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  Doomsday  (El día del juicio)
  Dirigida por Neil Marshall
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Después del éxito de sus dos películas anteriores, The Descent y Dog Soldiers, Neil Marshall decidió ir aún más lejos. El director, conocido en Inglaterra como uno de los chicos "Splat", en otras palabras, los que llenan la pantalla con acción continua a ritmo de vértigo, ideó DOOMSDAY - EL DÍA DEL JUICIO, una historia que transcurre en un futuro muy próximo en un paisaje digno de una pesadilla. Sin embargo, la película no encaja con el thriller de acción actual, que se apoya en gran medida en los efectos creados por ordenador. En este caso, el realizador prefirió aproximarse a las películas que veía de niño y que pocas veces pueden verse en las multisalas actuales.

Neil Marshall explica: "Estaba decidido a que DOOMSDAY - EL DÍA DEL JUICIO debía ser de esas películas de acción con efectos y trucos realizados por especialistas, de esos que ya no se hacen, con personas de verdad haciendo cosas peligrosas en un mundo de verdad. Nada de pantallas verdes ni cables, sino especialistas locos agarrados a coches yendo a 120 por hora a punto de chocar".

"En cierto modo, DOOMSDAY - EL DÍA DEL JUICIO es mi visión del futuro", sigue diciendo. "Un virus mortal ataca Inglaterra y el gobierno se ve obligado a levantar un muro para aislar toda Escocia y proteger el resto de la nación. Pasa un cuarto de siglo y mandan a un equipo de élite para encontrar la cura del virus Reaper (Segador)".

El productor Benedict Carver, copresidente de Crystal Sky Pictures, con el también productor y fundador de la productora, Steven Paul, opina que la evolución de Neil Marshall, de películas de bajo presupuesto a una película mediana, era algo natural. "Dog Soldiers fue una buena película realizada con poco dinero", dice el productor. "Lo mismo ocurrió con The Descent, ambas escritas y dirigidas por Neil. Un buen director puede hacer cualquier película sin importar el presupuesto. Me parece que demostró una habilidad especial en ambas películas, que también saldrá a relucir en DOOMSDAY - EL DÍA DEL JUICIO".

Aunque esta película recuerde con cierta nostalgia algunos de los filmes más importantes del género de los años setenta y ochenta, es una creación muy actual del inventivo guionista. El productor Steven Paul dice: "La última película de Neil se inspira en las producciones postapocalípticas del pasado, como Rescate en Nueva York, The Warriors/Los amos de la noche, El último hombre... vivo, y Mad Max. Esas son las películas que nos han inspirado. Queríamos rodar algo que recordara los filmes de John Carpenter y de George Miller, y de todos los grandes directores de los setenta de este género. Aunque la película es una especie de homenaje a ese tipo de película, debo recalcar que Neil aporta su visión personal a DOOMSDAY - EL DÍA DEL JUICIO".

La idea nació cuando el director imaginó una historia en la que un guerrero moderno se enfrenta a un caballero con armadura... en un paisaje postapocalíptico. Neil Marshall dice: "Me parece que este género no se ha tocado últimamente; es un regreso al cine que tanto me gusta".

Los productores sabían que crear una visión semejante en el momento actual presentaría problemas. Benedict Carver dice: "Fuimos conscientes desde el principio que sería un proyecto difícil, sobre todo porque es una película de mucha acción con un presupuesto modesto. Además, Neil quería que la acción fuera realmente física, sin muchos efectos visuales. Lo primero era encontrar los decorados idó-neos para rodarla ‘de verdad’ y no generarla por ordenador".

Pero además de encontrar los decorados naturales, también fue necesario buscar los actores dispuestos a actuar ‘de verdad’ con falsos puñetazos, úlceras supurantes, cabezas cortadas, peleas con espadas, persecuciones en coche, fiestas caníbales, muchedumbres enloquecidas y mucho más.

Un reparto actual para un mundo de mañana

Cuando Neil Marshall escribió el tratamiento de la película hace cinco años, giraba sobre todo alrededor de la comandante Eden Sinclair. La describe diciendo: "Sinclair es una soldado dura, una fría asesina de un futuro no lejano, que ha perdido el alma en algún punto del camino. Es un producto del sistema que la educó, pero su pasado difiere de los demás y está conectada a la historia a un nivel emocional. Su misión, encontrar el antídoto del letal virus, es un viaje hacia la redención. Debe volver a conectarse con el ser humano que lleva dentro. Vuelve a casa y debe encontrar lo que perdió de niña. Por culpa del virus y del desastre que supuso para su país, ha vivido otra vida. Tuvo que convertirse en un ser independiente porque no tenía a nadie que la cuidara. Aprendió a luchar en la calle y a enfrentarse a los chicos".

En sus películas anteriores, Neil Marshall había trabajado con actores poco conocidos y llegó a declarar que quería, como John Ford, trabajar con el mismo reparto en todas sus películas: "Idealmente, me gusta trabajar con el mismo reparto en cada película, pero probando algo nuevo cada vez, intercambiando o dándoles nuevos papeles para que se diviertan con algo diferente. Pero también quiero añadir nuevos actores a un reparto de base".

El guionista y director añade que, aunque tenga presente a sus actores habituales cuando escribe el guión, no siempre piensa en alguien específico cuando construye un papel. Prefiere estar abierto... Tan abierto que para encontrar a la actriz que encarnaría el papel protagonista de Sinclair realizó castings abiertos.

Y Rhona Mitra, conocida por sus papeles en series de éxito como "El abogado", "Boston Legal" y "Nip/Tuck: a golpe de bisturí", y películas como Shooter: el tirador y El número 23, se presentó a uno de esos castings.

La actriz se sintió inmediatamente atraída por el personaje de Sinclair: "Está desilusionada con la situación del país. Cuando le ofrecen encabezar la misión y regresar al lugar donde nació, no quiere perder la oportunidad de descubrir qué pasó realmente. Realiza un tremendo viaje entre diversas visiones de la historia, de la moda, de la cultura y de la locura creada por Neil".

Sigue diciendo: "Sinclair es directa, ve el mundo tal como es. Decidí interpretarla como si fuera una londinense espabilada. Tenía que estar en buena forma física, pero tampoco quería dar la impresión de haberme pasado 24 horas al día en el gimnasio durante los últimos dos meses".

Neil Marshall impresionó a la actriz desde la primera vez que se reunieron para hablar del papel. Se dio cuenta de la convicción con la que había escrito el guión y del apoyo que tenía por parte de la productora. Hablaron de la imagen equivocada de la mujer en papeles de heroínas de acción, y estuvieron de acuerdo en que dos excepciones estelares confirmaban la regla: Linda Hamilton en Terminator, y Sigourney Weaver en las diversas entregas de Alien. Rhona Mitra reconoce que se inspiró en estas dos actrices durante el rodaje, pero que también influyeron en ella dos actores: "En ocasiones sentí a Mel Gibson o a Harrison Ford sentado en mi hombro".

Además de los habituales elementos de un thriller de aventuras y de acción, la actriz subraya otros, como la fragilidad ecológica y la falsedad política que afectan al mundo de hoy. "Por desgracia, nos enfrentamos a esto actualmente", dice.

Además de algunos actores con los que trabajó en las dos películas anteriores, como Sean Pertwee, Craig Conway, Myanna Buring y Darren Morfitt, Neil Marshall tenía ganas de incorporar actores del nivel y la experiencia de Bob Hoskins y Malcolm McDowell al reparto: "Bob y Malcolm tienen mucha experiencia y fue un auténtico placer trabajar con ellos. Conocen su trabajo y saben hacerlo".

Según el veterano Malcolm McDowell, aceptó el papel porque DOOMSDAY - EL DÍA DEL JUICIO es una película de género, o de una amalgama de géneros: "De hecho, no sé muy bien a qué género pertenece. Me gustó que no fuera una película de terror, ni tampoco de ciencia-ficción, sino una mezcla. Digamos que es una película de aventuras con elementos de ciencia-ficción y de terror. Es difícil encasillarla, y esa es su fuerza, no su debilidad. El guión es magnífico y Neil ha demostrado su capacidad como director".

También influyó que el papel de Dr. Kane fuera un chollo, en palabras de Malcolm McDowell: "Kane es un gran personaje, el líder de unos supervivientes por selección natural. Vive aislado en su pequeño reino. Es el rey de su diminuto mundo, y eso siempre es apetecible. De algún modo, es el rey Lear".

Para Bob Hoskins, el director y su estilo fueron más que suficientes para que aceptara el papel de Bill Nelson, jefe del DDS, que hace las veces de figura paternal en la vida de Eden Sinclair. "Neil es fantástico, es el Tarantino inglés", dice el actor. "Es muy tranquilo y sabe adónde va. Claro que hay escenas con sangre y vísceras, trucos, especialistas y todo lo demás, pero sabe lo que quiere y rueda exactamente lo que necesita".

El actor Adrian Lester ha demostrado una gran versatilidad, desde el teatro clásico, pasando por musicales en el West End, hasta la gran pantalla, donde ha interpretado a un embaucador, a un director de campaña política y a un arqueólogo en películas como Primary Colors y El día de mañana, entre otras. "Sabía que para este proyecto, debería estar en forma", dice. "Nos entrenaron en el manejo de armas con gran eficiencia, y por fin iba a tener la oportunidad de usar mis conocimientos de artes marciales". (Adrian Lester es cinturón negro de tae kwon do). "Neil quería que las escenas de acción fueran realistas, sucias, y así fue. Después de ocho o nueve tomas en algunas de las secuencias, sólo pensaba en meterme en una bañera llena de agua caliente. Me habría gustado hacer más cosas, pero creo que mi esposa me habría matado".

A pesar de que Alexander Siddig sea el sobrino de Malcolm McDowell, el nepotismo no tuvo nada que ver con haber obtenido el papel de primer ministro, un hombre que intenta liderar una nación a punto de convertirse en un manicomio por miedo a la epidemia. De hecho no se supo que eran parientes hasta que ambos firmaron sus respectivos contratos. El actor recuerda cómo conoció a Neil Marshall: "No nos habíamos visto, me ofrecieron el papel mientras estaba en el extranjero. Bajé del avión y me fui directamente al rodaje. Se acercó un tipo amable y sonriente, pensé que iba a ofrecerme algo y se lo rechacé con educación, pero me dijo: ‘Bueno, soy el director’. No sabía dónde meterme, y sólo se me ocurrió decir: ‘Hola, encantado’".

Para el papel del intrigante Michael Canaris, los cineastas escogieron a David O’Hara, un actor que se adapta fácilmente a papeles en ambos lados de la ley. El actor fue consciente de que su personaje era un clásico, la eminencia gris detrás del gobernante. En su interpretación, ha preferido dejar que el público decida si Canaris es realmente tan malo como parece o si tiene motivos para actuar de esta forma.


Imaginando el futuro
El director Neil Marshall, al comparar DOOMSDAY - EL DÍA DEL JUICIO con sus dos películas anteriores, dice: "Éramos un pequeño grupo de personas en un ambiente muy delimitado. A lo sumo, había 20 personas en una escena, pero en DOOMSDAY - EL DÍA DEL JUICIO ya habría 50 figurantes el primer día y llegaríamos a mil en las escenas finales. Además, rodaríamos en calles, bosques, montañas, castillos y barcos. Quería rodar una película a gran escala, nada parecido a lo que había hecho antes. Ha sido un reto desde el principio, una enorme aventura".

Para llevar esta aventura a buen puerto, el realizador decidió trabajar con sus colaboradores habituales, como el director de fotografía Sam McCurdy, el diseñador de producción Simon Bowles y el diseñador de maquillaje protético Paul Hyett. Neil Marshall dice: "Me gusta trabajar con mis amigos. Aportan frescura a cada película que hacemos juntos. Nos llevamos muy bien y contagiamos al resto del equipo y a los actores. Simon diseña maravillas para los decorados; Sam maneja la iluminación para que todo parezca fantástico, y Paul nunca me ha decepcionado cuando he necesitado más sangre y vísceras".

Juntos han creado el "estilo Marshall". "Si tengo un estilo visual propio, es porque me gusta rodar lo máximo posible sin recurrir a la posproducción por ordenador. Es algo que me enseñó Ridley Scott", dice el director. "No ha quedado más remedio que usar algunos efectos visuales en DOOMSDAY - EL DÍA DEL JUICIO, pero no quiero depender de eso. Me gustan las cosas puras y duras. Si van a dar a alguien con un hacha, no me asustan las consecuencias. Si se trata de una caída, alguien se hará daño, no se levantará y se irá inmediatamente. Quiero que parezca realista y brutal. Creo que los efectos reales aguantan el paso del tiempo, mientras que los efectos visuales son cada vez más refinados y pasan de moda enseguida".

Antes de que empezase la película, el director trabajó con un storyboard muy detallado, sobre todo para las escenas de acción. Sin embargo, durante el rodaje no lo usó ya que prefiere permanecer abierto a cualquier cambio que pueda mejorar una escena.

La mayoría del rodaje de DOOMSDAY - EL DÍA DEL JUICIO tuvo lugar en Sudáfrica debido a la variedad paisajística y a que las instalaciones cinematográficas del país permitían un gran ahorro. Además, ya que se empezaría a rodar en enero, pleno verano en Sudáfrica, era perfecto para las escenas de exteriores. Después de un rodaje de sesenta y seis días, el equipo se trasladó a Inglaterra para una estancia de dos semanas en Escocia y para rodar una escena en Londres. ¿Qué sería de una película que transcurre en Inglaterra sin una toma del puente de Londres?

En Sudáfrica se instalaron en Ciudad del Cabo, donde obtuvieron todo tipo de cooperación. En palabras del director: "El rodaje de DOOMSDAY - EL DÍA DEL JUICIO en Ciudad del Cabo fue increíble. El equipo técnico era magnífico. Los decorados exteriores, espectaculares. El tiempo, increíble. Nos permitieron hacer explotar bombas de noche en pleno centro. Cerramos una zona muy céntrica un sábado por la tarde para montar una persecución a pie, en autobús y en moto. Nos apropiamos de un parque temático, lo transformamos en la guarida de los malos y lo llenamos con miles de figurantes aullando y agitando bates de béisbol".

Obtuvieron permiso para rodar en un carguero ruso en el dique seco. Usaron un tren a vapor para una huida y un matadero abandonado para una complicada secuencia de acción de diez minutos.

Obtuvieron permiso para usar la fachada del Ayuntamiento de Ciudad del Cabo para hacer las veces del hospital Saint Andrew de Glasgow, donde Sinclair y su equipo esperan encontrar el antivirus. De noche, el equipo artístico cubrió la fachada con plantas trepadoras, colocaron ventanas con cristales rotos y coches quemados delante del edificio para simular un abandono de años.

La sinergia existente entre el equipo inglés y el equipo sudafricano sorprendió gratamente al productor Benedict Carver: "El diseño de producción es fantástico. Esta película depende mayormente de los exteriores, y no construimos muchos decorados, pero los pocos que diseñamos fueron increíbles. Además, hubo que ‘perfeccionar’ varios exteriores y el equipo hizo maravillas a la hora de dar una sensación ruinosa, de abandono".

El diseñador de producción Simon Bowles explica que el rodaje de DOOMSDAY - EL DÍA DEL JUICIO implicaba incorporar cinco épocas en una película: "Empezamos en la Escocia actual, donde el virus hace estragos, que queda sellada por un muro de acero. Damos un salto de 25 años hacia el futuro a un Londres casi aislado del resto del mundo por miedo al avance del virus. La ciudad está dividida en dos clases sociales, una muy pobre controlada por la policía, y la de los guerreros futuristas. Volvemos a Escocia y descubrimos el mundo de los Merodeadores, que han usado todo lo que tenían a su alcance para fabricar objetos útiles, sobre todo armas y vehículos. Y finalmente vamos al castillo de Kane, donde los supervivientes se han sumido en una versión moderna de la vida medieval y casi parecen sacados de un museo. El aspecto y la gente que puebla estas cinco épocas son muy diferentes. La dificultad surge cuando se mezclan".

Una de las escenas más complicadas de la película es la del rally organizado por Sol, el líder de los muy cabreados supervivientes punks. Neil Marshall recuerda, con una sonrisa: "Estaba convencido de que la escena más difícil de rodar sería la que transcurre en el cuartel general de Sol, con cientos de Merodeadores, tragafuegos, acróbatas, moteros, y con Craig Conway en el papel de Sol arengando a la multitud desde el escenario hasta hacerla enloquecer. Acaba con Sean Pertwee (en el papel de Talbot) asado vivo en el escenario y devorado por la multitud. Sin embargo, una vez que pusimos la logística a punto, fue una de las escenas más fáciles de rodar".

El director sigue describiendo el circo infernal: "Había unas bailarinas medio desnudas y unos cuantos gordos vestidos con falditas escocesas bailando el can can detrás de Sol mientras animaba a sus 800 seguidores. Creo que Sam Pertwee se quedó un poco perplejo cuando le subieron al escenario para sacrificarle. Simon Bowles diseñó un vehículo llamado ‘barbacoa asesina’, donde Sean cuelga de una grúa que le sostiene encima de las llamas. Mientras le asan vivo, la multitud hace cola con un plato en la mano para participar en el banquete. Al final, Sean reconoció estar encantado porque había tenido la muerte más espectacular. No se ha visto nada parecido antes".

El diseñador de producción llenó el decorado con coches destrozados, esculturas metálicas, pintadas en las paredes y muebles viejos. Los cientos de figurantes tenían pinta de haber crecido detrás de un muro de acero, aislados del resto del mundo, cada uno con maquillaje, ropa y peinados diferentes.

El departamento artístico, para su versión moderna de la Muralla de Adriano, creó una pared de cien metros de largo y diez metros de alto que corta una carretera comarcal con un ingenioso sistema que usa moldes de metal en los que se vierte hormigón. Los paneles, una vez unidos, se parecen mucho a los que el gobierno británico (dentro de 25 años) podría tener a mano para una emergencia.

La secuencia se rodó durante tres noches con cientos de figurantes (los desesperados habitantes de Escocia intentando escapar y los soldados rechazándolos), coches y vehículos del ejército y el helicóptero que se lleva a la joven Eden Sinclair. "Los figurantes debían rebelarse y lanzarse contra la muralla mientras el ejército disparaba con cohetes y fusiles", explica el realizador. "Era complicado y no exento de riesgo, pero el equipo de especialistas supo coreografiarla a la perfección".

Después de esto llegó el mayor reto de todos, la persecución en la que el Bentley conducido por Sinclair y con el resto de su equipo a bordo, es perseguido por los Merodeadores y sus excéntricos vehículos hechos a partir de piezas de autobuses, coches de policía y motos. "Fueron necesarias diez cámaras para la escena", recuerda el director. "Nunca había visto diez cámaras rodando a la vez. La persecución tiene cosas de Bullitt, otras de Mad Max, pero sobre todo, de Marshall".

Las últimas tres semanas en Sudáfrica estuvieron dedicadas principalmente a rodar la persecución, por lo que Neil Marshall se ha convertido en el director que más tiempo ha tardado en rodar una única secuencia en la historia del cine.

Obviamente, con tanta acción, los actores debían estar preparados para cualquier cosa, sobre todo Rhona Mitra, cuyo personaje está presente en casi todas las escenas. Además del periodo de preparación al que se sometieron los actores, Rhona Mitra empezó a trabajar en un gimnasio tres meses antes del rodaje.

El coordinador de especialistas Cordell McQueen se ocupó de dirigir todos los trucos especificados en el guión. En su opinión, el entrenamiento físico no planteaba problemas, pero sí las explosiones, los saltos y la destrucción que Neil Marshall había imaginado. "Una de las mayores dificultades para mí fue la escena en la que los APC (dos vehículos armados todoterreno construidos especialmente) vuelcan. No disponíamos de un vehículo para hacer pruebas. Sólo nos quedó construir modelos a escala e intentar calcular el tamaño de rampa necesario para volcar un vehículo de acero de unas ocho toneladas y media. No iba a ser fácil, pero salió muy bien".

En mayo, el equipo se trasladó a Glasgow, Escocia, para rodar las escenas de montaña, entre las que destaca la más difícil para la actriz Rhona Mitra, el duelo en el que su personaje se enfrenta a Telemon, el abanderado de Kane, interpretado por el gigantesco campeón sudafricano de kárate Hennie Bosmana. El realizador describe la escena como "una ejecución, un combate que equivale a un juicio. Transcurre en un lugar público para entretener a los seguidores de Kane. En el nuevo medievo, la violencia gratuita es del gusto de todos".

La escena se rodó en el castillo Blackness, en la costa este de Escocia. Construida en el siglo XV, la fortaleza se proyecta por encima del río Forth. A pesar de no estar lejos de Edimburgo, parece lo bastante aislada para hacer las veces del cuartel general de Kane.


No tienes buena cara
No hace falta recalcar que morir por los efectos del virus Reaper (Segador) lo es todo menos romántico. Para crear los estragos de la madre de todos los virus, Neil Marshall volvió a recurrir al maquillador Paul Hyett, que se encargó de las prótesis en The Descent. Esta vez se ocupó de todo el maquillaje especial, vírico y no, por lo que fueron necesarios litros de sangre y otros materiales para simular las heridas cuando un personaje era clavado a un poste, se le cortaba la cabeza o le aplastaba un tanque, sin olvidar las pérdidas de brazos y piernas.

El maquillaje del virus debutó el primer día de rodaje en la escena en que el primer paciente con síntomas ingresa en un hospital de Londres, lo que alerta a las autoridades de la reaparición del Segador. Paul Hyett recuerda: "Neil me dijo: ‘Tiene que ser realmente horrible para dar la impresión de que si el tío te tose encima, estás muerto’. Decidí explorar síntomas de enfermedades tropicales, sobre todo infecciones causadas por hongos, y enfermedades venéreas. Hoy en día es posible encontrar enfermedades de piel realmente horrendas en Internet".

A continuación realizó varias pruebas para la cámara con la idea de que Neil Marshall escogiera la que le pareciera más horrible, pero el director, después de pensárselo, decidió incorporarlas todas, pústulas, heridas, sarpullidos y demás. El equipo de maquillaje se esforzó en no omitir ninguna asquerosidad, especialmente en lo referente a los ojos, que "bajaron" para dar la impresión de que la infección hace desaparecer el párpado y el ojo se ve cada vez más. Añadieron lentes de contacto para que el ojo fuera más amarillento.

La diseñadora de maquillaje y estilista Tahira Herold dice: "Para mí, el mejor momento del rodaje fue la primera noche que sacamos a los Merodeadores, y Neil me hizo un gesto para que me acercara. Supuse que iba a pedirme algún cambio porque teníamos dos días para rodar la escena, pero en ves de eso, dijo: ‘Son fantásticos, muchas gracias’. Conseguí contenerme y no hacer el ridículo, pero en cuanto pude, fui corriendo a ver a mi equipo y empecé a dar saltos de alegría. Fue increíble. Los Merodeadores, con Sol y Víbora a la cabeza, son una amalgama de influencias tribales urbanas, desde los punks hasta el superestudiado look actual".

Neil Marshall se quedó sorprendido cuando Paul Hyett le hizo notar que en DOOMSDAY - EL DÍA DEL JUICIO había usado más sangre y vísceras que en sus colaboraciones anteriores. "Paul me explicó que en esta película, la sangre está más repartida, que no aparece de golpe en la última media hora", dice el realizador, riendo. "No se trata de una película de terror, pero supongo que no puedo resistir salpicarlo todo de sangre".