En cierta ocasión, no hace mucho, una pequeña banda de músicos integrada por policías egipcios viajó a Israel.
Fueron a tocar en una ceremonia de inauguración pero, debido a la burocracia, la mala suerte, o a cualquier otro motivo, se quedaron perdidos en el aeropuerto.
Trataron de arreglárselas por su cuenta, tan sólo para verse en una pequeña ciudad israelí desolada, casi olvidada, en algún lugar en pleno desierto.
Una banda perdida en una ciudad perdida.
No hay muchos que recuerden esto. Tampoco fue tan importante.