Notas de la directora
La buena nueva es una película inspirada en hechos reales de nuestra historia reciente, y está construida en torno a las vivencias de un sacerdote joven, para incidir en un tema inédito: el papel de la Iglesia en la Guerra Civil.
El personaje protagonista está basado, de forma libre, en las vicisitudes de un familiar mío, don Marino Ayerra, al que yo no conocí personalmente. Don Marino Miguel, en la película - fue destinado como párroco de un pueblo de izquierdas en julio de 1936, y desde el primer momento se situó del lado de los más desfavorecidos, siguiendo las enseñanzas del Evangelio, mientras la Iglesia oficial apoyaba la insurrección de los militares.
Es una historia que me contaron muchas veces cuando era niña, y que me impresionó mucho, por el misterio que envolvía todas las cosas relacionadas con la guerra. Las mujeres mayores de mi pueblo se me acercaban para mostrarme en voz baja su agradecimiento hacia aquel cura, que supo dar una lección de humanidad en medio de la barbarie, ayudando a mantener la dignidad de las viudas de los fusilados republicanos.
Pero sobre todo, La buena nueva es una buena historia, una historia muy cinematográfica. A partir de unos hechos de ámbito local, y en una etapa histórica concreta, la película posee una dimensión universal, porque las pasiones humanas que promueven las guerras son universales y eternas.
Ian Gibson
Ha habido muchas películas sobre la guerra civil: unas muy buenas, otras menos buenas, pero La buena nueva es una película extraordinaria: ha cumplido con todas mis expectativas. Es una película sutil, matizada, con excelentes interpretaciones. Con dirección perfecta. Con ritmo, con un gran interés humano. Y la secuencia final es inolvidable. Sencillamente inolvidable. Todo esto está conseguido en La buena nueva de una manera muy sutil. No es una película en absoluto maniquea. Unax Ugalde, el cura protagonista, es un personaje memorable que llegará al corazón de todos los espectadores. Llegará al corazón, pero llevará también a la reflexión, porque La buena nueva es una película que obliga a reflexionar.
Muestra muy bien el horror de la guerra, pero también muestra la posibilidad de la salvación, porque La buena nueva es el Evangelio. La posibilidad de que por la vía del amor, de la ternura, del perdón, se consiga el camino hacia la paz. Es una historia que puede llegar a los públicos de diferentes países. Rebasa el ámbito local, para convertirse en una película universal. La buena nueva me ha conmovido muy profundamente y creo que va a impactar a todas las personas que la vean, porque es una película magnífica y emocionante.
(Transcripción de entrevista realizada en Madrid)