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  Splice: Experimento mortal  (Splice)
  Dirigida por Vincenzo Natali
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Splice: Experimento mortal representa el lado oscuro del mundo de la ingeniería genética, coescrita y dirigida por Vincenzo Natali (Cube; Paris, je t'aime), interpretada por Adrien Brody (Viaje a Darjeeling, King Kong, El Pianista), Sarah Polley (Amanecer de los Muertos, La vida secreta de las palabras, Mr., Nobody) y la nueva promesa Delphine Chanéac ( Madame Hollywood, Brice de Nice)

"Parece una historia sacada de los titulares de los periódicos"
-Productor Steve Hoban, Copperheart Entertainmet

"En 2003, científicos chinos de la Segunda Universidad Médica de Shanghai fusionaron con éxito células humanas y óvulos de conejo. Según fuentes, estos embriones, fueron las primeras quimeras creadas artificialmente (híbrido de humano y animal)".
--National Geographic News, 25 de enero, 2005.

"Irving Weissman y sus colegas de la Universidad de Standfords fueron pioneros en llevar a cabo experimentos con quimeras en 1998 al crear ratones con sistemas inmunológicos humanos para el estudio del SIDA. Posteriormente, el grupo Standford y StemCells Inc, cofundado por Weissman, implantó también células madre de humanos en el cerebro de los unos ratones recién nacidos como modelos preliminares para la investigación neuronal. Asimismo, Esmail Zanjani de la Universidad de Nevada en Reno ha creado animales adultos a partir de fetos de oveja introduciendo células humanas en su los mismos".-- Scientific American, 27 de junio, 2005.

"Se espera que el consejo gubernamental regulador de la fertilidad apruebe mañana los proyectos para permitir a científicos británicos crear embriones humano-animales. La Autoridad de Fertilización Humana y Embriología publicó ayer su muy esperada consulta pública sobre la controvertida investigación, revelando que la mayoría de la gente veía con buenos ojos la creación de embriones híbridos por parte de los científicos".--The Guardian, 4 de septiembre, 2007.

"Se han creado los primeros embriones híbridos humano-animales de Gran Bretaña, lo cual, en opinión de los científicos, constituye un primer paso crucial hacia el suministro de células madre que podrían ser utilizadas para investigar las enfermedades debilitantes y hasta ahora sin tratamiento definitivo tales como alzheimer, parkinson y la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). En enero, Lyle Armstrong, director de la investigación, consiguió el permiso de la Autoridad de Fertilización Humana y Embriología (HFEA) para crear los embriones conocidos como "híbridos citoplasmáticos". Su equipo de la Universidad de Newcastle produjo embriones con el siguiente método: introdujeron ADN humano de una célula de piel humana en un óvulo de vaca al cual se le había extraído previamente el núcleo, aplicando después una descarga eléctrica que indujo al embrión híbrido a crecer. Dicho embrión, humano en un 99,9% y procedente de otro animal en un 0,1%, creció durante tres días hasta alcanzar 32 células". – The Guardian, 2 de abril, 2008.


Génesis de Splice: Experimento mortal
En 1998, Vincenzo Natali se encontraba en un gran momento profesional debido al éxito abrumador de Cube. Pensando en el proyecto de su próxima película, le mostró al productor Steve Hoban un guión de un cortometraje llamado Mutants, escrito en 1995. Se habían hecho amigos mientras Natali trabajaba para Hoban como diseñador de storyboards en Blood & Donuts y Ginger Snaps. La relación fue a más cuando Hoban produjo el corto de Natali para el Centro Canadiense de Cinematografía, Elevated. Hoban, cuya filosofía empresarial zen consiste en esperar a que el proyecto adecuado llegue en el momento idóneo, le ofreció su consejo aunque, en su opinión, la historia distaba mucho estar lista para filmarse. En 1999, el guión cambió de formato corto a largometraje, incluido el cambio de nombre a Splice: Experimento mortal. Este hecho atrajo el interés de Robert Lantos, que acababa de dejar Alliance Atlantis y de fundar Serendipity Point Films.

Splice: Experimento mortal era aspirante a ser la película inaugural de la productora, no obstante, fue desbancada por Men with Brooms.

Durante años el proyecto estuvo en punto muerto, debido en gran medida a que, según Natali, los efectos especiales necesarios para la creación de Dren en la época superaban con mucho el presupuesto de la película. La frustración llegó a su punto álgido en 2005, durante una visita de Hoban a Natali en Los Angeles. Ambos se habían cruzado en el camino en repetidas ocasiones durante años. Se habían asociado como director y productor en Nothing en 2003, momento en que la amistad realmente alcanzó su plenitud. No obstante, Natali se desmarcó para hacer Cypher mientras Hoban terminaba la trilogía de Ginger Snaps así como el cortometraje Ryan, dirigido por Chris Landreth y ganador de un Óscar. Una buen día decidieron conquistar Hollywood, y en el momento en que lo consiguieron, Natalí no pudo contenerse "¿Por qué no hacemos Splice: Experimento mortal?"

"En aquel momento no estaba preparado para involucrarme en este proyecto" dijo Hoban, "pero tenía ganas de trabajar con Vincenzo de nuevo. Revisamos sus contratos con Serendipity y vimos que, por fin, este proyecto era viable desde el punto de vista financiero. Lo siguiente que hicimos fue recopilar los borradores anteriores del guión y Vincenzo se puso a trabajar con su escritor. Produjeron un nuevo borrador en 2006 y funcionó. Era un Frankenstein moderno, profundo y que reproducía todas las ambiciones de su inspiración original. En ese momento, trajimos al co-escritor Doug Taylor y yo me impliqué oficialmente"

Finalmente, el retraso mereció la pena. "Lo que había cambiado era la sofisticación de la tecnología digital. En 2000, los efectos digitales tales como el agrandamiento de los ojos de Dren, habría sido una tarea extenuante y, en consecuencia, prohibitiva", explicaba Hoban, cuya procedencia estaba ligada a IMAX, donde había establecido y dirigido un complejo de investigación y desarrollo para crear y diseñar tecnología de animación por ordenador. En ese momento (2000), produjo Cyberworld 3D, alabada por Roger Ebert como "destacable no sólo por lo que nos muestra, sino también por el amplio mundo de animación en 3D que augura". "En ese intervalo de tiempo", prosigue Hoban, "los efectos visuales se hicieron mucho más convincentes". La criatura que Natali se había imaginado -en parte imagen real, en parte generada por ordenador- era "pre-Gollum", el revolucionario personaje de El Señor de los Anillos: Las Dos Torres, que era completamente digital (usando motion-capture, se graban los movimientos de los actores y se aplican al personaje digital). Lo que Natali quería hacer era mucho más avanzado que eso.

Con ese propósito, Steve Hoban era el productor que Natali quería para su película. "Steve posee todas las habilidades necesarias para hacer el tipo de películas que yo quiero hacer y una de esas habilidades es comprender bien los efectos especiales y nuevas tecnologías, confío en él. Él es como la otra mitad de mi cerebro. Me hace ser realista y me ayuda a tomar las mejores decisiones posibles. Ciertamente, todo se reduce a tomar las decisiones correctas. Es un aliado magnífico" dijo Natali.


El equipo
En los siguientes tres meses, todo aquello que no había pasado en los años anteriores, comenzó a ocurrir rápidamente. Don Murphy, a quien Natali conoció después de Cube, acababa de fundar la productora Angry Bull con Guillermo del Toro. "Supe que Don era la persona idónea cuando entré en su despacho y ví que parecía una tienda de juguetes. Es un tipo auténtico, un "friki" de verdad. No es el típico tío de Hollywood". Durante años, Murphy le había estando dando a Natali guiones para que los valorase, pero éste siempre los rechazaba. En 2005, Natali conoció a Guillermo del Toro en Fantasporto, en Portugal, lugar donde Nothing consiguió su único galardón. Después de estar hablando largo y tendido en la cena, Del Toro dijo que le gustaría trabajar con él. Esta vez, Natali decidió invertir los papeles y enviar Splice: Experimento mortal a Murphy. "Tuvimos una conversación sobre el guión después de que Guillermo lo leyera. Incluir su nombre me ayudó muchísimo, nos brindó legitimidad absoluta. Es un matrimonio ideal porque a Guillermo le gustan los monstruos y ésta es una película donde empatizamos con el nuestro". Guillermo la encontraba: "(...) increíblemente intensa, moralmente ambigua, peligrosa (…), controvertida en muchos aspectos; creo que parte de lo que el género de ciencia ficción debería hacer es traspasar esa línea y el hecho de que consiguiera incomodarme es lo que finalmente hizo que me decidiera a participar en Splice: Experimento mortal".

Con Steve Hoban de Copperheart Entertainment y Guillermo del Toro y Don Murphy de Angry Films embarcados en el proyecto, Natali estaba listo para dar el siguiente paso cuando, de repente, recibió una llamada de Yves Chevalier de Gaumont, la compañía cinematográfica más veterana del mundo, así como la mayor productora y distribuidora francesa de cine. Chevalier quería saber si Natali tenía algún guión que les pudiera interesar. Natali les envió dos y después de ciertas deliberaciones, Gaumont se convirtió en la compañía co-productora de Splice: Experimento mortal. Estos tres componentes fueron encanjando entre diciembre de 2005 y marzo de 2006.


Influencias cinematográficas
Multitud de influencias se aunaron para inspirar la historia y grabación de Splice: Experimento mortal. De niño, a Natali le fascinaban los monstruos. Durante su "Época de Plastilina" hacía figuras de dinosaurios. A la edad de 12 años tuvo su primera cámara, una Super 8, y ya había asistido a un curso infantil de animación de stop motion y empezaba a hacer películas de monstruos gigantes aniquilando ciudades. "Necesitaría un psiquiatra para explicar mi relación con los monstruos", recordaba Natali. "He estado obsesionado con ellos desde que tengo uso de razón". Natali era un devoto seguidor de las películas de terror de la Universal. Sus favoritas eran las de James Whale, en particular Frankenstein, que también le encantaba a Guillermo del Toro. En algunos aspectos, estas películas podrían considerarse predecesoras de Splice: Experimento mortal ya que recogen la influencia de los expresionistas alemanes.

Natali es consciente de que sus influencias cinematográficas son muchas y contrapuestas. "Crecí con la Guerra de las Galaxias. La vi cuando tenía 8 años. Esa fue la película que me empujó a querer hacer películas. Realmente reflejaba el anhelo espiritual que faltaba en las películas de aquella época. Todo gira en torno a la misión del héroe y el contacto con una poder superior, la fuerza, el bien y el mal, y las decisiones que tomamos en la vida". Con Lucas, Natali quedó impresionado por los efectos tecnológicos. No obstante, fue con Spielberg con quien aprendió a contar historias. Vio En busca del arca perdida cuando tenía 12 años. "Con la Guerra de las Galaxias, no pensaba en quién sería George Lucas, sólo me implicaba en la historia, pero cuando vi En busca del arca perdida, fue la primera vez que fue consciente del papel guía de un director".

Del trabajo de Stanley Kubrick, Natali aprendió estilo y composición y más concretamente, simetría. "Vincenzo tiene una fuerte inclinación hacia las composiciones equilibradas donde juegan la simetría y asimetría", explicaba el diseñador de producción de Splice: Experimento mortal, Todd Cherniawsky. "Le gusta jugar con composiciones de intensas perspectivas de un solo punto de vista. Consiste principalmente en rodar hacia el centro de una habitación, enfocando directamente a una pared, de tal manera que todo converja en un punto y que el ojo humano se dirija a ese punto central. Estructurar el espacio en torno a una trama de rejilla crea miedo de "el hombre", de la máquina, que, de nuevo, es el tema que aparece en todas las películas de Vincenzo. Para ser un tipo relativamente joven, que sólo ha hecho unas pocas películas, posee un punto de vista bastante fuerte".

Al trabajar mano a mano con el cineasta galardonado Tetsuo Nagata (La vida en rosa), Natali vio como Splice: Experimento mortal evolucionaba de un estilo inicial muy modernista a algo más gótico y romántico hacia el final, lo que se encuadra dentro de las tendencias de los expresionistas alemanes. "Splice: Experimento mortal comienza de una manera más aséptica", explicaba Natali, "más distante y sin evocar emociones". A medida que la psicología de los personajes se hace más complicada, resulta natural que la cámara se haga más retorcida para reflejar el estado de la mente. La composición se hace menos simétrica y ligeramente más relajada conforme la historia pasa de incluir de dos a tres protagonistas.


El aséptico jardín del Edén: Clive y Elsa
Splice: Experimento mortal comienza con Clive y Elsa Kast, dos jóvenes que trabajan en el campo de la genética. No sólo son un equipo, sino también pareja. Trabajan de manera conjunta en la creación de Fred y Ginger, dos animales híbridos totalmente funcionales, una combinación de vertebrado e invertebrado, algo totalmente innovador que les ha brindado gran reconocimiento público. Intoxicados por su éxito, pero obstaculizados por la decisión de Newstead de cerrar su proyecto (para centrarse en el aislamiento de la proteína CD-356, que tiene un potente valor medicinal para el ganado y constituye una mina de oro en potencia para la compañía), deciden crear en secreto una nueva criatura: Dren, una combinación de ADN humano y animal. "Dren se convierte, de facto, en su hija", dice Hoban. "Esto nos permite indagar en las dificultades que conlleva ser padres de una manera hasta el momento nunca tratada, que constituye uno de los temas principales de la película". Paralelamente a lo anterior, se trata la cuestión de los principios morales y los monstruos. Natali considera que la creación de Dren es el catalizador de los impulsos más oscuros de Clive y Elsa, que inicia una espiral descendente de ideologías científicas distorsionadas por los imperativos morales de la paternidad. Se cambian los esquemas del género al convertir a los lúcidos y sentidos científicos en los verdaderos monstruos, en lugar de a la criatura.

ELSA
Ninguno de sus componentes animales posee características depredadoras.

CLIVE
Bueno...está el elemento humano.

"Splice: Experimento mortal es una película donde vemos a las personas convertirse en monstruos, mientras que la criatura permanece inocente. Realmente es tanto un psicodrama como una peli de monstruos y eso es lo que la distingue de todos los clones de Frankenstein. Splice: Experimento mortal también es una crítica de las generaciones X/Y que Clive y Elsa tipifican. Son más inteligentes que sabios y aunque juegan con los ingredientes de la vida, realmente no comprenden en absoluto en qué consiste ésta. Se podría considerar una "película de paso a la madurez", en el sentido que Clive y Elsa se ven obligados a crecer y a convertirse en padres responsables. Y, por supuesto, Dren atraviesa su propio desarrollo y/o transformación. En cierta manera, también se trata el crecimiento de la humanidad y su evolución al siguiente nivel", explica Natali.

De Adrien Brody, que interpreta a Clive Nicoli, comenta "lo que me fascina sobre esta historia es que muestra cómo la gente joven se entusiasma con algo, lo que, teóricamente, es una cosa muy positiva, pero lamentablemente la historia ha demostrado que la gente joven es poco cuidadosa".

"Es espantoso lo que los humanos somos capaces de hacer hoy en día en cuanto a ciencia se refiere. También es fantástico y mágico y, en última instancia, realmente alentador. Esta película es útil en cuanto que explora lo peor que puede ocurrir, y es importante considerar la peor de las posibilidades ya que nos ayuda a aliviar nuestros miedos para poder apartarlos y pensar racionalmente", comenta Sarah Polley que interpreta a Elsa Kast.

El cometido del cásting de asegurarse de transmitir eficazmente el mensaje se consiguió mediante una estrategia dividida en tres partes. "El hilo central de Splice: Experimento mortal son sus personajes, por lo tanto, necesitábamos actores intensos con un bagaje de interpretaciones de gran calidad y que contaran con el factor gancho", comenta Hoban. "También necesitábamos que fueran taquilleros". Y finalmente, ya que ésta es una "historia sacada de los titulares", la veracidad es un componente esencial de esta película. "Debíamos tener actores 100% creíbles como científicos, que lo hubieran sido al 90% hubiera constituido un fracaso. No se trataba de que no fueran atractivos, sino de evitar una situación como la de Denise Richards interpretando a una científica nuclear en la película de James Bond, El mundo nunca es suficiente". La táctica tradicional en ciertas películas de colocarle a la actriz de turno unas gruesas gafas de empollona para elevarle el coeficiente intelectual era impensable (hubo un momento en el que Polley pidió llevar gafas y la idea fue rechazada por esa razón).

"Adrien y Sarah son unos actores estupendos", dice Hoban. "Ambos me parecieron personas inteligentes. Cuando hablan, desprenden esa inteligencia por los ojos. Lo que no nos imaginábamos era que sería tan fácil trabajar con ellos".

"El primer oficio al que me quise dedicar fue científico aeroespacial. Quería explorar lo desconocido", admite Adrien Brody. "Desgraciadamente, mis habilidades matemáticas no estaban a la altura". Al convertirse en actor, Brody ha podido hacer realidad sus sueños de exploración. En un primer momento le agradó la magia de las películas de ciencia ficción como King Kong y, con Splice: Experimento mortal, ha tenido la oportunidad de volver al género. "Es un guión fabuloso que es divertido, espeluznante y dramático. Al principio sentí mucha presión ya que los aspectos técnicos y genéticos eran muy complicados, por lo que la investigación que llevé a cabo fue importante. Esto supuso sumergirme en un montón de material de lectura que Vincenzo me dio, entre el cual se encontraba ‘Genética para torpes.’" La preparación de los actores también implicaba varios días de trabajo con células humanas cancerosas en el laboratorio de genética del hospital Mount Sinai en Toronto con el genetista George Charames.

"Clive es un genio, mucho más inteligente que yo", comenta Brody. "Es un hombre joven, con mucho éxito en su profesión, y ese aspecto de su vida le ha resultado muy sencillo. Se introduce en una espiral para la que no está preparado. Ni Elsa ni Clive se encuentran preparados para muchas cosas en la vida". Mientras Clive adora su trabajo y cree fervientemente en el poder de la ciencia y su habilidad para crear, Brody opina que su personaje es menos ambicioso que el de Elsa. "Ella conduce a Clive a un lugar al que probablemente nunca habría llegado nunca por su cuenta".

"La interpretación de Adrien es fantástica", dice Hoban. "Es creíble, carismático y consigue que te preocupes por él. Lo que Adrien ha hecho en Splice: Experimento mortal es posiblemente la representación más cercana a él mismo que haya hecho nunca hasta el momento. La persona que estaba delante de la cámara era la misma que llegamos a conocer fuera de ella. Por su parte, Sarah tampoco se encontraba creando alguien muy diferente de ella misma".

Para Sarah Polley no nos encontramos ante otra simple historia de "amor en el lugar de trabajo". Según ella, Elsa tiene suerte de haber encontrado a Clive. "Es poco probable que Elsa pudiera estar con alguien que no estuviera totalmente inmerso en ese mundo. Elsa y Clive tiran el uno del otro, se alimentan el uno del otro, se motivan el uno al otro". Rápidamente, su fama empieza a definirlos, creándoles el sentimiento de "ser invencibles". Aparentemente es el bien de la investigación médica lo que los lleva a crear a Dren, pero, en realidad, es el deseo inconsciente de Elsa de tener hijos.

"Elsa es extremadamente ambiciosa y centrada", observa Polley. "Es pura vida y energía, aunque hay muchos aspectos de su vida que no ha resuelto y que pueden con ella. Se encuentra desbordada por una energía tal que sería imposible de contener para cualquier ser humano, por lo que lleva las cosas hasta sus últimas consecuencias independientemente de si son buenas para ella o para los demás".

En un principio, cuando Natali escribió el guión, Clive y Elsa tenían veintipocos años. Aunque no tenía a ningún actor en mente para Clive, sí que había pensado en Sarah Polley (que ya se encontraba rozando los veinte en ese momento) para interpretar a Elsa. A medida que el guión fue cambiando con los años, fue cobrando sentido que los dos protagonistas tuvieran más edad y curiosamente, Polley creció al mismo tiempo que el personaje (en el momento del rodaje de la película Polley tenía 29 años). Sarah comentaba que ha sido la única interpretación por la que ha luchado de verdad y Hoban fue testigo de dicho esfuerzo. "Recibíamos llamadas a diario del agente de Sarah de ICM, diciéndonos que estaba muy interesada en el papel, nos preguntaba qué era lo que hacía falta para que se lo diéramos".

Desde los primeros ensayos, Natali y Hoban supieron que habían dado en el clavo con el casting. Había química, réplicas ingeniosas y risas Adrien y Sarah realmente se hicieron con el material, tanto, que Adrien se inventó la fatídica frase del diálogo, ‘¿Qué es lo peor que puede pasar?’" recuerda Natali.

De igual importancia era el respecto que había por el director. "Creo muchísimo en Vincenzo y su visión de la película. Conoce la historia y los personajes a la perfección porque ha vivido con ellos durante mucho tiempo. Su manera de dirigir es increíblemente útil y práctica. Es realmente inusual notar que cada cambio que hace en tu interpretación es realmente para mejor", agradece Polley.

De la misma manera, a Adrien Brody le sorprendió su experiencia en el rodaje. "Vincenzo es una gran persona. Es probablemente el director más amable con el que he trabajado. Es encantador y generoso y su manera de dirigir es genial, por lo tanto, es la combinación perfecta. Me da mucha libertad a la hora de tomar decisiones".


Y fueron tres: Dren
"Creo que es uno de los monstruos estilo Frankenstein más memorables de la historia del cine". -Guillermo del Toro, productor ejecutivo de Splice.

Tradicionalmente, la ciencia ficción presenta a los científicos como la solución al problema. En Splice: Experimento mortal, sus acciones son la causa del desastre. Dren, su creación, producto de la ambición de Clive y Elsa de impulsar la tecnología combinando ADN humano y animal creando algo que podría concebirse como el siguiente peldaño en la escala evolutiva, posee una pureza angelical y primitiva. No es un monstruo ni un depredador, pero padece los instintos y emociones más primarios: amor, envidia y alegría, lo que inexorablemente la convierte en una figura trágica. "Aparentemente, el mensaje trata sobre las consecuencias de lo que ocurre cuando se juega con la genética, no obstante, si profundizamos, el contenido radica en la necesidad responsabilizarse de los propios actos" reflexiona Natali.

Traer al mundo una criatura de la ciencia ficción es una gran responsabilidad y Dren (deletreado como "nerd" al revés, "cerebrito" en español) no es una excepción. Para tal fin, Natali tuvo que enfrentarse a su firme convicción de que después de Alien de H.R.Giger, las demás criaturas serían simples derivados. Quería desarrollar algo innovador, visual y conceptualmente hablando. Su enfoque se basa en restar, en lugar de sumar. "La mayoría de los monstruos adquieren una forma humana con más o menos añadidos", explica Natali "Nuestra apuesta, gracias a Bob Munroe de C.O.R.E. y Howard Beger de KNB FX Group, ha sido eliminar cosas".

Lo que inspiró Dren es una fusión entre ciencia y la quimera mitológica griega, cabeza de león, cuerpo de cabra y patas de dragón. Lo que sorprende es su delicada belleza. En el templo del cine de criaturas seductoras, existen pocas que la igualen en encanto. Sil, de Species, otra creación de Giger, es la comparación más obvia, pero sólo era bella en su forma humana, antes de transformarse en una máquina de matar de armadura coriácea. La lista restante es corta: T-X (o Terminatrix) en Terminator 3: La rebelión de las máquinas, la reina Borg en Star Trek: primer contacto, Elizabeth von Frankenstein en La novia de Frankenstein, la condesa Marya Zaleska en La hija de Drácula y, depredando a todo el mundo, la robot Maria en Metropolis.

"Quería que Dren fuera una criatura cuya humanidad nos enamorara", continúa Natali. De hecho, es su inocencia cautivadora y su primitiva sensualidad las que provocan un extraño deseo en Clive. "Sentirnos atraídos hacia algo que no es completamente humano nos remonta a las sirenas y ángeles, así como a la noción de vincularse a algo superior a nosotros mismos"

Dren está interpretada por dos actrices, Abigal Chu en le etapa infantil y Delphine Chanéac en la etapa adulta. "A pesar de que hicimos una investigación exhaustiva del desarrollo de la criatura, el concepto era tan sutil que resultaba imposible dar el toque final a Dren sin la presencia de Delphine y Abigail. No podíamos dibujarla", comenta Natali. A diferencia de Gollum en El señor de los anillos, donde el actor es sustituido en su totalidad por una versión de la criatura generada por ordenador; con Dren nunca se pretendió que fuera totalmente digital (razón por la que Splice: Experimento mortal era inviable hace una década). Desde un punto de vista interpretativo, sería imposible crear el grado necesario de conexión emocional si el personaje fuera completamente artificial.

A principios de 2007, Steve Hoban y Vincenzo Natali se encontraban paseando por el bulevar Charles de Gaulle en París de camino a las oficinas Gaumont para empezar las pruebas de Dren: "Vimos una mujer preciosa de pie en la acera fumándose un cigarrillo y lo supimos: esta mujer tiene que ser una de nuestras Dren", recuerda Hoban. La mujer era Delphine Chanéac. "Era espectacular, pero era la primera. Continuamos haciendo pruebas a más actrices, pero con cada nueva prueba, Delphine se elevaba como el referente por excelencia que ninguna aspirante podía alcanzar. Además de ser bella, Delphine es ligeramente andrógina y posee la destacable cualidad de poder interpretar a un personaje que evoluciona de niña a mujer adulta. También es sorprendentemente fuerte y por ello se convirtió en su propia doble".

A la parisina de nacimiento Chanéac el personaje le pareció sencillo y al mismo tiempo, muy complicado de interpretar, ya que, además de los aspectos dramáticos de Dren, era necesario que se acostumbrara a patas de tres articulaciones, tres dedos, una cola y alas. A pesar de que no tener diálogo, Chanéac ideó su propio lenguaje de ronroneos y gorjeos para comunicar un amplio abanico de emociones. "Para mi, ésta es una historia de amor. Dren quiere amar y ser amada, pero, al mismo tiempo, se la mantiene apartada por no ser normal", dice Chanéac. "Es bastante sensible y pura, como un niño, pero al mismo tiempo, se comporta de un modo agresivo. Me encantan estos sentimientos ya que yo soy un poco así. Tuve que concentrarme muchísimo para transmitir estas emociones debido a las duras exigencias físicas".

A Adrien Brody le pareció un lujo trabajar con Chanéac debido a las dificultades que conlleva actuar con criaturas inanimadas creadas con efectos especiales. Sarah Polley comentó que nunca había actuado en una película en la que tuviera tanta conexión con una criatura. Aparte del hecho de sentirse extrañamente vinculada al muñeco de Dren (lo acariciaba entre tomas), apunta, "Es interesante desarrollar una relación con algo que no es enteramente humano; afloran diferentes partes de tu humanidad"


Alas, cola y ADN basura: base científica de Splice
Lo cierto es que, la mayoría de las veces, la ciencia y la ciencia-ficción se parecen entre sí lo que el tocino y la velocidad. En los diez años que le costó a Natali materializar su proyecto, los desarrollos en el campo de la genética hicieron posible que la idea central de su filme pasara de ser ciencia-ficción a un hecho científico. "Cuando empecé a escribir la trama en 1995, nadie hablaba de clonación. En 1997, el mundo conoció a Dolly, la oveja clonada, y después, en 2001, se secuenció el genoma humano, lo que da una idea del tiempo que me llevó hacer esta película". La realidad se revelaba superior a cualquier ficción que él pudiera inventar.

"Intenté que la ciencia fuera lo más real posible, ya que no había razón alguna para que no lo fuera", explica Natali. Debido a que Splice: Experimento mortal es un drama y no un documental, los hechos se aproximan a la ficción en áreas específicas, como, por ejemplo, que mientras la creación de Dolly fue fruto de cientos de intentos, que Clive y Elsa consiguen crear a Dren mucho más rápidamente. Su técnica de combinación no es real, pero según el genetista George S. Charames, que abandonó temporalmente su trabajo en el Centro de Genética del Cáncer Bapat Lab del Instituto de Investigación Samuel Lunenfeld, en el hospital Mount Sinai en Toronto, para hacer de asesor en la película, es una técnica posible. La Incubadora Térmica Extrauterina Biomecánica (B.E.T.I. en inglés) no existe en la actualidad, pero podría existir en el futuro. El balance objetivo es que nada en Splice: Experimento mortal es imposible.

Si nos centramos en la receta que tuvo como resultado Dren, veremos que la inmensa mayoría (90%) del genoma humano (si enlazamos el ADN de todas las células de un ser humano se podría llegar perfectamente desde la tierra a la luna) contiene información acumulada durante el proceso evolutivo, sin embargo, ésta permanece sin descifrar. En ciertas ocasiones, estas secuencias se denominan con el término erróneo de "ADN basura". Sin conocer bien su función es imposible predecir o controlar los resultados de su combinación. La explicación científica de Dren es que es el resultado final del ADN extraído de varias especies, incluida la humana, combinada en un caldo primigenio. Una forma menos científica de explicarlo sería decir simplemente que Dren es mucho más que la suma de sus partes. "Todo lo relacionado con Dren es una versión biológica de la Gestalt y, de alguna manera, al mezclar los diferentes componentes entre sí, de manera accidental, se producen desarrollos genéticos que Elsa y Clive no podían anticipar", apunta Natali.

"Probablemente la gente no se haya dado cuenta de que la creación de quimeras humano-animales se está dando ya en todo el mundo. Si la ciencia fuera capaz de resolver incovenientes tales como la barrera inmunológica entre especies y las fronteras éticas asociadas a estos procesos, Splice: Experimento mortal estaría cerca de convertirse en una realidad", comenta Charames.


Efectos especiales
El diseñador de efectos especiales ganador de un Oscar, Howard Berger, quien se ocupó de todos los de Dren, criatura y maquillaje, leyó el guión de Splice: Experimento mortal a instancias de Guillermo del Toro. El hecho de haber trabajado anteriormente con Hoban en Ginger Snaps 2 y 3 hizo que Berger estuviera deseoso de trabajar con Natali y el arte conceptual que se había desarrollado le brindaba la oportunidad de hacer cosas que KNB no había hecho anteriormente. Del Toro también estaba encantado de contar con KNB, según Berger, "porque confía en nosotros y conoce la calidad del trabajo que hacemos. Y, como ya habíamos trabajado para Steve (Hoban), sabía que la parte práctica de la criatura estaría bien hecha y que Vincenzo estaría en muy buenas manos".

En total, se crearon once criaturas diferentes incluyendo las de las escenas de Fred y Ginger. La mayor parte del trabajo se dedicó a Dren. En cada fase, la función determina el diseño, "es una evolución o ‘Drenolución’ de las criaturas, y eso hace que todo sea muy real. Es muy inteligente y facilita el relato de la historia"

La directriz principal de Berger era el realismo y decidió conseguirlo dedicando un esfuerzo exhaustivo a los detalles, tales como la piel, los ojos y la cola. La fórmula que Berger encuentra más eficaz es la combinación pormenorizada de los efectos prácticos y digitales llevados a cabo por C.O.R.E. "Es un truco de magia. Dren es realmente el patito feo que comienza siendo algo poco definido y evoluciona en algo bello". Para diseñar los ojos de Dren, Berger creó diez versiones diferente,s de la cuales Natali escogió una a la que posteriormente se añadieron unas pupilas en forma de cruz. Para este fin, Berger creó para Chanéac unas lentes de contacto esclerales que cubrían todo el globo ocular. Finalmente, Berger valoró el producto final de Dren y declaró, "Creo que es una combinación de ser humano y el ADN de Vincenzo".

"En general, los animales son peligrosos e impredecibles", dice Berger. "Eso es lo que hace que Dren sea genial. Delphine ha puesto toda la carne en el asador. Este personaje no existiría sin ella. Todo en ella es muy específico, desde su aspecto hasta sus movimientos, creados por ella misma. Ella es como un pajarito y al mismo tiempo un auténtico depredador. Incluso los sonidos que hace son invención de Delphine. Su agilidad y su resistencia son impresionantes. Vincenzo creó este personaje en sus sueños, pero Delphine le ha dado vida".

Bob Munroe, supervisor de efectos visuales de C.O.R.E, que había trabajado anteriormente con Guillermo del Toro en Blade II y Mimic y con Natali en Cube, Cypher y Nothing (Cube y Cypher le proporcionaron premios en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Fantasporto) comenzó trabajando en los efectos digitales de Splice: Experimento mortal hace casi una década y retomó el trabajo al principios de 2007. "Ésta es probablemente la película más estudiada en la que haya participado y ha valido la pena", comentó durante la post-producción a medida que todas las piezas encajaban en su sitio. "Al principio, Splice: Experimento mortal habría sido, de alguna manera, posible desde un punto de vista digital, pero el presupuesto no habría estado al mismo nivel. Sin embargo, no podríamos haber hecho esta película en ese momento ya que no habríamos tenido a Delphine Chanéac. Era totalmente increíble. El movimiento y la emoción que se ve en la pantalla es todo Delphine".

De esta manera, el 70% de la Dren adulta será real (30% imagen digital), la Dren niña con Abigail Chu será 50% real, 50% imagen digital, mientras que el Dren bebé será 100% imagen digital. La novedad serán los ojos. "Estamos ensanchando los ojos de Delphine excediendo ligeramente las proporciones humanas y luego, sustituiremos los ojos de la Dren niña por los de Delphine haciendo uso de una técnica ideada por el supervisor de imagen digital Terry Bradley, que es algo que no he visto nunca", explicaba Munroe.

C.O.R.E. también se encarga de algunos efectos que van desde lo más sutil a lo grandioso. "Estamos añadiendo una sección extra a las patas de Dren para obtener extremidades inferiores con tres articulaciones, además de una cola (que es 100% digital para la Dren adulta y 80% digital para la Dren niña), hemos prescindido del ombligo de Dren ya que no ha nacido de un útero [novedad de Munroe] y del cuarto dedo de ambas manos y hemos añadido alas", continúa Munroe. Para aquellos que siguen de cerca las novedades de la imagen generada por ordenador, la mejor referencia para ver cómo son sustituidas digitalmente las partes del cuerpo en Splice: Experimento mortal es la película de Guillermo del Toro Blade II (en la que Munroe también es supervisor de efectos visuales). No obstante, en esta película, las técnicas se han llevado más allá que en cualquier otra película que C.O.R.E. haya hecho hasta el momento.


Después de luchar durante una década para llevar Splice: Experimento mortal a la gran pantalla, Natali no consigue explicarse bien cómo, por fin, todo encajó perfectamente. Lo más que podría decir es "Ha pasado algo especial. Splice: Experimento mortal existe finalmente por alguna razón. Hace 10 años ni existía ni podría haber existido. Ahora es el momento perfecto y creo de verdad que es algo más que pura coincidencia que la película se haya hecho realidad en este momento".

Una posible respuesta es que, mientras Splice: Experimento mortal sintetiza ciencia y mito, Natali se pregunta si la idea milenaria de la quimera de la mitología griega tiene ahora la posibilidad de convertirse en realidad mediante la biotecnología. "¿Fue esa noción mitológica la que inspiró a los genetistas para materializarla?, ¿es parte de nuestra evolución natural?, ¿es esa la razón de ser de la quimera mitológica y nuestro destino?.