Punto de vista del director
El Custodio es una película acerca de un trabajo que consiste en reemplazar la vida de uno por la de otro, acerca de la presión que esto implica y acerca de cómo esa presión finalmente estalla.
La historia de El Custodio, está creada desde un rígido y riguroso punto de vista: la del custodio mismo. Desde un lugar donde la intensa vida diaria del Ministro y su familia es vista y observada.
Rubén, el guardaespaldas, es testigo de todo desde un costado, como si la vida pasara a unos metros de él. Su trabajo es estar presente, pero completamente desapercibido, como un hombre invisible, un mueble. Adoptando este punto de vista y manteniéndolo hasta el final, quise crear un acercamiento que comienza en el nudo de la acción, como si miráramos una obra desde los costados.
En este caso la obra es la vida pública de un alto oficial del gobierno, como también su vida privada (su hogar, amante, hija, amigos).
Distancia apropiada
Quise mantener una distancia prudente entre custodio y custodiado, que no nos permita ver u oír demasiado cómo es la vida del Ministro. Los detalles que observa el custodio, a menudo están empañados por ventanas, puertas o pasillos que nos ubica fuera del evento en sí. Esta distancia es
acortada cuando el Ministro le llama a Rubén para que participe de un evento familiar, pidiéndole que dibuje un retrato de un invitado. Pero como la conversación es en francés, idioma que Rubén obviamente no habla, la distancia sigue presente. Por medio de encuadres y sonido, era crucial
para mí recordar esta noción de que la vida ocurre a unos metros de distancia.
Dos mundos
El custodio nos habla de dos mundos: el del Ministro y el de Rubén. Dos universos opuestos irremediablemente articulados por el custodio. El primero: su silencioso, monocromático y aséptico trabajo, caracterizado por luz fría, trajes oscuros, coches impecables, grandes ventanales y una cierta asepsia típica de los ambientes donde trabaja el Ministro. En el otro mundo, privado e íntimo, el caos reemplaza a la moderación. Los lugares son pequeños y sórdidos, la luz es suave y el sonido es de una realidad que combina policías, gente enferma, traficantes de armas y restaurantes chinos. Ambos hemisferios son parte del conflicto interno de Rubén, y se desarrollan paralelamente durante el film. Quise que el espectador se vea afectado por esta tensión. Sólo hacia el final estos dos mundos se encuentran, causando un cortocircuito donde todo explota.
Festivales
Festival de Berlín 2006: Premio Alfred Bauer.
Festival de Guadalajara 2006: Mejor Película, Mejor Guión, Premio de la Crítica a la Mejor Ópera Prima.
Sundance NHK 2005: Mejor Guión Latinoamericano.
Festival de Ceará 2006: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor, Premio de la Crítica.
Festival Internacional de Cine de San Sebastián 2006: Sección Horizontes , Mención Especial del Jurado.
Festival Internacional de Cine de Bogotá 2006: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor.
Festival de Bergen 2006: Mejor Película.
Festival de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana 2006: Mejor Actor, Mejor Director.
Ficha artística
Julio Chávez - Rubén
Osmar Núnez - Ministro
Marcelo D'Andrea - Lamas
Elvira Onetto - Delia
Cristina Villamor - Hermana de Rubén
Luciana Lifschitz - Sobrina de Rubén
Osvaldo Djeredjián - Alfredo
Julieta Vallina - Amante del Ministro
Guadalupe Docampo - Hija del Ministro