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  Control  Dirigida por Anton Corbijn
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Al igual que ocurre con otras muchas películas, para encontrar la semilla de Control hay que remontarse 10 años, a una visita a una librería, en la que el productor Orian Williams compró Touching From a Distance, la narración biográfica de Deborah Curtis sobre la breve vida de su marido, Ian Curtis, el enigmático vocalista de Joy Division.

El libro arranca en Macclesfield, una pequeña ciudad a las afueras de Manchester, durante la adolescencia de Ian Curtis. Todos los acontecimientos son narrados siempre desde la perspectiva de Deborah Curtis, quien narra con todo detalle su relación y matrimonio con Ian, a la vez que recuerda la historia de Joy Division. Aunque sólo grabaron dos albums de estudio, en 3 años, fueron los líderes del movimiento post-punk que influenció a bandas como The Smiths, U2 e incluso grupos actuales como The Killers, Bloc Party o The Editors.

La mayor intriga del libro es la perspicacia con la que se adentra en el alma torturada del vocalista de Joy Division. Poco a poco, vamos viendo las diferentes capas de su grave depresión, el sentimiento de culpabilidad y su débil salud, que le llevaron a suicidarse a los 23 años.

“Me compré el libro en 1997, cuando se editó en Estados Unidos”, recuerda Williams. “Lo tuve en el coche durante un par de días, y un productor amigo mío, al verlo me dijo “ qué haces con este libro? ¡Sería una película increíble! Al ser los dos grandes seguidores de Joy Division, de repente lo vieron claro. Williams, que en ese momento estaba ocupado con la producción de Shadow of the Vampire, protagonizada por John Malkovich y Willem Dafoe, le dio el libro a su amigo, para que investigara y viera todas sus posibilidades.

“Había estado oculto y no pensaba en él, ni siquiera lo había leído”, dice Williams (de Touching From a Distance). “Lo puse en una estantería. Un par de semanas después, un amigo mío director, al ver el libro me preguntó, “¿Qué estás haciendo con este libro?”


Passover
Con energías renovadas, Williams hizo unas cuantas llamadas. Descubrió que Deborah Curtis ya había aprobado una adaptación cinematográfica, que se desarrollaba en Nueva York. El proyecto llevaba 3 años parado. Williams había tratado de involucrarse en su producción antes de que el proyecto se cancelara definitivamente y se disolviera la productora.

Después de hablar con Deborah Curtis y con su hija Natalie, Williams y su por entonces socio en la producción, Todd Eckert, comenzaron un proceso para ganarse su confianza y explicarles cual era su visión sobre la adaptación que querian llevar a cabo, y que para ellas sería vista como el último recuerdo que tendrían de su marido y padre las futuras generaciones. Este proceso se prolongó durante 8 meses. Con su consentimiento, Williams adquirió los derechos de su libro y comenzó a trabajar en la nueva producción.

Deborah y Natalie Curtis pusieron en contacto a Williams con Tony Wilson, que había fichado a Joy Division para su sello discográfico, Factory Records, y les había conseguido su primera actuación en televisión. Wilson terminaría uniéndose al proyecto como coproductor.

Tomando su libro como punto de partida, Williams había hecho especial hincapié a Deborah que la película estaría elaborada a partir de su historia.

“Quería asegurarme que la película cubriría todos los aspectos de la vida de Ian”, apunta Williams “y la mujer estaba de acuerdo con eso”. Eso significaba que debería aparecer la historia de Annik Honoré - la mujer que tuvo un romance con Ian Curtis que dio lugar a la desintegración del matrimonio Curtis. “Ian estaba muy apegado a Annik, y nosotros estabamos muy interesados en incluir elementos de su vida, algo de lo que se habla muy poco en Touching From a Distance y como tuvo un papel muy importante dentro de toda la historia”, añade Williams.

Para contar la historia completa, también había que introducir al resto de integrantes de Joy Division; Bernard Sumner, Peter Hook y Stephen Morris, quienes ahora son mucho más conocidos por vender millones de discos bajo el nombre de New Order.

Con el acuerdo y la aprobación de Deborah Curtis, junto con el apoyo y respaldo de los miembros de New Order, comenzó la búsqueda de director.


Heart and Soul
A finales de 2001, meses antes de iniciar sus negociaciones con Deborah Curtis, Williams había mandado un mail al prestigioso fotógrafo Anton Corbijn, animándole a dirigir su primera película y con la esperanza de que ambos pudieran trabajar juntos algún día.

“Le mandé un mail diciéndole, creo que sería una buena idea que hicieras una película”, recuerda Williams. “Me contestó que había estado pensando en dar un giro radical a su vida. Y añadió, puesto que me has escrito en este momento, ¿por qué no nos encontramos algún día?”

Anton Corbijn, quien se había dado a conocer como fotógrafo y haciendo trabajos musicales para bandas como U2 o Depeche Mode (además de fotografiando a toda la aristocracia del mundo del rock) lo primero que le dijo a Williams fue que si hacía una película no tendría nada que ver con la música. Tiempo después sin embargo, aceptaría la oferta de Williams para dirigir una película sobre Ian Curtis.

“Estaba leyendo varios guiones, pero no sabía que dirección tomar”, reconoce Corbijn del tiempo en el que Williams tuvo el primer contacto con él. “Sabía que no quiería hacer una película musical, ya que eso parecía muy predecible. En Inglaterra la gente me conoce como fotógrafo del rock”. No lo soy, sólo soy fotógrafo y pensaba que si hacía una película de temática musical, ya sería así conocido para siempre.

Mientras Williams buscaba al director para dirigir la película, nunca perdió el contacto con Corbijn, pensando en poder trabajar con él en el futuro. Un tiempo después, Corbijn le dijo a Williams que se trasladaba a vivir a Los Angeles y que deberían quedar para comer.

Cuando quedaron, Corbijn ya había adquirido los derechos del libro de Deborah Curtis.

“La comida duró dos horas. Durante ese tiempo, me contó su historia personal, sobre como había decidido abandonar Holanda para irse a vivir a Londres, y así poder estar más cerca de Joy Division”, recuerda Williams sobre esa comida celebrada en Abril de 2004.

En octubre de 1979, con 24 años, Corbijn llegaba a Londres. Tan sólo un par de meses después, asistía al concierto que Joy Division ofreció en el Rainbow Theatre y al día siguiente “tomé la imagen que se ha convertido en un icono de los miembros de la banda bajando al metro. Seis meses después, Ian se suicidó. De repente, esa foto se convirtió en algo muy importante”, puntualiza Corbijn.

Después de la comida, Corbijn le sugirió que se volviera a leer Touching from a Distance.

“Secretamente, yo quería que dirigiera la película, confiesa Williams. Estaba convencido que su conocimiento del grupo le daría un toque muy especial a la película. “Hasta que no me contó lo de su traslado a Londres, no fui consciente de la conexión tan grande que existía entre Corbijn y el grupo. Pronto confirmó mis sospechas, al afirmar que él podría ser la única persona que pudiera dirigir esta película. No de una manera arrogante, sino manifestando su deseo de proteger la historia. Le contesté, “¡yo también creo que eres la persona que debe dirigir esto!. Nunca le ví temeroso al afrontar su primera película”, señala Williams.

La noticia de que Corbijn dirigiría la película se hizo pública el 7 de enero de 2005, en el Radisson Edwardian (anteriormente conocido como Free Trade Hall) de Manchester, lugar en el que tuvo lugar el concierto de los Sex Pistols que daría lugar a la primera conversión de Ian Curtis con Bernard Sumner y Peter Hook sobre la creación de un grupo musical.

La noche anterior a la rueda de prensa, Corbijn pensó que Control sería el título de la película. Al día siguiente explicó que su inspiración era una clara referencia al tema SheŽs Lost Control y “además, porque creo que Ian era una persona que quería controlar su vida, todo aquello que estaba a su alrededor y su destino. Aunque por mucho que se empeñara, la epilepsia era un elemento presente en su día a día que no podía controlar”, relataba Corbijn.

Debbie Curtis, que durante la rueda de prensa estaba sentada al lado de Corbijn y del equipo de producción de Control, anunció su completo apoyo a la película.

“Después de todos estos años, me hace mucha ilusión”, reconocía Deborah. “El proyecto para llevar a cabo esta pelicula se ha prolongado durante mucho tiempo. Hubo una época en la que pensaba que era mejor no llevarlo a cabo, pero ahora hemos encontrado a la gente correcta”, afirmaba Deborah Curtis.


Atmosphere
Tomando el libro de Deborah Curtis como base, la tarea de escribir el guión recayó en Matt Greenhalgh, nacido y críado en Salford. Los productores siempre habían querido que alguien familiarizado con las costumbres y peculiaridades de la zona de Manchester adaptara el libro, para evitar que la película se llenara de artificios propios de Hollywood.

“Ian es un Dios en su ciudad. Realizar una biografía suya es probablemente el sueño de cualquier joven de Manchester”, afirmaba Greenhalgh, en el transcurso de la rueda de prensa. Touching from a Distance está magistralmente escrito y el guión tiene que estar a su altura. Hay mucha gente a la que satisfacer, que conocen perfectamente todos los acontecimientos”.

Además de pedirle a Deborah Curtis una mayor aportación, Greenhaghl, llevó a cabo una meticulosa investigación. Para ello realizó numerosas entrevistas a personas que habían tenido relación directa con la historia. Al igual que a aquellos que estaban realizando un apoyo activo o estaban involucrados de alguna manera en el proyecto, como Tony Wilson y los miembros de New Order, Greenhalgh además mantuvo un par de conversaciones, cara a cara, con Annik Honoré en la casa que ésta tenía en Bruselas, hasta donde viajó para conocer su historia de primera mano.

En el momento de conocer a la banda, Honoré era una joven periodista freelance belga. Al hacerles una entrevista, sintió un flechazo instántaneo por Ian. Ian y Annik comenzaron una relación que duró hasta que Ian puso fin a su vida. Esta relación aceleró la desintegración del matrimonio Curtis. La principal objeción a la película era la de humanizarla demasiado, puesto que, después de todo, era la mujer por la que Ian Curtis arriesgó todo.

A pesar de sus conversaciones con Greenhalgh, Honoré sólo autorizó que utilizaran su nombre. “Honestamente, me costó mucho que nos permitiera usar su nombre”, reconoce el guionista. Corbijn insinua que posiblemente Honoré tenía algunas reservas, al no saber como se trasladaría el guión a la gran pantalla.

El director afirma que “a veces es complicado explicarle a las personas, que aunque sobre el papel algo te parezca un poco cursi, el modo de filmar las cosas y la manera de decir sus diálogos los actores, pueden convertirlo en algo totalmente diferente. La atmósfera es lo que hace creíbles a las escenas”.

Corbijn visitó a los tres supervivientes de Joy Division en sus casas para enseñarles el guión. “Fue muy interesante, algunos miraban los hechos, otros los sentimientos”, confiesa el director. “Stephen, por ejemplo, quería asegurarse que Rob Gretton, el último manager de la banda, era bien tratado en la película”.

La implicación de Corbijn había hecho que los tres supervivientes de Joy Division dieran su consentimiento al proyecto. A pesar de apoyar la película, habían demostrado un escaso interés.

Al enseñarles el guión, una de las cosas más sorprendentes fue ver como diferían los recuerdos que cada uno tenía. “Todo ocurrió hace mucho tiempo y era una epoca en la que había muchas drogas y confusión”, reflexiona Corbijn. “Pero incluso cuando se produce un accidente de coche y hay varios testigos, una hora después, cada uno cuenta la historia de una manera diferente”.

“El hecho de que fuera Anton quien estaba al mando del proyecto, les producía un sentimiento de seguridad de que el resultado sería bueno”, reconoce Williams.

Ironicamente, aunque los productores deseaban mantener toda la esencia y hacer un retrato lo más fiel posible de Manchester, las imágenes más importantes no podían filmarse en el zona de Manchester que deseaban.

“Queríamos rodar en Manchester, para estar lo más cerca posible del lugar en el que todo tuvo lugar, pero visualmente la ciudad ha cambiado tanto que ya no se parece al Manchester de los 70”, afirma Williams. “Ahora, apuntes donde apuntes con tu cámara aparece algo moderno”.

El paisaje de la ciudad que Ian Curtis conoció ha cambiado drásticamente. La reconstrucción tras el atentado del IRA en 1996 y la modernización llevada a cabo, con motivo de la celebración de los juegos de la Commonwealth de 2002, han sido las causas principales de su gran transformación. Peter Heslop encontró en Nottingham un lugar que se parecía muchísimo al Manchester de los años 70.

“Al descubrir el campus de la Universidad de Nottingham fue cuando nos decidimos. Había algunos estudios antiguos de televisión, con dos platós. Era como si los hubieran puesto allí para nosotros, además podíamos instalar ahí nuestra oficina de producción, era perfecto”, apunta Williams.

Sin embargo, en exteriores emblemáticos de Manchester intimamente relacionados con la historia, tales como la casa en la que Ian y Deborah vivieron, en Macclesfield, si que se filmó.


Leaders of Men
Durante los preparativos de la película, se fue muy minucioso con todo, pero lo que preocupaba a la hora de mantener la autenticidad, era el casting para el personaje de Ian Curtis. Aunque el director nunca pretendió hacer simplemente un biopic, el actor elegido no sólo tendría que parecerse físicamente, sino también tener el mismo espíritu que Ian Curtis. A pesar de que los libros más recientes y las cientos de páginas de internet han engrandecido el halo enigmático y místico de Ian, su encanto no ha desaparecido. La búsqueda del actor perfecto era como un círculo vicioso: si elegían a un cantante famoso para dar vida a Ian Curtis, el proyecto conseguiría rapidamente la luz verde para llevarse a cabo, aunque eso elevaría notablemente el presupuesto, y haría pasar desapercibida su interpretación. Después de hacer castings en Londres, la búsqueda se expandió hasta el norte de Inglaterra y Manchester.

Aunque durante su juventud Sam Riley mostró cierto interés por la televisión y el teatro, pronto todas sus energías se centraron en la música. La banda que lideraba, 10.000 Things, consiguió firmar un contrato con un sello discográfico importante para editar su primer album. Tras un año sufriendo las consecuencias de la política de la major, y sin poder editar su disco, terminaron perdiendo su contrato. Esto llevó a Riley a aceptar un trabajo en un almacen en Leeds. Totalmente desilusionado con su fracaso en el mundo de la música, Sam decidió volver a probar suerte en la interpretación.

“Lo primero que hice fueron audiciones para papeles en televisión, eso me producía cierto malestar porque yo me sentía un músico y no veía como dos cosas tan diferentes podían encajar”, afirma Riley. “Decidí llamar a mí antiguo agente y Control fue lo primero que apareció, eso sí que era increíble”. Riley ríe al recordar como fue su primera audición para el papel de Curtis en Manchester: "cuando llevaba unos minutos en la habitación, Anton me preguntó, ¿Puedo ver cómo te mueves?", recuerda Riley. El director tenía ganas de ver si podía imitar los característicos y desenfadados movimientos de Ian sobre el escenario. "Sabía que me lo iba a pedir, porque había visto al chico que hizo la prueba antes que yo. Me fui al baño y practiqué delante del espejo un par de veces. Me pusieron un Ipod en el brazo, y Anton hizo un juego de pies para ayudarme", recuerda Sam.

Después de una segunda audición, Riley supuso que tenía posibilidades de conseguir el papel cuando Corbijn le dijo que no se cortara el pelo, para interpretar a un adolescente Curtis, al principio de la película. Meses después, con su pelo ya bastante largo, Riley recibió la noticia de que había sido elegido para interpretar a Ian Curtis. La noticia llegaba el mismo día de su cumpleaños, el mismo día que Elvis Presley y David Bowie.

Unos años antes, Riley realizaba un casting para el papel de Stephen Morris, batería de Joy Division para 24 Hour Party People, antes de llegar a conseguir finalmente el papel de Mark E Smith en la película The Fall, papel que más tarde fue eliminado en el montaje final de la película. Esta experiencia en una película ambientada en el mismo periodo del legado musical de Manchester no le sirvió mucho como preparación para Control puesto que a la película de Corbijn no le interesaba demasiado mitificar este periodo.

"Lo primero que todos me preguntaban era ¿cómo llevaba eso de interpretar a un icono?", comenta Riley. "Es cierto, pero yo no quería pensar en él en ese sentido. No puedes interpretar a un icono sin tomar prestado un poco de la pomposidad del personaje. Él era sólo un chico normal. Fue su anticipada muerte la que siempre fascinó a la gente".

Además de llevar a cabo la preparación necesaria para interpretar el papel –leyendo y visionando todo el material audiovisual – una de las cosas que primero hizo Riley fue tratar de comprender mejor la epilepsia que afectó a Ian Curtis durante la última parte de su vida. Riley tenía algún conocimiento sobre la enfermedad, puesto que el guitarrista de su grupo también la padecía. Para ello, Sam pasó un día entero en la Sociedad Nacional de Epilepsia en Londres. "Me reuní con los neurólogos, que tuvieron la amabilidad de responder a todas mis preguntas y mostrarme cómo se comporta el cuerpo durante un ataque", recuerda Riley. "Vi a varias personas mientras sufrían los ataques. Fue una experiencia bastante dura, porque nadie quiere presenciar algo así, pero esa era la razón por la que yo estaba allí".

Ian Curtis sufrió su primer ataque constatado a los 21 años, en el coche, cuando regresaba de dar un concierto en Londres. Se desconoce sí anteriormente había tenido ataques. "Creo que durante su adolescencia mostró algunos signos de epilepsia, pero nunca con convulsiones", dice Riley, lleno de dudas sobre el verdadero inicio de la enfermedad de Curtis. "Esto es algo que le puede pasar a los adolescentes, parecen curados al llegar a los veinte, y años más tarde los síntomas vuelven a reaparecer".

Así como tenía un parecido físico claro con Curtis, algo para lo que no tuvo que ensayar, Riley también intentó tratar de comprender cómo la epilepsia de Curtis afectó su estado mental, para así ayudarse en la parte final de su interpretación en la película.

Además de recrear los efectos fisicos, cosa que hizo sin ensayos, Riley también debía captar cómo la epilepsia afectaba a su estado mental, para construir su personaje en la última parte de la película.

"Se trataba de apreciar cómo una persona sana iba a vivir en este estado constante de temor. Sabes que un ataque puede matarte, así como provocarte daños físicos. También puede resultar humillante, porque puedes llegar a perder el control de tus funciones corporales, y mucha gente no sabe cómo reaccionar ante tu enfermedad", puntualiza Riley.

Aunque Riley tiene una estructura física muy similar a la de Ian, el único obstáculo para que pudiera clavar a Ian Curtis en la pantalla, era que no tenía sus distintivos y evocadores ojos. "Durante un tiempo pensaban que mis ojos iban a ser un problema", apunta Riley. "Probamos con lentillas, pero con ellas las pupilas no se movían, y me hacían parecer un androide. Un día, estaba con Alexandra Maria Lara en maquillaje mientras me las colocaban, y al mirarla su cara me lo dijo todo.

Como nunca había usado lentillas, me las ponía un par de horas durante los ensayos. La gente del equipo estaba convencida de que debía llevarlas. ¡No tengo los ojos de Ian, pero es que tampoco soy Ian!", confesaba Riley.

Debido a su inexperiencia en la interpretación, las dos semanas de ensayos ayudaron a Riley, a sentirse cómodo y a aumentar su confianza. Mientras que por las tardes se dedicaba a ensayar con los actores que interpretaban a los otros miembros de Joy Division, por las mañanas, estuvo una semana con cada una de las actrices que darían vida a las dos mujeres importantes en su vida: Samantha Morton (Deborah Curtis) y Alexandra Maria Lara (Annik Honoré). Para ayudarles a crear la relación entre sus personajes, los actores iniciaron un viaje al corazón de la historia de Control, que va mucho más allá de la leyenda de Ian Curtis y Joy Division.

"Anton ha mantenido siempre que el quid de la cuestión y lo más importante dentro de la película era el amor juvenil y la vida familiar", concluye Riley. "Puede que me equivoque, pero creo que Anton quería que Joy Division fueran algo supeditado a esto, algo secundario dentro del argumento de su película.”


Fechas importantes
15 de julio de 1956 – Ian Kevin Curtis nace en Manchester

17 de abril de 1974 – Curtis se compromete con Debohah Wookruff

23 de agosto de 1975 – Ian Curtis y Deborah Woodruff se casan

20 de julio de 1976 – Manchester acoge el concierto de Los Sex Pistols donde se produce un encuentro que dará lugar a la formación de Joy Division

29 de mayo de 1977 –La banda de Curtis da su primer concierto como Warsaw

18 de julio de 1977 – Warsaw graba su primera maqueta

25 de enero de 1978 – Primera actuación de Joy Division en Pips Disco, en
Manchester

Mayo de 1978 - Rob Gretton se convierte en el manager de Joy Division

Junio de 1978 – Joy Division publica su primer trabajo, An Idea for Living, un EP grabado en diciembre de 1977.

20 de septiembre de 1978 – La interpretación de Shadowplay en el programa de television de Tony Wilson Granada Reports tiene una gran audiencia.

27 de diciembre de 1978 – Ian sufre su primer ataque epiléctico conocido.

16 abril de 1979 – Ian es padre y Joy Division graba su primer álbum, Unknown Pleasures.

Octubre de 1979 - A los 24 años, Anton Corbijn deja Holanda para trasladarse a Reino Unido.

9 de noviembre de 1979 – Anton Corbijn asiste al concierto de Joy Division en el Rainbow Theatre de Londres y contacta con la banda. Al día siguiente, Corbijn fotografía a la banda por primera vez.

Abril de 1980 - Anton fotografía a la banda durante la grabación del video de Love Will Tear Us Apart en Manchester.

18 de mayo de 1980 – Ian Curtis se suicida.

Septiembre de 1980 – Los tres miembros restantes de Joy Division forman New Order.

16 de julio de 1988 – En el Manchester Apollo Theatre, New Order, por primera vez desde el suicidio de Curtis, toca en directo temas de Joy Division.

10 de octubre de 2001 – El productor Orian Williams contacta por primera vez, vía e-mail, con Anton Corbijn. Cuatro días después éste respondió que no estaba interesado en dirigir una película relacionada con la música.

9 de abril de 2004 - Orian conoce a Anton en Los Ángeles durante una comida. Anton le comenta que le interesaría volver a leer el libro Touching From a Distance y reconsiderar la idea de dirigir su adaptación cinematográfica.

12 de mayo de 2004 – Se adquieren los derechos de una posible adaptación cinematográfica del libro Touching From A Distance, de Deborah Curtis.

7 de enero de 2005 - Durante una rueda de prensa, en el Radisson Edwardian de Manchester, (antiguo Free Trade Hall), Anton Corbijn anuncia que dirigirá Control. Corbijn decidió el título para la película la noche anterior.

5 de septiembre de 2005 - Orian se traslada de Los Ángeles a Londres y comienza a trabajar en la producción de Control, desde la oficina de Anton durante más de un año.

12 de octubre de 2005 - New Order toca seis canciones de Joy Division para conmemorar el aniversario de la muerte del dj británico John Peel. Peel se encargó de hacer llegar la música de Joy Division a una mayor audiencia.

8 de enero de 2006 – En el día de su cumpleaños, Sam Riley es galardonado por su papel en Control.

28 de enero de 2006 – Anton Corbijn cena en Manchester con New Order.

23 de mayo de 2006 – Orian Williams y Corbijn comienzan a trabajar juntos en Nottingham en la preproducción de Control.

10 de julio de 2006 – Comienza el rodaje de Control.

26 de agosto de 2006 – Finaliza el rodaje de Control.

17 de mayo de 2007 - Control se estrena en La Quincena de Realizadores de la 60 edición del Festival de Cannes, el mismo día que se celebraba el vigesimoséptimo aniversario de la muerte de Ian Curtis.


Entrevista con Anton Corbijn

P: Cuando el productor Orian Williams le ofreció hacer una película, le dijo que estaba pensando un cambio respecto a la fotografía...

R: Durante los últimos cinco años, he estado pensando que debería hacer una película. Cuando haces fotos, durante tanto tiempo, es bueno experimentar con otras disciplinas. He hecho video, cortos, diseño gráfico, escenografías y, en foto, he desarrollado mucho mi manera de disparar y la elección del protagonista. En mi subconsciente quería hacer una película, por eso fotografíaba a muchos actores y directores y quería contar algo que fuera más allá de la foto.


P: Tras rechazar el proyecto inicialmente, ¿sentías que debías ser tú quien contara la historia de Ian Curtis y Joy Division?

R: Volviendo la vista atrás, la verdad es que sí. Al principio no estaba seguro, porque nunca antes había dirigido una película y tampoco quería estropear el proyecto. No quieres hacer una mala película, porque puede llevar mucho tiempo que alguien haga una buena obra sobre la figura de Ian Curtis.


P: ¿Puedes recordar tus experiencias personales con Ian?

R: Me encontré con Ian dos o tres veces. La primera sesión de fotos fue la del metro, un encuentro muy breve, no fueron más de 5 ó 10 minutos. Era holandés y mi inglés aún era muy pobre. Intenté presentarme y recuerdo que ni siquiera me saludaron. Después de las primeras fotos, se acercaron y me dieron la mano. Antes de que vieran mis imágenes, ya hubo algo que les gustó. Les mandé las fotos y les gustaron, cosa que no ocurrió con los demás. Esas fotos no gustaron a nadie. Nadie quería ver la parte de atrás de la cabeza. Nadie las publicó. El grupo sin embargo, utilizó una de las imágenes para lanzar un single. Rob Gretton me pidió que fuera a Manchester para otra sesión, mientras rodaban el videoclip de Love Will Tear Us Apart. Ahí nos volvímos a encontrar. Mi inglés aún no era lo suficientemente bueno como para mantener una conversación, y encima yo era muy tímido. No podía entender la letra de lo que Ian cantaba, pero podía sentir que era algo que tenía que ver con el corazón, por su forma de interpretarlo. Esa fue precisamente una de las razones que me llevaron a mudarme a Inglaterra. Las pocas veces que había trabajado en Inglaterra sentía que mi trabajo era importante, como una especie de vía de escape, mientras que en Holanda era como si se tratara de un hobbie.


P: ¿Tienes alguna anécdota de primera mano para explicar tu sentimiento sobre Ian Curtis?

R: Creo que el hecho de estar por ahí dando vueltas me ayudó bastante, a la hora de contextualizar la película y con los miembros de New Order. Mis fotos y video Atmosphere les encantaron, por lo que soy bien recibido, y en ese sentido, no soy ningún extraño.


P: La película casi depende del personaje de Ian Curtis. ¿Sentiste esa presión?

R: Sí, estoy de acuerdo. Eso era lo que más me preocupaba. Siempre empiezas con actores conocidos. He de reconocer que contacté con un par de actores importantes. Hicimos un montón de castings en Londres y en el norte, ví montones de grabaciones. En una de esas grabaciones vi a Sam Riley. En él había algo que me hacía recordar mis encuentros con Joy Division. Cuando llegué a Inglaterra a finales de los 70, había montones de jóvenes músicos que no tenían un penique, mal vestidos, muertos de hambre y que fumaban sin parar. Sam Riley era así exactamente. No sólo era un actor que pudiera interpretar el papel, sino que además parecía salido de aquellos años 70. Estaba convencido de que era el actor que necesitaba. Por supuesto estaba nervioso por la elección, porque no tenía experiencia, pero cada vez que me entraban las dudas recordaba, Kes de Ken Loach. Me gustaba la inocencia de aquel chico, de alguien sin pasado, y quería lograr lo mismo con Sam Riley. Alguien sin experiencia suele tener una honestidad muy hermosa. La interpretación de Sam es tan creíble; trabajó muy duró y lo dio todo en su interpretación de Ian Curtis.


P: ¿Pensaste siempre en rodar la película en blanco y negro?

R: No. Muchos piensan que rodé en blanco y negro, pero lo cierto es que rodé bastantes cosas en color. Mis recuerdos de Joy Division son en blanco y negro. Si ves el archivo visual que hay del grupo, sobre todo las fotos, diría que casi el 99% son en blanco y negro. La razón es que durante los 70, y principios de los 80, las revistas musicales se imprimían en blanco y negro. Una banda debía tener un gran éxito para ser retratada en color, para las publicaciones más comerciales, pero una formación como Joy Division, aún no había destacado tanto como para eso. Las portadas de sus discos también eran en blanco y negro, incluso su ropa también era de tonos grisáceos. Todos estos elementos me llevaron a pensar en Joy Division en blanco y negro.


P: La estética de la película es muy limpia, muy simple, algo extraño a la hora de hacer una película cuyo tema es la música…

R: Sí, es cierto. Es exactamente como quería que fuera.


P: ¿Qué era lo que más te atemorizaba a la hora de ponerte tras la cámara por primera vez para rodar un largometraje?

R: La dirección de actores, eso era algo totalmente nuevo para mí. A la hora de hacer fotos dirijo un poco, pero creo que soy bastante natural. Tenía la esperanza de que fuera algo similar, pero pronto aprendí mucho sobre la actuación.


P: ¿Tras tu experiencia con Control, quieres hacer otra película?

R: Me gustaría hacer otra película, una película de acción, con más tensión, algo así como un thriller. Para alguien que no ha recibido una formación cinematográfica, dirigir una película es un completo misterio, pero tras la primera comprendes muchas cosas y puedes centrarte más. Me encantó la experiencia, ha sido la experiencia más completa que he tenido en toda mi vida. Las sesiones de fotos son muy intensas, pero cortas.


La banda sonora
Accede a la información sobre la banda sonora Control BSO.