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  Atrapado en un pirado  (Meet Dave)
  Dirigida por Brian Robbins
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Dave Ming Chang (Eddie Murphy), recién llegado a Nueva York, es casi sin duda el visitante más perdido de todos. Hay algo en él que no encaja, para empezar, parece totalmente fuera de lugar, e incomodo con su propio cuerpo. Y tiene motivos: "Dave" no es un hombre, si no una nave hecha a imagen y semejanza del comandante en miniatura que la controla. Otro pequeño Eddie en la GRAN comedia para la familia Atrapado en un pirado.

Así es que conozcamos a Dave. Tiene unos cuarenta años, agraciado y elegantón, a pesar de que su atuendo, un traje blanco, corbata negra y pañuelo a juego en el bolsillo, es mucho más cercano a los discotequeros años 70. Pero más allá de su extraño atuendo, hay algo en Dave que llama la atención. Desde luego no es del barrio, de hecho, ni siquiera del planeta. Hasta su forma de caminar es peculiar, y mientras deambula por las calles de la gran manzana, sus piernas intentan avanzar demasiado con cada paso, como si no estuviese cómodo en su cuerpo.

Y motivos no le faltan: dentro de "Dave" tenemos a toda una tripulación de entrenados hombrecillos, un mundo dentro de otro mundo, que intentan por todos los medios controlar cada acción y conversación de Dave. En cada sección del cuerpo de "Dave", un tripulante (altura media: cuatro centímetros y medio), con una insignia que ilustra una parte específica del cuerpo de Dave, gestiona una consola de última generación que controla los movimientos de Dave.

Pero la tripulación de Dave, bajo la dirección del Comandante del que Dave ha tomado su apariencia, va a experimentar una curva de aprendizaje muy escarpada. Cuando Dave bebe su primer sorbo de agua, una tremenda ola se abalanza sobre ellos, empapando a todos en su interior. Cuando Dave se prueba algo de ropa, una camisa se convierte en una bestia de algodón que intenta asfixiarlo. Cuando acude a un examen médico rutinario, el Dave metálico debe luchar contra las formidables fuerzas magnéticas de una resonancia. Y el banquete de tubos de carne procesada que aquí denominamos "perritos calientes" le conduce a una explosiva situación en el baño.

Al tiempo que Dave se abre camino a través de estos desafíos físicos, la tripulación de su interior comienzan a experimentar algo con efectos aún más profundos. Una brisa de emociones se extiende por entre la tripulación, que proviene de un lugar que desaprueba las emociones y la individualidad. Dave está cambiando, tanto en su interior, como desde el exterior.