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  Duplicity  Dirigida por Tony Gilroy
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La oscarizada JULIA ROBERTS (La guerra de Charlie Wilson, Ocean's Eleven, Closer) y CLIVE OWEN (Plan oculto/Inside Man, Sin City/Ciudad del pecado, Closer) se reúnen de nuevo para trabajar en la comedia romántica Duplicity, del realizador y guionista TONY GILROY (Michael Clayton, nominada a siete Oscar).

Duplicity reúne al director Tony Gilroy con los miembros más importantes del equipo técnico de Michael Clayton, como el oscarizado director de fotografía ROBERT ELSWIT (Pozos de ambición/There Will Be Blood, Syriana), el diseñador de producción KEVIN THOMPSON (Reencarnación, Más extraño que la ficción), el montador y coproductor JOHN GILROY (Cuestión de honor, Narc) y el famoso compositor JAMES NEWTON HOWARD (El caballero oscuro, Resistencia/Defiance). El diseñador de vestuario es el conocido ALBERT WOLSKY, ganador de dos Oscar (Bugsy, All That Jazz/Empieza el espectáculo).

JENNIFER FOX (Michael Clayton, Syriana) y KERRY ORENT (Michael Clayton; Definitivamente, quizá) vuelven a unir sus fuerzas para producir la película, y se une a ellos LAURA BICKFORD (Che, Traffic). El productor ejecutivo es RYAN KAVANAUGH (The Bank Job, La guerra de Charlie Wilson), de Relativity Media.


Secretos y mentiras: Nace Duplicity
Después de debutar como director en 2007 con la aclamada Michael Clayton, Tony Gilroy ha decidido volver al sucio mundo de las grandes corporaciones aunque, esta vez, con un toque romántico. Ha creado una historia llena de vueltas y revueltas contra el telón de fondo de la carrera entre dos titanes de la industria para ser el primero en comercializar un producto milagroso. Pero el núcleo de la historia es la guerra emocional de los dos amantes que se enfrentan en esa batalla corporativa, o al menos, eso parece.

La película nace de la fascinación que siente Tony Gilroy por las complejidades del espionaje industrial. Durante los años en que se documentaba para escribir los guiones de las taquilleras entregas de Bourne, tuvo la ocasión de hablar con varias personas del mundo de los espías, y sabía que muchos se pasaban al sector privado. El director ha escrito un guión trepidante que combina elementos de comedia loca y de la clásica película de espías.

Hablando de qué le inspiró y de cómo se documentó para la historia, dice: "Según las estadísticas, el robo corporativo oscila entre cincuenta y cien mil millones de dólares al año. No existe una sola corporación en este mundo que no tenga un departamento de inteligencia con un sistema ofensivo y defensivo. En otras palabras, un grupo de espías".

El cineasta ha inventado una guerra fría entre dos gigantescas multinacionales en la que los espías intentan engañar a sus jefes. Ha construido una compleja red de engaños entre dos magnates rivales que dos espías enamorados enredan aún más.

La pareja estrella está compuesta por Claire Stenwick, ex agente de la CIA, y Ray Koval, antiguo espía del MI6. Su relación personal complica un trabajo de por sí complicado, y los constantes engaños hacen casi imposible saber qué siente el uno por el otro: "Nunca dicen la verdad. Siempre mienten, nada es lo que parece".

El espectador conoce a Claire y a Ray mediante una serie de flashbacks: cómo se conocieron en Dubái en 2003 hasta el momento actual en Manhattan. Cuando imaginó a la pareja por primera vez, el director no podía apartar de su mente una extraña pregunta: "¿Cómo hacen el amor dos escorpiones?". Tony Gilroy explica: "Me preguntaba qué pasaría si dos mentirosos profesionales se enamorasen. Debe de ser muy difícil para ellos, no pueden confiar en nadie. Pertenecen a una especie única".

La primera vez que se ven, el entonces agente del MI6 no es más que un objetivo para la agente de la CIA. Le seduce en una fiesta del Consulado en Dubái, le droga y revuelve toda su habitación en busca de unos códigos secretos de la defensa aérea de Egipto. La productora Jennifer Fox añade: "A pesar de todo, Ray no puede reprimir una sonrisa cuando piensa en Claire. Está colado por ella, pero también se siente terriblemente frustrado. Debe encontrarla. Vuelven a verse en Roma, donde pasan un fin de semana idílico. Entonces deciden trabajar juntos, para lo que deben dejar el MI6 y la CIA y pasar a la empresa privada. Así podrán ganar mucho dinero muy deprisa y no separarse más".

Tony Gilroy ofrece algunos detalles adicionales: "Después de Dubái, no vuelven a verse durante mucho tiempo y se reencuentran en circunstancias poco habituales. Toda la película gira alrededor de ellos mientras deciden si de verdad están enamorados, si pueden confiar el uno en el otro y si conseguirán hacerse ricos en esta guerra de espionaje industrial".

El realizador también creó a Howard Tully (presidente de Burkett & Randle) y a Dick Garsik (presidente de Omnikrom), dos gigantes farmacéuticos cuya ambición y odio mutuo sólo puede compararse a su ego. "La rivalidad entre Tully y Garsik es el motor que hace funcionar la historia", dice. "En vez de entre dos países, esta guerra fría se desarrolla en Park Avenue entre dos gigantescas corporaciones, pero es una lucha igual de encarnizada y compleja".

Para que Duplicity fuera creíble, Gilroy sabía que debía haber muchísimo en juego en la guerra fría entre las dos multinacionales, por lo que imaginó una carrera para patentar un producto con una demanda tan enorme como para hacerse con todo el mercado y aniquilar a cualquier competidor: "Necesitábamos algo que todo el mundo desease tener, un producto tremendo, un auténtico grial económico".

La productora Jennifer Fox está de acuerdo y alaba el instinto del director: "La gran fuerza de Tony es crear personajes fuertes, dinámicos e inteligentes. Me parece que lo ha conseguido con Claire y Ray. El público se divertirá viendo la película e intentando saber quién miente a quién. Del mismo modo que los personajes se engañan, Tony también nos engaña, y el pastel no se descubre hasta el último momento".


Liebres y tortugas: El reparto de la historia
Cuando creó a los dos protagonistas de Duplicity, Tony Gilroy imaginó que los dos amantes eran incapaces de ser honrados, sobre todo tratándose de sus sentimientos. Buscó intérpretes que fueran creíbles como espías rivales a pesar de tener una relación amorosa. Julia Roberts y Clive Owen eran perfectos para los papeles. Le ofreció a Julia Roberts el papel de Claire Stenwick, la directora adjunta de contrainteligencia de Burkett & Randle (en realidad trabaja para Omnikrom). Clive Owen es Ray Koval, un ex agente del MI6 que trabaja para Omnikrom y es el contacto de Claire.

En cuanto a la pareja cinematográfica formada por los dos actores, Jennifer Fox dice: "Duplicity recupera el glamour de las películas de antes. Fue maravilloso poder contar con dos estrellas de este calibre. Julia y Clive tienen una química especial, y eso no puede suplirse con el vestuario, el diseño de producción o los decorados".

A pesar de haber escrito guiones para los grandes talentos de Hollywood, además de dirigirlos, Tony Gilroy reconoce que se sentía algo nervioso con Julia Roberts como protagonista: "Hay que superar lo de ‘Es Julia Roberts y la dirijo yo’", dice, riendo. "Cuando trabaja, parece que no hace ningún esfuerzo. Tiene mucha experiencia delante de la cámara".

En los últimos años, la actriz se ha dedicado a sus hijos y ha trabajado sobre todo en exitosas películas con repartos corales. Duplicity marca su esperado regreso a un papel estelar. Julia Roberts se sintió fascinada por el personaje de Claire; por el hecho de que está perdidamente enamorada y, a la vez, tiene la capacidad de centrarse tanto en su trabajo. También le apetecía mucho volver a trabajar con Clive Owen después de su experiencia en Closer.

Explica por qué estaba decidida a aceptar el papel: "Clive fue el primero en pedirme que trabajara en la película. Cuando Tony me mandó el guión, lo acompañó de una carta. Me sentí muy halagada cuando me pidió que interpretara a Claire, una mujer poco simpática y en la que no se puede confiar. Me pareció un personaje interesante. Es genial encarnar a una mujer algo más complicada que los habituales papeles femeninos que se ven en la pantalla".

Efectivamente, este papel tiene poco que ver con los anteriores trabajos de Julia Roberts. En el guión del realizador, Claire y Ray viven breves interludios románticos en numerosas ciudades de todo el mundo. Para la actriz fue una experiencia nueva hacer de superespía en ciudades como Roma, Dubái, Cleveland o Zúrich. De hecho, tenía la sensación de que Clive Owen y ella actuaban en "pequeñas burbujas… interpretábamos en pequeñas capsulas". Por suerte, su compañero de reparto era un viejo amigo.

"Clive es el mejor compañero y el mejor primer actor", dice con sinceridad. "Está genial en el papel y me encanta cuando actúa como si no supiera qué hacer. Sus interpretaciones son muy sinceras y lo paso realmente bien trabajando con él. Siempre llega al plató muy preparado y disfruta trabajando. Nos une el mismo objetivo: hacerlo bien y pasarlo lo mejor posible".

Desde el reciente estreno de The International, pasando por thrillers como Plan oculto/Inside Man y El caso Bourne, algunos de los papeles más notables de Clive Owen han tenido que ver con el suspense y el robo. Ha sido parte de Duplicity a través de la amistad que le une a George Clooney, que también ha trabajado con Julia Roberts. Le presentó al director Tony Gilroy y le recomendó para el papel de Ray Koval. "Había escrito el papel para Clive en la primera entrega de Bourne, pero no nos conocíamos", dice Tony Gilroy. "Había visto varias películas suyas y siempre me había parecido asombroso. Cuando George nos presentó, no lo dudé un instante".

Después de leer el guión, el actor, del que la productora Jennifer Fox dice que tiene "el encanto y carisma de Cary Grant", estaba deseando formar parte del proyecto. "Nada más acabar la última página, llamé corriendo a mi representante y le dije: ‘Es este, es el guión que esperaba’", recuerda Clive Owen. "Fue una respuesta muy fuerte basada en el instinto. Me pareció un guión brillante y quería participar".

Otro atractivo para el actor fue volver a trabajar con Julia Roberts, además de que le dirigiera el autor del guión. "También me tentaba mucho la oportunidad de trabajar con Julia. Los diálogos están tan bien escritos que, en cierto modo, el actor apenas necesita tomar decisiones. Es como sentarse al volante de un coche confortable y conducirlo; el ritmo del diálogo viene solo. Es un placer trabajar con diálogos semejantes y hacerlo con alguien como Julia, a la que se le da realmente bien este tipo de material".

En cuanto al director, Clive Owen añade. "Sus diálogos son brillantes. Nunca hay bajones, el ritmo es tremendo. Parece totalmente natural. No llevaba más de tres páginas leídas y ya estaba entusiasmado, con ganas de empezar a rodar. El guión lo dice todo, los deseos del director quedan muy claros. La gran ventaja de trabajar con un director que escribe sus guiones es tenerle en el plató. Puede explicar qué le impulsó a escribir tal o cual cosa. Es muy agradable para un actor".

Sigue diciendo: "Es un guión lleno de humor, ingenioso, trepidante y muy poco habitual. Trata de un hombre y una mujer enamorados, pero que no paran de discutir. No se fían el uno del otro, a pesar de quererse. Será una experiencia muy entretenida para el público".

Duplicity empieza con los dos jefes de Claire y Ray corriendo el uno hacia el otro, dispuestos a liarse a golpes. Para hacer el papel de Howard Tully, el aparentemente presidente "zen" (y muy vengativo) de la gigantesca empresa Burkett & Randle, los cineastas escogieron a Tom Wilkinson. El veterano actor británico, que obtuvo un Oscar por su trabajo en Michael Clayton, debe enfrentarse a Paul Giamatti (con el que ha coprotagonizado la serie "John Adams"), el aún más vengativo Dick Garsik, consejero delegado de Omnikrom. Los dos actores, que acaban de ganar sendos Globos de Oro por la aclamada miniserie de HBO, han dado vida, según Jennifer Fox, al método "liebre y tortuga" para dirigir sus respectivos imperios.

Tony Gilroy, hablando de Tom Wilkinson, dice: "Tom me hizo la vida más fácil. Le contamos lo de la primera escena, en la que tendría que pelear físicamente con Paul, y no puso ninguna objeción. Desde el momento en que dice ‘sí’, el director-guionista puede relajarse".

Para preparar el papel, el realizador le pidió a Paul Giamatti que viera una de las obras maestras de Stanley Kubrick, la nihilista Teléfono rojo, volamos hacia Moscú, de 1964. Tony Gilroy estaba convencido de que sería útil para el actor ver a George C. Scott interpretar al imperturbable general "Buck" Turgidson. "Le expliqué a Paul que su personaje debía ser un ganador de principio a fin", dice Tony Gilroy. "Quería que comunicara la misma seguridad que George C. Scott en aquel papel".

Cuando llegó el momento de interpretar al megalómano Dick Garsik, el actor se desprendió de toda la compasión que había demostrado encarnando a John Adams. Hablando de la experiencia, dice: "Interpretar a un magnate corporativo es como hacer de rey en una obra de Shakespeare: es el amo de todo. No siente nada por las personas que le rodean y está convencido de que harán exactamente lo que les manda".

En cuanto a trabajar con el director, añade: "Tony tiene un gran sentido visual y trabaja muy bien con Robert Elswit, el director de fotografía. Siempre está muy preparado y tiene en cuenta cualquier detalle, algo que se le supone a cualquier director, pero no siempre es así. Sabe exactamente lo que quiere, y eso da mucha seguridad a un actor, pero también sabe conceder libertad".

Conforman el resto del reparto como compañeros de Julia Roberts y Tom Wilkinson en Burkett & Randle, TOM McCARTHY (Michael Clayton) en el papel de Jeff Bauer, un hombre "desgarrado entre el deseo de seducir y el de destruir", según el director; WAYNE DUVALL (Cuestión de honor), que encarna a Ned Guston, un ex marine, ex policía y ex agente del FBI; CARRIE PRESTON ("True Blood/Sangre fresca") en el papel de la ingenua Barbara Bofferd, encargada del departamento de viajes de la empresa, y CHRISTOPHER DENHAM (La guerra de Charlie Wilson) como Ronny Partiz, el estresado genio e inventor capaz de jugarse cientos de miles de dólares cada semana en un casino de las Bahamas.

En cuanto a los compañeros de Clive Owen y Paul Giamatti en Omnikrom, tenemos a DENIS O’HARE (Mi nombre es Harvey Milk) en el papel de Duke Monahan, el jefe del proyecto; OLEG STEFAN (El buen pastor) como el turbio Boris Fetyov; RICK WORTHY ("Galáctica: estrella de combate") interpreta a Dale Raimes, el matón de la empresa; KATHLEEN CHALFANT (Kinsey) es la brillante Pam Frales; KHAN BAYKAL es el genio informático Dinesh Patel, y DAN DAILY es el sufrido ayudante de Garsik.


Un rodaje global: Los ensayos, el diseño, los decorados

Los ensayos
Para que los actores pudieran controlar el ritmo endiablado de los diálogos antes del rodaje, Tony Gilroy dedicó una semana a ensayar con Julia Roberts y Clive Owen. "Siempre se lanzan sondas con la esperanza de que pase algo inesperado", dice el realizador. "En este caso, ocurrió. La química entre Clive y Julia es muy fuerte, funciona".

Julia Roberts se alegró de contar con una semana adicional para prepararse, y según Tony Gilroy "introducirse en la piel de su personaje". También agradeció el lujo de poder ensayar en vez de meterse directamente en el papel. Julia Roberts y Clive Owen eran conscientes de que sus personajes llevan años preparando este golpe y estaban decididos a que cada mirada, cada matiz, cada detalle fueran perfectos. Los espías son capaces de cualquier cosa para hacerse con 40 millones de dólares. De hecho, los dos actores emplearon cada minuto de esta semana de ensayo para alcanzar la velocidad de réplica requerida por el director.

Con el fin de que se acercara más a Garsik, un magnate obsesionado con controlarlo todo, los productores mandaron a Paul Giamatti a una de las lujosas peluquerías masculinas del Upper East Side. Jennifer Fox dice: "Paul es un hombre de gustos simples, no es de los que entraría en un establecimiento así. Pero queríamos que le afeitaran e hicieran una manicura en una de esas peluquerías exclusivas típicas de los clubes reservados a hombres".

Para la primera secuencia, en la que los dos presidentes están decididos a matarse, Tom Wilkinson estaba más que dispuesto a ensayar con Paul Giamatti en un estudio de danza. Tully y Garsik acaban de bajar de sus aviones privados y, dejando plantados a sus acompañantes, se precipitan el uno hacia el otro con la peor de las intenciones. Para preparar la escena, que se rodaría en el hangar de una aerolínea en el estado de Nueva York, los dos actores forcejearon en el suelo una y otra vez. Jennifer Fox recuerda: "Planeamos cada movimiento con un especialista y acolchamos el suelo. En la escena, Tom coge a Paul, le levanta y le tira al suelo. Se dan puñetazos. Parece totalmente descontrolado, es fantástico".

El diseño
Tony Gilroy quería que las dos empresas competidoras tuvieran un look diferente y muy definido. Para Burkett & Randle se escogió una imagen limpia y austera, que hiciera juego con el departamento de contrainteligencia instalado en el sótano. Es un lugar sombrío, muy activo y con sistemas de espionaje de alta tecnología. Parece un búnker transformado en sala de operaciones. Contrasta con Omnikrom, un edificio moderno, de diseño, luminoso y con mucha textura.

Refiriéndose a la idea que tenían los cineastas, el diseñador de producción Kevin Thompson dice: "Se empieza con una idea básica, rudimentaria incluso. Por ejemplo, Burkett & Randle será blanco y minimalista, su logo será azul. Omnikrom será rojo, muy vanguardista, con texturas y gama de grises, sin nada de blanco o azul. Y así fue, aunque no siempre ocurre. Esta vez el logo de Burkett & Randle es azul, y el de Omnikrom, rojo".

El diseñador de producción aprecia la estética de Tony Gilroy: "Tony es muy visual y específico. Le gustan las líneas depuradas, las composiciones tranquilas y los diseños bastante masculinos. Como guionista, es capaz de describir lo que quiere, y eso es de gran ayuda para el diseñador".

Decorados naturales
Burkett & Randle y Omnikrom tienen sus sedes en Nueva York, donde vive el director y guionista Tony Gilroy. Los flashbacks hacen referencia a los encuentros secretos entre Claire y Ray en ciudades que van desde Dubái, donde se conocen, pasando por Roma, Londres, Miami, Cleveland y Zúrich. El rodaje de Duplicity empezó en Manhattan, antes de trasladarse al Atlantis Resort de las Bahamas durante una semana. La última semana de rodaje transcurrió en Roma, la ciudad donde Claire y Ray se enamoran y empiezan "a robar momentos", en palabras de Tony Gilroy. Kevin Thompson tuvo la oportunidad de crear decorados en algunos de los edificios y ciudades más famosas del mundo.

En cuanto a querer rodar en Manhattan, el diseñador de producción dice: "Siempre nos pareció muy importante rodar en las calles de Nueva York, en decorados naturales, pero no queríamos hacerlo del típico modo hollywoodiense". Una de las escenas del principio de la película se rodó en Grand Central Station y se filmó al mismo nivel que los transeúntes para aportar mayor tensión. Varios edificios emblemáticos neoyorquinos sirvieron de decorados exteriores e interiores para las dos empresas rivales. Por ejemplo, se filmó la Gran Manzana desde los tejados del edificio MetLife y del Centro Rockefeller. El director de fotografía Robert Elswit y su equipo se enorgullecen de estar entre los primeros en rodar la ciudad con los nuevos objetivos G-Series de Panavision.

"La escena en Grand Central Station era crítica, así como la escena de las compras en Lord & Taylor, donde Clive por fin alcanza a Julia", explica Kevin Thompson. "Fue estupendo rodar en plena Quinta Avenida, en Central Park, en el edificio del Chase Manhattan Bank, en el piso superior del edificio Citicorp, el Lever House, el Seagram… Son los mejores ejemplos arquitectónicos de la ciudad y filmamos en todos".

Uno de los decorados que más problemas planteaba era el edificio Seagram. Los cineastas estaban empeñados en que el despacho del cabeza de Burkett & Randle estuviera allí. El productor Kerry Orent explica: "El edificio Seagram permitía a Tony colocar el despacho de Howard Tully en el mismo corazón del poder corporativo y financiero de Manhattan. También estaba a una distancia prudente del edificio Omnikrom. Cuando rodamos, era muy difícil encontrar oficinas en alquiler en el centro de Manhattan, especialmente en edificios emblemáticos como el Seagram. Después de buscar durante meses, Kevin Thompson acabó encontrado un despacho muy especial en ese edificio. Con el beneplácito de Tony, transformó un espacio con cables colgando y con parte del falso techo cayéndose en el perfecto despacho para Tully".

El rodaje de la persecución de Claire por Ray en medio de Grand Central Station era más complicado. Kerry Orent dice, recordando la coordinación necesaria entre el equipo de producción, la Autoridad de Transportes de Nueva York y la policía de la ciudad: "En Grand Central Station dispusimos de menos de cinco horas para rodar una escena complicadísima con cientos de figurantes… antes de que empezaran a llegar los miles de pasajeros que invaden la estación cada mañana. Empezamos a las 4 de la mañana de un domingo. Era el único momento que Metro North podía darnos para que controlásemos la inmensa estación. A las 9 de la mañana todo debía estar terminado. No podíamos impedir que llegasen los trenes o que la gente cruzara la estación".

Sigue diciendo: "Lo planeamos con semanas de antelación, pero gracias a la cooperación de todos y al hecho de que Tony estaba dispuesto a ceñirse a las limitaciones impuestas, consiguió diseñar una toma asombrosa que empieza en el reloj de Grand Central Station y baja hasta descubrir a Clive observando a Julia".

Nueva York también sirvió de decorado para la pareja de espías. Los interiores de los hoteles de Roma, Londres y Dubái se rodaron en la ciudad, mientras la segunda unidad filmaba los exteriores en las ciudades correspondientes.

El equipo se trasladó al Atlantis Paradise Island Resort de las Bahamas, donde se rodaron tres decorados. Además de las escenas en el Atlantis, cuando los espías intentan sacar algo en claro de Ronny Partiz, borracho perdido en la mesa de bacará, el Ocean Club del centro turístico sirvió para otros dos decorados. Por ejemplo, la escena en Miami en la que Claire acepta trabajar para Omnikrom (desde su puesto en Burkett & Randle) y la escena en la piscina del Consulado en Dubái cuando se conocen. Por suerte para Tony Gilroy, el casino donde se rodó era el mismo que le había servido como modelo.

El rodaje acabó en Roma. Claire y Ray vuelven a encontrarse en esta ciudad tres años después de conocerse en Dubái. El equipo de decoración buscó los lugares ideales durante meses. El productor Kerry Orent dice: "Los decorados escogidos por Tony en Roma fueron el fruto de largas semanas de búsqueda antes de realizar los complicados trámites para obtener los permisos de rodaje en la parte vieja de la ciudad. Uno de los decorados principales es una plaza adyacente al Panteón. Es el lugar perfecto para que Clive descubra a Julia cruzando la plaza. Tardamos mucho en conseguir los permisos porque es un sitio muy turístico. Le costó largas semanas de trabajo al equipo de producción local convencer a las autoridades italianas".

Tony Gilroy estaba convencido de que los exteriores debían ser los clásicos lugares románticos de los que se enamoraba regularmente en cada visita a Roma. El diseñador de producción Kevin Thompson explica: "Buscamos por Piazza Navona y el Panteón. También recorrimos la judería. Queríamos unos decorados románticos que empezaran con algo majestuoso y acabaran en una placita mucho más íntima, la Piazza Margana, después de un recorrido por las callejuelas de la parte más antigua de la ciudad. A Tony le encanta el barrio y siempre quiso rodar allí, por eso era el lugar perfecto para la escena entre Clive y Julia".

Aunque se rodó en muchos lugares de Roma, el flashback en la suite del hotel romano se filmó en la mansión James A. y Florence Vanderbilt Sloan Burden, en Nueva York, actualmente un colegio de niñas llamado Convento del Sagrado Corazón. El salón de baile y la antesala de la mansión tenían detalles que recordaban a las suites de los hoteles que Kevin Thompson y Kerry Orent habían localizado en Roma.

Era necesario rodar en decorados naturales para dar a Duplicity la profundidad y exactitud requerida por el guión. Acerca de la posibilidad de rodar en Roma, el realizador dice: "Al escribir un guión, se especifica: ‘Exterior/Día – Roma – Panteón’ y se empieza a rezar para que de verdad sea posible rodar la escena en el lugar exacto".

Vistiéndose para la guerra: El vestuario
El diseñador de vestuario Albert Wolsky, ganador de dos Oscar, fue el encargado de vestir a los actores principales y de subrayar la personalidad de sus personajes a través de la ropa. "El vestuario de una película contemporánea plantea más problemas que el de una película de época por muchas razones", dice. "Mi trabajo consiste en contar una historia a través de la ropa. En otros periodos históricos era mucho más fácil saber quién era una persona, a qué clase pertenecía y de dónde venía gracias a la ropa que llevaba. Hoy es mucho más ecléctico. No se sabe quién es pobre y quién es rico. Ya no sé ni quién va bien vestido".

Desde su inolvidable paseo por Rodeo Drive en Pretty Woman, Julia Roberts se ha decantado por un estilo sofisticado. Después de haber vestido a la estrella en películas como El informe pelícano, Novia a la fuga y La guerra de Charlie Wilson, Albert Wolsky diseñó un vestuario adecuado para una bella e inteligente espía que carece de compasión.

El diseñador explica cómo consiguió el look clásico que deseaban Tony Gilroy y los productores: "Tony quería que la película fuera glamourosa y sexy, pero Julia Roberts no podía pasearse todo el tiempo con trajes de noche. El truco era conseguir ese look sin que se notase. Escogí trajes elegantes y ajustados. Desde un principio me pareció adecuado que llevara tacones muy altos, y no le importó. Dan otro porte y son muy sexy".

Albert Wolsky cree que la primera vez que el público ve a un personaje es un momento crucial. Mientras diseña el vestuario, siempre se hace las mismas preguntas: "¿Qué vemos primero? ¿Quiénes son esas personas?". Y añade: "En este papel, Julia es una ejecutiva y al principio viste de negro. Clive lleva traje y corbata en tonos grises, y una camisa inmaculada. El principio de la película está lleno de grises y de negros. Tom Wilkinson va de negro y su mundo es gris".

Para encontrar la paleta de colores correcta, Tony Gilroy y Albert Wolsky mantuvieron largas conversaciones. El diseñador de vestuario también habló con Kevin Thompson acerca de los colores escogidos para las empresas rivales. El diseñador de producción dice: "Cuando hablamos de colores en fotografía y del uso controlado del color, Albert y yo nos pusimos de acuerdo acerca del color del vestuario y de las paredes. En algunos casos, llegamos a la conclusión de que era mejor eliminar ciertos colores en algunas escenas, o añadirlos en otras. Estudiamos cada escena".

Los colores y el vestuario (como los impecables trajes de Armani que lleva Clive Owen) también dependían de la época a la que correspondía la escena; es decir, si era el momento actual, o si era un flashback. Albert Wolsky explica: "Me pareció que el flashback del reencuentro en Roma necesitaba color. Pero el momento actual es mucho más gris, hay blancos y negros. Dubái, otro flashback, está lleno de colores: hace calor, los tonos son ligeros, veraniegos. Se necesita mucho control en una historia de este tipo".