La vida de Vincent solo recobrará su significado el día que el asesino de su mujer sea detenido. Su vecina, Alice, está convencida de ser capaz de devolverle la felicidad, y por lo tanto decide inventarse un culpable ficticio, para que Vincent pueda encontrar su venganza y dejar atrás su pasado. Pero ni existe el culpable ideal, ni el crimen perfecto.