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  La camarera  (Waitress)
  Dirigida por Adrienne Shelly
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La camarera, escrita y dirigida por Adrienne Shelly. El productor es Michael Roiff, mientras que Todd King, Jeff Rose, Danielle Renfrew y Robert Bauer figuran como productores ejecutivos. El equipo de realización incluye al director de fotografía Matthew Irving (WAITING, DALTRY CALHOUN, NORTHFORK), al diseñador de producción Ramsey Avery (TEAM AMERICA), a la montadora Annette Davey (SORRY, HATERS) y al compositor Andrew Hollander (GRAY MATTERS).


Tras la alegría de la camarera
Cuando se presentó La camarera en enero de 2007 en el Festival de Cine de Sundance, el público respondió inmediatamente a su sabroso, divertido y edificante argumento sobre una "genio de los pasteles" de un pequeño pueblo del sur que se siente atrapada entre un marido un tanto desagradable y una apetitosa aunque totalmente inapropiada aventura, la cual se labra su propio camino hasta conseguir un futuro que nunca imaginó.

Pese a ello, el éxito de la película supuso también un futuro agridulce para todos los que estuvieron involucrados en la producción, pues la directora y guionista, Adrienne Shelly, no pudo estar allí para compartir con ellos la alegría del momento. Desgraciadamente, Shelly había muerto en noviembre de 2006, antes incluso de saber que su sueño se había hecho realidad y que La camarera había sido aceptada por el Festival de Cine de Sundance. Como el productor Michael Roiff señaló al New York Times durante Sundance: "No me puedo creer que yo esté en Park City y ella no. Deseaba tanto que esta película estuviera aquí, que se viera… [era] un momento decisivo en su carrera".

Para Shelly, La camarera había sido un trabajo de amor, escrito mientras estaba embarazada de su hija, y una película que dejaba patente la fuerza de su estilo y el hechizo de su forma de ver las cosas – y especialmente, su singular forma de entrar en la magia y el humor de la vida laboral común y corriente. Shelly había empezado su carrera como destacada actriz, llamando la atención con sus apasionadas interpretaciones en los clásicos independientes de Hal Hartley, LA INCREÍBLE VERDAD y TRUST (CONFÍA EN MÍ) – y había actuado más recientemente en FACTOTUM, con Matt Dillon y Lili Taylor. En 1996, Shelly hizo su debut en el cine como guionista y directora con SUDDEN MANHATTAN, una auto-introspectiva comedia de Nueva York, tras la que vendría su premiada y nada convencional comedia romántica I’LL TAKE YOU THERE, protagonizada por Ally Sheedy como una mujer que secuestra al hombre que le rechaza.

La camarera es la tercera y última película de Shelly y una rara y chispeante comedia que aporta una fresca visión a algo que se suele producir: la inminente maternidad que no llega precisamente en el mejor momento. Shelly dijo que quiso hacer una película "que animara a la gente a hacer lo que debe. Me gusta plantear este tipo de cosas". También declaró: "A fin de cuentas, La camarera es una carta de amor para mi bebé: Sophie".

De hecho, quedarse embarazada le inspiró a Shelly inventar a los imborrables personajes de La camarera, y a atreverse a crear la difícil situación por la que pasa su heroína, Jenna, la cual no había visto nunca abordar realmente a nadie en una comedia: estar asustada de llegar a volverse una loca con la perspectiva de dar a luz.

"Escribí La camarera cuando estaba embarazada de ocho meses, y me asustaba de verdad la idea de tener un bebé", explica. "No me imaginaba cómo iba a ser mi vida, que podría llegar a cambiar de forma tan radical que no me reconociera ya nunca más. Estaba aterrorizada y nunca había visto eso reflejado, ni en una película ni en un libro".

Fue entonces cuando Shelly decidió tocar un tema tabú. "La gente no habla de ese tipo de miedos", continúa Shelly, "pero sé lo grandes que llegan a ser. No se habla de ellos, y casi es como un sacrilegio decir que convertirse en madre da miedo. Así es que quise escribir una película sobre esos miedos y ponerles voz. Pero también sabía que cuando tienes un hijo, este otro tipo de amor te sacude de una forma que nunca te habías ni imaginado; es un tipo de amor total, absoluto e incondicional. Ser madre cambia tu vida de una forma maravillosa".

Shelly pone a Jenna en medio de un triángulo amoroso potencialmente desastroso incluso en mitad de su embarazo. Mientras se desgasta en un horrible matrimonio con un marido repulsivo y egocéntrico que no tiene ni idea de quién es ella, Jenna descubre una alocada pasión por el nuevo doctor de la ciudad, el mismo hombre que se supone que le va a ayudar en el parto. Pero Shelly también da a Jenna lo que define como "su don salvador": su increíble talento para cocinar pasteles.

Ésta es una pasión con la que Shelly se podía identificar. "¡Nunca me he encontrado con un pastel que no me gustara!", recordaba Shelly mientras hacía la película. "También pienso que era muy importante para la película que Jenna tuviera un habilidad especial, algo en lo que fuera muy pero que muy buena y algo que pudiese ser verdaderamente divertido y delicioso para los espectadores. Ésa es la razón por la que hay tantos pasteles en La camarera, tantísimos pasteles…"

Entre los pasteles, las interpretaciones y la dirección tan estilizada de Shelly en la película, La camarera se ganó grandes elogios en Sundance, lo cual no hizo sino hacer aún más evidente el tremendo hueco dejado por la ausencia de Shelly. Todo el mundo que la conocía piensa que hubiera estado encantada de que su película dejase tan felices y contentos a los espectadores. Michael Roiff resume así lo sucedido en Sundance: "Aunque era un momento agridulce y difícil, me concentré en esa pequeña voz de mi cabeza que era Adrienne hablándome. Decía ‘¡vamos, esto es fantástico!’".

El casting de las camareras
Adrienne Shelly sabía que su comedia sobre una pequeña ciudad tendría que articularse en torno a unos personajes de clase trabajadora marcadamente dibujados que cobraran vida de manera brillante, con lo que encontrar un buen casting era la clave. El primer personaje para el que eligió intérprete fue el de la heroína que es el alma de La camarera – Jenna, que es a ratos divertida, asustadiza, frívola, irreverente, enamorada, nada resolutiva y dispuesta a arriesgarse a todo. No era algo fácil y sin embargo una actriz ha logrado hacer que parezca tan sencillo como hacer un pastel. Ésa era Keri Russell, que empezó su carrera de joven en el espectáculo de variedades del New Mickey Mouse Club, para interpretar posteriormente el papel protagonista de la exitosa serie "Felicity" y se ha convertido en una prometedora joven actriz cuyos papeles van desde el drama aclamado por la crítica de MÁS ALLÁ DEL ODIO a la protegida de Tom Cruise en MISIÓN IMPOSIBLE III. Su belleza natural le ha convertido también en portavoz de CoverGirl – pero con La camarera le ha llegado la oportunidad de mostrar su lado más terrenal con una picante mezcla de vulnerabilidad y comedia.

"Nada más sentarme con ella supe que era nuestra Jenna", dijo Adrienne Shelly de Keri Russell en el set de la película. "Tenía exactamente el espíritu que se necesitaba y te atrapa el corazón, de forma que nada más conocerla me di cuenta de que iba a ser nuestro personaje protagonista".

Para Russell, la inteligentísima escritura del guión había sido irresistible. "Es una historia sobre enamorarse y las muchas formas que el amor adopta", dice Russell. "Me pareció que era divertido y triste al mismo tiempo, y uno de los mejores guiones que haya leído. También era una oportunidad para mí de interpretar el ‘contrapunto serio’, mientras todos a mi alrededor son tan divertidos. Era un reto no reírme durante las escenas".

En el set, Russell se sintió inspirada por la eléctrica atmósfera que se desarrolló entre los miembros del reparto coral. "Todo el mundo estaba haciendo esta película por la razón adecuada", explica Russell. "Parecía que esa gente estaba más enchufada y entusiasmada que en otros rodajes en los que he participado".

En Sundance, a pesar de las muchas emociones que se entremezclaban, Russell siguió entusiasmada con la película, especialmente al ver la acogida que tuvo la película. "Al verla con público, notas que hay realmente mucha esperanza y dulzura en ella, y creo que eso es lo que quiere sentir la gente", señala.

Mientras el personaje de Russell se mueve por las procelosas aguas del embarazo en medio de un matrimonio que naufraga, se mantiene a flote con la sabiduría, el apoyo y el deseo igualmente apasionado de sus compañeras de trabajo en el Joe’s Diner por lograr una vida mejor: la tímida Dawn, interpretada por la mismísima Adrienne Shelly con un cariñoso y desenfadado sentido de la extravagancia femenina; y la descarada Becky, interpretada con arrojo por Cheryl Hines, nominada en dos ocasiones a los Premios Emmy® por su papel de la mujer de Larry David en la exitosa serie de la HBO, "Curb Your Enthusiasm".

"Soy una gran, gran fan de Cheryl Hines, así es que estaba muy pero que muy entusiasmada con la idea de que se uniera al proyecto, y además es realmente divertida", dijo Shelly durante la producción.

El sentimiento fue mutuo para Hines, quien ha podido ser vista recientemente en la gran pantalla en la comedia ¡VAYA VACACIONES! al lado de Robin Williams. "Me atrapó la película porque Adrienne escribió un guión muy conmovedor", recuerda Hines. "Pensé que el filme iba a ser divertido y a dar que pensar. En cuanto lo leí, me apasioné con la idea de hacer este proyecto".

Hines saboreó especialmente la camaradería que surgió entre ella, Russell y Shelly en el plató. "Todo el mundo era fantástico y tenía mucho talento; fue un verdadero privilegio trabajar con los otros actores en esta película", dice. "Todos nos hicimos buenos amigos y fue sumamente divertido llegar y vivir en este mundo tan diferente del Joe’s Diner por algún tiempo".

Además de Keri Russell, Adrienne Shelly y Cheryl Hines, había otro papel femenino clave que se incorporó al reparto casi al final de la producción. Fue Sophie, la hija de Shelly, de 22 meses de edad, que hace de la hija de Jenna en las escenas culminantes de la película, escenas que son especialmente conmovedoras como recuerdo final de los lazos entre una madre y su hija.


Imbéciles, seductores y amigos: el cásting masculino
Con sus ideas sobre el poder de la amistad femenina, la solidaridad y el amor maternal, el drama y la comedia de La camarera son a menudo conducidos por los conflictos hilarantemente familiares de sus personajes femeninos con los hombres de sus vidas. Sabiéndolo, Adrienne Shelly mostró especial cuidado en elegir a los personajes masculinos, buscando interpretaciones multidimensionales que hicieran que éstos fueran divertidos, exasperantes pero también reales.

Para dar vida al canalla del marido de Jenna, egoísta, celoso y controlador, Shelly siempre tuvo en mente a Jeremy Sisto, con quien había trabajado por primera vez en 1999 en un pequeño thriller de Nueva York llamado DEAD DOG. Desde entonces, la carrera de Sisto ha despegado, con sus fascinantes papeles en la premiada serie de la HBO, "A dos metros bajo tierra" y la aclamada película THIRTEEN, dando la réplica a Holly Hunter. Más recientemente, ha protagonizado el drama de la NBC, "Kidnapped" y se ha hecho famoso por la imborrable intensidad de sus interpretaciones.

"Sabía que Jeremy podía darle mucha fuerza al marido de Jenna, y así fue", dijo Shelly en una entrevista durante la producción de La camarera.

Sisto se quedó impresionado por cómo Adrienne Shelly convirtió una situación tan poco prometedora como un matrimonio desastrosamente disfuncional en un guión tan trufado de humor y alegre. "Deja que los espectadores se rían de determinados personajes, algo que sería difícil ver en otras películas, sin sacrificar nada de su patetismo", comenta.

Fue el guión de Shelly el que convenció a Sisto de hacer algo que había evitado durante largo tiempo: probar su capacidad para la comedia. Sisto admite que normalmente no es un género que le atraiga, pero que la oportunidad de trabajar con Shelly le obligó a aceptar este papel excepcionalmente satírico. "Siempre había admirado los trabajos de Adrienne como actriz y como directora, y me pareció un guión realmente divertido y dulce y bastante diferente de las demás cosas que he hecho", dice. "Era verdadera comedia de la vida, así que podía manejar algo así. No se trata de soltar chistes. Se trata de peculiaridades de los personajes y de sus personalidades".

Para adoptar las peculiaridades del egocéntrico Earl, Sisto tuvo que desarrollar un poco de empatía por él, pese a lo rudo de su forma de comportarse como marido. "Creo que Earl es básicamente muy inseguro", señala Sisto, "lo que le lleva a tratar de tener siempre a su lado a su mujer. Tiene muchas capas y rasgos de la personalidad contradictorios, lo que hacía que el personaje me resultara muy interesante".

Interpretando a la pata opuesta del triángulo amoroso de Jenna está Nathan Fillion en el papel más romántico de la película, como el nuevo y único obstetra y ginecólogo en la ciudad, el doctor Pomatter. Para interpretar al buen doctor que se ve sumergido en una atracción adúltera con una paciente embarazada, Adrienne Shelly señaló que quería encontrar "la quintaesencia del tipo guapo que no tiene ni idea que lo es".

Para Shelly, Nathan Fillion, un prometedor actor que se ha labrado una imagen de culto en base a la serie fantástica de televisión de Joss Whedon, "Firefly" y de la película SERENITY, era perfecto a tales efectos. "Es un completo idiota" se reía en el set, "pero se parece a Harrison Ford o alguien por el estilo. Estaba perfecto para el papel".

Fillion señala que su papel era también un punto de partida. "He interpretado a capitanes del espacio y a jefes de policía, pero ésta era la primera vez ¡que interpretaba a un ginecólogo!". Al igual que a sus compañeros de reparto, fue el humor y la mordacidad de la historia los que le atrajeron del papel. "Lo que más me gustaba del guión era que no era una historia de presidentes o espías; era de gente real en un café real", comenta. "Es un trozo de vida, un trozo de pastel".

Para completar el reparto, Shelly consiguió fichar al legendario Andy Griffith para interpretar a Joe, el irascible propietario del Joe’s Pie Diner, que tiene un lugar en su corazón para Jenna y su difícil situación, pese a que no lo deje ver muy a menudo.

"[Poder escoger a Andy Griffith fue] fue un sueño lleno de emoción, uno que se hizo realidad", comentó Shelly en 2005. "Cuando se unió al proyecto no pudimos dejar de pellizcarnos y de dar vueltas silbando la canción de ‘The Andy Griffith Show’. Hace un trabajo realmente hermoso en la película; está desgarrador".

Para el reparto, tener a Andy Griffith en el set de rodaje le dio un aura única. Lo explica Nathan Fillion: "Oyes su voz y es extrañamente sosegadora. Es como escuchar a tu tío o a tu abuelo diciéndote algo; hay algo en él que te hace sentir que le conoces de toda la vida".

Como cualquier otro actor que participó en la película, Griffith se vio seducido por la forma de abordar los personajes de Shelly, para luego sentirse impresionado con su confianza como directora. "Me encantó el guión", dice Griffith. "Adrienne es una gran guionista pero también es muy creativa en el modo en el que dirige. No cejó hasta que interpreté a Joe tal y como ella lo tenía pensado en su cabeza".

Al final, todos los actores no sólo hicieron que sus personajes cobraran vida de forma individual sino que también forjaron un sólido equipo trabajando en sincronía – con mágicos resultados que encantaron a Adrienne Shelly. Michael Roiff lo resume así: "Todo el mundo en esta película trabajó tan duro, le puso tanto talento y estuvo tan maravilloso que es imposible señalar a alguien cuya contribución no fuera vital para la película. Fue simple y llanamente un sueño".