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  El extraño  (L' Équipier)
  Dirigida por Philippe Lioret
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Ouessant y el faro
Ouessant es una pequeña isla, azotada por el viento, gloriosamente pintoresca y perdida en el tiempo. Sus habitantes forman una comunidad unida, con hombres de buena voluntad y mujeres orgullosas de la vida que tienen, en contacto y a la vez reñidos con la naturaleza. Están aislados del mundo exterior, apartados del continente y azotados por el mar. Ouessant es un entorno mágico en el que proyectar las emociones humanas más elementales: la amistad, el amor, los celos, la tolerancia, la lealtad, la traición...

Lejos de la orilla, sólo y desolado, está el faro La Jument.

Entrevista con el director
Philippe Lioret empezó como grabador de sonido, trabajando en alrededor de treinta películas.

En 1993, escribió y dirigió "En Tránsito" con Jean Rochefort y Marisa Paredes, por la que ganó el Premio del Festival de San Sebastián al Mejor Director. En 1997 le siguió "Tenue Correcte Exigee", con Jacques Gamblin, Elsa Zyberstein y Zabou Breitman. Su tercera película fue "Mademoiselle" en el año 2000, protagonizada por Sandrine Bonnaire y Jacques Gamblin. En 2005 nos trae el estreno de su cuarta película: "El Extraño".

Philippe Lioret también ha dirigido alrededor de 60 anuncios publicitarios.

Un extraño aparece en un pequeño pueblo, comienza una relación con una mujer casada y una lucha con la gente del lugar. ¿Es "El Extraño" un western?

El guión lo parece. Un forastero aparece en alguna parte lejos de su camino y le reciben con hostilidad. Un hombre rompe esta dinámica. Trabajan juntos, empieza a conocer a este extraño y se hacen amigos. A continuación una mujer se enamora de él. Desafortunadamente es la esposa del primero. Es verdad que todo recuerda mucho a los westerns. Además, estuvimos rodando en la Isla de Ouessant, el punto que está más al Oeste de Europa, nuestro "wild west" si quieres. Más allá de Ouessant no hay nada, sólo agua hasta llegar a América.

Toda la acción ocurre en esta diminuta isla.

Sí, la Isla de Ouessant es un lugar sorprendente y el faro de La Jument es estremecedor. Fue difícil asegurarnos que los exteriores no dominaran la acción. Emmanuelle Courcol, mi coguionista, y yo queríamos centrarnos en esta pequeña comunidad, que la gente pudiera identificarse con el grupo en su totalidad y con los individuos que pertenecen a él. Pero como telón de fondo estábamos buscando un lugar que fuera algo así como "el fin del mundo" y como el mar siempre me ha atraído, Ouessant era el lugar perfecto.

P: ¿Estabas familiarizado con la isla?
R: Todo lo contrario. Para evitar que resultara un documental, escribimos el guión sin poner un pie en Ouessant. Y lo mismo con respecto al faro. Nunca visitamos ningún faro. Queríamos contar la historia de dos hombres que se enamoran de la misma mujer. Viven y trabajan juntos, en este lugar remoto donde es difícil conocer a la gente y casi imposible escapar de ellos, pero lo que es verdad es que puede ocurrirle a cualquier persona y en cualquier lugar. Habiendo dicho esto, tengo que añadir que, por supuesto, investigamos y hablamos con fareros de Francia. Cuando llegué a Ouessant y fui a La Jument para empezar a rodar, tuve una especie de sentimiento de "déjàvu" como si todo me fuera familiar, aunque no hubiera estado nunca allí. De hecho, me encantó trabajar en Ouessant, con toda esa gente que no dicen mucho pero que verdaderamente salieron de su rutina para ayudarnos. Hicimos una proyección de la película para que ellos la vieran y su reacción ha sido maravillosa.

Las condiciones para el rodaje deben haber sido muy difíciles.

No esperábamos otra cosa. Partíamos cada mañana con una idea y casi siempre teníamos que cambiarla a causa de la climatología o cualquier otra cosa.

P: ¿Rodasteis todas las escenas del faro en exteriores?
R: Sí, todos los exteriores de La Jument se rodaron en el propio faro, lo que en realidad es algo un poco mítico. Es justo decir que las condiciones del rodaje fueron duras. Acabamos llevando el factor riesgo a su punto más alto, en las tormentas por ejemplo, pero era imposible de controlar. Por otro lado, no había forma de conseguir que el equipo completo entrara en el faro o incluso pensar en rodar dentro de él. Así que hicimos una réplica exacta de la parte de arriba de La Jument en lo alto de un acantilado, con una altura de 50 pies y una luz que se podía ver desde muchas millas de distancia. Luego pusimos litros y litros de agua alrededor.

P: ¿Esta experiencia lanzó una nueva luz a los personajes o simplemente fue una mirada interior a las vidas de cada uno de los protagonistas?
R: La vida de toda esta gente era simplemente heroica. Un faro en mar abierto está constantemente azotado por el viento. Es una forma de vivir muy intensa, donde las ráfagas de viento pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte. Intentamos capturar esa intensidad en la película. El último faro acababa de ser automatizado y ya no existen los fareros, todo eso ya pertenece al pasado. Hombres que pasan 60 días atrapados en una torre en medio del océano porque el tiempo es tan malo que no pueden escapar, tienen que mantener la luz encendida con grandes olas chocando contra el faro... Como todos los grandes héroes, no dicen ni una palabra. Intentan quitar importancia a sus hazañas. La película es un tributo a todos ellos en muchos aspectos.

P: ¿Qué fue para ti lo más difícil?
R: Que no se me volara el sombrero.

P: ¿Por qué elegiste al compositor italiano Nicola Piovani para escribir la música de la película?
R: No quería llenar la película de ritmos celtas de la Bretaña o de cualquier otro sitio. La música tenía que ser universal y Nicola es un monstruo, uno de los mejores compositores de música para películas. Para entender lo sensible que es simplemente hay que escuchar lo que escribió para "La Vida Es Bella" o para "La Habitación del Hijo".

P: Esta es tu segunda película consecutiva con Sandrine Bonnaire, ¿por qué?
R: Es muy sencillo. Creo en ella. Cuando veo a Sandrine en una película no veo a una actriz interpretando un papel. Le pedí que interpretara a Mabé antes de hacer "Mademoiselle". Después de rodar esta película, cuando me senté para terminar "El Extraño" veía su cara. Esa fue la primera vez que escribí un guión imaginándome a un actor concreto en uno de los papeles. Era divertido. Sandrine y yo, además, nos conocíamos de memoria. Con solo mirarnos entendíamos perfectamente lo que el otro estaba pensando. Eso ahorraba mucho tiempo.

P: ¿Y para los papeles masculinos, Philippe Torreton y Grégori Derangère?
R: Philippe era una elección casi automática. Estaba hecho para interpretar a Yvon. Cuando ves la película no te puedes imaginar a ninguna otra persona haciendo ese papel. Tienen esa increíble capacidad de crecer 20 años en tan solo una toma, y de repente, un segundo después te lanza una sonrisa ingenua y parece que tiene 30 años menos. Era muy importante que hubiera química entre él y Gregory, y la hubo. Son magníficos. Elegir a Grégori era una jugada arriesgada pero gané. Me propuse encontrar una "cara nueva" pero tenía que ser alguien capaz de conseguir lo mejor junto a Plilippe y Sandrine. Gregori es guapo y tiene un carisma especial. Me sorprendía constantemente. Va a ser una gran estrella.

P: El personaje que interpreta, Antoine, está omnipresente.
R: Se refugia en si mismo y podemos ver por qué. Observa la hostilidad de la gente del lugar y no solo entiende esta hostilidad sino que acepta el rechazo que le muestran y lo respeta. Intenta llevarlo bien, sin salirse de su camino o intentar ganarse su aceptación o hacer que sean como él. Para un actor esto es algo muy difícil. Más tarde, cuando siente que tiene que dejar la isla, Antoine revela el horrible secreto que ha estado guardando para sí desde que estuvo sirviendo para el ejército en Argelia. A lo mejor consigue que la historia coja un poquito de emoción ¿quién sabe? Hay un momento en el que el personaje se te escapa y se hace cargo de todo. Me encanta ese momento. De todas formas, lo más importante de Antoine es que habiendo finalmente conseguido el afecto y el respeto de la comunidad, tiene que encontrar la forma de hacer que sean un poco menos como él. Gregori era estupendo haciendo que el lado oscuro de Antoine asomara la cabeza.

P: ¿Y Emilie Dequenne interpretando a Brigitte?
R: ¡Vaya golpe de suerte! Cada vez que pensaba en Brigitte, me iba a Emile Dequenne, pero estaba convencido que iba a rechazar el papel. Acababa de hacer una película con De Niro y después de su premio a la Mejor Actriz en Cannes, la estaban bombardeando a ofertas. Hablamos de la película, leyó el guión, me llamó y me dijo: "Me encanta, es muy conmovedor. Lo voy a hacer." Y la tuvimos que aguantar. ¡Qué clase! Igual que Emilie, Brigitte está llena de vida. Tiene 20 años y está cansada de vivir en una isla pequeña, así que cuando ve a Antoine aparecer no se lo piensa dos veces: él es para ella. Pero no va a poder ser...