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  Los seis signos de la luz  (The seeker: The dark is rising)
  Dirigida por David L. Cunningham
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La película está dirigida por David L. Cunningham (The Path to 911), producida por Marc Platt (Legally Blonde), adaptada para la pantalla por John Hodge (Trainspotting) y se basa en el libro de Susan Cooper.


Adaptación de un clásico
"Yo ya estaba familiarizado con la serie de libros de Susan Cooper, The Dark is Rising, desde hace muchos, muchos años", cuenta Platt. "De hecho, Susan y su anterior escritor asociado, el ya fallecido gran actor y escritor Hume Cronyn, eran muy amigos míos. Así que estos son libros que siempre he seguido con gran interés en términos de su potencial pase al cine. Y un día, hace unos dos años, se me ocurrió llamar a Susan sólo para desearle los mejor, y ver cómo le iba con sus cosas".

"De pronto, le dije, ‘Susan, pase lo que pase con la opción que ha llevado la serie The Dark Is Rising, sé desde hace muchos años que se ha hablado de llevarla al cine’. Ella me dijo, ‘Es gracioso, debes haberme llamado porque la opción concluye hoy’. Y yo pensé, bueno esto debe ser el destino, alguien, y yo siempre pensé que era Hume Cronyn, estará mirando desde arriba y diciendo ‘Este es el momento. Haz que suceda’".

"Así que colgué el teléfono. Hice un par de llamadas. Y, literalmente, en una semana había vendido los derechos cinematográficos del libro The Dark Is Rising a Walden. Creo que hay algo del destino en todo este proceso, no sólo para el personaje principal de la película, sino también en todo nuestro viaje para llevar estos libros a la pantalla".

Para Platt, no había nadie que pudiera actualizar mejor el "tesoro literario" de Susan que el guionista John Hodge. "John Hodge es un escritor con cuyo trabajo he estado familiarizado durante muchos años. Ha escrito grandes películas, en particular para el gran realizador Danny Boyle. Y John escribe con humor, pero oscuro y con chispa. Y me parecía que eso encajaba perfectamente con Los seis signos de la luz, que es una película para espectadores de todas las edades, por así decir, pero que contiene muchos rincones oscuros y un profundo sentido del misterio y del presentimiento. Y eso es algo que está presente en todos los guiones de John. La combinación de John con este material me parecía especialmente apta".

Efectivamente, la misión de El Buscador resulta esencial para los realizadores. Al igual que en la novela, sobre la que se basa, las escenas de grandes batallas contra el mal son el centro de la acción. Para Hodge, el desafío de adaptar la trama a la gran pantalla consiste en convertir un cuento metafísico en una experiencia más cinematográfica. "El libro es bastante lírico y fluido, en el sentido de que tal vez no esté escrito en la manera comercial que muchos autores utilizarían para escribir libros para niños hoy en día, porque muchos tienen un ojo puesto en los derechos cinematográficos. Por tanto, no está estructurado de un modo tan... rígido", afirma Hodge. Los cambios, según Hodge, eran esenciales para trasladar la emoción del trabajo de Susan Cooper a la pantalla.

"Al principio creía que iba a resultar algo complicado adaptarlo", añade Hodge, "porque gran parte del libro es una especie de vuelos fantasiosos dentro de la mente del chico. Por lo que, al igual que con cualquier otra adaptación, buscas el modo de dramatizar lo que resulta más interno de la novela. Y ésta pedía una especie de re-pensamiento".

"En esencia, esta es la historia de un muchacho de 14 años, Will Stanton, que se ve atrapado en la eterna batalla entre el bien y el mal, que se llaman la Luz y la Oscuridad", dice el guionista John Hodge. "Descubre que no es sólo un chico normal de 14 años, sino que de hecho es alguien llamado El Buscador que dispone de un sentido penetrante, unos poderes especiales y una tarea específica, que es encontrar los seis pequeños signos en ls que se esconde el poder de la luz".

"En este punto de la historia, con el mal en ascenso, debe encontrar estos seis signos, restablecer el poder de la Luz y a continuación derrotar a la Oscuridad", continua John. "Lo que más me atraía de la trama era el hecho de que se trataba de la historia de un chico, y un chico real, moderno, que tiene una familia de verdad y con los problemas típicos de la adolescencia. Y para mí eran el corazón del libro. Y luego, encima de esto, está el hecho de que tiene que salvar al mundo", remata con una sonrisa Hodge.

"Los guiones y las novelas tienen exigencias diferentes. Siempre hay mucho más en una novela de lo que se puede incluir en un guión. Por tanto, todo lo que pueda parecer confuso o se repita hay que eliminarlo", declara Hodge, que ha sido médico antes de comenzar a escribir guiones. "Cuando escribes un guión, intentas que las cosas sean lo más claro posible desde el principio, de manera que todo el mundo comprenda las relaciones que se desarrollan en la familia y entienda el proceso por el que Will pasa de ser un chico normal a este ser que va a salvar al mundo", concluye Hodge.

"En la adaptación de cualquier material escrito al cine, la imaginación debe producir, de la manera más cinematográfica posible, elementos que tienen un flujo muy libre en la palabra escrita", afirma el productor Marc Platt. "Hemos intentado ser muy fieles a la esencia de los libros de Susan, para mantener siempre la integridad de sus novelas. Pero también nos hemos abierto a un mundo esencialmente cinematográfico y que resultaría emocionante para los espectadores de cine en el año 2007".

Uno de los ajustes que se hicieron sobre el libro es que Will es americano, no inglés, y que se ha trasladado a Inglaterra con su familia. Según el director, este escenario de "pez fuera del agua" resulta esencial para añadir más drama a la historia. "El tema era sobre una familia inglesa que vive en Inglaterra", dice Cunningham, que ha viajado a más de cien países. "Lo que me atrae del conflicto suscitado por una familia americana que vive en Inglaterra, desde el punto de vista de la realización, es que te ofrece más de un elemento para trabajar, este choque cultural. Parece como si en todas las películas de fantasía debes ser de Inglaterra para que te ocurra una historia fantástica. Creo que esta idea va a cubrir ese hueco. Y luego tenemos el hecho de que Will, como americano, es culturalmente un extraño en ese ambiente. ¿Porque le sucede esto a él ahora? Si alguien es un forastero, parece más apropiado que esta sea el tipo de persona al que le sucedan cosas extrañas".

"Lo que más me gusta de Will es cómo, al principio de la película, es un poquito más inseguro. Me encanta ver cómo cambia con el transcurso de la película. Me atrapan los personajes que son complicados y no son el mismo personaje a lo largo de toda la película. Veo que mi personaje cambia durante el desarrollo de la película. Aprende más sobre sí mismo, aprende más sobre lo que tiene que hacer en su vida".

"John Hodge aportó mucho de esto", dice el director David Cunningham. "Adaptar una obra clásica como la de Susan Cooper y asegurarse de que resultara accesible para los espectadores actuales, fue una gran hazaña. ¡Creo que lo hizo muy bien! Realizar una película de suspense en la que los niños puedan sumergirse y formar parte de ella y al mismo tiempo intentar capturar el espíritu de la obra de Susan Cooper requiere un equilibro difícil. Pero el lo consiguió".

En definitiva los realizadores desean que los espectadores disfruten con este apasionante viaje de El Buscador. Platt lo explica, "Quiero que se lo pasen bien y se entretengan y participen del viaje con Will Stanton en su búsqueda de los signos que al final restablecerán el poder de La Luz. Y al hacerlo, viene a descubrir muchas cosas de sí mismo. Y estar a la altura de todo el potencial, no sólo como El Buscador, como se le conoce, sino como Will Stanton, el personaje".

"Y pienso que cualquier relato que nos pida que seamos, que nos enseñe a ser, lo mejor de nosotros mismos, a estar a la altura de nuestro potencial, que nos tonifique en nuestra vida diaria, ese es el relato que gratifica, que atrae, y que contiene un componente emocional con el que todos nosotros podemos sentimos identificados. Además, es mi gran deseo que si la gente y los espectadores piensan que la película es entretenida y emocionante, les provoque curiosidad y vuelvan a descubrir los grandes libros de Susan Cooper otra vez".


Reparto
"Ya sabes, tenemos un reparto excepcional", cuenta Cunningham. "Christopher Eccleston, Ian McShane, Frances Conroy, James Cosmo, Jim Piddock... tengo mucha suerte al disponer de semejante reparto, y todos ellos añaden un color y una dimensión a sus personajes, que espero que resulte inesperado e intenso a veces, y que siempre tenga algo de ligereza y diversión. Así que tengo mucha suerte de contar con todos ellos".

Will Stanton
Encontrar al actor adecuado para el papel fundamental del salvador del mundo, que llega a la mayoría de edad, no resultó tarea fácil. "Descubrimos a Alexander después de buscar por todos lados. Realizamos una búsqueda intensa de todos los actores jóvenes de 13, 14 y 15 años del mundo", afirma Cunningham.

"Lo que buscábamos era, de hecho, un chico que resultara totalmente narrable, completamente accesible y que realmente se pareciera al chico de al lado, que de pronto se ve a sí mismo como un chico de lo más normal metido en las circunstancias más extraordinarias. Y tuvimos suerte, cuando de la nada, un actor que ninguno de nosotros conocíamos de antes, el joven Alexander Ludwig apareció en la cinta. Y varios de nosotros dijimos, espera, ¿quién es ese chico? Era accesible. No era amanerado".

"Era muy natural. Y tenía una cierta alegría limpia en sí mismo, una pureza de espíritu que, otra vez, se correspondía con el personaje. Así que lo trajimos. Lo hicimos leer y antes de que nos diéramos cuenta, ya habíamos encontrado a nuestro Will Stanton".

"Lo que me encanta de Alexander es la crudeza y el realismo que aporta. Él sencillamente está ahí, y al mismo tiempo se deja moldear y escucha. Por lo que resulta una gran combinación. Está en casi todas las escenas de la película y en toda clase de condiciones, barro y agua, lluvia y nieve. Lo que quieras, lo ponemos en ello, él se mete en ello, y le encanta"

Para Ludwig, el papel era un sueño hecho realidad. "En el momento en que leí el guión, supe que este papel era para mí", afirma el joven actor. "Lo sabía totalmente. Desde que era un crío siempre quise tener superpoderes, lo que es lo más genial del mundo. Así que leí el guión, me encantó y de verdad, de verdad, quería este papel. No te puedes hacer una idea. Nunca desee tanto un papel como este".

Maggie Barnes
Amelia Warner hace el papel de Maggie Burns, la atractiva chica que va al mismo colegio que los hermanos Stanton y que se hace íntima de Will y de su familia. "Más o menos podemos decir que se infiltra en la familia a través de uno de los hermanos e intenta convertirse en íntima de Will. Hace como que forma parte de ese mundo y simula ser una colegial, y muy dulce y adorable, cuando de hecho trabaja para El Jinete. La han enviado para intentar quitarle los signos a Will", dice el actor. "Y para ello utiliza todos los trucos imaginables... trata de que él se enamore de ella, de intimar con él, e intenta arrebatarle los signos".

Warner está entusiasmada con la escena fundamental de ella con Will, en la que se revela la verdadera naturaleza de su personaje. "Fue una escena muy divertida, pero el agua y todo lo demás resultó muy duro. Perdí la voz, a causa de ello, de todo ese griterío".

Miss Greythorne
Para le excéntrica Miss Greythorne, los realizadores tuvieron un excelente ojo con la actriz, nominada a los Globos de Oro, Frances Conroy. "Frances Conroy es una de esas actrices deliciosamente peculiar en su idiosincrasia, que siempre crea personajes que resultan ligeramente alocados y que sin embargo son memorables", afirma Platt. "Y para el papel de Miss Greythorne buscábamos una mujer mayor que resultara un poco chalada. Alguien del que no esperarías que sea un gran guerrero, y luego, de hecho, tiene sabiduría y la fuerza que posee este personaje. Y Frances encaja perfectamente en ese papel porque, por fuera, sí que parece algo chalada y rara, pero posee una fuerza interior, una auténtica fortaleza que se manifiesta en su interpretación de este personaje".

La Miss Greythorne de Conroy protege y guía a Will Stanton contra las fuerzas del mal. "Hemos estado esperándole durante siglos", afirma Conroy. "Él es, de hecho, el último de los ancianos en el cuerpo de un niño".

Del trabajo con Ludwig, Conroy sólo tiene elogios para él. "Alexander es un actor extremadamente dotado. Se sumerge totalmente en el personaje de Will y es tan abierto y está tan lleno de luz como el propio Will, por lo que resulta muy agradable estar cerca de él y alrededor de su energía. Es contagioso y adorable. Es maravilloso".

"David Cunningham es la persona más adorable que te puedas imaginar", dice Conroy. "Además es tan tranquilo y cálido y te das cuenta de que controla muy de cerca todo lo que está haciendo todo el mundo. Y tiene esa tranquila concentración que todo lo abarca y que resulta muy instructivo. Te das cuenta de que es alguien que sabe lo que quiere. Además, le gusta reírse, lo que resulta divertido".

El mejor momento de Conroy fue durante la escena de la pelea. "Hago un fantástico giro cuando saco una espada de mi bastón y corto un pájaro por la mitad. Es divertido y tengo una gran capa que ondula mientras hago este giro y luego otro giro. Lo peor fue la escena de sangre. Terminé empapada. Me alegré mucho cuando concluyó nuestra escena".

Merriman
Para este papel, Ian McShane, conocido mejor por su interpretación, nominada para los Globos de Oro, de Al Swearengen en Deadwood, de la HBO, bromea que aceptó el papel de Merriman para hacer una película que pudieran ver sus nietos. "Ellos no pueden ver Deadwood, o algo así. Pensé que ésta sí estaba bien".

"Creo que lo único que quería sacar a la luz era la realidad", nos dice. "Estaba escrito en inglés antiguo. Yo quería hacerlo lo más natural posible sin alterarlo. No se trataba de personajes sacados de un cómic de restauración. No eran personajes gritando diálogos de Shakespeare. Yo sólo deseaba que fuera un poco más real. Los personajes suenan más natural aunque tengan un aspecto de chiflados". "Para mí", añade, "encontrar el aspecto del personaje es lo primero, y luego encontrar una realidad a través de las palabras, porque hablan de una manera… no inglés antiguo, pero estaba escrita en una especie de estilo más florido. Así que había que encontrar una línea natural en él sin que sonara como si acabaras de bajarte de un escenario en Stratford o algo así. Ya sabes, no debe sonar así, pero sí que tienden a ser personajes muy valiosos".

Como uno de los Ancianos, y especialmente como el guía del joven héroe, McShane considera su papel como uno que se explaya con una fina mezcla de humor y autoridad. "Estamos ayudando al chaval, esa es la cuestión principal. La batalla entre la luz y la oscuridad, que hemos estado luchando durante años antes de que aparezca este chaval. Me gusta que, con el chico, todos se exasperan un poco con él. Tengo que decirle "Vive con ello. Esto es lo que eres. Por tanto es como jugar un poco con la cuestión del chico. Realmente intenté inyectar un poco de humor en ello. No siempre estaba en el guión. La cuestión del humor siempre es una ayuda".

Ian también se opuso a la química mentor/protegido de la vida real con Alex. "Le dije, cuando nos dirijamos al plató, pase lo que pase nos ponemos en ello. Es verdad. Tienes que ponerte en ello. Lo interpretas sin tener que hablar con altivez con él y él no tiene que hablar alabándome. Lo interpretamos como dos personas que se acaban de conocer, y eso es lo que realmente hacemos en la película".

Continúa diciendo: "Alexander (Ludwig) ha trabajado mucho. Es muy raro que se ponga al chico en casi todas las escenas de la película. Sí que es raro. Es el único que ha pillado el mensaje: en la trama tenemos que guiarlo por los distintos procesos. Él es el último de los Ancianos en nacer. Estoy yo, Frances Conroy, James Cosmo y Jim Piddock. Y sobrevivimos a través de las épocas".

De la misma manera, Alexander elogia a Ian diciendo que es "muy divertido. En realidad es genial. Estamos en la misma página. Es un actor muy generoso, como también lo es Chris (Eccleston). Los dos dan mucho. Es un gran honor trabajar con semejantes actores profesionales y de talento".

Merriman, en la película es mi mentor. Me guía a través de todo el proceso. Me dice lo que tengo que hacer casi en toda la película hasta el punto en que al final de la película le pido ayuda porque me he acostumbrado tanto a que me guíe. Pero él dice, en el mismo final, no, Will, ahora tienes que hacerlo por ti mismo. Él es la persona que me guía a través de todas las etapas. Es bastante duro conmigo al principio de la película. Y resulta muy interesante en su papel, puesto que él también va aprendiendo más sobre mismo a lo largo de la película. Ya sabes, es la otra cara de la historia. Hacia el final de la película, se da cuenta de que aunque sólo es un chaval, debe ser tratado igual, como todos. Y es realmente genial"
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El jinete
En la interpretación de la encarnación del mal en Los seis signos de la luz se encuentra el veterano actor británico Christopher Eccleston que leyó el libro y disfrutó de él. "Me pilla de cerca porque se desarrolla en el misticismo celta y es un libro muy intensamente británico". En cuanto al guión y los cambios para el personaje de El Jinete, Eccleston afirma, "Cuando lo veas, lo comprenderás. En el personaje de El Jinete hay una oportunidad para el humor y la subversión y la sátira que no he visto antes en este tipo de películas. El noventa y nueve por ciento de los dramas en que he participado, son para adultos, tanto en el cine como en la televisión, y esta era una auténtica oportunidad de intentar algo nuevo".

Eccleston disfrutó de la camaradería que hubo entre los intérpretes, dice, "A Ian ya lo conocía. Frances Conroy es una fantástica actriz a quien admiro. Y Jim Piddock, James Cosmo y a los actores americanos, formamos un grupo estrechamente unido. En la película hay grandes actores y he hechos grandes amigos mientras estuvimos rodando aquí. Además, fue genial verlos trabajar, sabes, una auténtica variedad de gente que se ha juntado y que ha formado una especie de unidad".

Excepto en unas pocas escenas, Eccleston trabaja principalmente con Alexander Ludwig a lo largo de toda la película. "Es un joven sorprendente por sobrellevar una película como ésta", dice Eccleston. "Yo lleve el peso de una película cuando tenía 27 años y realmente no pude hablar ni pensar durante los dos meses siguientes, pero él, parece como si no fuera con él. No parece afectado por el Hollywood del que tanto conocemos todos".

Hacer cine para espectadores jóvenes es un desafío, según Eccleston. "Creo que una audiencia joven es en realidad mucho más exigente que la de los adultos... son mucho más fieros en su fidelidad una vez que te han cogido simpatía, pero detectan las cosas mejor que nosotros".