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  Pompeya  (Pompeii)
  Dirigida por Paul W.S. Anderson
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Notas de producción
Romance, aventuras y un desastre natural de proporciones catastróficas chocan de frente en POMPEYA, la épica recreación del director Paul W. S. Anderson de una de las tragedias más apasionantes de la Antigüedad clásica.

POMPEYA, ambientada en el año 79 d. C., cuenta la heroica historia de Milo (Kit Harington), un esclavo convertido en gladiador, que se ve metido en una carrera contrarreloj para salvar a su verdadero amor, Casia (Emily Browning), la hermosa hija de un rico mercader prometida contra su voluntad con un corrupto senador romano. Cuando el monte Vesubio entra en erupción y empieza a expulsar un torrente de lava abrasadora, Milo deberá abrirse paso luchando para salir de la arena y salvar a su amada mientras la otrora espléndida Pompeya se viene abajo a su alrededor.

La película está protagonizada por Kit Harington ("Juego de tronos", "El séptimo hijo"), Carrie-Anne Moss (la franquicia cinematográfica de "Matrix", "Memento"), Emily Browning ("Sucker Punch", "Una serie de catastróficas desdichas de Lemony Snicket"), Adewale Akinnuoye-Agbaje ("Thor: El mundo oscuro", "Perdidos"), Jessica Lucas ("Posesión infernal (Evil Dead)", "Monstruoso (Cloverfield)"), con Jared Harris ("Cazadores de Sombras: Ciudad de Hueso", "Mad Men") y Kiefer Sutherland ("24", "Melancolía").

POMPEYA es una producción de Constantin Film e Impact Pictures, dirigida por Paul W.S. Anderson ("Resident Evil: Venganza", "Los tres mosqueteros") a partir de un guión de Janet Scott & Lee Batchler ("Batman Forever") y Michael Robert Johnson ("Sherlock Holmes").

POMPEYA está producida por Anderson y su socio en la producción dentro de Impact Pictures, Jeremy Bolt, el equipo responsable de la franquicia cinematográfica de gran éxito "Resident Evil". Robert Kulzer ("Cazadores de Sombras: Ciudad de Hueso", "Resident Evil: Venganza") se encarga de producir para Constantin Film International, junto con Don Carmody ("Chicago", "Cazadores de Sombras: Ciudad de Hueso"). Los productores ejecutivos son Martin Moszkowicz, Peter Schlessel y Jon Brown. El director de fotografía es Glen MacPherson ASC, CSC ("Resident Evil: Venganza", "Los tres mosqueteros"). El diseño de producción corre a cargo de Paul Denham Austerberry ("La Saga Crepúsculo: Eclipse", "Los tres mosqueteros"). El montaje es obra de Michele Conroy ("Mamá", "Silent Hill 2: Revelación 3D"). El diseño de vestuario ha sido realizado por Wendy Partridge ("Thor: El mundo oscuro", "Resident Evil: Venganza"). Dennis Berardi ("Resident Evil: Venganza", "Los tres mosqueteros") es el supervisor de efectos visuales. Los efectos visuales digitales son de Mr. X Inc. La música está compuesta por Clinton Shorter. Ronna Kress, C.S.A., y Deirdre Brown son responsables del casting.


Acerca de la producción
En el año 79 d. C., la ciudad de Pompeya, un esplendoroso paraíso de recreo romano situado en la bahía de Nápoles, quedó sepultada por una catastrófica erupción del volcán del monte Vesubio. En tan sólo 24 horas, el bullicioso puerto internacional y sus residentes desaparecieron del mapa en uno de los peores desastres naturales de la Antigüedad. Sobrecogedoramente, la ciudad y sus habitantes quedaron conservados virtualmente intactos por la ceniza y la lava que expulsó el volcán.

Desde que no era más que un colegial curioso, el director Paul W. S. Anderson no ha podido olvidar la historia de esta metrópoli glamurosa que quedó arrasada en menos de un día. En su proyecto más reciente, Anderson consigue convertir esa obsesión de toda una vida con Pompeya en una épica película de acción, en la que no faltan combates de gladiadores, intrigas políticas, trágicos amantes y una aterradora lucha por la supervivencia cuando un verdadero infierno se abate sobre la tierra.

"El Imperio romano es algo que me ha interesado desde que era pequeño", asegura Anderson. "Me crié en el norte de Inglaterra, donde hay un montón de yacimientos arqueológicos. Llegué a sentir un gran interés por la civilización romana y, en concreto, por Pompeya. La idea de una ciudad con sus habitantes que hubiera quedado congelada en el tiempo no ha dejado nunca de fascinarme".

Anderson, junto a Jeremy Bolt, su socio en la producción desde hace muchos años, especialmente conocidos por sus evocativas exploraciones de un sombrío mundo futuro en la franquicia cinematográfica de "Resident Evil", pasaron más de seis años documentándose y preparando POMPEYA. Eso les ha permitido ofrecer un retrato meticulosamente detallado de un mundo perdido, así como una icónica aventura que recuerda a la época de las clásicas películas de catástrofes.

"Cuando el 3D empezó a cobrar pujanza a mediados de la década pasada, Paul y yo decidimos que el género que más se podía beneficiar de esa tecnología era el cine catastrofista", recuerda Bolt. "Entonces sugirió que hiciéramos una película sobre Pompeya. Decidimos hacer el mayor péplum de la historia, pero con un volcán".

Parecía una idea que encajaba a la perfección con el estilo de Anderson, que se ha dedicado toda su carrera a explorar los límites técnicos, con obras pioneras tanto en 3D como en infografía, sin dejar por ello de crear historias llenas de tensión y emoción. "Combina una extraordinaria capacidad visual con un tremendo conocimiento técnico y un gran interés por la historia", opina Bolt. "Y también comprende de manera innata lo que gustará a los espectadores. Esto no es un documental, pero está claramente basado en la realidad, a la vez que resulta emocionante, estimulante y muy emotivo".

En sus tiempos, Pompeya era el destino vacacional más fabuloso de todo el Imperio romano, según Anderson, que agrega: "Era como Las Vegas del Imperio romano".

"La ciudad estaba llena de burdeles, bares, tabernas y muchísimas actividades de ocio", prosigue Bolt. "Al tratarse de un puerto marítimo, acudía gente de todo el imperio y era un hervidero de actividad sumamente animado. Imaginar quiénes eran esas personas y cómo contar sus historias fue la génesis del proyecto".

Poco después del mediodía del 24 de agosto, el Vesubio, que había permanecido inactivo durante siglos, expulsó una gigantesca nube de ceniza volcánica que se estima que alcanzó los 30 km de altura. Ceniza, roca y otros detritos volcánicos cayeron sobre Pompeya, cubriendo poco a poco la ciudad y provocando el derrumbe de los tejados de muchas casas bajo el peso acumulado. Avalanchas de ceniza ardiente y gases recorrían la ciudad a gran velocidad, aniquilando al instante a todo ser vivo que hallaran a su paso. La urbe quedó completamente sepultada y la gran mayoría de sus habitantes perecieron.

Aunque hay numerosas evidencias arqueológicas sobre lo sucedido, comenta Anderson, con tan pocos supervivientes apenas hay testimonios de primera mano. "Los historiadores han dependido del relato ofrecido por Plinio el Joven, que tuvo ocasión de presenciar la explosión desde la distancia", comenta el director. "Escribió una serie de cartas en las que detallaba el desastre, pero la gente no lo tomó en serio. Nadie creía que una catástrofe de tal magnitud fuera posible".

En tan sólo 12 horas, la ciudad sufrió un terremoto, una erupción volcánica y, como remate final, un tsunami. La cima del monte Vesubio salió volando con tanta fuerza que el volcán perdió más de 600 metros de altura. Sus efectos se han comparado con los de una explosión nuclear.

Pero la ceniza que envolvió la ciudad arrasada sirvió a la vez para conservarla para la posteridad. "Las imágenes son inolvidables —hogazas de pan perfectamente conservadas bajo la ceniza, un perro todavía con una cadena— son imágenes de la vida romana que han sobrevivido casi dos milenios", explica Anderson.

Pompeya permaneció perdida durante casi 1700 años, hasta 1748, cuando los reyes de la dinastía Borbón de Nápoles iniciaron excavaciones, gracias a las que se descubrirían villas y edificios públicos. A principios del siglo XIX, los visitantes de Pompeya podían pasearse por sus calles y explorar sus edificios estupendamente conservados. Los arqueólogos empezaron a crear moldes de escayola de las víctimas a partir de los vacíos dejados por sus cuerpos en la ceniza, lo que permite a los visitantes del lugar no sólo recorrer las calles de la legendaria ciudad, sino también conocer el aspecto de sus habitantes.

"Ahora, al visitarla, es una población interior, a más de un kilómetro de la costa", comenta Anderson. "En tiempos de Roma, era un puerto. La erupción llenó más de un kilómetro extra de costa".

El equipo responsable del proyecto realizó un esfuerzo conjunto para mantener la película tan fiel a los datos históricos como fuera posible, hasta el punto de fichar a un experto en esa época para revisar toda la producción.

Entre toda esa fidelidad histórica, Bolt promete a los espectadores un espectáculo digno de un anfiteatro romano. "Veremos bombas volcánicas", explica. "Veremos una ventisca de ceniza y un torrente de flujo piroclástico, que es básicamente vapor ardiendo, que se desplaza a gran velocidad, incinerando cuanto halla a su paso. Veremos un maremoto. Y todo eso no es más que el último acto. Antes incluso de todo eso, tenemos sensacionales luchas de gladiadores y guerra en Britania, todo ello salpicado de grandes emociones y una tremenda historia de amor".


El reparto de Pompeya
Anderson y los productores de POMPEYA reunieron a un atractivo grupo de actores de talento que ofrecen interpretaciones conmovedoras sobre el telón de fondo de la inminente catástrofe. "Tenemos una historia enormemente impactante y unos personajes sumamente creíbles", explica Bolt. "Estábamos decididos a encontrar actores que cautivaran de tal modo a los espectadores que, para cuando el volcán entrara en erupción, casi te hubieras olvidado de que estuviera a punto de producirse un desastre".

Elegir a alguien para encarnar al protagonista masculino principal, Milo, planteaba varios retos, sobre todo teniendo en cuenta que el personaje es tanto el galán romántico como un implacable luchador profesional.

"Milo es un superviviente", plantea Anderson. "Lleva desde que tenía seis años adiestrándose para luchar y se le da muy bien. En el Imperio romano, los gladiadores podían proceder de cualquier clase o condición social. Algunos elegían ser gladiadores porque así se podía ganar uno muy bien la vida. Otros necesitaban pagar sus deudas. Y otros, como Milo, eran esclavos a los que obligaban a luchar".

Pero Milo no es un esclavo corriente. Su fuerza y su astucia en la arena del circo se han ido alimentando a base de años de furia y determinación por vengar el asesinato de sus padres. "La historia posee una sensación de destino", sugiere Anderson. "Cuando llega a Pompeya, encuentra al hombre que mató a su gente. Cree que los dioses lo están ayudando a cobrarse venganza".

Kit Harington, un rostro familiar para los telespectadores de todo el mundo como el sombrío y taciturno Jon Snow en la popular serie "Juego de tronos", fue finalmente el elegido para interpretar al fogoso gladiador celta. "Queríamos a alguien nuevo y emocionante, que cogiera a los espectadores por sorpresa", explica Bolt. "‘Juego de tronos’ es un enorme fenómeno televisivo, pero Kit no ha sido nunca antes el protagonista principal de una gran producción como esta. Posee toda la emoción y el carisma, así como la presencia física y la capacidad que exigía este papel".

El actor asegura que el personaje de Milo le atrajo desde el primer instante. "Sabía que sería un proyecto estupendo del que formar parte. Me encanta la acción. Me atraían la trágica historia de Milo y su búsqueda de venganza. Y luego conocí a Paul. Demuestra un entusiasmo maravilloso y una gran entrega con lo que hace. Sabe muchísimo sobre la forma de hacer cine de la vieja escuela y al mismo tiempo siempre está dispuesto a experimentar con los nuevos avances tecnológicos".

El aspecto histórico de la película también suponía un importante atractivo para Harington. "He hecho muchas películas de época y la verdad es que disfruto mucho con ellas", afirma. "Al criarme en Gran Bretaña, la historia de Pompeya y la erupción del Vesubio despertaba un gran interés en mí. Me resultaban especialmente fascinantes los moldes de escayola de la gente que había quedado atrapada por la erupción. Me encantaba la idea de tomar ese horrible acontecimiento, añadirle un montón de personajes interesantes y crear algo ameno de ver".

Milo es el papel más exigente desde un punto de vista físico que ha abordado nunca el actor. "Estaba en el set todos los días y, cuando no estaba rodando algo, estaba ensayando alguna escena de acción", recuerda. "Fue duro. Paul exige mucho de sus actores, pero eso es algo que me gusta en un director".

Su preparación empezó más de un mes antes del comienzo del rodaje. "Kit tiene sin duda el aspecto propio de una estrella de cine, pero no era el gladiador que necesitábamos en ese momento", sugiere Anderson. "Se concentró mucho en conseguir el físico perfecto, que es el que puede verse en la película. Está increíble".

Pero la fuerza del personaje no es puramente física, opina el director. "También posee gran fortaleza de carácter. Al principio de la película, tiene que sacrificar a un caballo para poner fin a su sufrimiento. Es una escena impresionante y el momento en que se gana el corazón de Casia".

Casia, hija de una de las familias más importantes de Pompeya, regresa a casa después de haber cursado estudios en Roma, cuando se topa con la caravana de esclavos que lleva a Milo a Pompeya. La muchacha, inteligente, independiente y resuelta, está dispuesta a saltarse los usos y costumbres para conseguir lo que quiere. Para interpretar a la joven noble, el equipo responsable del proyecto optó por la actriz australiana Emily Browning.

"Casia es un personaje muy complicado y el éxito de la película depende de ella", asegura Anderson. "Emily es aún muy joven, pero ya cuenta con una filmografía impresionante. Después de reunirnos con ella, nos pareció que la química entre Kit y ella sería excelente. Y eso era fundamental, puesto que la historia de amor constituye realmente el corazón de la película".

Toda la apasionada historia de amor entre la aristócrata y el esclavo no abarca más que 48 horas. "Sólo se ven unas cuantas veces y era muy importante que esos encuentros resultaran muy dinámicos", explica Anderson. "Ni siquiera se tocan; únicamente se miran".

"Emily hizo un trabajo estupendo", afirma Bolt. "La relación entre Milo y Casia es el eje emocional en torno al que gira todo el resto de la película. Emily Browning es una gran actriz y, cuando están juntos, resultan totalmente convincentes como pareja".

Browning encontró muy estimulante la idea de hacer una épica cinta de acción ambientada en la antigua Roma. Su única preocupación era que su personaje pudiera quedar relegado al margen. "Siempre había querido hacer una película así", observa. "Pero los personajes femeninos suelen ser un poco aburridos. No obstante, Casia es inteligente y dura. Salva a Milo un par de veces. Piensa por sí misma y no le interesan los hombres que tiene a su alrededor, así que puede resultar un poco hermética".

Sin embargo, conecta con Milo de manera casi instantánea, al igual que lo hicieron sus intérpretes. "Kit y yo nos llevamos bien", recuerda. "Nos hicimos buenos amigos antes siquiera de tener que rodar una escena de amor de verdad porque, durante la mayor parte de la película, no hay más que miradas furtivas. La primera vez que tuvimos que besarnos resultó hasta cierto punto aterradora, porque para entonces casi nos sentíamos como hermanos".

Harington califica a su pareja de ficción en la película de "una consumada profesional, con la que además es un placer trabajar cada día". Y prosigue: "Es muy divertida en el set y eso es una dinámica fundamental, sobre todo en una producción tan agotadora como esta. He hecho sinceramente una nueva amiga".

Las diferencias insalvables de clase no son lo único que se interpone entre los jóvenes amantes. Quinto Atio Corvo, un arrogante e implacable senador romano, ha puesto su mira en Casia y espera poder convertirla en su esposa. Además, era el comandante de las fuerzas romanas que masacraron a la familia de Milo.

Para interpretar a Corvo, el equipo responsable del proyecto decidió recurrir al ganador del premio Emmy y del Globo de Oro Kiefer Sutherland, especialmente conocido para los telespectadores por su interpretación de Jack Bauer en la serie de gran éxito y larga duración "24".

"Me pareció que sería interesante tomar un rostro familiar, conocido por interpretar a un héroe, y darle un giro completo, al hacer que interpretara al villano", explica Bolt. "Kiefer posee la confianza para ser un villano realmente delicioso y a la vez resultar creíble".

Anderson le pidió al actor que hiciera acopio de esa energía oscura y retorcida que había exhibido en trabajos anteriores, como "Jóvenes ocultos" y "Cuenta conmigo". "Para mí, es casi como si hubiera dos Kiefer Sutherlands", opina el director. "Está Jack Bauer, que es un personaje oscuro, pero en última instancia uno de los buenos. Pero era el Kiefer anterior el que realmente quería recuperar y él estaba totalmente por la labor".

El productor Don Carmody prosigue: "Su trabajo como Corvo es una auténtica revelación. Nunca lo había visto interpretar antes un papel así y la verdad es que está perfecto. Es un villano realmente aterrador".

Por su parte, Sutherland comenta que se apuntó al proyecto por la calidad del guión y la gente con la que tendría ocasión de trabajar. "Para mí, todo empieza con el guión", confiesa. "Quedé sumamente impresionado con lo bien escrito que estaba. Los diálogos eran extraordinarios. Además, es una historia de amor realmente preciosa y son mi debilidad".

También suponía una oportunidad de trabajar con un director al que admiraba desde hacía tiempo. "Una de las cosas que siempre me han resultado más interesantes de actuar es que es un trabajo de colaboración, un deporte de equipo, por decirlo así. Y Paul ha reunido uno de los mejores equipos que he visto".

En opinión del actor, la película es visualmente impresionante y la historia ofrece algo para cada tipo de público. "A algunos lo que les interesará será la historia de amor", señala. "A otros les encantará la acción, las secuencias de lucha en la arena son extraordinarias. Para los aficionados a la historia, la atención al detalle es inigualable, y además es un historia muy bonita y muy bien contada".

Jared Harris y Carrie-Anne Moss interpretan a los padres de Casia, Marco Casio Severo y su mujer, Aurelia, una pareja con poder, acaudalada y ambiciosa, de las más destacadas de la sociedad pompeyana. Harris, un actor teatral de formación clásica, especialmente conocido para el público internacional por hacer de Layne Pryce en la serie de televisión "Mad Men" y del profesor Moriarty en "Sherlock Holmes: Juego de sombras", comenta que lo que le atrajo principalmente del proyecto fue el aspecto histórico.

"Creo que todo el mundo ha oído hablar de Pompeya", opina Harris. "La aniquilación total de la ciudad y la idea de que sucediera tan rápido resulta sumamente fascinante de una forma macabra. Y siempre he querido aparecer en una de esas películas de gladiadores. Me encanta este período histórico. Le rogué a Paul que me lanzara a la arena, sé esgrima. Pero no conseguí convencerlo".

Marco Casio Severo es el hombre más rico de Pompeya, con una gran visión para infundir nuevo vigor a la ciudad, pero ha agotado sus propios recursos y necesita el apoyo del emperador para sus proyectos. Sin embargo, no había contado con hacer que su hija formara parte del acuerdo.

"Es un hombre de negocios", aporta Harris. "Es un estafador, que intenta cerrar un trato. Pompeya sufrió un terremoto unos 18 años antes y buena parte de la ciudad quedó destruida. Hay grandes oportunidades para quienes tomen parte en el proceso de reconstrucción".

Pero Corvo, que ha acudido a la ciudad como representante del emperador, ve la situación como una oportunidad para enriquecerse y atrapar a la mujer que desea. "Severo es un buen hombre, con buenas intenciones", cree Harris. "Pero ignora todas las señales de peligro en pos de su objetivo. Acaba haciendo negocios con el equivalente de un mafioso, un tipo al que ni siquiera le importa lo más mínimo hacer matar a alguien".

Tanto la mujer de Severo, Aurelia, como su hija Casia son mujeres independientes que hablan con franqueza. Aurelia también colabora activamente con Severo en sus planes de promoción urbanística. "Era muy común que las mujeres romanas fueran cultas", explica Anderson. "Severo es un hombre inteligente, pero da la impresión de que en realidad el duro corazón de esa relación, tanto en lo referente al matrimonio como a los negocios, es Aurelia".

Moss encontró enormemente atractiva la oportunidad de interpretar a un personaje femenino tan fuerte. "Pompeya era una cultura muy moderna y las mujeres de clase alta ejercían cierta influencia en la sociedad", explica. "Aurelia es sin duda la emperatriz de este lugar. Personifica la gracia y la fuerza, así como la humildad. Tiene un matrimonio muy sólido con su marido. Hay una gran igualdad".

"El guión ofrece una excelente combinación de argumento, personajes, acción e historia", agrega la actriz. "En estos momentos de mi vida, me encanta aprender. Mientras me documentaba, descubrí muchas cosas que me sorprendieron. Pensar que todo esto ocurrió realmente resulta verdaderamente impresionante".

El adversario más feroz de Milo en la arena del circo se convierte en su mejor aliado fuera de él, cuando el esclavo celta se hace amigo de Ático, un gladiador africano que está a punto de ganarse su libertad. Ático y Milo entablan una verdadera amistad, acompañada de un gran respeto mutuo, al saber que es inevitable que tarde o temprano se acaben enfrentando en una pelea a muerte.

El papel de Ático está interpretado por Adewale Akinnuoye-Agbaje, el misterioso Sr. Eko de la popular serie de televisión "Perdidos". "Ade dotó al personaje de un peso y una presencia maravillosos", asegura Anderson. "Al tratarse de una cara nueva para gran parte del público que acuda a las salas de cine, puede meterse de lleno en su papel sin tener que preocuparse por las ideas preconcebidas de los espectadores".

Después de muchos años como esclavo, Ático se encuentra a una última victoria de la libertad, según la costumbre romana. "Confía y cree en la ley romana", explica Anderson. "Estos gladiadores viven de acuerdo a un código de honor. Es brutal, así que para ellos la vida y la muerte son sagrados".

"Un personaje tan heroico y de tanta riqueza no se encuentra muy a menudo", señala Akinnuoye-Agbaje sobre su papel. "En el cine de acción de este tipo, rara vez se ve un drama con tanta sustancia y personajes tan bien desarrollados. El guión no rehúye el hecho de que estos dos hombres van a tener que acabar matándose el uno al otro, pero son capaces de trabar una especie de amistad y sienten un gran respeto el uno por el otro. A Ático sólo le queda una muerte más para ser libre, que es para lo que ha estado viviendo. Le importa Milo, pero no piensa perder. La muerte de Milo supone la libertad para Ático".


Pompeya no se construyó en un día
Antes de iniciar el rodaje en el Cinespace Studio de Toronto, el equipo de la película empezó por construir un asombroso retazo de Pompeya en el año 79 d. C., en el que se empleó un diseño de producción, vestuario y efectos visuales documentados meticulosamente hasta el último detalle. Anderson colaboró estrechamente con el director de fotografía Glen MacPherson, el diseñador de producción Paul Denham Austerberry, la diseñadora de vestuario Wendy Partridge y el supervisor de efectos visuales Dennis Berardi para definir la imagen general del filme.

"Esta es mi cuarta colaboración con Paul", comenta Austerberry, que se encargó de dirigir el equipo de diseño. "En la última película de época que hicimos juntos, "Los tres mosqueteros", nos tomamos mucha más licencia artística y la hicimos mucho más estilizada. Con POMPEYA, nuestro objetivo era hacerla grandiosa y épica, pero sin alejarse de un realismo crudo".

El productor Jeremy Bolt explica que los efectos infográficos se mantuvieron al mínimo para asegurar esa cualidad. "A menos que tengas cierto realismo en cada escena, no se puede convencer del realismo de la película. Cuanto más puedas filmar en cámara, más probable es que los espectadores lo crean. El estilo de este filme es muy realista. No se trata de ciencia ficción; no es un cómic ni una novela gráfica. Pasó de verdad. Acordamos que no habría trucos ni movimientos de cámara rebuscados que pudieran sacarte de la película".

Austerberry ya estaba familiarizado con el paisaje de la ciudad, pero también empleó como fuente de inspiración para el diseño y los detalles de los decorados la ingente cantidad de material original recopilado a lo largo de los años por arqueólogos e historiadores. "Buena parte de la ciudad sigue en pie tal como estaba hace 2000 años", comenta. "Hay museos llenos de artefactos y montones de documentación que pudimos utilizar para nuestros sets".

Austerberry pone como ejemplo el anfiteatro antiguo. "Basamos los murales en ilustraciones del siglo XIX realizadas durante la excavación. Poco después de desenterrarlos, la escarcha destruyó los originales. Se desmoronaron de las paredes. Las pintadas de las paredes de la calle del mercado de Pompeya se basan en dibujos de pintadas reales, la mayoría de naturaleza política, que se descubrieron y documentaron durante la excavación. Como fueron sumamente meticulosos con su documentación y gran parte de las ruinas y artefactos todavía existen, pudimos conseguir una gran precisión a la hora de recrear el período".

Austerberry y su equipo construyeron cerca de 30 sets para la película, entre los que se incluyen la opulenta villa de Severo, las calles de Pompeya, el anfiteatro y el foro, donde tienen lugar algunas de las peleas más brutales de la película. Para la casa de Severo, utilizó como referencia la distribución arquitectónica y los detalles de otras dos villas ya existentes en Pompeya.

"La villa sirvió como oportunidad para mostrar la sofisticación y la opulencia de la civilización romana", explica Anderson. "Contaban con calefacción de suelo radiante, suministro de agua potable aparte para todas sus casas y la instalación de agua llegaba incluso al segundo piso. Todo ello se perdió durante unos 1700 o 1800 años, tras la caída del Imperio romano. Así que esta es realmente una oportunidad para poder mostrar la belleza de Pompeya antes de mostrar su destrucción".

El departamento artístico tardó aproximadamente 13 semanas en tener listas las calles de Pompeya, uno de los sets más grandes y elaborados del filme. La calle, atestada de tenderetes y tiendas que venden de todo, desde especias y pan, a animales vivos o aves exóticas, es una colorida recreación de cómo podría haber sido la vida diaria para los residentes de Pompeya.

"El set callejero se basó en una de las principales calles comerciales de Pompeya", explica Austerberry. "Los adoquines, cada uno de los cuales se moldeó a mano, se hicieron de modo que fueran iguales a los hallados en Pompeya. Los tenderetes del mercado se inspiraron en un bajorrelieve de la época que encontramos en un museo de Nápoles. Y la tavola calda (que literalmente significa mesa o tabla caliente), se basa en unas que se encontraron intactas en Pompeya y Herculano. En tiempos de los romanos, las tavolas caldas servían como lugares de reunión y eran centros de actividad. Paul quería pequeñas estampas auténticas de una bulliciosa calle de mercado de Pompeya".

Austerberry admite que se tomaron ciertas libertades en alguno de los decorados, pero fundamentalmente por motivos de seguridad. "Algunas de las paredes que parecen estar hechas de piedra y ladrillo se construyeron en realidad de espuma, para que nadie saliera herido en las secuencias de lucha", comenta el diseñador. "Pero, en general, los elementos arquitectónicos de los sets que creamos coinciden con lo que se podría haber visto al pasear en el año 79 d. C. por el lugar real".

El supervisor de efectos visuales Dennis Berardi y su equipo del estudio de efectos visuales Mr. X fueron los responsables de la grandiosidad de la película, al encargarse de ampliar los decorados físicos para crear los amplios exteriores, además de crear los dramáticos efectos de la catastrófica erupción que se produce en el tercer acto.

Antes del rodaje, Anderson y Berardi pasaron una semana en Pompeya grabando las ruinas, la montaña y sus alrededores, para ayudar con la recreación de la espléndida ciudad antigua. A lo largo de unos cuantos días, sacaron más de 35 000 fotografías de alta resolución desde tierra y desde el aire, a menudo empleando LiDAR, una sofisticada combinación de tecnología de radar y láser que mide la distancia con una precisión inigualable.

"Utilizamos la propia ciudad para que sirva de fondo de los efectos digitales", explica el productor Jeremy Bolt. "Hace sólo 15 años, habría resultado mucho más complicado hacer esta película, pero los avances en tecnología digital nos han permitido recrear la Pompeya del año 79 d. C. de manera mucho más convincente".

Para Anderson y el director de fotografía Glen MacPherson, que han colaborado ya en cuatro películas juntos, rodar en 3D se ha convertido en la norma, pero ambos concuerdan en que este formato es especialmente adecuado para POMPEYA. "Es una herramienta estupenda para contar una historia", explica MacPherson. "Funciona muy bien con las batallas y la arquitectura de esta época. La película tiene muchos planos generales y espectáculo y para eso están pensadas realmente las 3D".

El mayor reto al filmar en 3D es conseguir mantener un ritmo de trabajo similar a un rodaje convencional. "Se necesitan muchos más aparatos, pero Paul y yo tenemos ya un sistema de trabajo propio y nos entendemos a la perfección", mantiene MacPherson. "Las imágenes son fantásticas y no creo que nadie en el rodaje note ya que estamos filmando en 3D".

La diseñadora de vestuario Wendy Partridge pasó meses documentándose exhaustivamente para crear el elaborado vestuario de la película. "Me metí de lleno en lo que llevaban los antiguos romanos y en cómo era Pompeya en esa época", recuerda. "Uno de los detalles más interesantes que descubrimos fue que el estilo de vestir no variaba mucho de una clase a otra, pero los tipos de tejidos y, sobre todo, los colores, era lo que verdaderamente distinguía a la gente. Los tintes eran muy caros, sobre todo el morado, así que si alguien llevaba algo morado, sabías que era rico".

Partridge y el diseñador de producción, Austerberry, se inspiraron en los exquisitos frescos de Pompeya para definir la gama de colores del filme. "Había mucho violeta y dorado preciosos, junto con mucho verde menta. Como telón de fondo de todo eso, había un carmesí intenso realzado con negro. Decidimos que dejaríamos todos los rojos para Paul Austerberry, lo que suponía que usaría todos esos hermosos tonos intensos en los decorados y entonces el vestuario encajaría maravillosamente delante de todo".

Partridge y su equipo de cortadores y costureros se encargaron de elaborar casi 3000 trajes completos para la película. "Fue una tarea descomunal", recuerda la diseñadora. "Nuestro taller no paró de trabajar durante meses y meses, haciendo túnicas, togas y armaduras. Las joyas de nuestro reparto principal estaban hechas a medida. Teníamos a un departamento completo dedicado exclusivamente a hacer armaduras de cuero. Queríamos hacer todo lo posible para que el vestuario fuera históricamente correcto, pero también para que los actores tuvieran un aspecto estupendo, sobre todo cuando estás haciendo ropa a medida para gente que ha trabajado increíblemente duro para conseguir el físico que lucen".

Algunas de las escenas más memorables de POMPEYA se ambientan en el brutal y sanguinario mundo de los gladiadores. Cuatro semanas antes de empezar el rodaje, los actores empezaron a prepararse para conseguir no sólo parecer curtidos atletas profesionales, sino también ser capaces de aguantar luchando ante la cámara durante 12 horas diarias. Ficharon al preparador físico Nuno de Salles para poner en forma al reparto.

"Cada actor tenía objetivos diferentes", explica de Salles. "Kit necesitaba hacer músculo, así que su preparación se centró mucho en las pesas, culturismo de la vieja escuela. No hizo nada de ejercicio cardiovascular, porque ya es un tipo muy delgado. Adewale necesitaba perder algo de grasa corporal, así que su régimen incluyó una combinación de ejercicio cardiovascular con pesas. Todo el mundo siguió un régimen muy estricto. Se entregaron por completo y los resultados saltan claramente a la vista".

Sin embargo, la idea no era simplemente aparentar estar en forma, sino estarlo de verdad. "Fue un trabajo agotador", afirma Akinnuoye-Agbaje. "Hacía una hora de ejercicio cardiovascular, seguido de dos horas de preparación de especialistas, luego un descanso para comer y después una hora de pesas con el preparador. Descansábamos media hora para realizar una evaluación y entonces hacía otra hora de ejercicio cardiovascular. Pero, una vez llegué al plató y empezamos con las secuencias de lucha, todo mereció la pena. La verdad es que necesitas una puesta a punto física de este tipo para conseguir que parezca real".

"Nuestro reparto se entregó por completo a la preparación física", señala Bolt. "Paul y yo tenemos mucha experiencia en mandar a nuestros actores al gimnasio y hacerles seguir el régimen adecuado, pero no todos ellos se lo toman tan en serio como lo han hecho estos".

El conocido coordinador de lucha y especialistas Jean Frenette, que se encargó de coreografiar los épicos enfrentamientos de "300" e "Immortals", creó la complicada coreografía de los brutales combates cuerpo a cuerpo de la arena. Harington y Akinnuoye-Agbaje, junto con sus compañeros de reparto Currie Graham y Sasha Roiz, y un grupo de especialistas perfectamente entrenados, pasaron semanas trabajando en las complicadas secuencias de lucha y combate de la película.

"La lucha es un lenguaje físico", explica Frenette. "Cada una de las peleas cuenta una historia a través de la coreografía y el lenguaje corporal. No se trata simplemente de dar patadas, puñetazos, tajos y golpes. Dotamos de carácter y narración a la lucha".

La gran cantidad de lucha con espada cuerpo a cuerpo que incluía la película obligó a dedicar muchas horas a ensayar para que todos lograsen dominar los movimientos y posiciones exactos.

"Pasamos por una fase de preparación con los especialistas", recuerda Harington. "Yo ya tenía cierta experiencia manejando espadas en otros papeles anteriores, pero en esta ocasión se trata de un tipo de preparación distinta con la espada: se luchaba con espada y escudo, y además con espada corta en lugar de espada larga. Estuvimos unas cuatro semanas familiarizándonos con los fundamentos básicos de la esgrima, aprendiéndonos las peleas y los movimientos. Me interesaba mucho que pareciera que sabía lo que hacía con la espada".

Frenette no tiene más que elogios para la destreza de Harington como luchador. "Kit le cogió el truco rapidísimo. Es muy físico y le va mucho la acción, lo que a mí como coordinador de especialistas me viene de perlas. Quería hacerlo todo él".

Pero, por si las tremendas exigencias físicas de la película no fueran por sí mismas suficientes, además había que añadir todos los elementos que servían para simular la erupción volcánica: humo, tierra, fuego y detritos. "Intentamos que todo quedara lo más realista posible, así que limitamos la infografía siempre que pudimos", explica Anderson. "Durante las intensas secuencias de acción, como la lucha culminante entre los personajes de Kit y Kiefer, los actores acabaron aspirando mucha ceniza, humo y tierra, lo que les hizo el trabajo sumamente duro".

"Los elementos ambientales fueron complicados para todos", comenta Sutherland. "El reparto y el equipo tuvieron que apañarse para sacar adelante el trabajo pese a ellos. Pero la ceniza era lo peor. Si tenías algún diálogo, acababas aspirando un montón, así que no podíamos hacer muchas tomas seguidas".

"En esta película, hemos acabado cubiertos de prácticamente todos los elementos que existen", recuerda Harington. "Han lanzado contra mí temporales de lluvia, barro y fuertes vientos. Había días en que estábamos peleando al aire libre, en el anfiteatro, donde las temperaturas alcanzaban los 38º C. Pero nada superaba a la ceniza. Fue brutal".

El director Paul Anderson califica POMPEYA de la película más difícil que ha hecho nunca. "Por las puras complicaciones logísticas, la enormidad e incomodidad de los elementos —el humo, la tierra y los detritos— con los que teníamos que trabajar. Hemos hecho una película que parece ambientada en el fin del mundo, porque así es como fue para los habitantes de Pompeya. Los espectadores se encontrarán con una asombrosa visión de un mundo desaparecido hace ya tiempo, una especie de cápsula del tiempo y un asiento de primera fila para el que probablemente fuera el mayor desastre natural de la Antigüedad clásica".


Datos sobre Pompeya
1) Tal como se muestra en POMPEYA, de Paul W.S. Anderson, el 24 de agosto del año 79 d. C., el monte Vesubio entró en erupción, expulsando una columna de ceniza y piedra pómez a gran altura de la atmósfera alrededor del volcán a un ritmo de un millón y medio de toneladas por segundo. La columna superaba los 33 km de altura y los fuertes vientos del este la arrastraron hasta las ciudades de Pompeya y Herculano. En cuestión de horas, las ciudades quedaron sepultadas en ceniza y la nube volcánica tapaba por completo el sol, sumiendo la zona en una oscuridad total. Para los aterrados habitantes del lugar, la cosa no haría sino empeorar, con una serie de seis devastadoras oleadas piroclásticas que sembraron la destrucción a niveles inconcebibles, arrasando por completo y sepultando Pompeya y Herculano.

2) Las mortales oleadas piroclásticas que azotaron Pompeya se conocen como "avalanchas incandescentes" de ceniza ardiente, que arrasan cuanto encuentran a su paso y asolaron la ciudad antes de que la población tuviera tiempo para huir.

3) Excavaciones recientes han descubierto cientos de cuerpos conservados en el material volcánico, con sus rostros contraídos en terribles muecas de miedo y desesperación para toda la eternidad. Nadie sabe con exactitud cuántas personas murieron a causa de la erupción del Vesubio, pero se estima que fueron miles.

4) Según estudios y mediciones de geofísicos, y tal como se muestra en POMPEYA, de Paul W.S. Anderson, la energía emitida por la explosión del monte Vesubio en el año 79 a. C. liberó 100 000 veces más energía térmica que la bomba de Hiroshima. La mayor parte de las víctimas de Pompeya murieron al instante, achicharradas de golpe. Cualquier superviviente se habría abrasado y asfixiado hasta morir.

5) Tal como se muestra en POMPEYA, de Paul W.S. Anderson, la erupción del monte Vesubio en el año 79 a. C. fue tan potente que la cima perdió más de 600 metros de altura, con un efecto comparable al de una explosión nuclear. La erupción fue tan intensa que ganó terreno al mar y creó una nueva costa, en la que Pompeya quedaba más tierra adentro.

6) Los flujos piroclásticos, como el que experimentaron los pompeyanos procedente del monte Vesubio en el año 79 a. C., pueden alcanzar velocidades de hasta 724 km/h, con temperaturas de hasta 1000º C, con lo que aniquilan cuanto hallan a su paso y hacen cualquier tipo de huida imposible.

7) Los educadores, historiadores y medios de comunicación a menudo pasan por alto que la erupción del monte Vesubio en el año 79 a. C. provocó un tsunami en la bahía de Nápoles.

8) Tal como se muestra en POMPEYA, de Paul W.S. Anderson, el monte Vesubio es un estratovolcán. La mayoría de las rocas que expulsa el Vesubio son andesita, lo que provoca erupciones explosivas y hace al Vesubio especialmente peligroso e impredecible, incluso en la actualidad.

9) Únicamente hay un tipo de volcán que suponga un mayor peligro para la humanidad que el monte Vesubio: el supervolcán. Ahora se cree que un supervolcán que hizo erupción hace 250 millones de años fue el causante de la mayor extinción en masa jamás vista, al aniquilar hasta a un 95% de todas las especies de flora y fauna. Algunos científicos creen que fue un volcán, no un asteroide, lo que acabó con los dinosaurios hace 65 millones de años.

10) ¿Podrían los Estados Unidos convertirse en la próxima Pompeya? El segundo acontecimiento más catastrófico para la Tierra después del impacto de un meteorito sería la erupción de un supervolcán. Los supervolcanes son cientos de veces más potentes que los volcanes convencionales, con potencial para aniquilar la civilización tal como la conocemos. Uno de los supervolcanes más grandes del mundo se encuentra en el Parque Nacional de Yellowstone, en Estados Unidos. Un análisis de la roca fundida del interior del supervolcán inactivo ha desvelado que una supererupción es posible sin necesidad de desencadenantes externos ni aviso previo, en opinión de los científicos. Si se produjera una erupción así en Yellowstone, dos terceras partes de los Estados Unidos quedarían inhabitables al quedar cubiertas de aire tóxico, lo que obligaría a dejar en tierra miles de vuelos, atascaría las redes de comunicaciones y obligaría a millones de personas a abandonar sus hogares. La actividad en el supervolcán de Yellowstone lleva aumentando a un ritmo récord desde 2004, lo que causa cierta preocupación a los científicos.

11) En la actualidad, los geólogos y vulcanólogos que estudian el monte Vesubio admiten que el volcán debería haber entrado nuevamente en erupción hace tiempo. El observatorio del Vesubio vigila la actividad sísmica, las emisiones de gas y otros indicadores 24 horas al día para saber con la mayor antelación posible cuándo podía estallar. Hoy día, sería mucho más mortífero, pues la población actual de la bahía de Nápoles se cifra en tres millones de personas.

12) Tal como se muestra en POMPEYA, de Paul W.S. Anderson, los esclavos que luchaban como gladiadores podían ser de gran variedad de razas y culturas. Esa es una representación exacta de la esclavitud según la ley romana, que no tenía nada que ver con la raza, sino con qué país o rebelión habían sometido los romanos. Los esclavos podían proceder tanto de Britania como de África, o de cualquier otra parte del Imperio. Incluso, en momentos de dificultad económica, no era tan insólito que ciudadanos romanos desesperados vendieran a sus propios hijos como esclavos para conseguir dinero.

13) Antes del rodaje de POMPEYA, Paul Anderson, Jeremy Bolt y su equipo pasaron seis años documentándose sobre Pompeya. Sacaron imágenes de cada calle y edificio de la ciudad, así como de sus alrededores, para que la película pudiera retratar esta espléndida civilización con la mayor precisión posible. El equipo sobrevoló exhaustivamente el monte Vesubio, así como volcanes activos, para que las imágenes de la película fueran visualmente lo más exactas posibles.

14) Los ciudadanos acaudalados de Pompeya llevaban una vida de opulencia y lujo sin igual, incluso comparado con lo que estamos acostumbrados en la actualidad. Su dieta estaba compuesta por abundante pescado, frutos secos, cereales, aceitunas, frutas y, según excavaciones recientes, podría haber incluido jirafas y flamencos, pues los restaurantes de Pompeya comerciaban con animales salvajes y exóticos traídos de lugares remotos.

15) El monte Vesubio es una superpotencia del mundo natural y en la actualidad sigue siendo tan peligroso como siempre. La próxima erupción sería devastadora y se espera que sea una enorme explosión catastrófica, posiblemente peor incluso que la del año 79 d. C. Podría cambiar el clima de toda Europa y podría resultar imposible evacuar a los tres millones de habitantes que viven actualmente en sus proximidades en la bahía de Nápoles.