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  Hellion, El ángel caído  (Whisper)
  Dirigida por Steward Hendler
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Thriller sobrenatural protagonizado por Josh Holloway, de la serie "Perdidos" y Sarah Wayne Callies, de "Prison Break".


Notas de producción
Hollywood vive el renacimiento de una época de cine de terror para el agrado tanto del público como de los realizadores. "Me gusta el regreso del género del terror, pero quiero conservarlo fresco" comenta el productor Paul Brooks. Ésta es su última película, un thriller sobrenatural que da una nueva visión del concepto del horror clásico. "La defino como El Rescate conoce a La Profecía y es una historia que nos narra lo que pasa cuando la gente se ve atrapada por sus propias acciones".

La apasionante historia sobre un secuestro malogrado no sólo cautivó a los productores, también llamó la atención de un director emergente, Stewart Hendler. Hendler ya se disponía a dirigir otra película para Gold Circle cuando se tropezó con el guión, que ya tenía un director asignado. Lo leyó de una vez hasta las 3 de la mañana. "Tras leerlo, recuerdo que pensé: Dios mío, esta es la película que quiero dirigir". Lo que realmente llamó su atención fue que era una película de terror en la que el monstruo está intencionadamente dentro en vez de fuera de la casa. Comprometido con anterioridad para otra película, Hendler no podía llevar a cabo el proyecto. Pero por un giro del destino, su película se paró y el director inicial de Hellion, El Ángel Caído abandonó el trabajo. Hendler no perdió el tiempo cuando se enteró: "Cuando estuvo claro que mi otro proyecto no iba a salir adelante, inmediatamente llamé a mi agente quien llamó a Gold Circle Films. Les dije que tenía que dirigir esa película, y que haría lo que sea para conseguirlo". Su entusiasmo y determinación tuvo recompensa cuando Gold Circle decidió escuchar su visión del proyecto.

El productor Damon Lee fue convencido de que Hendler tenía la idea que Universal y Gold Circle estaban buscando. Les deslumbró con su exposición. "Tenía el concepto claro, la película era sobre el chico. Él sabía que para que su versión de la película funcionara, debía construirse sobre unos personajes inteligentes y con los que el público se pudiera identificar. No fue sólo el tono general lo que convenció a los ejecutivos".

"Siendo este mi primer largometraje, sabía que tenía que tenerlo todo muy claro para esta reunión". Este mismo espíritu y determinación le ayudó en su momento cuando era estudiante en la USC.

"En la escuela de cine, no nos animaban a salir fuera y empezar a trabajar. Era algo más sobre intelectualizar el cine más que trabajar en un set de rodaje, pero yo quería mancharme las manos y experimentar las cosas. Sabía que aprendería mucho más en un set que en una clase. Así que busqué un rodaje donde trabajar, encontré uno, era una película independiente en Los Angeles y era un poco caótico, así que fue fácil colarse. Encontré al productor al cargo, me dirigí directamente a él y le dije: haré cualquier cosa que necesite y lo haré gratis. En ese momento empecé a trabajar. Ahí es cuando todo empezó para mí".

Ahora, a los 26 años, Hendler ha debutado con su primera película mientras sus compañeros empiezan sus primeros trabajos. Hendler aplicó la misma intensidad y tenacidad en su reunión con los ejecutivos de Hellion, El Ángel Caído.

"Presenté la película como un cruce entre A Simple Plan y La Profecía. La Profecía es una especie de punto culminante en las películas con niño diabólico, y A Simple Plan es un gran thriller psicológico, donde todo se resume en gente que toma decisiones horriblemente equivocadas por las razones correctas. No quería olvidar que hay una trayectoria de viejas películas con niños malvados que la gente siempre recuerda, pero a la vez no quería hacer una copia. Esta tenía que ser interesante y diferente. Me quedé levantado media noche repasando cómo veía el trailer de la película", recuerda Hendler. El imaginativo enfoque de la película y del trailer se ganó a los ejecutivos.

El casting representaba un par de desafíos considerables: cómo encontrar un secuestrador que no cayera antipático y un niño de 8 años dinámico y convincente. La elección de Josh Holloway para el personaje de Max fue la primera elección que tomaron y mucho más sencilla que elegir al chico. "Josh fue el más fácil de elegir, le conocimos durante la primera temporada de Perdidos y su carrera empezaba a despegar. Su personaje en la serie, Sawyer, es un chico malo, pero a la vez a la gente le gusta. Tiene una especie de humanidad intrínseca que hace que haga lo que haga sientas empatía con él".

Holloway pudo ser el más fácil de seleccionar, pero para él no fue tan fácil: "Es mi primera película y estaban totalmente decididos a seleccionar primero el actor para el papel de Max. Cuando me reuní con Universal y Gold Circle Films, les dije que quería saber quien estaba en el proyecto antes, pero esa no era una opción. Yo fui el primero. Fue un poco arriesgado para mí el ir adelante y decir: bien, vamos a por ello".

Además tampoco estaba seguro de querer interpretar un personaje que podría ser demasiado parecido al que interpreta en televisión. Más tarde se dio cuenta de que había diferencias fundamentales entre los dos personajes. "No hay chulería en Max, no tiene humos. Max proviene de un entorno de amor, mientras que Sawyer viene de un lugar de vergüenza y rabia", comenta Holloway, que estaba convencido de que el desafío era encontrar un punto de vulnerabilidad en el personaje.

Brooks compara a Holloway con las estrellas americanas de los 70: "Tiene algo especial que comparte con gente como Kris Kristofferson y Clint Eastwood. Emana ese encanto americano clásico", comenta Brooks.

El atractivo de Holloway y su encanto sureño no siempre le abrieron puertas en el pasado: "Durante 8 años estuve chocando contra una pared. Nadie me abría la puerta y cuando lo hacían odiaban mi acento", dice Josh. "Gasté un buen montón de dinero en librarme de él. Ahora voy a las audiciones y lo primero que me preguntan es que dónde está mi acento".

El casting para el niño de 8 años, por otro lado, fue lo más difícil, puesto que la película orbita alrededor de este personaje. Vieron a cientos de niños de todo el país y de Canadá. Necesitaban un actor que pudiera mostrar la dualidad del personaje. Era importante que pudiera alternar sus dos personalidades rápida y efectivamente.

Hendler recuerda la dificultad para encontrar a David: "Nos costó muchísimo encontrar a Blake. Cuando pusimos en marcha el proyecto, nuestra primera pregunta fue: ¿cómo demonios vamos a encontrar un chico que saque esto adelante? Es un papel casi imposible. Una de nuestras ideas fue incluso rescribir el papel para Dakota Fanning". Entonces llegó una cinta. "Su cinta era impresionante. Pero su primera audición nos voló la cabeza", recuerda el director.

Woodruff impresionó al equipo. "Creo que tiene algo realmente especial", dice Brooks. "Se come la pantalla. Conoce su personaje íntimamente". Para Woodruff, actuar es simplemente pasarlo bien en el rodaje y no preparar todo el tiempo el papel. "No hago muchos preparativos. Trabajo con cosas que se me van ocurriendo. Y cuando llega el momento de rodar sólo salgo ahí esperando hacerlo bien", dice Woodruff con confianza. Para prepararse para la película trabajó con su profesor de interpretación y vieron algunas viejas películas. "Vi esa vieja película, The Bad Seed y pude ver el cambio en la niña. Quería poder hacer eso, pasar de ser un chico bueno y agradable a dar miedo. Y con esa idea trabajé con Jackie, mi profesor".

Woodruff hace algo más que ensayar con Jackie. También le gusta observar a los otros actores en el rodaje y ver lo que hacen. Toma un poco de cada uno de ellos. Lee recuerda como Dulé Hill, uno de sus compañeros, marcó una profunda huella en él: "Dulé hacía tap dance en Broadway y para calentarse bailaba un poco a solas. Me di cuenta de que Blake empezaba a hacer lo mismo. Realmente aprende de los demás".

Hill le enseñó a Woodruff ha hacer un simple paso de tap dancing llamado cramp roll. "Me ayuda a aclarar mi cabeza. Vi que Blake estaba interesado así que le enseñé algunas cosas", señala Hill.

"Un cramp roll es un buen movimiento. Nos ayudaba a matar el tiempo entre escenas, es divertido", dice Woodruff.

Hay otro papel que fue crucial en el casting, y fue el de los lobos. El lobo ha sido un símbolo de maldad en la cultura occidental desde hace siglos y para el escritor Christopher Borrelli, eso es exactamente lo que quería evocar en su guión. "El lobo es una criatura singularmente siniestra, asociada con el misterio, el poder, el peligro y la maldad completa. Era natural que los hiciera servir a David", dice Borrelli.

Trabajar con las siniestras criaturas fue sorprendente y muy agradable para el director. "No podía creer como los entrenadores podían hacer que los animales hicieran lo que ellos pretendían como correr o aullar. Un momento estaban gruñendo a los actores y cuando los entrenadores decían ya está bien, iban a restregarse con estos actores y moviendo sus colas buscando caricias", dice Hendler.

Un grupo de entrenadores manejó a los lobos en el rodaje y se aseguró de que todo el mundo estuviera cómodo trabajando con ellos. "El mayor prejuicio sobre los lobos es que son animales agresivos dispuestos a atacar siempre. Son, de hecho, muy cautos con la gente, así que gradualmente los vamos integrando para que la experiencia sea positiva", dice una de los entrenadores, Dana Dubé de Animal Insight. "Son muy inteligentes y extremadamente afectuosos una vez que conocen a la gente". Colocar a los lobos en un escenario nevado hizo que la película fuera más real y terrorífica.

No podía haber unas localizaciones más adecuadas que el Yukon y los alrededores de Vancouver para recrear el área rural de Nueva Inglaterra, aislada y rodeada de bosques, aunque a Dean Cundey, renombrado director de fotografía le supuso un desafío representar ese ambiente invernal: "Uno de los mayores desafíos es recrear el invierno en las escenas exteriores. Elegimos el Yukon en primavera porque está rodeado de árboles exuberantes y montones de nieve". De vuelta en Vancouver, Cundey fue capaz de reconstruir el efecto que hiela los huesos de soledad y aislamiento de una cabaña en medio de Maine. Trabajó estrechamente con el coordinador de efectos especiales, Jak Osmond y el diseñador de producción, Michael Joy, cuyo trabajo era asegurarse de que la nieve pareciera real.

"El público es cada vez más exigente y sofisticado, y los efectos tienen que ser muy realistas", explica Osmond. "Usamos muchas clases distintas de material para fabricar la nieve, pero casi todo fue nieve de papel y fécula de patata". Esto creó el efecto que buscaban. El realismo es extremadamente importante y para Hendler, también había que volver al espíritu genuino y original de los clásicos de terror más que recurrir a grandes estudios de efectos especiales.

"El avance de la tecnología de efectos especiales ha permitido a los directores hacer casi cualquier cosa, pero para Hellion, El Ángel Caído se trataba de volver a lo básico, hacer todo lo que fuera posible sin efectos y después mejorarlo con la tecnología. Trabajar con alguien como el legendario Dean Cundey fue fantástico porque comprendió perfectamente el tipo de realismo que yo buscaba".

Cundey está de acuerdo en que cuanto más real, mejor. "Cuanto más efectos reales puedas hacer delante de la cámara más creíble será todo", dice. Siendo realista, el director consigue volver a captar el tono de los viejos thrillers clásicos. Esto es también lo que atrajo a Cundey del proyecto. "Hellion, El Ángel Caído era atractiva para mí porque era similar a las películas de género con las que empecé mi carrera, como Halloween y La Niebla", comenta el director de fotografía. Como esas películas, Hellion, El Ángel Caído confía en la cámara para crear esos ambientes y atmósferas, ese estilo que transmite la sensación de terror.

Brooks comenta: "Intentamos hacer un thriller inquietante que bebiera de lo mejor de esos clásicos pero que con un poco de suerte tuviera un estilo moderno".