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  Lars y una chica de verdad  (Lars and the Real Girl)
  Dirigida por Craig Gillespie
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Escrita por Nancy Oliver, guionista de la serie A dos metros bajo tierra, Lars y una chica de verdad cuenta con Paul Schneider y Kelli Garner como protagonistas. Dirigida por Craig Gillespie (Cuestión de pelotas) y producida por Sidney Kimmel, John Cameron y Sarah Aubrey. Los productores ejecutivos son William Horberg, Peter Berg y Bruce Toll.


La trama
Lars Lindstrom (Ryan Gosling) simplemente sobrevive. Lars sigue viviendo en el pequeño pueblo rural donde se crió, donde tiene un trabajo anodino de oficinista y ocupa el garaje reconvertido de la casa en la que nació, en la que ahora viven su hermano Gus (Paul Schneider) y su cuñada Karin (Emily Mortimer). Vive casi completamente aislado, evita todo contacto con los demás seres humanos- su vida social se reduce, literalmente, a la asistencia semanal a misa y a los escasos intercambios con sus compañeros de cubículo en el trabajo. Se niega a aceptar cualquier convite de Karin y Gus y huye espantado de los flagrantes intentos de seducción de Margo (Kelli Garner), una compañera de trabajo. En palabras del director Craig Gillespie, "Ha estado viviendo en una especie de limbo, pasando tan desapercibido que prácticamente se ha convertido en un hombre invisible". Aunque Gus está acostumbrado a la conducta de Lars, Karin intenta por todos los medios incluirlo en la rutina familiar, darle conversación e interactuar con él, sobre todo ahora que su pequeña familia está a punto de crecer, ya que Karin está esperando su primer hijo.

Pero, todo esto cambia cuando Lars conoce a Bianca -una preciosa misionera mitad-danesa, mitad-brasileña que se encuentra "de año sabático viajando por el mundo"- y se la presenta a Gus y Karin. Para el espanto del matrimonio, Bianca resulta ser una ChicaDeVerdad, una muñeca de tamaño real hecha por encargo. Este hecho es obvio para cualquiera menos para Lars, que está convencido de que Bianca es una chica creyente que fue criada por unas monjas, depende de una silla de ruedas y es tímida y recatada. Para colmo, Bianca es ahora es huésped de Gus y Karin, ya que -para no comprometerla- habían accedido a que se quedara con ellos en casa.

La tensión es evidente desde el primer momento. Karin y Gus en seguida discuten sobre como hacer frente a la situación. Mientras que a Karin reacciona de manera compasiva y comprensiva, "Gus representa a al mundo exterior negativo, receloso y amargado que ha decidido que su hermano está loco, que todo esto es ridículo y que está mal, que es algo terrible en lo que él prefiere ni pensar", explica Emily Mortimer. "Así que, desde el primer instante, mi personaje tiene un conflicto, intenta presionar a su marido -al que sigue queriendo muchísimo por muy furioso que este se ponga- y a la vez desea desesperadamente de que él y Lars sean amigos".

"Karin engloba muchas de las cualidades que para Lars representan a la madre", apunta Gillespie. "Karin es muy fuerte y algo obstinada, pero también es increíblemente cariñosa, complaciente y bondadosa. Es el pegamento que mantiene a la familia unida".

"A Gus le obligan a seguirle con el juego", responde Paul Schneider. "Karin está tan obcecada, que es como si a Gus le acusase de ser mala persona por no querer seguirle la corriente a su hermano y, claro, es impensable que ella pueda haberse casado con una mala persona". Así que ahora Gus, no sólo tiene que lidiar con el estigma de tener un hermano que es un enfermo mental, si no que además, "tiene que enfrentarse a lo que pueda pensar de él la persona a la que ama; portarse mal le costará una bronca con su mujer".

Según el director, Craig Gillespie, en la película Gus representa a la audiencia ya que es el que más se resiste a aceptar la situación. El productor John Cameron puntualiza que Schneider crea un personaje tan cautivador que esta empatía se mantiene a lo largo de la cinta. "Gus es muy gracioso pero está descolocado y lleno de ira y confusión durante la mayor parte de la película", según Cameron, "y Paul hace una labor estupenda al interpretar todo ese torbellino de emociones".

Paul Schneider agrega, "Gus tiene más miga de lo que en principio pueda aparecer. Para él, aceptar el desequilibrio mental de Lars supone enfrentarse a sentimientos de culpa y remordimiento que lleva años reprimiendo". "Se trata de una familia disfuncional que lleva mucho tiempo manteniendo esa disfunción", admite Schneider. "Ahora, de repente mi personaje tiene que enfrentarse a su fracaso absoluto como hermano. La llegada de Bianca a nuestras vidas pone esto en evidencia de una forma muy dolorosa, es como un exorcismo".

De improviso, Karin sugiere a Lars que quizás sería buena idea que Bianca visitara al médico de cabecera, la Doctora Dagmar Berman (Patricia Clarkson), para prevenir cualquier trastorno debido al repentino de clima. Dagmar es una figura imprescindible en este pequeño pueblo ya que, además de médico, es también psicóloga. Y, Karin está convencida -y al final logra convencer a Gus- de que Dagmar sabrá lo que deben hacer.

"De hecho, creo que al principio no está muy segura", dice Patricia Clarkson, que hace de la amable médico. "Simplemente hace lo que puede. Prueba a ver qué pasa; lo hace para ayudar a Lars". Dagmar les recuerda Gus y Karin el hecho evidente de que Bianca es real- aunque para Lars sea un delirio, es cierto que Bianca está allí sentada y, les guste o no, tendrán que apañárselas con ella. Dagmar en seguida se da cuenta de que para tratar a Lars tendrá que tratar a Bianca, así que le diagnostica una "afección" que requiere un tratamiento semanal. En cada visita, Dagmar habla con Lars sobre los problemas que está teniendo Bianca que, naturalmente, son el fiel reflejo de los problemas del propio Lars. "Pero, si Lars llegase a sospechar que Dagmar va con segundas", dice el director Craig Gillespie, "jamás sería capaz de abrirse a ella". Y Patricia plasmó esa tensión a la perfección. No emite ningún tipo de juicio, sólo muestra comprensión, paciencia y tolerancia".

Después de llegar al rodaje, Clarkson tuvo muy poco tiempo para ensayar y atribuye a Gillespie el merito de haber mantenido la integridad de su personaje. "Dagmar es tan tranquila y está tan centrada y tan calmada; no hay nada superfluo en ella. Craig es muy parecido en ese sentido, así que podía meterme allí con él y empezar la escena. Le tiene mucho cariño a este proyecto y a la gente que está involucrada. Entiende muy bien esta película".

Dagmar aconseja a Gus y Karin que le sigan la corriente a Lars, "les explica que a lo mejor no es nada malo, si no simplemente una manera de resolver sus conflictos", dice Gillespie. Gus y Karin acceden de mala gana, preocupados por la reacción de los vecinos ante la enfermedad mental de Lars. Informan a toda la comunidad de lo que está ocurriendo, ruegan a todos que sean comprensivos y ayuden a Lars. Aunque al principio se muestran reacios, casi todos acceden a ayudar, sobre todo la vieja Señora Gruner que siempre había aceptado a Lars incondicionalmente. La propia Bianca también resulta ser más productiva de lo que nadie sospechara al principio. Al poco tiempo, está ayudando en la guardería local, "leyendo" un audio libro a los niños; hace de modelo en una tienda de moda, colabora con la Señora Gruner como voluntaria en el hospital, y acaba formando parte de la junta escolar. Es una respuesta, según la guionista Nancy Oliver, que habla de "la capacidad del ser humano para adaptarse a lo que hay y para incorporar estas cosas a nuestras vidas. Bianca se convierte en un miembro de esta comunidad y tiene su rol. Siempre me he preguntado, si realmente hay tantos enfermos mentales desesperados por la calle, ¿qué pasaría si tratáramos sus enfermedades y sus delirios con compasión, aceptación y tolerancia en vez de rechazarlos como si siguiéramos en la Edad Media? Si ésta es la realidad para ellos, ¿por qué marginarlos por culpa de algo que ellos no pueden controlar?".

El tema de la aceptación y la colaboración es algo con lo que todo el elenco se siente identificado. "La película trata con cariño a sus personajes y, en general, a las personas", enfatiza Ryan Gosling. "Es una película que cree que la gente es bienintencionada; que queremos ser parte de algo bueno. Hay tantas películas que se basan en la visión de que la gente tiende a estropearlo todo; de que cuando nos encontramos con algo especial siempre acabamos destruyéndolo. Ésta película no es de ésas".

"Yo admiro a Lars. A pesar de ser una persona solitaria, no intenta conseguir que los demás lo quieran; decide ser él el que quiere. Me gusta la idea de que se pueda querer sin que esa amor tenga que ser correspondido. No tiene porque ser una transacción; simplemente das".

"Lo normal sería que el conflicto fuese entre este chico mal adaptado y la sociedad que no lo acepta", dice Emily Mortimer, "pero Bianca se integra fácilmente en esta comunidad. Son buena gente, gente decente que hace lo que puede para ayudar a este pobre desgraciado que se encuentra entre ellos, se toman a Bianca en serio y, de hecho, cada uno desarrolla una relación con ella de forma muy espontánea". Mortimer explica que, para Karin, "esta muñeca se convierte en una amiga y compañera, alguien con quien compartir sus secretos y con quien hablar de moda, arreglarse y peinarse. Hay algo muy bonito en esa relación- sobre todo teniendo en cuenta que es un momento en el que Karin no hace más que engordar y se siente cada vez más alejada de ser esa mujer sexy que es Bianca. Tener esta criatura a mi lado en este período de mi vida es algo desconcertante pero a la vez maravilloso".

Gracias a Bianca, Lars se atreve por primera vez a adentrarse en ese campo de minas que es el amor. Lars enseña a Bianca todos los lugares que marcaron su infancia, y un día, mientras pasean por el parque, reúne el coraje para cantarle una serenata subido encima de una casita construida en un árbol. La escena fue idea de Gosling. "En algún momento había que ver a Lars abriendo su corazón a Bianca para mostrar lo frágil y vulnerable que puede llegar a ser. Estuve pensando sobre qué me haría sentir esa fragilidad, y me di cuenta de que sería igual de difícil para él cantarle a Bianca como lo es para mí cantar en una película".

Cuando Lars acepta una invitación para ir a una fiesta en casa de un compañero de trabajo, es evidente que la presencia de Bianca es una influencia positiva para él. "Tener novia, aunque sea de silicona, le autoriza para participar en la sociedad tal y como siempre ha deseado", explica Nancy Oliver. "Le hace sentirse uno más". Lars lleva a Bianca a la fiesta y - una vez superada la sorpresa inicial- Bianca y Lars se convierten rápidamente en el centro de atención. Resulta ser una noche inolvidable. "Lars va con la chica más deseable de toda la fiesta", dice Oliver. "Está orgulloso de sí mismo. Nunca había sido capaz de permanecer tanto tiempo en una habitación rodeado de gente. Tiene novia y, aunque parezca extraño, eso lo convierte en uno más. Para el, la satisfacción de esa noche es plena".

Ésta era una escena clave y su rodaje fue un tanto estresante tanto para el reparto como para el director, Craig Gillespie. "Al final acaban bailando todos y se olvidan de Lars unos momentos", dice un sonriente Gillespie. "Habiendo saciado su curiosidad inicial, todos siguen con sus vidas, y a él lo han aceptado. Ryan tuvo la idea de quedarse bailando sólo, un poco ensimismado y con los ojos cerrados. Es algo que le pega a su personaje, está allí pero a la vez está en un mundo aparte. Y Ryan lo hizo estupendamente".

"Dios mío", añade Kelli Garner, "ese baile me hizo trizas el corazón. Mi Margo está tan enamorada de Lars que cuando él hace esas cosas se encariña más. Es demoledor. Tan tierno y tan puro. Ryan es un actor magnifico".

Poco a poco Lars empieza a salir de su caparazón y Dagmar consigue sacar a la luz sus conflictos más profundos. Empieza a lidiar con la hafefobia (miedo a ser tocado) de Lars y tocan el tema del inminente parto de Karin y del peligro que Lars se imagina que entraña el alumbramiento. "La madre de Lars murió dándole a luz", explica Gosling, "así que, para él, el nacimiento está intrínsicamente ligado a la muerte. Tiene una reacción tan visceral ante el embarazo, que le cuesta ver la experiencia de Karin desde otra perspectiva". Según va avanzando la gestación de Karin, los miedos de Lars se intensifican.

El temperamento maternal de Karin incrementa aún más su terror. "Emily Mortimer tiene una cualidad tan maravillosamente abierta", afirma la guionista Nancy Oliver. "Y a la vez tiene una verdadera fuerza y una presencia que, para mí, es parte esencial del personaje de Karin. Ya desde la primera escena, cuando invita a Lars a desayunar, es tan directa y está tan claro que le quiere, sencillamente le quiere, sin sentimentalismos".

Cuando su miedo al flirteo de Margo lo reemplazan los celos hacia el novio de ésta, queda claro que Lars está madurando. Margo "es estrafalaria y está un poco majareta, es la versión femenina de Lars", según Garner. Al igual que Lars, Margo tiene una imaginación hiperactiva y es por esto que "es la que mejor entiende el sentido de Bianca".

Garner tiene una sensibilidad a la vez vulnerable y alegre y el director Craig Gillespie se apoyó en esas cualidades. "No quería de ninguna manera ver a dos inadaptados que acababan juntos", dice. "Cuando apareció Kelli, fue como un rayo de luz y de optimismo. No era exactamente el tipo de persona que había pensado para ese papel, pero en cuanto la vi me di cuenta de que tenía que hacerlo ella. Tiene un entusiasmo y un amor a la vida tan inocente…".

Al igual Clarkson, Garner asegura que fue Gillespie quien le ayudó a encontrar a su personaje. "Me sentía bastante incómoda en el plató, lo cual ayudó a mi personaje, pero Craig hizo que me sintiese segura. Una noche me habló de encontrar a la mujer escondida dentro de Margo, lo cual me pareció interesante porque yo me había estado centrando en buscar a la niña dentro de Margo, su espíritu impoluto y juvenil. Como actor, suele ocurrir que estás tan centrado en una faceta que se te olvida buscar otras. Cuando Craig me dijo eso, revolucionó por completo mi forma de pensar y, sin embargo, fue algo muy sencillo. Hay directores que tienen un don para meterse dentro de tu cabeza por la puerta trasera y hacer que conectes con algo".

A Lars no le hace ninguna gracia la noticia de que Margo ahora sale con otro compañero. Esta emoción le incomoda y empieza a advertir que debe elegir entre sus incipientes sentimientos por Margo y el compromiso que le une a otra mujer- Bianca. Al volver a casa y ver que Bianca ha vuelto a salir por ahí con la Señora Gruner, Lars se muestra frustrado, irritado y molesto. Más tarde, cuando Karin va a ver qué tal está Lars, estos tienen su primera discusión y Karin, enfurecida, le echa en cara a Lars lo poco que ha agradecido las atenciones de todos hacia Bianca. Este estallido emocional es algo nuevo para Lars, y Karin está encantada.

Las cosas con Bianca empeoran a medida que el afecto que Lars siente por Margo crece. "Gracias a Bianca, Lars aprende a interactuar con la gente, sobre todo con las mujeres, en un contexto social", dice el director Craig Gillespie. "Empieza a ver ciertos rasgos en Kelly que le atraen. Se siente cada vez más frustrado puesto que pretende serle fiel a su chica, y esta frustración se convierte en un detonante".

La afección de Bianca empeora y Karin y Gus se inquietan al ver que Lars parece estar cayendo en un abismo. Pero Dagmar les asegura que es todo lo contrario, según explica Patricia Clarkson: "El tratamiento no está dando resultado porque Lars está empezando a pasar de Bianca, tanto en sentido figurado como en el sentido literal". En cierto modo, Lars se está haciendo mayor, está descubriendo nuevas emociones, sentimientos antes desconocidos y se está dando cuenta de lo que significa madurar. Tal y como señala Dagmar, es su forma de aclarase y de resolver sus conflictos, Gillespie añade que "de eso se trata todo este proceso y luego también vemos a través del conducto de Bianca que Lars tiene mucho amor que dar".