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  Asuntos privados en lugares públicos  (Coeurs)
  Dirigida por Alain Resnais
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León de Plata al mejor Director y premio Pasinetti a la mejor actriz Laura Morante Festival Venecia 2006.

En el reparto cuenta con Sabine Azéma, actriz fetiche del director y ganadora de dos Premios César y con numerosas nominaciones en su haber.

Coeurs acumula en su palmarés 8 nominaciones a los Premios César, sin olvidar la nominación al León de Oro de la Mostra de Venecia.

Reparto (Filmografía seleccionada):
• Sabine Azéma (Tanguy 2001 - La cena de Navidad 1999)
• Lambert Wilson (¡Palacio Real! 2005 - Sahara 2005 - Catwoman 2004 - Matrix Reloaded 2003)
• André Dussollier (Lemming 2005 - Vidocq 2001 - Tanguy 2001)
• Pierre Arditi (Los actores 2005 - El húsar en el tejado 1995)
• Laura Morante (El imperio de los lobos 2005 - Teresa de Calcuta 2006 - La habitación del hijo 2001)
• Isabelle Carré (La pequeña Lola 2004 - Solo te tengo a ti 2002)


Extractos de una entrevista con Alain Resnais
Lo que primero me impresionó cuando leí Asuntos Privados en Lugares Públicos fue la constante determinación de los personajes por escapar de su soledad, con todos los obstáculos que implica. El sentimiento de soledad es irreversible. No hay cura para el deseo de no estar solo. Es la eterna búsqueda de la felicidad. Es fácil creer que esta a tu alcance y difícil aceptar que es un producto de tu imaginación.

He sido un fan de las obras Alan Ayckbourn desde 1972. Me gustan las construcciones de sus argumentos, la manipulación del tiempo y la concepción de dirigir, la cual aporta el orgullo de la imaginación del lugar.

Con Asuntos Privados en Lugares Públicos me di cuenta de que podía tomar un camino opuesto comparado con el de Smoking/No Smoking. En esas dos películas, que fueron una declaración de mi amor por Inglaterra, intenté ir al detalle hasta límites insospechados, asegurándome de que todos los accesorios y costumbres fueran lo más ingleses posibles y acordándome, por ejemplo, de las campanas de la iglesia y las gaviotas de la pequeña ciudad de Yorkshire, que aportaban el telón de fondo. A esas alturas, estábamos tratando con una típica película londinense, la cual ofrecía la posibilidad de transportarla a París. Lo que me pasó fue que el equivalente al nuevo escenario de Londres fue un distrito que se expandía rápidamente alrededor de Bercy, la avenida de Francia y la nueva Librería Nacional con su singular luz. También es un barrio que encaja a la perfección con una historia moderna sobre corredores inmobiliarios reales y sus clientes.

Pregunté a Jean-Michel Ribes si podía escribir el diálogo en francés. Me pareció que era cercano a Ayckbourn y que podía entender cómo funcionaba su cerebro. Como Ayckbourn, no sólo ha escrito un gran número de obras, sino que también es un artístico, dinámico y fenomenal director de teatro. En Musée haut, musée bas, por tomar un ejemplo, hay una tendencia a la locura que uno sólo encuentra en Ayckbourn. Y me gusta su lado Alphonse Allais (escritor y humorista francés de finales de siglo XIX). A diferencia de Smoking/No Smoking, de donde tuvimos que extraer ocho obras de dos películas, esta vez no pudimos hacer nada. El escrito es muy frugal. Cuando pierdes una línea, notas que falta algo. El guión es muy veraz pero es tan francés como Ayckbourn es inglés, especialmente en todos los matices de la lengua hablada de cada día. Teníamos que encontrar un balance equilibrado: manteniendo los sentimientos de los personajes sin duplicar la predisposición mental de los ingleses o imitar el ritmo del habla inglesa.

El gran reto cuando tienes alrededor cincuenta escenas, algunas de ellas muy cortas, es hacer entender las eternas interacciones entre los siete personajes, a pesar de que algunos de ellos nunca se conocen. Las relaciones entre los personajes me recuerdan a la tela de una araña colgada entre dos arbustos y cubierta del rocío de la noche. Thierry, Charlotte, Gaëlle, Dan, Nicole, Lionel y Arthur son como insectos luchando por liberarse de la trampa. Cada vez que uno de ellos se mueve, choca contra otra parte de la tela y contra otro de los personajes, quien puede ser que no tenga ningún vínculo con el primero.