Ficha artística
Robert Wagner, actor
Dennis Hopper, actor
Warren Cowan, agente de Paul Newman y de Liz Taylor
Barbara Rush, actriz
Michelle Phillips 0lhpeur, miembro de The Mamas and the Papas, y actriz
Paul Newman, actor
Angie Dickinson, actriz
Peter Feibleman, escritor
Dan Tana, actor
Robert Loggia, actor
David Goodman, guionista
Eric Braeden, actor
Miguel A. Torres, enólogo y Presidente de Bodegas Torres
Robert Balzer, crítico de vino
Jean A. Leon, hijo de Jean Leon
Biofilmografía de Agustí Vila
Ha escrito y dirigido el largometraje "Un banco en el parque" (Fernando Colomo, 1998) que participó en los Festivales de San Sebastián, Rotterdam International Film Festival, Londres, París, Festival de Cine Independiente de Buenos Aires, Chicago, Manchester, etc... También ha escrito y dirigido el cortometraje "Ábreme la puerta", que fue premiado en numerosos festivales. Para televisión ha escrito y dirigido "Alícia i el lloro" (1996, Canal 33), la serie "Pagats per riure" (2001, Canal 33) y ha realizado diversos documentales ("Sense llibertat", 2002; Peiró i la justícia de Franco, 2002; y El Manifiest Groc, 2004) Asimismo es autor de la obra de teatro "La finestra tancada" (2005) que se estrenó en el Teatre Lliure de Barcelona en Febrero de 2006, dirigida por Carme Portaceli.
Entrevista Agustí Vila
P: ¿Cómo surgió el proyecto?
R: El proyecto "3055 Jean Leon" fue una idea original de Carles Porta que Loris Omedes, el productor, quiso llevar a cabo. Me propuso hacerme cargo del guión y de la dirección y me dio libertad absoluta para abordar el tema como yo quisiese. Susana Guardiola llevaba un año trabajando en el proyecto, tenía contactos con la familia de Jean Leon y documentación sobre casi todos los detalles de su vida.
P: ¿Qué es lo que más te interesó del personaje?
R: Lo que más me interesó del personaje es que tras su éxito aparente se esconde un gran fracaso. Jean Leon fue a Los Angeles con la intención de convertirse en actor, era su sueño, pero al ver que no podía conseguirlo decidió permanecer cerca de ellos. Sentía por los actores una admiración que rayaba en el servilismo y halló la manera, encontró un puente social para no separarse jamás de ese mundo que tanto había idealizado.
P: Y Jean Leon tenía algo pionero, pues tengo entenido que introdujo la comida italiana en Beverly Hills.
R: La cocina italiana del Norte de Italia. Lo que existían entonces eran restaurantes italianos de inmigrantes del sur de Italia, napolitanos preferentemente. Eran restaurantes de comida robusta y pesada, fuerte en salsa, en tomate, en ajo; se comían pizzas, eran más como trattorias. Jean Leon creó un restaurante elegante, íntimo y acogedor, en el que podían comerse ensaladas, pastas, carnes poco hechas, comida más moderna, más del norte de Italia. Y, no hay que olvidar, que muchos actores, actrices sobre todo, empezaban a cuidar su imagen y seguían dietas.
P: Y luego el vino. Fue innovador en su introducción de tipos de uva francesa en España
R: Ciertamente. Jean Leon creyó posible cumplir su sueño de crear un vino francés en el Penedés. Robó las cepas de una viña de Burdeos y las plantó en Catalunya. Consiguió un Chardonnay espectacular, un Cabernet Sauvignon excelente, y lo consiguió aplicando las más modernas técnicas, hasta entonces desconocidas en la producción vinatera española.
P: En la película son evidentes las referencias a Ciudadano Kane, pero además el personaje de Jean Leon me ha hecho pensar en Orson Welles, por su entusiasmo por la vida, sobre todo por su amor por la comida y la belleza.
R: Sí, en eso tienes razón. Pero yo creo que Jean Leon sería el inverso de Orson Welles. Es un personaje que vivió intensamente, de ello no cabe la menor duda, pero yo diría que es el contraluz de un genio como Welles. En su triunfo se produce un desplazamiento, una pérdida. Hay algo que él nunca tendrá, nunca formará parte del mundo de los actores. Y en el personaje se vislumbra esa conciencia velada del fracaso, nunca es una alegría gozosa o desafiante como la de Orson Welles. Hay un punto de amargura y melancolía en su triunfo. Y luego están las mentiras o las exageraciones. Ahí es donde se percibe que él sí era consciente de estar abrazando un sucedáneo aunque acabara triunfando en él.
P: Pasas como de puntillas por la vida privada de Jean Leon. ¿No crees que algunos espectadores pueden sentirse defraudados por la manera como dosificas la información?
R: Espero que no. Yo creo que hay suficientes datos para hacerse una idea de los hechos, en su superficie. He intentado dar una información pudorosa que recale en la inteligencia. Creo que Jean Leon era una persona común. Y lo que se adquiere investigando su vida es un destilado de una vida corriente, una abstracción de la vida de un hombre precario. Sí, esa limitación es lo que acabó fascinándome del personaje. Diría que era un hombre solitario que no sabía estar solo. Su amor a un sueño le impedía amar otros proyectos.
P: ¿Los fragmentos de obras de Tennessee Williams formarían parte de esa intención de no banalizar la vida privada del personaje? Entiendo que es una manera de sugerir, más que de mostrar.
R: Sí, cuando se quiere hablar de la ruptura matrimonial hay un fragmento muy explícito de "La gata sobre el tejado de zinc", una situación reconocible en la vida de Jean Leon. Está la memorable escena de locura del "Tranvía" referida a la segunda esposa y un momento de incontenible y doloroso deseo sexual en "Baby Doll", para la etapa final de su vida. He querido hacer una película porosa, abierta, y dibujar también un esbozo de la época. Tennessee Williams es la renovación de la dramaturgia americana y el cine, el laboratorio de Lee Strasberg, la fábrica de los grandes actores
y sobre todo un gran escritor. Y tenía también muchas ganas de dirigir actores americanos y formados en una técnica interpretativa tan definida.
P: Y está el debate de los estudiantes que aparece siempre antes de cada cambio de tema. La estructura por temas te permite eludir el orden cronológico.
R: Sí. Y al mismo tiempo ayuda a mantener el enigma del número 3055. Me interesaba, como he dicho antes, que la película fuera permeable, que abriera temas sin cerrarlos, un poco como una navegación, siguiendo la metáfora del "Scala Mare" rumbo a la isla tailandesa. Y me parecía fundamental, no tanto reflexionar, porque la estructura de la película no lo permite exactamente, pero sí utilizar los debates de hilo conductor y dar pie a una reflexión sobre la leyenda, el personaje que Jean Leon creó de sí mismo, y el trabajo de actor. Subrayar el misterio de la interpretación, la dificultad de la identidad, etc.