Dirigida por Clint Eastwood, protagonizada por Morgan Freeman y Matt Damon. Película producida por Eastwood, Lori McCreary, Robert Lorenz y Mace Neufeld. Guión de Anthony Peckham basado en el libro El Factor Humano de John Carlin. Con Freeman, Tim Moore, Gary Barber y Roger Birnbaum como productores ejecutivos.
Entre bastidores, nuevamente Eastwood junto a sus colaboradores de siempre, entre los que se incluyen Tom Stern, director de fotografía; James J. Murakami, diseñador de producción; Joel Cox y Gary D. Roach, editores, y Deborah Hopper, diseñadora de vestuario. Música de Kyle Eastwood y Michael Stevens.
"Invictus" se rodó totalmente en exteriores en las ciudades de Cape Town y Johannesburgo, Sudáfrica, y sus alrededores.
"El deporte tiene el poder de cambiar el mundo. Tiene el poder de inspirar, el poder de unir a la gente de un modo que pocos consiguen" - Nelson Mandela
Para la mayoría de la gente, la Final de la Copa del Mundo de 1995, no fue más que un emocionante partido de rugby. Sin embargo, para los sudafricanos fue un momento decisivo en su historia, una experiencia compartida que ayudó a cicatrizar las heridas del pasado dando nuevas esperanzas para el futuro. El artífice de este acontecimiento de referencia fue el presidente de la nación, Nelson Mandela. Sus protagonistas, los jugadores del equipo sudafricano de rugby, los Springboks, capitaneados por Francois Pienaar.
Dirigida por Clint Eastwood, "Invictus" describe cómo el Presidente Mandela y Francois Pienaar se unieron para convertir sus esperanzas individuales: la esperanza del presidente unificar su país y la del capitán hacer que el equipo de la nación ganara la Copa del Mundo, en un objetivo compartido bajo el lema "Un equipo, un país".
En la película, Mandela acude a Pienaar para que lleve a su equipo a lo más alto, citando un poema que, para él, fue fuente de inspiración y fortaleza durante sus años en prisión. Más adelante se desvela que el poema es "Invictus" de William Ernest Henley. La traducción del título sería "invicto", que, según Eastwood, "no representa ningún elemento característico de la historia. Según transcurre la película, adquiere un significado más amplio".
Morgan Freeman interpreta el papel de Nelson Mandela y es productor ejecutivo de la película. "Se trata de una importante historia acerca de un acontecimiento asombroso que muy pocos conocen", señala Freeman. "No puedo recordar ningún momento histórico en el que una nación se uniera de forma tan repentina y tan absoluta. Estaba orgulloso de tener la oportunidad de contar esta historia y cuando tienes la oportunidad de contarla con las aptitudes de Clint Eastwood
es algo que debes hacer".
Al comienzo de "Invictus", Nelson Mandela, un hombre que ha pasado 27 años en prisión por luchar contra el apartheid, es elegido presidente de una Sudáfrica que sigue estando terriblemente dividida. Aunque el injusto régimen ha terminado oficialmente, las actitudes raciales, mantenidas durante mucho tiempo entre la gente, no se pueden eliminar fácilmente. Con su país al borde del colapso, el Presidente Mandela ve esperanzas en un extraño lugar: el campo de rugby. Con Sudáfrica lista para ser la sede de las Finales de la Copa del Mundo, Mandela espera unificar el país con la ayuda de su equipo nacional, los Springboks.
"La historia tiene lugar en un momento crítico de la presidencia de Mandela. Creo que fue muy inteligente al valerse del deporte para reconciliar a su país. Sabe que debe volver a unir a todos para encontrar un modo de apelar a su orgullo nacional, algo, quizá lo único, que tenían en común en ese momento. Sabe que, a la larga, blancos y negros tendrán que trabajar juntos, como un equipo, o el país no prosperará, de manera que muestra mucha creatividad usando un equipo deportivo como un medio para lograr un fin", señala Eastwood.
Ese fin es el sueño de Mandela de una "nación multicolor", empezando con los colores verde y oro de los Springboks. Por supuesto, el plan del Presidente comporta ciertos riesgos. En medio de una desalentadora crisis socioeconómica, incluso sus asesores más cercanos se cuestionan por qué se centra en algo tan aparentemente insignificante como el rugby. Muchos se preguntan cómo puede apoyar a los Springboks, especialmente en un momento en el que los sudafricanos negros quieren erradicar permanentemente el nombre y el emblema que han despreciado durante mucho tiempo como símbolo del apartheid. Sin embargo, Mandela tiene la precaución de reconocer que eliminar el querido equipo de rugby de los sudafricanos blancos sólo aumentará las diferencias entre las razas, hasta tal punto que dichas diferencias nunca se podrán salvar.
Para ver la historia con cierta perspectiva, John Carlin, autor del libro El Factor Humano, en el que se basa la película, explica, "Lo que hay que entender es que, a los sudafricanos negros, la camiseta verde de los Springboks les recordaba intensamente el apartheid. Odiaban esa camiseta porque simbolizaba, tanto como cualquier otra cosa, las tremendas humillaciones a las que estuvieron sometidos. La habilidad de Mandela fue reconocer que ese símbolo de división y odio se podía transformar en un poderoso instrumento de unidad nacional".
Anthony Peckham, guionista, nació en Sudáfrica, lo que le da la oportunidad de comprender mejor la época y el lugar en que se desarrolla la historia. "Mandela comprendió que tenía una oportunidad perfecta para dirigirse a la parte del electorado que no le había votado
que, en verdad, le temía. Los sudafricanos blancos eran fieles seguidores de los Springboks, así que usar el foro de la Copa del Mundo era perfecto. No se trataba sólo de un partido, sino del hecho de que Mandela aprovechó un equipo que los sudafricanos negros odiaban y, con fuerza de voluntad, prácticamente arrastró a todos a ser seguidores del equipo", añade Anthony Peckham.
Sin embargo, un partido de rugby no se puede decidir en los pasillos del gobierno, así que Mandela acude al único hombre que puede ayudarle a conseguir su objetivo: el capitán de los Springboks, Francois Pienaar. Matt Damon interpreta al jugador de rugby que de repente se encuentra en el centro de un ruedo político. "Mandela básicamente le pide que supere las expectativas de su país y sus propias expectativas y que gane la Copa del Mundo", comenta el actor. "Es una petición excesiva y Francois sabe que, en realidad, es mucho más importante que cualquier partido de rugby. Sin embargo, en un momento determinado, todo el equipo comprende que se han convertido en una importante herramienta para reconciliar a su país. Es una bella y ejemplar historia que destaca lo mejor de cada uno y de lo que somos capaces los seres humanos. Y lo que la hace más increíble es que realmente sucedió".
Francois Pienaar está de acuerdo con su homólogo cinematográfico. "Siempre he mantenido que Hollywood no podría haber imaginado una historia mejor que lo que ocurrió en Sudáfrica en 1995. Tuve la gran suerte de ser el capitán de un maravilloso grupo de hombres centrados en unificar nuestro país y no podríamos haber contado con un líder mejor que Nelson Mandela para que nos ayudara a conseguirlo".
Como país anfitrión de la Copa del Mundo de ese año, Sudáfrica tenía derecho a participar automáticamente. Sin embargo, los Springboks eran indiscutiblemente los más débiles, en gran parte debido a su falta de experiencia en la escena mundial. "Debido al apartheid, durante años se prohibió a Sudáfrica participar en pruebas deportivas internacionales. Así que, nadie, incluido el equipo, pensaba que los Springboks tuvieran muchas oportunidades de ganar. Sin embargo, confiaron en esa posibilidad", explica Eastwood.
"La nación multicolor empieza aquí. La reconciliación empieza aquí". El perdón empieza aquí. Nelson Mandela en "Invictus"
"Invictus" no evolucionó de manera lineal del libro a la pantalla. Al contrario, había varias personas en senderos similares que, de manera fortuita, se cruzaron en el momento oportuno. Morgan Freeman y su socia de producción, Lori McCreary, llevaban años desarrollando una película sobre Nelson Mandela. Intentaron adaptar a la pantalla la autobiografía de Mandela, El Largo Camino hacia la Libertad, pero reflejar toda su historia en el marco temporal de un largometraje resultaba imposible.
"Estaba desolada, pero Morgan me hizo recuperar la confianza diciendo: Lori, cuando una puerta se cierra, otra se abre. Y literalmente, la semana siguiente recibí una propuesta de cuatro páginas del libro de John Carlin sobre la Copa del Mundo de 1995, que finalmente se convirtió en El Factor Humano. Pensamos que era un magnifica manera de formarse una opinión de la personalidad y el carácter de Mandela en una historia que transcurre en menos de un año", comenta McCreary.
Casualmente, más adelante, John Carlin conoció a Freeman en Clarksdale, Mississippi, donde el autor, que habitualmente trabaja de periodista, estaba reuniendo datos para escribir una historia sobre la pobreza en los estados del sureste de EEUU. Su contacto local resultó ser un amigo de Freeman, quien los presentó. El autor recuerda, "Dije, Sr. Freeman, tengo una película para usted. Me preguntó de qué trataba y le dije, Es sobre un acontecimiento que extrae la esencia del talento de Mandela y la esencia del milagro sudafricano. Y él dijo, ¿Te refieres al rugby? Me quedé pasmado. Fue entonces cuando descubrí que ya había leído la propuesta del libro que había escrito".
Sin embargo, McCreary comenta que antes de seguir adelante, ella y Freeman fueron personalmente a conseguir la aprobación de Mandela, a quien en Sudáfrica llaman "Madiba". "Morgan empezó diciendo, Madiba, llevamos mucho tiempo trabajando en otros proyectos, sin embargo, acabamos de leer algo que creemos puede llegar a la esencia de quién sois
e incluso antes de que terminara la frase, Madiba dijo'¡Ah!, la Copa del Mundo'. Fue entonces cuando supe que íbamos por buen camino".
Más o menos a la vez, el productor Mace Neufeld también recibió la propuesta de Carlin. "Hasta ese momento, nunca había oído hablar de la Copa del Mundo de Rugby de 1995, sin embargo, sí sabía que Mandela era una importante figura mundial. Pensé que era una forma apasionante de contar su historia dentro de un emocionante acontecimiento deportivo", admite Neufeld.
A partir de ahí, Neufeld planteó a Anthony Peckham, guionista con quien había trabajado anteriormente, la posibilidad de escribir el guión. "No me lo pensé dos veces", afirma Peckham. "Debido en parte a que aunque los sudafricanos conocen la historia, no creo que el resto del mundo la conozca. La historia no es sólo para los sudafricanos. Para mí, la historia trata del liderazgo, no sólo de Mandela, sino también de los Springboks y de otros. El auténtico liderazgo es un bien escaso y, cuando se encuentra, se debería celebrar".
Con un toque más personal, Peckham comenta que, a pesar de haberse criado en Sudáfrica, sabía muy poco del personaje central de "Invictus". "En esos tiempos, Mandela era un "tabú", así que todo lo que sabía sobre él era lo que el gobierno del apartheid nos había contado. Hasta que no abandoné Sudáfrica no descubrí todas las cosas nobles que había hecho. Así que para mí, escribir este guión y aprender tantas cosas sobre Mandela como aprendí, fue una especie de liberación personal y un sueño hecho realidad".
Sin saber que ambos tenían ante sí la misma propuesta, Neufeld se puso en contacto con McCreary porque "Morgan Freeman era el único que podía interpretar a Nelson Mandela", afirma Neufeld.
"Mace me llamó y me dijo que tenía un proyecto realmente bueno y un gran guionista", recuerda McCreary. "Empezó a soltar la historia y no podía dar crédito a lo que estaba oyendo. Nos reunimos con Mace y Tony, yo sabía que Tony era el tipo perfecto para escribir el guión. Le apasionaba tanto este proyecto".
"Cuando tuvimos el guión de Tony, pensamos que había dado en el clavo", comenta Neufeld. "Ahora la cuestión era quién iba a dirigirlo".
Sólo había una respuesta. Morgan Freeman envió el guión a Clint Eastwood, quien dijo que respondería inmediatamente. "La historia despertó mi interés. Pensé que era ideal para una película y realmente me encantó cómo estaba escrito el guión".
"Clint y yo leímos el guión e inmediatamente coincidimos en que, decididamente, queríamos hacerlo. Es una historia impactante, muy humana, sobre todo por el vínculo que se crea entre Mandela y Francois Pienaar. También es una manera fascinante de ver el lado más personal de Mandela, así como de ilustrar sus extraordinarias cualidades de líder", añade el productor Robert Lorenz.
"Todo el proyecto recordaba a dos imanes que se unen. La gente adecuada, el momento adecuado, el lugar adecuado, el tema adecuado. Todo encajaba, algo que no pasa con frecuencia, pero que cuando pasa, es como el destino", comenta Freeman.
"¿Cómo alcanzar la grandeza si no hay algo que nos mueva a hacerlo? ¿Cómo motivar a los que nos rodean?" Nelson Mandela en "Invictus"
Mucho antes de la producción de "Invictus", la persona que más importaba había elegido a Morgan Freeman para el papel de Nelson Mandela. "Una vez preguntaron a Madiba quién le gustaría que le interpretara en una película y contestó Morgan Freeman. La primera vez que le vi hace años, le dije que para mí era una honor que me hubiera mencionado para interpretarle", revela el actor.
"Invictus" marca la tercera colaboración de Freeman con Eastwood. "Morgan y Clint están muy familiarizados con sus estilos, están realmente compenetrados. Es una relación buena y muy natural, por lo que disfrutan trabajando juntos. Morgan entiende perfectamente lo que espera Clint y Clint sabe que Morgan hará, sin duda, una perfecta interpretación", comenta Lorenz.
"Morgan es genial", afirma Eastwood. "No podría pensar en nadie más en el papel de Mandela. Tienen la misma estatura y el mismo tipo de carácter carismático. Morgan tiene, además, una calidad vocal similar y trabajó muy duro para captar la entonación de Mandela. Creo que lo hizo muy bien".
Freeman, que durante años ha pasado algún tiempo con Mandela y le considera un amigo, comenta "Era una de mis mayores preocupaciones, conseguir su acento y su ritmo al hablar. Le he oído hablar muchas veces y según se acercaba el momento de empezar a rodar vi algunas cintas
y, de repente, lo conseguí".
El actor señala que la parte más importante de su interpretación no se podía ensayar. "Quería evitar actuar como él. Necesitaba ser él y ese era el mayor reto. Cuando conoces a Mandela, te das cuenta de que estás ante la grandeza, es algo que simplemente emana de él. Induce a la gente a conseguir lo mejor, es su vocación. Algunos lo llaman la magia de Madiba. No estoy seguro de que la magia se puede explicar".
Al igual que Freeman, Matt Damon tenía que dominar un acento sudafricano para interpretar al Capitán de los Springboks, Francois Pienaar. Sin embargo, el papel representaba otros retos físicos para el actor, empezando por el más obvio. "Inmediatamente me conecté y empecé a leer cosas sobre Francois y me di cuenta de que es un gran tipo. Hablé con Clint y le dije, 'Sabes, este tipo es enorme' y Clint dijo '¡Qué demonios!, tú preocúpate por todo lo demás y deja que yo me preocupe por eso'".
"Puede que Matt no sea tan alto como Francois, pero es igual de tenaz y fuerte", señala Eastwood. "También trabajó muy duro y se puso en forma para la película. Y estructurando montajes y ángulos de cámara, puedes hacer que una persona tenga el aspecto que necesitas", añade el director.
Sin embargo, no había cámaras delante cuando Damon conoció a Francois. "Francois me invitó a su casa y me preparó una increíble cena de gourmet. Cuando llegué a su casa, me abrió la puerta y me quedé mirándole. Se produjo un silencio elocuente y dije En cámara parezco más corpulento", cuenta el actor.
Damon no tenía por qué haberse preocupado, ya que según cuenta Pienaar el actor le impactó inmediatamente. "Es un gran tipo. Me impresionó su humildad y su socarrón sentido del humor. Quería aprender todo lo que pudiera sobre mí, mi filosofía como capitán y cómo fue para nosotros el año 1995. También hablamos del rugby, de cómo son los entrenamientos y de los aspectos técnicos. Nos divertimos mucho".
"Francois me ayudó muchísimo. Dedicó mucho tiempo a contestar a mis preguntas sobre un motón de cosas", comenta Damon. "Me sentía obligado a estar a su altura y a la de esta historia, ya que Francois es una persona muy íntegra y considero que Mandela es el mejor líder mundial de nuestros tiempos. Lo que hicieron y lo que hizo su país es increíble".
"Nos guste o no, somos más que simplemente un equipo de rugby
Los tiempos cambian. También nosotros debemos cambiar" Francois Pienaar en "Invictus"
Para prepararse para interpretar a un jugador de rugby veterano, Damon también contó con la ayuda de otra estrella de los Springboks de 1995, Chester Williams, que era el único jugador negro del equipo. En "Invictus", Williams hizo de entrenador de los jugadores de rugby cinematográficos y fue un recurso inestimable para los cineastas.
"Chester fue un gran asesor técnico porque recuerda cada jugada y cada posición. En el año 1995, se encontraba en una situación única ya que era el único jugador negro de los Springboks. En aquella época se convirtió en una especie de símbolo, algo que él no eligió ya que lo único que realmente quería era jugar al rugby. Pero asumió esa responsabilidad y corrió con ella. Fue increíble tenerle cerca y que fuera el líder de nuestros equipos", afirma McCreary.
"Chester se quería asegurar de que en la película se jugaba auténtico rugby", añade Eastwood. "Dijo, en su tono, Nada de tonterías cinematográficas. Vamos a jugar auténtico rugby. Como sabes, el auténtico rugby es un deporte muy duro. Es parecido al fútbol americano, pero sin cascos ni protecciones y los jugadores de ambos equipos atacan y defienden. Es un juego muy duro y los que lo juegan son de una estirpe especial".
"De hecho, Clint se hizo un gran aficionado al rugby", comenta Lorenz. "Cuando estuvimos en Sudáfrica, cada noche se tragaba horas de rugby y a la mañana siguiente llegaba y se ponía a hablar de los partidos. Disfrutaba bastante".
Para los actores, prepararse para las rigurosas exigencias de jugar realmente al rugby, según dice Damon "el entrenamiento fue muy intenso". "Hice muchas horas de pesas y eche mucho músculo. También hice sprint, que nunca lo había hecho, y algo de boxeo. Cuando llegué a Sudáfrica, Chester dijo, Pareces realmente en forma. ¿Qué has hecho? Dije, Bueno, pesas, boxeo y sprint. Se me quedó mirando y me dijo ¿Y por qué no simplemente has jugado al rugby?", cuenta Damon riéndose.
Damon tuvo la oportunidad de jugar al rugby cuando él y el resto de actores pasaron horas en el campo de entrenamiento. "Cuando eres un aficionado interpretando a un profesional, tienes que entrenar mucho para parecer tan diestro como esos hombres. Todos los actores que previamente no habían jugado al rugby tuvieron que ponerse al día. Tampoco queríamos que los actores se lesionaran jugando con los profesionales, así que constantemente estábamos cruzando los dedos", comenta Eastwood.
Scott Eastwood, otro principiante del rugby, interpretó el papel de Joel Stransky, jugador de los Springboks, que fue el responsable de todos los puntos que se anotó el equipo durante la Final de la Copa del Mundo. Además de aprender a jugar, Scott se tuvo que entrenar para conseguir puntos con lo que se llama un drop, similar a un gol de campo en el fútbol americano.
Curiosamente, Chester Williams se encargó de seleccionar al hombre que interpreta su papel en la película, McNeil Hendricks. Entrenador de rugby en la actualidad, Hendricks fue jugador profesional de rugby durante años, incluido un período con los Springboks a finales de los años 90. Williams y Hendricks se conocen desde su época de jugadores, sin embargo, fue la casualidad lo que llevó a Hendricks a interpretar a su viejo amigo en "Invictus". "Buscamos durante semanas, pero ningún jugador era el adecuado. Estaba en un centro comercial y me encontré con McNeil Hendricks. Le dije Necesito que vengas e interpretes mi papel y me alegré tanto de que dijera que sí", cuenta Williams.
"Para mí fue una gran oportunidad. Conozco a Chester desde hace mucho tiempo y tenemos caracteres similares. Cuando jugaba al rugby, siempre estaba sonriendo. Yo también estaba siempre sonriendo, incluso cuando pasaba mucho tiempo derribado en el suelo. Fue impresionante poder trabajar con gente como Matt, Morgan y Clint Eastwood", comenta Hendricks.
La mayoría de los jugadores de rugby, incluso los que representaban a otros países que participaban en los partidos cinematográficos, se seleccionaron en Sudáfrica. Aimee McDaniel, coordinadora de deportes, se encargó de reunir a los hombres que formarían los distintos equipos.
McDaniel empezó a trabajar en el proyecto justo cuatro meses antes de que comenzara el rodaje. Trabajó en estrecha colaboración con Chester Williams y sus colegas, entrenadores de rugby, Rudolf De Wee y Troy Lee, para elegir a los hombres adecuados para los equipos. "Lo primero que tuve que hacer fue reunir a unos 500 jugadores de rugby en dos semanas, lo que fue un reto ya que la temporada estaba a punto de empezar. Visitamos todos los clubes de rugby de la zona y repartimos folletos para una audición abierta al público. Se presentaron todos esos jugadores de rugby, les pusimos a prueba, haciendo ejercicios con Chester y los otros entrenadores, y fuimos eliminando a algunos hasta tener nuestro grupo definitivo. A partir de ahí, lo más complicado fue colocar al tipo adecuado en la posición adecuada. Conseguimos una unidad muy cohesiva", recuerda McDaniel.
Además de jugar al rugby, los jugadores del poderoso equipo neozelandés, llamado los All Blacks, tuvieron que aprender la tradicional danza de guerra maorí, llamada la Haka. "Su objetivo es intimidar al equipo contrario incluso antes de que empiece el partido", explica Eastwood.
Por una cuestión de verosimilitud y "por respeto, nos pusimos en contacto con la Asociación de Rugby neozelandesa para asegurarnos de que la Haka se hacía correctamente", añade Lorenz. "Nos enviaron a un experto llamado Inia Maxwell, que nos ayudó en el entrenamiento y estuvo presente cuando rodamos la escena, así que sabíamos que la danza era fiel".
Lo pasado, pasado. Ahora, miremos hacia el futuro" Nelson Mandela en "Invictus"
Hay otro equipo que es muy importante para el sueño de Mandela de una nación multicolor. Al principio de la película, el nuevo Presidente pide al personal blanco que ha estado al servicio del Presidente de Klerk que sigan trabajando para él. Su equipo de seguridad personal, encabezado por Jason Tshabalala y Linga Moonsamy, ni se inmutó
hasta que descubrieron que su decreto también les afectaba. De repente se encontraron trabajando codo con codo con antiguos miembros del Servicio de Seguridad del Estado, hombres que, hasta hacía muy poco, habían sido una amenaza para su libertad y para sus propias vidas
"Mandela sabe que sus guardaespaldas son los miembros más visibles de su personal, con lo que tener miembros blancos y negros de la unidad mostraría un grupo muy variado trabajando juntos en su gobierno. Para él esto es muy importante", añade Eastwood.
"Mandela no sólo habla del perdón y la reconciliación como algo que debería hacer el resto del país, sino que lo empieza a hacer con su personal", comenta Anthony Peckham, añadiendo que la integración del equipo de seguridad de Mandela se convirtió en un perfecto microcosmos de la historia más larga. "El CNA (Congreso Nacional Africano) y el Servicio de Seguridad del Estado habían sido enemigos declarados, así que unirlos con el único objetivo de proteger a su actual líder mutuo me permitía, como escritor, llevar al terreno personal la idea de reconciliación de un modo que de otra manera me habría sido imposible".
Tony Kgoroge y Patrick Mofokeng interpretan a Jason Tshabalala y Linga Moonsamy, respectivamente. Matt Stern y Julian Lewis Jones fueron seleccionados para los papeles de Hendrick Booyens y Etienne Feyder, los que fueran miembros del Servicio de Seguridad del Estado con los que ahora Jason y Linga deben trabajar unidos para mantener a salvo a Mandela.
También hay mujeres importantes en la vida del Presidente Mandela y de Francois Pienaar. Adjoa Andoh interpreta a Brenda Mazibuko, jefe de personal de Mandela, quien no puede entender por qué el Presidente dedica tanto tiempo y energía a algo tan poco importante como el rugby, cuando hay otros muchos temas importantes de los que ocuparse. Marguerite Wheatley hace el papel de la novia de Pienaar en aquella época, Nerine, quien es un gran apoyo para Francois cuando se enfrenta al mayor reto de su vida.
"Es uno de nuestros himnos
Significa '¡Dios guarde a África!' que debéis admitir, que podríamos usar" Francois Pienaar en "Invictus"
En "Invictus", las persistentes sombras del apartheid se ven claramente cuando Francois Pienaar da a los Springboks la letra del nuevo himno nacional de Sudáfrica, "Nkosi Sikelel iAfrika," que en xhosa, la lengua de los sudafricanos negros, significa "¡Dios guarde a África!". No se pretende que la canción sustituya al himno anterior, "Die Stem (El Clamor de Sudáfrica)", sino que se canten juntas. Sin embargo, los compañeros de equipo, a quienes todavía resulta difícil ceder a los nuevos tiempos, oponen gran resistencia a los esfuerzos de Francois.
El himno es sólo una de las canciones sudafricanas que se oyen en la película. La música indígena de Sudáfrica influyó mucho en los compositores, Kyle Eastwood y Michael Stevens, a la hora de componer la banda sonora. Casualmente, cuando surgió la película, Kyle estaba en Sudáfrica en un festival de jazz, así que "le pedí que explorara el terreno y se reuniera con grupos de música locales a ver que encontraba", comenta Eastwood.
"Cuando llegué a Sudáfrica, escuché a diferentes bandas. Utilizamos el Soweto String Quartet, que es la favorita de Mandela. También descubrimos a Overtone, que es un grupo que canta a capella que vimos y nos encantó", añade el director.
"Teníamos a muchos músicos famosos que habían oído hablar del proyecto y querían participar dada la importancia de la historia", comenta Lorenz. "Finalmente, Clint optó por música que le sonaba y la adaptó a como creía que debía ser en la película. Incorporamos los sonidos de varios músicos sudafricanos, lo que dio autenticidad a la música y resultó en una banda sonora excepcional y muy ecléctica, perfecta para la película".
"¿Oís eso? Escuchad a vuestro país. Ahí está. Es nuestro destino" Francois Pienaar en "Invictus"
El rodaje de "Invictus" se realizó totalmente en exteriores, en Sudáfrica. Siempre que se pudo, se utilizaron los mismos lugares en los que se habían desarrollado los hechos.
"El hecho de estar en Sudáfrica nos hizo entender a todos la historia, porque constantemente se nos recordaba el efecto que tuvo en la gente. Con quien hablaras podía decirte dónde estaba el día de la final y lo entusiasmado que estaba. Fue un momento que les marcó y todo el mundo podía recordarlo como si lo estuvieran viviendo", afirma Lorenz.
"Estar en los mismos lugares nos hizo sentir la realidad de la historia", señala Mace Neufeld. "Además, fue alucinante estar ahí unos 15 años después de que tuvieran lugar esos acontecimientos y ver lo que se había conseguido. Es una de las experiencias más sorprendentes que he tenido como productor".
Freeman coincide diciendo que apreció una gran diferencia en el país desde su primera visita hace más de una década. "La primera vez que fui a Sudáfrica, cuando Mandela era Presidente, la tensión se podía respirar, todo el país estaba contagiado de un sentimiento de excitación. Sin embargo, esta vez, todo parecía ir sobre ruedas, nada de tensión, nada de presión, y fue genial. Fue fabuloso ver que lo que se empezó entonces se había convertido en el status quo".
"No habría rodado esta película en otro lugar que no fuera Sudáfrica", confiesa Eastwood. "Hay que estar allí, se necesita su gente, sus lugares. Queríamos esa autenticidad. La mayoría de los actores y de los extras eran sudafricanos. En Sudáfrica tienen una asociación cinematográfica viable, así que también pudimos contar con un agradable grupo de americanos y sudafricanos trabajando juntos entre bastidores y el equipo no podría haber sido mejor".
Eastwood también contó con su principal equipo de creativos, entre los que se encuentran Tom Stern, director de fotografía; James J. Murakami, diseñador de producción; Joel Cox y Gary D. Roach, editores, y Deborah Hopper, diseñadora de vestuario.
"Clint se rodea de gente que comparte su sensibilidad," señala Neufeld. "Es una combinación extraordinaria. Yo me limito a cruzarme de brazos y observar alucinado cómo dirige la película. Su método de filmación es muy sensato y tanto los actores como el equipo de rodaje sabían que tenían que estar listos porque Clint siempre lo estaba".
Freeman que está muy familiarizado con la forma de dirigir de Eastwood, afirma "Es muy rápido, si en una toma consigue lo que quiere sigue adelante. Eso me encanta. También aprecio su serenidad, muestra de firmeza y control".
Damon, que colabora con Eastwood por primera vez, comenta "Domina tan bien el lenguaje del rodaje. Sabe perfectamente cómo se debe contar la historia para que funcione. Como actor, tienes la seguridad de que estás en muy buenas manos. Fue una experiencia fantástica trabajar con él".
Gran parte del rodaje se realizó en la ciudad costera de Cape Town y sus alrededores. Una de las escenas clave que se filmó allí fue la visita de Nelson Mandela al lugar de concentración de los Springboks, rodada en una zona llamada Tokai. Cuando llegaron esa mañana descubrieron que unos extraños espectadores se les habían adelantado: un grupo de babuinos. "Tuvimos que esperar hasta que los babuinos salieran, pero en cuanto aparecieron los jugadores, se colocaron en las líneas de banda o se subieron a los árboles. Nos miraban como diciendo ¿Quiénes son estos locos?", cuenta el director riendo.
El equipo de producción también usó una casa de Cape Town para el interior de la casa de Mandela. La ayudante personal de Mandela, Zelda la Grange, alabó el trabajo del diseñador de producción, James J. Murakami, y de su equipo diciendo "Conozco muy bien la casa y la recrearon a la perfección. Incluso el ambiente parecía el mismo. Entonces, oí hablar a Morgan Freeman, todavía no había visto quién era, y pensé '¿Qué hace aquí el señor Mandela?'", comenta sonriendo. "Veo a Madiba casi a diario y creo que es lo más parecido que alguien podría llegar a hablar y a comportarse como él".
Las escenas del exterior de la casa de Mandela se rodaron en su residencia de Johannesburgo. También en esa ciudad, los partidos de rugby, incluida la culminante Final de la Copa del Mundo, se rodaron en el Ellis Park Stadium, donde realmente se jugaron. Gran parte del estadio ha cambiado desde 1995, así que el departamento de Murakami se documentó ampliamente para que el escenario de la Final volviera a tener la misma apariencia que tenía en ese momento, incluidos los carteles de ese día. Posteriormente, se utilizaron gráficos por ordenador para completar el efecto, así como para aumentar los 2.000 extras que había en las gradas. Usando técnicas de captura de movimientos, el equipo de efectos visuales pudo "abarrotar" el estadio con 62.000 hinchas esperanzados.
Al igual que Murakami, Deborah Hopper, diseñadora de vestuario, tenía que rememorar la moda de 1995, especialmente la equipación de los Springboks, ya que la que actualmente usa el equipo no es igual. "Hay muchas diferencias en las equipaciones. En 1995, los pantalones cortos eran mucho más cortos y las camisetas eran más cerradas y con más protecciones. En aquella época eran de algodón y ahora son de un material sintético. Tuvieron que fabricar el material especialmente para nosotros", explica Hopper.
Hopper y su equipo también tuvieron que copiar las equipaciones de los otros equipos, incluidos los escudos, de los que muchos también han cambiado. De hecho, ahora, la Gacela (springbok) del escudo del equipo está orientada en la dirección opuesta a la del escudo de 1995.
En la Final cinematográfica, Nelson Mandela también lleva puesta la camiseta de los Springboks, lo que, según Lori McCreary "era muy significativo ya que los sudafricanos negros odiaban esa camiseta. Así que Mandela apareció llevando puesta la camiseta de los Springboks y dijo a blancos y negros 'Esto nos concierne a todos. Trabajemos juntos, en equipo'. La camiseta de Mandela lleva en la espalda el número 6 como muestra de solidaridad con su amigo y aliado Francois Pienaar, capitán del equipo".
La escena en la que Mandela y Francois se reúnen por primera vez, en el despacho del Presidente, se rodó en los Union Buildings, sede del gobierno situada en la capital, Pretoria. Era la primera vez que se utilizaba ese escenario para rodar una película.
Sin embargo, para el equipo de producción y los actores el lugar más emotivo fue la cárcel de Robben Island, incluida la celda en la que Mandela estuvo preso durante casi tres décadas. "A cada uno nos hizo sentir algo diferente, a la mayoría silencio", recuerda McCreary. "Después de esa visita, todos conectamos con la historia y con Mandela de un modo que habría sido imposible si esas escenas no se hubieran grabado allí".
"Cuando fuimos a Robben Island, a todos nos impresionó lo reducido que era el espacio. Pasar 27 años allí, quizá los mejores años de tu vida, y después salir y no seguir amargado es una gran proeza", reflexiona Eastwood.
Todo el equipo de los Springboks se desplaza a Robben Island para experimentar directamente, aunque sólo sea un momento, qué se siente estando en ese horrible lugar. Es entonces, cuando Francois recuerda el poema que Nelson Mandela compartió con él como fuente de inspiración:
INVICTUS
Desde la noche que sobre mi se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen
por mi alma invicta.
Caído en las garras de la circunstancia,
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino,
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.
Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino;
Soy el capitán de mi alma.
William Ernest Henley