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  Once  (Una vez)
  Dirigida por John Carney
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Nota del director
Las conversaciones sobre este proyecto comenzaron en 2005, durante un concierto de The Frames en Dublín. Como director con un pasado musical, siempre he querido hacer una película que, sin ser un "musical" tradicional (como los de los años 40), utilizara numerosas canciones para contar una historia moderna, una historia de amor.

Al principio barajé varios proyectos pero los abandoné rápidamente, por considerarlos demasiado ambiciosos. Quería encontrar una historia, de trama sencilla, que me permitiera usar canciones de una forma que el público moderno aceptara. Finalmente, opté por la idea de un músico callejero en las calles de Dublín; una persona que al no tener nada, no tiene nada para perder. Desarrollé una sencilla historia de amor, le pedí a Glen Hansard (el cantante de The Frames) que escribiera varias canciones - que terminaron formando un tandem con la historia emergente.

Durante los meses siguientes, Glen y yo intercambiamos ideas - una línea de diálogo aquí, una canción ahí. Ambos nos alimentamos del trabajo del otro. Cuando llevábamos 60 páginas ya habíamos compuesto 10 temas originales.

Mi intención era hacer una película original, casi como un álbum visual, pero ante todo quería contar una historia de amor, moderna y realista.

Estamos en un mundo donde una canción de tres minutos equivale a diez páginas de guión; donde los personajes comunican más a través de canciones que hablando. Desde luego, esto no quiere decir que la historia no tenga una estructura de tres actos, sólo que ésta es un poco más oblicua que en muchas otras películas - y las canciones son la llave para descubrirla.




Sobre la película
Once es la inspiradora historia de dos almas gemelas que se encuentran en las bulliciosas calles de Dublín. Él, es un músico callejero al que le falta la confianza necesaria para tocar sus propias canciones, y ella, una joven madre que trata de abrirse camino dentro de una nueva ciudad. Cuando sus vidas se cruzan, descubren sus propios talentos y habilidades y se ayudan mutuamente para alcanzar los objetivos con los que hasta ahora habían soñado. ONCE es su inspiradora historia.

Escrita y dirigida por John Carney (On the Edge), ONCE se asemeja a los musicales clásicos de la década de los 40, a la vez que recuerda el bohemio mundo de los jóvenes músicos irlandeses que él conoció durante su etapa como músico.

A principios de los 90, antes de dedicarse al mundo del cine, Carney fue músico. Tocaba el bajo con los irlandeses The Frames. Entiende y sabe apreciar la fuerza de una canción, es consciente del inmenso poder que tiene cada canción para trasladar decenas de páginas de diálogo.

De hecho, las conversaciones sobre este proyecto comenzaron en 2005 en un concierto de The Frames. "Como realizador con un pasado musical, quería intentar hacer algo que se alejara de los tradicionales guiones de 90 páginas, algo que fuera un poco más orgánico, y que incluyera muchas canciones. Ese fue mi punto de partida inicial", explica Carney.

Mientras desarrollaba la idea que terminaría siendo ONCE, "buscaba algo que se pudiera expresar en 10 páginas de guión. Siempre he pensado que dos minutos y medio o tres de tema musical pueden transmitir tanto como todo un día de conversación".

Carney no quería que Once fuera un musical al uso, con canciones y baile, en el que las escenas acabaran con los actores hablando en verso. El desarrollo de los personajes se convirtió en una parte importante de su rutina a primera hora de la mañana. "Los personajes se iban desarrollando, mañana tras mañana, mientras estaba sentado fuera desayunando, interpretando canciones y pensando, durante meses, como podía hacer una película en la que todas ellas estuvieran presentes", explica el director.

"Opté por el músico callejero, principalmente, porque quería que los protagonistas estuvieran en un mundo musical. No quería que sólo cantaran, quería que fueran músicos y cantantes. De este modo resultaría más natural que de vez en cuando se dijeran 'mira te he compuesto un tema y quiero que lo escuches'. Así sería normal que cantaran. Así fue como decidí que un músico y una pianista protagonizaran mi historia". La música en la película no funcionaría si de un modo u otro no estuviera presente en su día a día.

La historia se desarrolla en el Dublín natal de Carney, y está protagonizada por Glen Hansard, el cantante de The Frames, que da vida a un compositor y guitarrista, y por Marketa Irglova –una música de la República Checa que, antes de protagonizar esta película, ya había colaborado con Hansard – como pianista. A pesar de su pasado como miembro de The Frames, y de que desde el principio había contado con las canciones de Hansard, Carney no había pensado en la posibilidad de que Hansard e Irglova fueran los protagonistas de su historia.

"Tenía en mente a un actor irlandés, que también podía cantar, para interpretar al protagonista, pero no le iba bien. Poco a poco, mientras escuchaba las cintas que Glen me daba, en las que me hablaba de las canciones que iba componiendo a medida que le pasaba páginas del guión, fui dándome cuenta de que él era, realmente, la mejor opción para interpretar el papel protagonista. Ningún actor podría vender mejor que él esas canciones ya que eran sus canciones".

Hansard también tenía alguna experiencia como actor, al haber participado anteriormente en Los Commitments (Alan Parker; 1991). "Aunque Glen tiene cierta experiencia ante las cámaras, lo más importante es que se trata de una persona muy natural y con un gran carisma: es un chico muy tranquilo, relajado", insiste el director. "Y lo mejor de Glen es que no es un actor profesional. A veces al trabajar con actores profesionales te das cuenta de que lo que más les preocupa es conseguir una buena bobina con todos sus trabajos. Un actor profesional, rara vez, puede involucrarse en una película, de la misma manera que lo hace un actor no profesional, y resulta comprensible. Me gusta trabajar con actores no profesionales porque te lo dan todo. Como seguramente no volverán a trabajar en otra película, se entregan al máximo en cada línea de diálogo que tienen".

Para Marketa Irglova, que tenía 17 años cuando se rodó la película la actuación era algo totalmente novedoso. "Oí hablar de este proyecto por primera vez a Glen, cuando nos pidieron que compusiéramos la música" recuerda la joven checa. "Anteriormente, había visto algunas películas de John y pensaba que era muy cool. Pensaba que la idea de la película sonaba muy interesante y, de repente, una noche me llamó Glen y me preguntó qué me parecía participar en ella. Pensé que estaba bromeando, pero no, estaba hablando en serio. Me dijo que John quería que hiciera una audición. Pensaba que era una locura, ya que nunca antes había actuado. Pero mi juventud, me da fuerzas para afrontar retos de este tipo" se ríe. "No me lo tomaba demasiado en serio. Pensaba: sí, te dicen que a lo mejor formas parte de una película y luego ni siquiera te llaman para que hagas el casting y cogen a otra". Por esa razón no puse demasiadas esperanzas, pero evidentemente la idea era muy excitante. Una de las cosas que más me ilusionaba es que la música de Glen iba a estar en la película, y a mí me encanta su música. Al final fui al casting, interpreté un tema al piano para John, leí parte del guión y eso fue todo".

Carney se sentía muy cómodo con la gente que le rodeaba y que estaba involucrada en la película. Además de contar con Glen y con Marketa, el resto del equipo estaba formado por personas que podrían ser sus amigos perfectamente, y que además eran grandes profesionales.

"Eran personas que conocía y en las que confiaba" afirma el realizador. "Desde el principio, captaron la idea de que no era una película convencional. Era como si volviéramos a tener 16 años y tuviéramos una videocámara, unas canciones y un grupo de amigos. Creo que el recibimiento y la cálida acogida de la gente que ha visto la película se debe precisamente a eso, a que nadie trata de venderles nada. Esa es mi sensación".

Demasiado a menudo, conseguir que te produzcan una película es un trabajo desalentador, pero en el caso de ONCE, la experiencia de John Carney fue más bien la contraria. "Conocía la productora Samson Films desde hacía años", dice. "Por lo que cuando se me ocurrió hacer la película, pensé en varias vías de producción. Una vez que decidí que no quería que el protagonista fuera un actor conocido ni profesional, hice una visita a Samson Films y les hablé de mi proyecto, del guión y de las canciones que habíamos escrito para la película. Acto seguido les pregunté si querían embarcarse en mi proyecto y lo hicieron!.

"Mantuvimos una relación muy buena – yo mismo, la productora Martina Niland y el productor ejecutivo David Collins. Durante todo el proceso de producción tuvimos una relación muy relajada, esto fue posible ya que, al hacerse con una pequeña cantidad de dinero, todos tuvimos que rendir al máximo y hacer todo lo posible para sacar el proyecto adelante, lo que nos unió aún más. Samson es una buena compañía para eso, David Collins ha llegado a un punto en el que ya no necesita demostrar que es un productor, y se puede permitir el lujo de trabajar sólo en aquello que le apetece. Mi película le llamó la atención y supongo que el hecho de que años antes hubiéramos trabajado juntos en Bachelors Walk, también ayudó ya que al conocernos y tener una buena relación no teníamos que explicarnos todo".

Martina está de acuerdo con esta opinión y además añade "realmente el modo de grabación de esta película fue muy básico, y ese es el tipo de producción que siempre más me ha atraído. Desde mis primeras conversaciones con John me entusiasmé con la idea de participar en ONCE. Evitamos al máximo toda la burocracia, todos estábamos al 100% y creo que eso se transmite al ver la película".

El telón de fondo de la historia se sitúa en las calles de Dublín, en las tiendas y en el interior de las casas de los protagonistas. Ninguno de los dos tiene un verdadero hogar; el chico ha vuelto a la casa familiar tras la muerte de su madre, y la chica vive con su madre y con su hijo. Poco a poco, sus dos mundos se van cruzando gracias a la pasión por la música que ambos comparten.

Al compartir prácticamente casi la totalidad del metraje y un interés artístico en común, Glen Hansard y Marketa Irglova terminan enamorándose. Y aunque ninguno de ellos son actores profesionales, ambos desarrollan sus personajes con una increíble naturalidad y calidez. "Tienen una relación muy buena, cosa que ayudó bastante", reconoce Carney. "Me encanta el beneficio que aporta algo tan simple como que los "actores" ya se conozcan antes de comenzar a rodar. Esa fue precisamente una de las ventajas con las que me encontré al grabar la serie Bachelors Walk: en la tercera temporada, los tres protagonistas ya eran verdaderos colegas. Todo lo que hacían y decían resultaba muy real y natural. Lo hacían de verdad, no había nada forzado y eso se notaba. No teníamos que buscar nada como en las temporadas anteriores. El trabajo gordo ya estaba hecho".

Irglova nos dejó impresionados con su interpretación desde el primer día de rodaje. No tuvo ningún problema de adaptación"
.


Ficha artística
Glen Hansard - Chico
Marketa Irglova - Chica
Hugh Walsh - Timmy (batería)
Gerry Hendrick - Guitarrista
Alastair Foley - Bajista
Geoff Minogue - Eamon
Bill Hodnett - Padre del chico
Danuse Ktrestova - Madre de la chica
Darren Healy - Heroinómano
Mal Whyte - Bill
Marcella Plunkett - Ex-novia
Niall Cleary - Bob