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  Shutter Island  Dirigida por Martin Scorsese
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Dirigida por Martin Scorsese y protagonizada por Leonardo DiCaprio, Mark Ruffalo, Ben Kingsley, Michelle Williams, Emily Mortimer, Patricia Clarkson y Max von Sydow. La película está dirigida por Martin Scorsese a partir del guión de Laeta Kalogridis basado en la novela de Dennis Lehane. Los productores son Mike Medavoy, Arnold W. Messer, Bradley J. Fischer y Martin Scorsese. Los productores ejecutivos son Chris Brigham, Laeta Kalogridis, Dennis Lehane, Gianni Nunnari y Louis Phillips. El director de fotografía es Robert Richardson. El diseñador de producción es Dante Ferretti. La película ha sido montada por Thelma Schoonmaker. La diseñadora de vestuario es Sandy Powell. El supervisor de efectos visuales es Rob Legato. Co-producen Joseph Reidy, Emma Tillinger y Amy Herman. El supervisor musical es Robbie Robertson. La película está pendiente de clasificación.


Viaje a Shutter Island: De Lehane a Scorsese
Tras terminar su novela Mystic River, en la que se basó la oscarizada película de Clint Eastwood, el escritor Dennis Lehane cambió radicalmente de dirección. Alejándose de los ambientes de clase trabajadora de Boston por los que es conocido, Lehane creó una intriga psicológica plagada de terror y ambientada en el apogeo de la paranoia de la Guerra Fría en los años 50, en la que las líneas que separan la cordura y la locura, la verdad y el engaño empiezan a difuminarse.

Shutter Island mezcla elementos de misterio gótico, novela de detectives, conspiraciones, vueltas de tuerca y un terror al estilo de Edgar Allan Poe para crear un inquietante efecto que coge al lector por sorpresa. A lo largo de cuatro intensos días en la isla donde se encuentra el Hospital Ashecliffe para Criminales Trastornados, en medio de un terrible huracán de categoría 5, la novela presenta una insólita investigación criminal sin ningún contacto con el mundo exterior en la que los dos investigadores solitarios se ven sometidos a una creciente tensión. El agente Teddy Daniels se verá obligado a enfrentarse a un mundo en el que la psique humana está peligrosamente descontrolada y acechan terribles secretos, recuerdos aterradores y verdades enterradas.

El libro parte del enigma de la inexplicable desaparición de una asesina de un centro de alta seguridad, pero dentro de su laberinto de espeluznantes giros inesperados trata temas como el trauma persistente de la segunda guerra mundial, el potencial del siglo XX para infinitud de conspiraciones, el debate sobre los tratamientos psiquiátricos invasivos y, sobre todo, el extraordinario poder de la psique humana para eludir todos los intentos científicos y legales por controlarla.

Janet Maslin, del New York Times, calificó la novela, que se convertiría en uno de los best-sellers de 2003, de "inesperadamente original" y "con cualidades cinematográficas". El productor Bradley J. Fischer, uno de los socios de Phoenix Pictures, estaba produciendo el thriller de David Fincher Zodiac cuando compró el libro en un aeropuerto y se quedó tan atrapado por su angustiosa atmósfera y por la maraña de temas contemporáneos que inmediatamente quiso llevarlo a la pantalla.

"Yo ya era un gran admirador de Dennis Lehane, pero no estaba preparado para esta novela", recuerda Fischer. "Es un thriller y un misterio gótico, pero es mucho más que eso, por su profundidad y porque trata temas morales muy serios. El argumento, denso e inquietante, contiene una serie de giros que te dejan desconcertado".

En cuanto pudo hacerse con los derechos, Fischer se puso manos a la obra junto con el presidente de la compañía, Mike Medavoy. El ejecutivo de Phoenix Pictures Arnold W. Messer se les unió como productor.

Fischer se puso en contacto con Laeta Kalogridis, una guionista conocida por su gran afinidad con el suspense, la aventura y los personajes complejos. Después de trabajar con ella en el thriller de acción ambientado en la época de los vikingos El guía del desfiladero, los productores de Phoenix sabían que tenía el potencial creativo para llevar a buen puerto el proyecto. "Sabíamos que Laeta sería capaz de hacer que las maravillosas palabras de Dennis Lehane cobraran vida con todas las posibilidades que ofrece el cine", dice Fischer.

Kalogridis, que también es una de las productoras ejecutivas de Shutter Island (junto a Chris Brigham, Lehane, Gianni Nunnari y Louis Phillips), estaba entusiasmada con el reto de adaptar el rico material de la historia de Lehane, que se va entretejiendo mediante flashbacks, alucinaciones y fantasías, jugando con el tiempo cronológico y la huidiza naturaleza de la realidad en cada momento. Se metió de lleno a explorar el amplio espectro de complejos temas que plantea Lehane, desde el terrorífico pasado de las instituciones mentales y la sórdida ciencia detrás de las lobotomías a espantosos hechos históricos como los campos de concentración nazis y los experimentos de control mental de la Guerra Fría.

"A Laeta la historia le impactó tanto como a mí", comenta Fischer. "Comprendió que la narración tiene distintos hilos y capas para los que hay que encontrar un equilibrio – la adaptación no fue fácil – pero exploró distintas direcciones para los personajes y formas de presentar los flashbacks. Pronto tuvimos un guión con el que Mike Medavoy y yo estábamos muy satisfechos".

Más incluso que la novela, para la que el autor se inspiró en parte por su amor por el cine de serie B, el guión recuerda a películas clásicas de Hollywood como el misterio sobre cambios de identidad Laura, de Otto Preminger, y Shock Corridor, de Sam Fuller, sobre la situación en los hospitales mentales. Era evidente que para hacerle justicia necesitarían a un director con un profundo conocimiento del cine y una pasión por la interacción psicológica.

El primer nombre en el que pensó Fischer fue el del director ganador de un Oscar, Martin Scorsese. Los ejecutivos de Phoenix se pusieron en contacto con el prolífico pero siempre ocupado director sin demasiadas esperanzas porque supusieron que, después de ganar el Oscar al mejor director por Infiltrados, era poco probable que aceptara.

No pudieron haber escogido un mejor momento. Scorsese no solo estaba disponible sino que el estilo y la temática de Shutter Island le cautivaron. Cuando Phoenix le envió el guión, estaba inmerso en la narración de Val Lewton: The Man in the Shadows, un documental sobre el creador detrás de las películas de terror de la RKO de los años 40 tan influyentes como La mujer pantera y Yo anduve con un Zombie. Scorsese tenía ganas de revisar el concepto de terror existencialista. "A Marty le atrajo la idea de rodar una historia de terror gótico envuelta en misterio", explica Fischer. "Se entusiasmó con la idea desde el principio. Cuando me llamó su agente para decirme que quería dirigir Shutter Island, dijo: 'Marty dice que le recuerda a una película alemana antigua llamada... llamada...' Mientras intentaba recordar el título, dio la casualidad que yo tenía delante de mí en mi oficina un cartel enmarcado de esa película, una de mis favoritas, un clásico mudo del cine expresionista alemán. 'Dijo que le recordaba a El gabinete del Dr. Caligari', sugerí yo. 'Sí', gritó su agente. '¡Esa era!'"

Fischer continúa: "Que el guión le recordase a la misma película de terror de la época Weimar que a mí fue impresionante. De todos modos, no me sorprendió. Siempre asocié El gabinete del Dr. Caligari a Shutter Island. Marty también es un admirador de esa película y fue uno de sus muchos referentes durante el rodaje. A partir de ese momento, las cosas avanzaron rápidamente. Lo que Marty vio en la historia y los distintos niveles que encontró en el material hicieron que fuera un proyecto mucho más complejo de lo que nos habíamos imaginado".

Scorsese dice que el guión de Shutter Island le enganchó en la primera lectura. "No sabía nada de la historia y empecé a leerla a las diez y media de la noche. Tenía que irme a la cama porque madrugaba al día siguiente, pero no podía apartar los ojos del guión y los distintos niveles de la historia no dejaban de sorprenderme", recuerda.

Sintió una conexión inmediata con la mezcla de géneros clásicos de intriga, desde un oscuro cine negro al terror con mayúsculas. "Este es el tipo de película que me gusta ver, el tipo de historia que me gusta leer", explica Scorsese. "Todos estos años, creo que me he mantenido alejado de ciertos tipos de película que emulan un estilo que en cierta manera me parece un referente, pero al final son las películas que vuelvo a ver una y otra vez. Siempre me han atraído este tipo de historias. Lo interesante es que la historia y la realidad de lo que está pasando van cambiando constantemente y hasta la escena final todo se basa en cómo se percibe la realidad".

"Más que la ambientación o la manera de contar la historia, para mí lo importante es lo que le sucede al personaje de Teddy, que me parece muy emotivo. Esa fue la conexión emocional"., continúa:

Scorsese usó los elementos de cine negro del guión de Kalogridis para profundizar en las microdinámicas y maquinaciones psicológicas de los personajes, combinando una gran riqueza visual con emociones subyacentes para que el público acompañe a Teddy Daniels en su viaje al límite. Desde el comienzo de la pre-producción, el director inspiró al reparto y al equipo técnico con una serie de proyecciones nocturnas de películas, algunas legendarias y otras desconocidas, que trataban los temas y estilos presentes en Shutter Island.

Entre las escogidas por Scorsese destacaban Laura, de Otto Preminger; la oscura historia de traiciones de Jacques Tourneur de 1947 Retorno al pasado; el thriller de Edward Dmytrykde de 1947 Crossfire, sobre el asesinato de un soldado judío después de la segunda guerra mundial; el drama policial de 1952 de Nicholas Ray La casa en la sombra; el debut como director de Karl Malden Labios sellados, de 1957, un intenso drama psicológico sobre un soldado americano que se enfrenta a un juicio marcial; El proceso, de Orson Welles, adaptación de 1963 de la historia surrealista de Franz Kafka en la que un hombre que es detenido sin más explicación acusado de un crimen que desconoce; los documentales de John Huston San Pietro y Let There Be Light, este último sobre soldados que regresan sufriendo lo que se denominó "síndrome de guerra"; referentes del cine de terror como La casa encantada, de Robert Wise, y Suspense, de Jack Clayton; y varias películas de Val Lewton, a las que Scorsese debe su aprecio por el género del thriller de terror, entre ellas la enigmática The Seventh Victim, sobre una mujer que busca a su hermana desaparecida en una secta satánica.

La lista también incluía un documental obligatorio de 1967: el polémico Titicut Follies, de Frederick Wiseman, que llegó a estar prohibido y que expone el trato a los pacientes en un hospital para criminales trastornados. El documental proporcionó a los actores y al equipo una percepción desgarradora de cómo eran los centros mentales en los 50 y los 60, antes de que las reformas modernas mejoraran las condiciones y dieran prioridad a los derechos del paciente. Ambientada en el Instituto Correccional de Massachusetts para Criminales Trastornados de Bridgewater, la película recrea sin tapujos un centro en el que se desnudaba a los pacientes, se les encadenaba a la pared de la celda, se les alimentaba por la fuerza y se les despojaba de la más mínima dignidad humana. La película tendría una gran repercusión. Al poco de su estreno, la indignación pública era tal que se inició una demanda colectiva contra Bridgewater, lo que a su vez dio lugar a cambios permanentes en la forma de dirigir las instituciones estatales de todo el país.

"Ver Titicut Follies hizo que los actores y el equipo técnico vieran de primer mano el tipo de mundo que se retrataría en la película", señala Fischer. "Fue una experiencia muy impactante para todos nosotros".


Shutter Island al descubierto: Los personajes
En el centro del suspense y la escalada de terror de Shutter Island encontramos la desgarradora experiencia de Teddy Daniels, el curtido veterano de guerra y agente federal que llega a la isla hospital para investigar la desaparición de una asesina, sólo para adentrarse cada vez más en un abismo de enigmas vertiginosos, tormentosos recuerdos y miedo inexorable. Tras toparse con un obstáculo tras otro en su investigación, Teddy tiene motivos para creer que está siendo manipulado, observado e incluso drogado, lo que le lleva hasta los límites oscuros y difusos de su propia cordura. Quizás le están advirtiendo de que no indague en la verdad sobre Shutter Island o es víctima de un terrible experimento, pero no cabe duda de que hay planes ocultos que atan a Teddy a este lugar impenetrable.

Para interpretar a un personaje tan contenido, pero cuyas facetas más ocultas saldrán a la luz en cuestión de días, los productores pensaron desde el principio en Leonardo DiCaprio, tres veces nominado al Oscar, que ha madurado en la pantalla hasta ser uno de los actores actuales con más carisma. "Cuando pensamos en Marty inmediatamente nos vino Leo a la cabeza, primero porque era un papel perfecto para él y segundo por el increíble éxito de sus otras colaboraciones con Scorsese"., dice Fischer.

Scorsese respaldó la decisión sin dudarlo. "Después de haber trabajado con él en Gangs of New York, El aviador e Infiltrados, enseguida pensé en él para el papel", dice. "Tenemos una forma de trabajar juntos y sabía que podía confiar en él como artista para alcanzar todos los estados psicológicos y emocionales por los que pasa el personaje de Teddy y la transformación que sufre. ¿Que si le he visto hacerlo antes? No a este nivel, creo. A medida que se hace mayor, tiene cada vez más matices".

DiCaprio aceptó nada más leer el guión. "Me atrajeron muchas cosas del personaje", explica. "Teddy llega a Shutter Island decidido a resolver un misterio y a averiguar lo que está pasando, pero también tiene sus propios planes y secretos. Su viaje es mucho más complejo de lo que parece a simple vista. Una de las cosas que más me gustan de la historia es que no deja de desconcertarte. Funciona a muchos niveles, es como un pastel gigante con muchas capas".

"Me enamoré de la complejidad de Teddy, con su búsqueda de la verdad, que despierta algo en él y que también despertó algo en mí. El final me impactó profundamente"., continúa.

También le atrajo la idea de volver a trabajar con Scorsese. "Una cosa que no creo que mucha gente sepa de Scorsese es lo mucho que confía en los actores y lo mucho que depende de que estos hagan los deberes antes de empezar a rodar", comenta DiCaprio. "Es un genio del cine y sabe cómo conducir la mente humana y retratar aspectos de la condición humana, pero permite que los actores sean realmente los que dicten lo que utiliza en la pantalla".

Tras aceptar el papel, DiCaprio comenzó una investigación por su cuenta. Se documentó sobre la formación que recibían los agentes federales de los años 50 y sobre las experiencias de los veteranos de la segunda guerra mundial y se informó de las técnicas psiquiátricas empleadas en las instituciones mentales en esa época. También leyó una y otra vez la novela de Lehane. "Tener a alguien como Dennis Lehane, que crea personajes tan complejos, te da muchos puntos de referencia y un buen material para empezar a trabajar", dice.

El grueso de su preparación fue, sin embargo, una serie de largas conversaciones con Scorsese. "A Marty le encanta comentar hasta el más mínimo detalle y eso te ayuda a concretar quién es tu personaje y a hacer que resulte más creíble en pantalla. Comentábamos las escenas casi como detectives de homicidios, repasando hasta el más mínimo detalle. Esa es una de las partes más interesantes, difíciles, aterradoras y divertidas de hacer este tipo de películas, porque, cuando llegas al rodaje, estás realmente comprometido con algo".

En el caso de este personaje en particular, estas conversaciones tuvieron especial importancia. "Con Teddy, había una fina línea que no queríamos cruzar y eso fue todo un desafío", explica DiCaprio. "Necesitaba que Scorsese me marcara las pautas de hasta dónde podían ir las cosas. En un segundo visionado se pueden apreciar muchas de estas sutilezas".

Otra fuente de inspiración para DiCaprio fue el reparto que le acompañaba. "Hay interpretaciones formidables, con personajes tan trabajados que cobran vida", dice. "El reparto está espectacular y te convence de que los personajes que encuentras en Shutter Island son reales y tangibles".

DiCaprio tenía mucho interés en trabajar con Mark Ruffalo, que interpreta a Chuck Aule, el nuevo compañero de Teddy que también se verá arrastrado por los misterios y conspiraciones de la isla rocosa. "Hacía mucho que quería trabajar con Mark. Su carrera está llena de interpretaciones fantásticas y ultra-realistas", dice. "Su personaje, Chuck, tiene una interesante relación con Teddy. Empiezan a forjar una relación de confianza, pero sospechan de las intenciones del otro. Mark aporta algo necesario a la película y compensa a mi personaje de una manera muy profunda".

Ruffalo se ha revelado como uno de los actores protagonistas más versátiles e interesantes, tras trabajar en películas como Puedes contar conmigo, de Kenneth Lonergan; Olvídate de mí, de Michel Gondry; y Collateral, de Michael Mann. Dice Scorsese: "Llevaba queriendo trabajar con Mark desde que le vi en Puedes contar conmigo, de la que fui productor ejecutivo. Con Mark puedes lograr una intensa conexión emocional. Es creíble a cualquier nivel cuando interpreta personajes complejos".

A Ruffalo le atrajo la oportunidad de trabajar con Scorsese y DiCaprio, pero fue lo imprevisible del guión lo que acabó de convencerle. "Al principio crees que es sólo una historia interesante de detectives, pero a medida que avanza te vas encontrando con sorpresas y giros inesperados y el guión resulta ser muchas otras cosas que no te esperabas", dice. "Todo es cada vez más extraño y te transporta a otro mundo. A medida que leía el guión me iba dando cuenta de que interpretar a Chuck, que juega un papel mucho más importante de lo que parece al principio, sería un reto extraordinario".

Preparar el papel fue un gran desafío para Ruffalo. "Tenía que resolver el problema de cómo manejar las sutilezas del personaje", explica. "Parece que Chuck está ahí para proteger a Teddy, pero en el fondo también le está empujando hacia una revelación. Hay un interesante tira y afloja interpretativo". Una de las claves era conseguir que su personaje mantuviera el interés al ver la película por segunda vez, incluso después de que se desvelaran todos los secretos de la historia. "Creo que la segunda vez que la ves aprecias pequeñas pistas de lo que está pasando realmente, aunque sin levantar grandes sospechas", dice Ruffalo. "Todo se basa en cómo escucho y respondo ante ciertas cosas, en cómo miro a Leo".

Ruffalo vio cumplido su deseo de trabajar con DiCaprio. "Hace mucho que le admiro y le he visto madurar como actor. No sabía con qué me iba a encontrar, pero descubrí que es uno de los actores más trabajadores y entregados. Trabaja sin descanso, estudiando constantemente sus frases y hablando sobre los personajes. Nunca estaba satisfecho, pero, al mismo tiempo, es muy generoso con los otros actores. Realmente me dejó impresionado".

Ruffalo encontró inspiración en el entusiasmo de Scorsese. "La película en un lienzo en blanco para el virtuosismo de Scorsese", dice. "Está llena de secuencias de fantasía, flashbacks, elegancia de época, estados mentales alterados, cine negro, elementos sobrenaturales y personajes muy trabajados. Le permite poner en práctica todo lo que siempre ha amado del cine. Una de las mejores cosas de trabajar con Marty es que aprecia de verdad a los actores y le encanta crear un entorno de trabajo donde todo el mundo puede aportar su visión. Fue un proceso muy colaborativo. Todos nos sentábamos a hablar de los personajes. También hablábamos de mitología, historia y, sobre todo, de cine, remitiéndonos a los clásicos para explorar los personajes y captar el estilo del cine negro. En cada fotograma pasan muchas cosas a todos los niveles y creo que eso la convierte en una experiencia cinematográfica muy satisfactoria", prosigue.

El ganador de un Oscar Ben Kingsley se unió al reparto para interpretar al brillante Dr. Cawley, que psicoanaliza cada movimiento de Teddy y Chuck tras pedirles que encuentren a su peligrosa paciente. Scorsese llevaba tiempo queriendo trabajar con Kingsley y pensó que el papel sería perfecto para él. "Ben fue una elección obvia por su dedicación, concentración y compasión. Eso es lo importante del personaje del Dr. Cawley – su dedicación y su capacidad de encontrar algo humano en sus violentos pacientes", dice el director.

A Kingsley le atrajo la historia y, sobre todo, las intenciones secretas de su personaje. "Esta historia es como una excavación arqueológica en la que te vas encontrando una capa detrás de otra", dice. "Eso me gusta, y me gusta el Dr. Cawley porque esconde extraordinarios secretos que irán saliendo a la superficie. Tiene una interesante visión de su profesión en una época en la que se libraba una batalla entre los antiguos tratamientos y los nuevos fármacos y e intervenciones como las lobotomías".

Kingsley llegó al rodaje con su propia visión del aspecto que debería tener el Dr. Cawley. "Lo de tener en la cabeza la imagen exacta del personaje me viene de mis días de Shakespeare", dice. "Escogí su traje verde, su pipa y unos maravilosos zapatos de cuero de Oxford que le anclan a la tierra. Me lo imagino como un hombre con los pies en la tierra, pero con la cabeza en las alturas de la ciencia".

Disfrutó especialmente interactuando con el resto del extraordinario reparto. "Leo está en la etapa Hamlet de su vida y este papel le da una oportunidad extraordinaria de mostrar esa madurez. Mark Ruffalo irradia afecto y lealtad; Michelle Williams tiene una vulnerabilidad hermosa y conmovedora; Emily Mortimer es exquisita, como un pájaro que golpea sus alas contra una ventana; Patricia Clarkson rebosa calma e inteligencia y Max von Sydow, con su impresionante autoridad, está soberbio. Marty los utilizó como un pintor, colocando un color al lado de otro para lograr un mayor efecto. Es un lujo formar parte de un proyecto como este".

Dolores, la mujer de Teddy, es un personaje clave interpretado por la candidata al Oscar Michelle Williams (Brokeback Mountain), que no dudó ni un instante a la hora de aceptar un personaje tan poco común. "Es un papel muy exigente, lo cual es algo que siempre me atrae", dice. Reconoce que el personaje le afectó mucho más de lo que había previsto "Fue muy duro interpretar a Dolores. Es como estar en una pesadilla de la que no puedes despertar y que no para de cambiar y de volverse cada vez más oscura".

Para profundizar en la psicología y la veracidad de Dolores, Williams leyó mucho sobre patologías psiquiátricas, vio documentales y habló con varios médicos. "También hablé mucho con Marty", explica, "porque una de las cosas más importantes es establecer la confianza".

La época en la que transcurre también despertó el interés de Williams. "Los años 50 fueron una época de incertidumbre. Dolores está atrapada en su paranoia con la guerra, con ser espiada, con no estar a salvo", señala. "Tuve que compadecerme de ella por todo lo que le estaba pasando".

A menudo el rodaje de Williams estuvo pasado por agua, inundado con diluvios inducidos por el sueño. "Me pasé dos meses haciendo el mismo movimiento empapada de arriba a abajo", ríe. "Estuve casi todo el rodaje con los dedos arrugados pero todo forma parte de la manera de Marty de contar la historia y me encantó ser parte de ella".

Dice DiCaprio de Williams: "Michelle da el peso emocional a toda la película con una intensa interpretación que va al fondo de quién es esta pareja".

Dolores no es la única mujer que ronda a Teddy Daniels durante su visita al hospital Ashecliffe. Está también Rachel Solando, la peligrosas asesina trastornada cuya inexplicable desaparición le lleva a la isla. Rachel aparece en dos encarnaciones, interpretada por la candidata al Oscar Patricia Clarkson (Retrato de April) y la prometedora Emily Mortimer (Match Point).

Dice Scorsese de Clarkson: "Su escena con Leo en la cueva es una de mis favoritas. Es como el Oráculo de Delfos. Es un encuentro ritualista, casi como un antiguo mito, pero Patricia interpreta al personaje con una gran sinceridad. Ahí no hay trampa. Es una actriz muy versátil".

Clarkson estaba intrigadísima por el papel de su personaje dentro de la estructura de la historia. "Ella es otro giro dentro de la película que funciona a varios niveles. Cuando aparece mi personaje, crees que puede ser la que revele la verdad, la que aporte algo de consuelo y marque el final del viaje, pero entonces descubres que todavía quedan muchas sorpresas. Esto es lo maravilloso de la novela y del guión".

Otro incentivo para Clarkson fue trabajar con DiCaprio. "Consigue una transformación total de su personaje, pero de una manera muy sutil y delicada. Me encantó trabajar con él porque en cada toma se entrega al 2000%", dice.

Para Emily Mortimer, su papel también resultó irresistible. "Rachel es un personaje fantástico e intimidante porque nunca la ves cuerda en la película", comenta. "Fue muy emocionante penetrar en el mundo gótico de los años 50 recreado por Marty, que nos remonta al estilo de las películas que se hacían entonces. Lo que más me gusta de la película es que plantea una pregunta que todos nos hechos hecho alguna vez: ¿Estoy loco o es el mundo el que está loco? Rompe con la percepción de lo que es real y lo que no, y Marty capturó esto a la perfección".

Scorsese también se quedó prendado de la interpretación de Mortimer. "Su forma de interpretar a Rachel es muy conmovedora. Me la creí totalmente y el giro de su personaje lo hace realmente escalofriante".

Quizá lo que más le costo a Mortimer fue reconocer que formaba parte de un reparto tan distinguido. "Estaba muy orgullosa de ser parte del reparto, pero también fue difícil porque ahí estaba yo, teniendo que hacerme la loca delante de gente como Leonardo DiCaprio, Sir Ben Kingsley y Mark Ruffalo, aunque me apoyaron en todo. Leo es un actor muy generoso. Me hizo sentir muy cómoda", dice. "Nuestros personajes tienen una dinámica interesante por el contraste entre lo que ves en la pantalla y lo que está sucediendo realmente en los recovecos de sus mentes".

DiCaprio también disfrutó de la dinámica. "La interpretación de Emily es increíble y su personaje es un revulsivo para Teddy", dice.

Otro impactante papel secundario es el del recluso de Shutter Island George Noyce. Una cara misteriosa del pasado de Teddy, Noyce está interpretado por Jackie Earle Haley (Little Children), otro actor que interesaba a Scorsese. "Me pareció fantástico en Little Children y fue muy interesante trabajar con él", comenta el director. "Manejó el diálogo con Teddy de manera fascinante. Deja al personaje de Teddy conmocionado y es uno de los puntos fuertes de la película".

Dice Haley, que tuvo que someterse a largas sesiones de maquillaje para interpretar al maltratado Noyce: "George comparte con Teddy una escena crucial y no puedo describir la emoción que sentía al trabajar con Leo mientras Marty daba indicaciones. Era un sueño hecho realidad. Entre toma y toma Marty venía, nos movía y cambiaba pequeños detalles para mejorar el resultado".

El legendario Max von Sydow (La escafandra y la mariposa) completa el espectacular reparto de la película interpretando al Dr. Naehring, una de las figuras más amenazadoras y siniestras de Ashecliffe. Dice Scorsese: "Max von Sydow es un grande del cine. Creo que le vi por primera vez en El séptimo sello, de Bergman, y su trayectoria a lo largo de 50 años ya forma parte de la historia del cine. Es fascinante observar el control que tiene. Posee la inteligencia y la confianza para plasmar la naturaleza de este hombre, un antiguo nazi. También representa la otra cara de la profesión psiquiátrica. El Dr. Naehring no es un villano, sino alguien que cree de verdad en lo que hace".