El buenazo de Deeds (Adam Sandler) es un tipo dulce y adorable que lleva una vida sencilla, a la vez que feliz en la pequeña aldea de Mandrake Falls, New Hampshire. Deeds, el conocido propietario de "Deeds’ Pizza", la única pizzeria del pueblo, se ha convertido en una especie de celebridad por su particular manera de entretener a sus clientes recitándoles sus insólitos y divertidos poemas.
La vida es fácil en el pequeño restaurante del pueblo hasta que el impecable magnate y empresario, Chuck Cedar (Peter Gallagher), junto a su amigo, Anderson (Erick Avari), traen la nueva noticia de que Deeds está a punto de amasar un tipo de pasta diferente. Un fallecido pariente lejano, Preston Blake (Harve Presnell) le ha dejado una herencia de 40 billones de dólares junto a una cadena de medios de comunicación, un equipo de fútbol, un equipo de baloncesto y un helicóptero privado listo para llevárselo volando a la América de los negocios.
Es una historia de un tipo que ha pasado de ser pobre a rico y que tiene a todos los periodistas de la prensa amarilla persiguiéndole, y Deeds en poco tiempo se ha dejado llevar por la emoción. La protagonista de este sentimiento es la guapa Babe Bennett (Winona Ryder) del programa de Televisión "Inside Access", una simpática productora en busca del trabajo de sus sueños en "60 Minutes". Su jefe, el desagradable presentador de "Inside Access" Mac McGrath (Jared Harris), quiere sacarle los trapos sucios a Deeds, y dependerá de Babe y su compañero Marty (Allen Covert) diseñar un retorcido plan para conseguirlo.
Tras la despedida del héroe en Mandrake Falls, organizada por sus leales empleados Jan (Conchata Ferrell) y Murph (Peter Dante), Deeds se traslada a Manhattan. En su nueva residencia de Park Avenue, se divierte escuchando el echo de su propia voz a través de las suntuosas salas y se maravilla de cómo su mayordomo personal, Emilio (John Turturro), aparece incesantemente para atender cada una de sus necesidades. En su primer día de trabajo en Blake Enterprises, Deeds reorganiza todo a su inimitable manera. Despide a la estrella y general de división de su equipo de fútbol (para que aprenda modales); y hace del lugar de trabajo una "zona de buen rollo". La vida de un billonario podría parecer distinta desde fuera, pero desde dentro Deeds es el mismo tipo que aquel que vivía en la pequeña aldea.
Lo que Deeds no sabe es que el tramposo Cedar está dispuesto a quedarse con los dominios del imperio Blake a cualquier precio. Deeds finalmente descubre cómo es la vida y tiene que demostrar que el dinero cambia cualquier cosa, pero no a cualquiera.