el control con facilidad".
"Todos los que forman el equipo de Ron se conocen desde hace años y han trabajado en gran cantidad de proyectos juntos. Se comportan como las abejas de una colmena", continúa la actriz. "Tienen códigos de comunicación abreviados, como si fuera otro lenguaje, que no pude entender hasta pasado un tiempo. Eran rápidos, divertidos, intensos pero a la vez relajados. Fue muy emocionante para mí. Ron solía decirme, Relájate, no te apresures, baja la voz, él me ayudó a mantenerme en la dirección correcta. Tenía muy claro que quería que Vittoria fuera muy fuerte, inteligente y frontal, pero a la vez emocional con las cosas que le afectaban. Creo que ella se siente muy responsable por todo lo que ocurre".
Zurer tuvo la libertad de decidir cómo iba a trabajar el acento italiano de Vittoria Vetra. "Decidí que fuera un acento más neutro, internacional, y no simplemente el típico inglés con acento italiano", cuenta la actriz. "En muchas ocasiones me sorprendí lo bien que entró en mí el italiano, se adaptó a mi cuerpo con mucha facilidad. Me sentí muy cómoda. Tal vez resultó tan natural porque soy mediterránea
pero lo cierto es que me encantó".
En ausencia de un Papa y hasta que el nuevo Papa sea elegido, el poder del Vaticano reside en su mano derecha, el Camarlengo. En Ángeles y demonios esta figura clave es interpretada por Ewan McGregor.
"El Camarlengo es un secretario, pero cuando el Papa muere, él es la cabeza visible del estado del Vaticano y tiene bastante poder", apunta McGregor. "Es un personaje fantástico para interpretar porque le suceden muchas cosas".
"El Camarlengo ama verdaderamente a la Iglesia y el sentido de permanencia que lleva consigo, la fuerza de la historia con mayúscula", continúa McGregor. "Y ahora, aquello que ama se ve amenazado en el momento de mayor debilidad. Él se ve a sí mismo como el hombre que hará lo que sea necesario para salvar a la Iglesia y todo lo que ella representa de los Illuminati".
El actor no sólo fue tentado por la riqueza de su personaje sino también por tener la oportunidad de trabajar con Ron Howard.
"Soy un gran fan de Ron Howard, lo había encontrado en algunas ocasiones sociales cuando estuvo rodando El Código Da Vinci (The Da Vinci Code) en Londres" cuenta McGregor. "Nos encontramos en un restaurante que a ambos nos gusta ir a comer el domingo. Es estupendo trabajar con un director que no solamente es bueno en la técnica de la realización sino que también es de gran ayuda en lo que a la interpretación y a la emoción de la escena se refiere. Creo que el hecho de que él también haya sido actor es lo que lo hace tan buen director".
El contrapunto del Camarlengo en el Vaticano es el dignificado y silencioso cardenal Strauss, interpretado por el veterano actor Armin Mueller-Stahl. El cardenal Strauss, un experto en las turbulentas aguas de la política del Vaticano, sabe y ve más de lo que deja entrever. De hecho, la impasibilidad del cardenal Strauss encaja con la actitud que Mueller-Stahl tiene frente a la interpretación.
"Strauss está siempre observando y analizando qué es lo que tienes que hacer para entender el paso siguiente. No da mucha información acerca de lo que piensa o de quién sospecha, y para mí, ese también es el secreto de la actuación", elabora Mueller-Stahl. "Tú tienes un rostro. Y bajo ese hay otro rostro y es éste segundo el que es importante dar vida sin mostrarlo. La idea no es mostrarlo todo, hay que revelarlo. Tiene que ser entendido por el público, pero no puede ser obvio".
Para investigar en su personaje, Mueller-Stahl ha leído mucho acerca del Papa actual, y tal vez, parte de su personaje haya sido modelado por el pontífice de la vida real. "He leído un poco acerca de Joseph Ratzinger, antes de que fuera elegido Papa, cuando era cardenal", aclara el actor.
Mueller-Stahl también utilizó algunos de sus propios recuerdos. "Conocí a Juan Pablo II cuando fue cardenal en Cracovia", cuenta el actor. "Pero eso fue hace mucho, mucho tiempo".
Junto al cardenal Strauss, y protegiéndolo a él y al Colegio Cardenalicio, está el Comandante Richter, que es el Comandante Principal de la Guardia Suiza, interpretado por Stellan Skarsgård. La Guardia Suiza ha estado defendiendo el Vaticano desde el 22 de enero de 1506 y Richter, el venerable líder de esta imponente y majestuosa fuerza, personifica todo lo que esto significa: la máxima dedicación, respeto y fidelidad a la Santa Sede. Aunque a medida que la investigación avanza él también puede convertirse en sospechoso.
"Como jefe de seguridad del Vaticano, con cuatro cardenales secuestrados y una bomba a punto de estallar, Richter se halla en problemas, pero él es un personaje frío", explica Skarsgård. "Es una persona muy controlada y en varios puntos de la historia no sabemos si podemos confiar en él".
"Richter, por supuesto, desprecia a Langdon," continúa Skarsgård. "Él es un hombre del Vaticano, muy devoto y sabe la historia que hay detrás entre Langdon y el Vaticano, por lo que Richter no acepta de muy buena gana la ayuda del profesor. Ambos tratan de resolver el crimen, pero hay una pica constante entre ellos por el mutuo sentimiento de desconfianza y escepticismo que uno provoca en el otro".
Richter, naturalmente, trabaja muy de cerca con el Camarlengo a lo largo de la investigación. En una secuencia particularmente intensa entre ambos personajes, Ron Howard posicionó las cámaras de tal manera que estas pudieran captar los planos cortos y los contraplanos de ambos actores simultáneamente, esto permitió que Skarsgård y McGregor pudieran relacionarse con el otro de una manera más orgánica.
"Ron entiende qué es lo que mueve a los actores", continúa Skarsgård. "Sabe cuándo y cómo quitar la presión y también sabe qué es lo que puede pedir, lo que quiere de cada escena y cómo quiere llegar al resultado. Jamás hablamos del personaje, nuestras conversaciones durante los ensayos fueron acerca de las escenas y de hacia dónde nos dirigíamos con ellas".
El Vaticano, además de ser el corazón de la Iglesia Católica es un estado dentro de Italia. Y mientras que la Guardia Suiza protege al Papa y a su Colegio Cardenalicio, la Gendarmería se ocupa de todo lo demás dentro de las murallas del Vaticano. Cuando los cardenales son secuestrados en Ángeles y demonios, se desata una pesadilla de jurisdicciones que enfrenta al Comandante Richter, interpretado por Skarsgård, y al Inspector de la Gendarmería Ernesto Olivetti, interpretado por el actor italiano Pierfrancesco Favino. "Olivetti llama a Langdon después de que un físico-sacerdote da la nota en el CERN", cuenta Favino. "Él entiende inmediatamente que no son capaces de salir airosos sin ayuda y llama a Langdon, el único hombre que sabe el significado de los símbolos. Esto lo coloca en una delicada situación con Richter, por lo ocurrido entre Langdon y el Vaticano. Richter no confía en Langdon en lo más mínimo. Olivetti sabe que es Richter, básicamente, quien está a cargo de la situación, porque la Guardia Suiza es
la responsable de la protección de los cardenales, y traer a Langdon es la única carta de triunfo de Olivetti en la investigación".
"Tuve un par de claves para mi personaje", recuerda Favino. "Sabía que tenía que estar casado, así que Olivetti lleva una alianza de matrimonio, a pesar de que eso nunca se menciona en la película. Aunque las reglas de la Gendarmería no son tan estrictas como las de la Guardia Suiza, también sabía que Olivetti tenia que ser católico, como ellos. Me fue de mucha ayuda pensar en él como un hombre que tenía una familia esperándolo en casa".
El último personaje que cierra el reparto es el sombrío Mr. Gray, llevado a la pantalla por el actor danés Nikolaj Lie Kaas. Kaas fue atraído por la acción que tenía el papel. "Él es el arma en la mano", cuenta. "Lleva adelante toda la acción del filme, todo lo que ocurre en la película pasa por la trama que él ejecuta. Me encanta hacer acción, es genial volver a ser niño otra vez".
En cuanto al acento del personaje, Kaas explica que tomó en cuenta una sugerencia del director. "Siempre hago acento ruso o eslavo", cuenta, "pero Ron me sugirió que utilizara mi propio acento danés. Incluso, en una escena, cuando hablo con uno de los cardenales muertos, lo hago en danés. La idea se le ocurrió a Ron y a uno de los guionistas y a mi pareció fantástica".
Acerca del CERN
La trama de Ángeles y demonios se pone en acción en el CERN, el laboratorio de física situado en Ginebra. "El tipo de investigación que se hace en el CERN es de los más arriesgado e innovador que existe", cuenta el director. "Lo que me parece increíble es que Dan Brown escribió esta novela ambientada en el CERN hace unos diez años, y ahora, una década más tarde, el CERN está en las noticias y todos hablan de los experimentos que allí se realizan. Sólo es una muestra de lo avanzado que es Brown".
El CERN es uno de los más grandes y respetados centros de investigación científica. Su área de trabajo es fundamentalmente la física, dar respuesta a cómo funciona el universo y de qué está hecho. En el CERN, se utiliza el instrumental científico más complejo del mundo para estudiar las partículas fundamentales de la materia. Al estudiar qué ocurre cuando se chocan las partículas, los físicos aprenden acerca de las leyes de la naturaleza.
Los instrumentos que se utilizan en este laboratorio son aceleradores y detectores de partículas. Los aceleradores impulsan los haces de partículas a una gran fuerza antes de hacer que choquen entre sí o con otros objetivos fijos. Los detectores observan y registran los resultados de esas colisiones.
El CERN fue fundado en 1954 y está situado en la frontera franco suiza, en las proximidades de Ginebra. Fue uno de los primeros proyectos de colaboración europea y ahora cuenta con más de veinte estados miembros.
El LHC (gran colisionador de hadrones) del CERN es un gigantesco dispositivo científico que se alza en la frontera de Francia y Suiza. Es un acelerador de partículas utilizado por los físicos para estudiar las partículas más pequeñas conocidas, el componente fundamental de todo lo que existe.
Los físicos utilizarán el LHC para recrear las condiciones inmediatamente después al Big Bang haciendo colisionar dos haces a una altísima energía. Dos haces de partículas subatómicas conocidas como los "hadrones", que pueden ser tanto de carga negativa, positiva o neutra, viajarán en sentido contrario dentro del acelerador circular, aumentando su energía en cada vuelta. Equipos de físicos de todo el mundo analizarán las partículas creadas como resultado de estas colisiones utilizando detectores especiales que están asignados a los experimentos realizados con el LHC.
El rodaje en Roma
La producción comenzó en Roma, y durante un mes, Ángeles y demonios se rodó en lugares tan famosos como la Piazza del Popolo, Piazza Navona, Castillo de Sant Ángelo, en los exteriores de la hermosa iglesia barroca Santa Susana y en las calles de la ciudad de Roma. En todos los sitios en donde la producción estuvo rodando, siempre estaban rodeados por cientos de admiradores entusiastas, curiosos, turistas y locales.
Desde los trabajos de Rafael, Miguel Ángel, Bernini, a los obeliscos que se recortaban en el cielo de las numerosas piazzas y las estatuas que señalan lugares secretos, las pistas del libro de Dan Brown estaban por todas partes. Era imposible ignorarlas así como a la multitud de turistas que había en Roma disfrutando del famoso arte de la ciudad, que inmediatamente agregaron a su agenda turística el rodaje de Ángeles y demonios. Así como El Código Da Vinci (The Da Vinci Code) creó un turismo de casas de campo relacionada con las localizaciones del libro en Francia, Ángeles y demonios ha hecho lo mismo con Roma, con multitudes de turistas siguiendo un tour guiado por el "Camino de la Iluminación". Poder hacer una foto de Tom Hanks y Ayelet Zurer cruzando la Piazza della Rotonda frente al Panteón atrajo a cientos de espectadores que con frecuencia daban la espalda al antiguo templo romano y desde el pórtico, hombro con hombro observaban y fotografiaban el rodaje. La atmósfera era festiva y se trabajaba a toda velocidad, en una ocasión, una boda entró en la plaza mientras el equipo se estaba preparando para otra toma. Se trataba de una pareja que tenía cita para contraer matrimonio cerca de la localización del Panteón donde Ángeles y demonios tenía que rodar. Con mucha caballerosidad, Tom Hanks ayudó a la novia y a su padre a llegar hasta el Panteón a través del equipo, los cables, los focos y las cámaras.
Finalmente, el rodaje ciertamente frenético y el ambiente multitudinario resultaron apropiados para lo que tenía en mente el director de fotografía, Salvatore Totino. "Todos esos turistas en Roma le aportaron un toque de locura y diversión que encajó perfectamente con nuestro objetivo. Ron y yo habíamos hablado de que el filme tuviera una cierta urgencia: hay una bomba que va a explotar si no son capaces de evitarlo. El objetivo entonces era poder expresar todo lo que está en juego de forma cinematográfica, capturando las consecuencias de lo que significarían las pérdidas históricas y humanas. Queríamos que la cámara siempre tuviera un movimiento, por lo que utilizamos teleobjetivos de más alcance, y le pusimos énfasis al uso del steadicam, el slider y los dolly", explica Totino.
Uno de los mayores retos a los que se enfrentaron en Roma Totino y el técnico de iluminación Rafael Sánchez fue en el Castillo de Sant Ángelo. El Castillo, construido por Adriano en el 128 d.C. para albergar su propia tumba, ha sido utilizado como prisión, como fortaleza y como residencia papal. El puente que lleva hasta el castillo tiene, como es típico en Roma, una hilera de numerosas estatuas de ángeles, pero para las secuencias nocturnas de Ángeles y demonios, cada una de estas esculturas fue iluminada individualmente. Sánchez y su equipo crearon un diseño de iluminación para el castillo que resultó espectacular.
Totino asegura que la sugerencia de Sánchez de iluminar el castillo ayudó mucho a la producción que tenía que rodar una gran cantidad de planos en sólo dos noches.
"El Castillo de Sant Ángelo nos llevó mucho trabajo y fue una especie de rompecabezas por las limitaciones que teníamos en cuanto a lo que podíamos hacer o no y el escaso tiempo con el que contábamos para instalar el equipo. La primera vez que vimos la localización, Rafi sugirió una iluminación arquitectónica, que fue una gran idea. En otras palabras, hicimos que la iluminación aquí fuera general, más consciente en oposición a iluminar pieza por pieza. Hacerlo de esta forma nos ayudó a estar más contenidos. Las noches eran cortas y teníamos una noche para el puente y la entrada y una noche en el interior. Teníamos que entrar y salir, así que ese tipo de iluminación nos ayudó a resolver la situación", explica Totino.
El rodaje en los exteriores del Castillo de San Ángelo incluía helicópteros con reflectores y un cuadro de policías con una gran cantidad de vehículos con luces y sirenas sonando. Y aunque esto puede haber sido muy entretenido para las hordas de turistas, al Vaticano que linda con el castillo y está conectado por un pasadizo, no creo que les hiciera mucha gracia el jaleo.
De la ciudad eterna
a la ciudad de Los Ángeles
La producción continuó en Los Ángeles, donde Roma fue reproducida en los plató del estudio y localizaciones cercanas.
"Entre todas las localizaciones a construir, necesitábamos una versión a gran escala de la Plaza de San Pedro y Piazza Navona", cuenta el productor ejecutivo, Todd Hallowell, "Le pedí al encargado de las localizaciones que utilizara el Google Earth para encontrar un lugar adecuado cerca de Sony. Comenzamos a dibujar pequeños círculos concéntricos con el estudio en el centro y la primera pieza de terreno vacía con el tamaño suficiente para lo que necesitábamos era la pista de carreras Hollywood Park. Entonces dije, ve hasta allí y habla con esa gente. Mira a ver si puedes llegar a algún tipo de acuerdo. Vamos a necesitar unas ocho hectáreas de aparcamiento llano y vacío. Así lo hizo y tuvimos la suerte de que la gente de allí nos trató muy pero muy bien. Estaba a unos 13 kilómetros del estudio y era la localización ideal".
Adecuadamente, las réplicas de la Plaza de San Pedro y Piazza Navona se levantaron directamente al otro lado del probablemente, único edificio romano falso construido en Los Ángeles, el LA Forum, que imita, por supuesto, al original foro italiano. La producción, además, tuvo el placer de recrear la Capilla Sixtina, el Panteón, el Castillo de San Ángelo así como también los frescos, fuentes y estatuas de Miguel Ángel y Bernini.
El departamento artístico llevó a cabo la investigación para los decorados de la misma manera que cualquier turista o estudiante lo haría, a través de libros, Internet y fotografía digital. La mayor parte de la zona del Vaticano y Roma permite a los turistas entrar con todo tipo de cámaras, por lo que grupos de varios departamentos se convirtieron en parte de la muchedumbre diaria que, cargando mochilas y guías, visitaban los sitios de interés.
Para las escenas de investigación, el departamento de arte de Allan Cameron diseñó y construyó decorados con paredes que se pudieran quitar y poner, y con flexibilidad para la colocación de las luces y el equipo. El departamento artístico trabajó en colaboración con el supervisor de efectos visuales, Angus Bickerton, para que los decorados se pudieran fundir sin problema con lo que se había rodado en las localizaciones reales y que serían ensambladas digitalmente en la postproducción. "Cuando diseño un decorado, obviamente, tengo que tener en mente los movimientos de la cámara y la coreografía de la acción que el director quiere, por eso intento diseñar en torno al guión y sus requerimientos más que ajustarme a la realidad del lugar", explica Cameron. "Por ejemplo, la iglesia real de Santa María de la Victoria en Roma es bastante pequeña y la acción que se desarrolla en el filme es especialmente compleja. Sal, nuestro director de fotografía, y Ron querían utilizar cámara con grúa allí, por lo que tuvimos que agrandar los pasillos y las naves un poco más de lo que en realidad son para ajustarnos a la acción".
Las secuencias allí también necesitaban de un fuego intenso y humo espeso, para que la iglesia barroca apareciera con franjas de pantalla azul para que el equipo de efectos visuales pudiera aumentar el fuego en la postproducción.
La impresionante encarnación de la parte oeste de la Plaza de San Pedro que se alzaba entre contenedores de carga en el aparcamiento de Hollywood Park, era más pequeña que la real, con una pantalla verde como marco y realizada en su mayor parte en contrachapado y poliestireno. La reducción de la escala era de esperar, en la Plaza de San Pedro, diseñada por Bernini, pueden caber cómodamente 300.000 personas. La plaza está parcialmente rodeada por un anillo de 284 columnas dóricas y 140 estatuas de santos y mártires que se alzan regiamente en la parte superior.
"Nuestra versión era la 2/3 parte de las dimensiones reales, pero se verá como si fuera la verdadera por la combinación del decorado físico, la angulación de la cámara, la localización real y los efectos visuales", aclara Cameron. "Pasé mucho tiempo con el departamento de efectos visuales y Angus, construyendo maquetas, repasando dibujos, discutiendo la logística de lo que debería ser real y de lo que luego tendría que ser agregado en el ordenador. Finalmente, pudimos dar con una forma eficiente de lograrlo".
Uno de los métodos que los realizadores utilizaron a lo largo de la película fue combinar "alta" y "baja" tecnología. De esta manera, el obelisco egipcio del Papa Sixto V de 350 toneladas, tiene la misma medida que el que se halla en la Plaza de San Pedro (y que sirve como elemento central de la trama del filme), sin embargo, la columnata era ligeramente más pequeña. Esto se hizo de esta manera porque la mayor parte de la acción con los actores transcurría cerca del obelisco pero la columnata era más bien parte del telón de fondo y con una adecuada utilización de la perspectiva en la cámara aparecía con las medidas adecuadas. Los efectos visuales podrían recrear cualquier plano amplio en el que apareciera la columnata con toda su majestuosidad. Para lograrlo Bickerton, colocó las cámaras de manera estratégica alrededor del set para asegurarse de captar todos los detalles y el trabajo de Totino en la cámara, especialmente para que Angus pudiera hacerlo coincidir en el ordenador. Numerosas cámaras "testigo" fueron colocadas a través de la recreación de la Plaza de San Pedro y pequeñas cámaras HD grabaron en la parte superior de las Arriflexes de Totino para documentar el ángulo de cada cámara y así más tarde poder encajarlo por el equipo de efectos visuales en postproducción.
Para recrear los famosos suelos de mármol de Roma, el equipo de Cameron utilizó ordenadores e impresoras de gran definición para diseñar e imprimir el mármol en papel adhesivo. Era lo suficientemente duro para soportar la mayor parte de lo que demanda un rodaje, pero aún así necesitaba una cierta protección. Así que la producción estableció una norma: no se permitía calzado de calle en el decorado, todo el mundo tenía que ponerse unos patucos protectores azules, como esos que se utilizan en los hospitales, antes de poder entrar y caminar por el decorado.
La producción también utilizó ocho de los platós de Sony Pictures que a su vez fueron reutilizados cuando se terminaba con la escena. Por ejemplo, el plató 30 comenzó siendo el interior de la iglesia de Santa María del Popolo y luego se convirtió en el de Santa Maria de la Victoria. Lo mismo ocurrió con el aparcamiento de Hollywood Park, que después de finalizar con las escenas en la Plaza de San Pedro la transformaron en la Piazza Navona. A pesar de que parte del rodaje se realizó en la verdadera localización, otra se tuvo que hacer en Los Ángeles, en parte por la restauración interminable de la Fuente de los Cuatro Ríos de Bernini. Como la fuente real estaba completamente cubierta de andamios, los realizadores pidieron al equipo de Cameron que hicieran magia, la magia del cine.
La recreación de Los Cuatro Ríos fue una verdadera maravilla. La estructura refleja la dramática personificación de Bernini del Danubio, el Ganges, el Río de la Plata y el Nilo (símbolo de los cuatro continentes que se conocían en la época) y varios animales incluyendo los fantásticos leones. La réplica de Cameron no dejó de lado ningún detalle, la fuente y el depósito circular son exactamente iguales al original, aún en estireno pudo aguantar más de una semana de rodaje nocturno en el que se rescataba a uno de los cardenales secuestrados.
Además de los Cuatro Ríos, el equipo de Cameron reprodujo otras estatuas de Bernini, como Habacuc y el ángel y el Éxtasis de Santa Teresa, que sirve como una de las pistas que encuentra Langdon en el Camino de la Iluminación. El escultor Martin Smeaton y su equipo fotografiaron las estatuas desde todos los ángulos posibles e hicieron pequeñas réplicas de arcilla para asegurarse de que la proporción era la correcta antes de tallarla en las reproducciones a tamaño real en estireno.
Entre los maravillosos, enormes e intrincados decorados que construyó el equipo de Cameron, una de las más destacadas fue la Capilla Sixtina, que fue construida a escala real en el plató 27 en los estudios de Sony en Culver City. Irónicamente, la única pieza que no se copió fue su famosa cúpula, de allí era de donde colgaban todos los aparejos de iluminación para que el decorado estuviera completamente libre de focos. A pesar de que Cameron fue bastante fiel a la obra maestra de Miguel Ángel, tuvo que alterar ligeramente la gama de colores por propósitos cinematográficos.
"Si contamos todo, creo que reprodujimos unas 20 pinturas, incluyendo el Juicio Final de Miguel Ángel", explica Cameron. "Deliberadamente dejé los colores de la Capilla Sixtina un poco más oscuros para que el vestuario de Daniel pudiera tener su movimiento y recortarse sobre ellos".
El Daniel al que Cameron se refiere es Daniel Orlandi, el diseñador de vestuario de la película y el movimiento proviene de las sotanas rojas del Colegio Cardenalicio, que se reúne en la Capilla Sixtina después de la muerte del Papa para su cónclave, donde eligen al siguiente Vicario de Cristo. Orlandi trabajó previamente con Howard en El Código Da Vinci (The Da Vinci Code) y, por eso, ya tenía algún conocimiento del Vaticano, pero, explica el diseñador, la investigación necesaria para Ángeles y demonios era mucho más específica.
"Esencialmente, realizamos todo el guardarropa del Vaticano, 200 trajes de cardenales, las sotanas y el vestuario de los obispos, los curas, las monjas, toda la Guardia Suiza, los laicos que trabajan en el Vaticano, que llevan unos uniformes cruzados con un cuello burdeos y botones dorados. Todos esos trajes se hicieron a mano, no se pueden comprar", explica Orlandi.
Orlandi se convirtió en un experto en detalles del guardarropa del Vaticano, y explica que a pesar de que el traje de un cardenal puede parecer de una pieza, cada traje tiene un significado religioso y no están exentos de variaciones personales. Esto también se aplica y tal vez llega a su cúspide con el Papa.
"Fue muy interesante hablar con los sastres eclesiásticos que confeccionan la ropa del Papa, sobre lo que los cardenales llevan puesto para el cónclave", cuenta Orlandi. "Algunos de ellos jamás habían estado en Roma. Los que se ocupan de hacer la ropa sienten que están haciendo el trabajo de Dios. Es bastante inspirador".
Su vestuario es bastante complejo. Cada vez que Armin Mueller-Stahl se ponía el vestuario, experimentaba un poco de esos antiguos rituales de la iglesia. "Daniel investigó mucho y fue muy claro en cuanto a qué tenía que ponerme y cuándo. Fue muy específico en cuanto a los diferentes tipos de zapatos, de sombreros, de camisa, qué iba primero
" recuerda el actor.
Orlandi también creo el vestuario del "nuevo" Papa en el filme. Orlandi decidió basarse en al figura del Papa Benedicto. "El vestuario del Papa es muy elaborado y está realizado de forma exquisita", explica Orlandi. "Lo hicimos en Roma, es bastante asombroso. Le pusimos una estola que se ve exactamente igual que la que llevó el Papa Benedicto. Tiene un aspecto arcaico y ritual. Hubo un gran debate acerca de si el nuevo Papa tenía que seguir con el estilo romano, opuesto al gótico que es lo que usaba el Papa Juan Pablo. Él usaba una capa de terciopelo y armiño y era impactante porque nadie lo había usado desde el medioevo. Cada Papa marca su propio estilo. En nuestra película, diseñamos un estilo romano de mitra sobre patrones que encontramos en Italia y está bordado a mano con cristales Swarovski".
En un mar de sotanas rojas de los cardenales y magentas de los obispos, una figura vestida de negro destaca, es Ewan McGregor como el Camarlengo, en una severa y elegante sotana. Entallada a la cintura, con piezas laterales que le dan vuelo a la caída y 33 botones en la parte delantera que simbolizan cada uno de los años de la vida de Jesucristo, su traje siempre fue de una gran sobriedad hipnótica por el contraste. También funcionó a la perfección en los términos de movimiento que Totino y Howard querían darle a la película.
"La sotana de Ewan fue hecha a mano en Roma, con una bellísima tela de lana que tenía un ligero acabado en brillo. Y a él le queda estupenda. Con un ajuste perfecto tal y como son. Ya había trabajado anteriormente con Ewan y me encantaba lo que iba a hacer en esta película. Hicimos juntos Abajo el amor (Down With Love) y nos lo pasamos muy bien. No nos tomamos ninguna licencia con su sotana, es exactamente como se vestiría un cura con mucho gusto en el Vaticano. Hablamos de lo bien que quedaría cuando corriese con la sotana flotando tras de si y así fue, funcionó a la perfección", concluye Orlandi.
Orlandi también tuvo que recrear los llamativos uniformes de la Guardia Suiza, rojos, amarillos y azules, los colores de los Médicis. Uno de los favoritos de los turistas, y en la película la Guardia Suiza no era diferente, de hecho en algún momento, Tom Hanks sorprendió al equipo llegando al rodaje con el colorido uniforme.
Acerca de la música
Para Ángeles y demonios el director Ron Howard volvió a formar equipo con el compositor Hans Zimmer. A pesar de que Ángeles y demonios cuenta las aventuras de Robert Langdon, quien ya había aparecido en el año 2006 en El Código Da Vinci (The Da Vinci Code), la banda sonora de Ángeles y demonios requirió de un acercamiento completamente diferente.
La naturaleza de la historia necesitaba algo diferente. La aventura de Ángeles y demonios se refleja en cada aspecto de la colaboración entre Ron Howard, el productor Brian Grazer, los montadores, el equipo de sonido y por supuesto en la música compuesta por Zimmer. Zimmer se centró en hallar la manera de que la música tuviera el ritmo y la agilidad cinética del destello sináptico de Robert Langdon, utilizando un conjunto de cámara en lugar de la tradicional orquesta para poder crear esa sensación de acción.
Al mismo tiempo, como Ángeles y demonios es igualmente ciencia y religión, Zimmer utilizó una combinación de orquesta y coro para representar a la religión, y la electrónica para denotar la ciencia. Como la intención de Zimmer cuando reunió la orquesta era buscar a intérpretes que destacaran como solistas, trajo al mejor, al violinista Joshua Bell. El resultado fue una colisión que Zimmer describe como, "la belleza del violín de Joshua enmarcado por la electrónica desnuda".
Howard cuenta, "No hay nada que se pueda describir con una fórmula en la manera en que Hans piensa en la música", y agrega que la música de Zimmer siempre "encaja el sonido que la película pide". En este caso, fue el sentimiento de experimentación y diversión de la aventura, lo que Zimmer captura interpretando un juego musical. Como un guiño al personaje experto en simbología, Zimmer escondió un ambigrama musical de cinco notas en la banda sonora. Si alguien se da cuenta o no eso se verá, pero hay una cosa que es cierta, como dice Howard, Zimmer es "un fantástico contador de historias".