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  Réquiem por Billy El Niño  (Requiem for Billy The Kid)
  Dirigida por Anne Feinsilber
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Sobre la película
Requiem por Billy the Kid es una película de 90 minutos cuyas imágenes nos proyectan como la bala de un colt sobre el universo del western.

Toma del género la trama narrativa, la estética, la belleza de los paisajes de Nuevo México filmados en 35mm y cinemascope. Tom Sullivan, por mucho que sea un sheriff del siglo XX aún lleva una estrella prendida al pecho, un Colt 45 en la cintura y un sombrero Stetson calado sobre los ojos. Recorre a paso tranquilo la calle principal de Lincoln y se encuentra con una galería de rostros salidos de una América que creíamos desaparecida en los tiempos del technicolor.

También toma prestado del western, implícitamente, una referencia famosa: "Cuando los hechos se hacen leyenda, imprime la leyenda", aquella frase que John Ford hacía decir al periodista en El hombre que mató a Liberty Valance.

Personaje histórico, personaje de leyenda, Ángel negro, personaje rimbaudiano... ¿quién es Billy the Kid?

Tanto en sentido propio como en sentido figurado, se trata de exhumar a Billy the Kid, hacerlo renacer de sus cenizas, sacarlo a la luz. La película recurre a distintas búsquedas. A veces forman parte del mundo del documental, a veces del mundo de la ficción.

Primera búsqueda, primer tramo: la investigación del sheriff Sullivan. Es la parte documental. El sheriff Sullivan, su ayudante Steve Sederwall y el sheriff Graves están resueltos a saber la verdad. Pero, ¿qué verdad? ¿La que esperan encontrar al abrir la investigación, u otra, más ambigua, más desasosegante? ¿Y las pruebas? ¿Qué pruebas pueden quedar un siglo después de los hechos? Según el sheriff, quedan muchas. En esa pared hay una bala empotrada y eso permitirá calcular el ángulo de tiro de Billy en el momento de su fuga. En ese banco queda sangre que dejó el hombre al que Pat Garrett mató. Ese ADN comparado con el de la madre de Billy permitirá determinar si Pat Garrett efectivamente mató a Billy the Kid. Como bien resume el sheriff: "A los vivos les debemos respeto, a los muertos, la verdad".

Y sin embargo la investigación se atasca en disputas de pasillo, la polémica estalla. Para unos se trata de un golpe de efecto mediático sin otro objeto que avivar el turismo y, a través del turismo, la economía local. Para otros es una investigación legítima destinada a acallar un rumor que ya ha durado demasiado. De paso descubrimos que Billy the Kid, Pat Garrett, "Billy y Pat", como los llaman los habitantes de Lincoln, no son para ellos figuras legendarias, sino hombres con los que sus abuelos se han cruzado, con los que han peleado a favor o en contra, con uno o con el otro. Nada de esto es demasiado remoto.

Y además está la búsqueda que emprende la narradora, un personaje que sólo existe en la banda sonora. Lleva su propia investigación, tiene sus propias ideas. Algunas son sorprendentes, como la que la conduce a comparar a Billy he Kid y Rimbaud, Pat Garrett y Verlaine. En la voz en off la narradora dialoga con Billy the Kid, fantasma, personaje y sombra, que nos da su propia versión de los acontecimientos. En in, a plena luz, interroga a los que siguen moldeando la leyenda: el sheriff, su ayudante, los habitantes del Lincoln, Kris Kristofferson, que interpretó el papel de Billy the Kid en la película de Sam Peckinpah, Rudy Wurlitzer, que escribió el guión.

La polifonía de estos testimonios compone a pinceladas el retrato de un Billy the Kid entre la ficción y la realidad, el pasado y el presente, la luz y la sombra.

El quid de Billy the Kid
"No es ficción, ni documental", insiste ella, "sino algo entre medias: cuando se hace una primera película se quiere hacer las cosas de forma muy personal, pero aquí se aplica a un mito muy popular". Con su primer largometraje, desde luego insólito, Anne Feinsilber, productora de La Traversée y de I Am John Polonski's Brother, se ha centrado en el caso de Billy the Kid, alias William Harrison Bonney, Henry Antrim, Kid Antrim, William Amtrin o Henry McCarthy (su verdadero nombre), cuya existencia convulsa y meteórica (fue muerto a tiros a la edad de 21 años) ha fascinado a multitud de "westernianos" desde hace un siglo y medio. Inmortalizado por Larry MacMurtry, orquestado por Aaron Copland, cantado por Long Chris y Jat Onoma, infantilizado por Morris y Goscinny, adaptado a la pantalla por King Vidor, Howard Hughes, Arthur Penn, Sam Peckinpah, Christopher Cain y Luc Moullet (entre otros), enfrentado incluso a Drácula (John Carradine) en una locura de William Beaudine, Billy the Kid no ha dejado de agitar la imaginación de los nostálgicos del Oeste, más aún cuando, para retomar la conclusión de El hombre que mató a Liberty Valance, su "leyenda" gana por goleada a su "realidad".

Su "palmarés" (21 víctimas) es dudoso, pues, según los historiadores habría matado, como sumo, a nueve personas: cuatro individual y cinco colectivamente. Igualmente su fama de zurdo se debe a que la única foto que lo representa está invertida. En cuanto a su muerte, también se pone en duda, puesto que, en los años cincuenta, un tal Ollie P. Roberts, apodado Brushy Bill Roberts, dijo ser el auténtico Billy the Kid, afirmando que en Fort Sumner, lugar en el que Pat Garrett (un antiguo novio, más que un amigo íntimo), ex cazador de recompensas convertido en sheriff, supuestamente mató a Billy a cambio de una recompensa de 500 dólares que nunca pudo cobrar porque no se pudo demostrar la verdadera identidad de su víctima, está enterrado el cuerpo de un impostor.

Alrededor de este asunto y, más concretamente, de la investigación que Tom Sullivan, actual sheriff del condado de Lincoln, junto con su ayudante y su colega de Fort Sumner, se articula el docuficción de Anne Feinsilber, puntuado por un diálogo "rimbaudiano" entre la cineasta y su protagonista (Kris Kristofferson), ilustrado por una música a lo Ry Cooder de Claire Diterzi y salpicado por fragmentos de El zurdo, de Penn, y Pat Garrett y Billy the Kid de Peckinpah. Una investigación que se detendrá pronto, como podíamos esperar, por razones diversas de orden esencialmente económico que impiden a los protagonistas aclarar el misterio mediante un análisis de ADN que podría resultar decisivo, ya que sabemos el lugar en el que está enterrada la madre de Billy.

Réquiem por Billy the Kid no aporta pues ninguna respuesta a la polémica, sino que, por el contrario, contribuye a reforzar aún más la leyenda del más famoso forajido del Salvaje Oeste, convertido con el paso del tiempo en un héroe romántico.



Festivales
Festival de Cine de Cannes 2006, Selección Oficial fuera de Competición
Festival Internacional de Cine de Sevilla 2006, Selección Oficial a Competición
Festival Internacional de Cine de Bruselas 2006, Selección Oficial a Competición
Muestra Internacional de Cine de Sao Paulo 2006, Selección Oficial a Competición