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  Una noche para morir  (Prom night)
  Dirigida por Nelson McCormick
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Una noche para morir (Prom Night), thriller que combina un reparto de actores jóvenes con escenarios llenos de glamour, una banda sonora electrizante y suspense, está protagonizado por Brittany Snow (Hairspray, Todas contra él), Scott Porter (Friday Night Lights), Jessica Stroup (Las colinas tienen ojos 2), Dana Davis (Héroes), Collins Pennie (Half Nelson), Kelly Blatz (The Oakley Seven), James Ransone (The Wire), Brianne Davis (Jarhead, el infierno espera), con Johnathon Schaech (Relación mortal, The Wonders) e Idris Elba (This Christmas, The Wire). Inspirado en la clásica película de terror 1980 del mismo nombre, Una noche para morir está dirigida por Nelson McCormick (CSI: Crime Scene Investigation , Prison Break) y escrita por J.S. Cardone (La alianza del mal).

Neal H. Moritz (Sé lo que hicisteis el último verano, Click) y Toby Jaffe (Rápida y mortal, El secreto de Thomas Crown 2), de Original Film, son los productores. Glenn S. Gainor (Habitación sin salida, Deuce Bigelow: gigoló europeo), Marc Forby (Dinero a la fuga, Hostile Intent), Cardone, Bruce Mellon (Crueles intenciones), William Tyrer (Truco final (El Prestigio)) y Chris J. Ball son los productores ejecutivos. El equipo creativo incluye al director de fotografía Checco Varese, AMC (La Misma Luna), al diseñador de producción Jon Gary Steele (Vacancy), al editor Jason Ballantine (Wolf Creek), con música de Paul Haslinger y supervisión musical de Greg Danylyshyn y Gerry Cueller.

Cuando Marc Forby y Neal H. Moritz se plantearon hacer una película inspirada en el thriller de 1980 thriller Prom Night, su intención era cambiar completamente la película y dirigirla a un público nuevo y más sofisticado. La película original, protagonizada por Jamie Lee Curtis en la cúspide de sus años de notoriedad como "la reina del grito", es uno de los clásicos de cine de cuchillos y sangre de esa época, pero Forby y Mortiz pensaron en un guión que se centrase más en el suspense, con el tono gore significativamente atenuado.

"En la era posterior a Saw, ya hemos ido todo lo lejos que se podía en cuanto a violencia en la pantalla" narra Forby, que junto a Glenn S. Gainor es productor ejecutivo de Una noche para morir. "Quisimos volver al clásico thriller de instituto, en el que el miedo viene más de ‘¿Dónde está el malo ahora? ¿Está allí? ¿Está detrás de ella?’"

Forby y Moritz, productores de la conocidísima saga de Sé lo que hicisteis..., así como del reciente taquillazo Soy leyenda, pasó casi cinco años desarrollando el guión de Una noche para morir antes de encontrar el tono adecuado para la película.

"Neal y yo nos entrevistamos con cuatro grupos de guionistas distintos, y pensamos en todos los giros posibles de la historia", recuerda Forby. "Existían diversas opiniones acerca de cómo estructurarlo: ¿empezamos con los asesinatos en el primera acto de la película o los guardamos para más adelante? Incluso tuvimos una versión en la que los chicos asesinados eran almas reencarnadas de gente que había hecho cosas atroces, y el karma volvía para hacerles pagar. Al final, decidimos hacer Una noche para morir como un thriller psicológico claro y directo. Enraizarlo más en la realidad era mucho más persuasivo".

Cuando el guionista J. S. Cardone se unió al equipo, encontró una perspectiva que gustó a todo el mundo. El resultado es un guión que el productor Toby Jaffe, que trabajó en el remake The Amityville Horror (La morada del miedo) como productor ejecutivo de MGM, describe como "muy Hitchcockiano. En muchas películas clásicas de Hitchcock, sabes de dónde proviene la amenaza. La diversión para el público es ver cómo el protagonista le hace frente. Estamos con ellos, intentando averiguar cómo van a salir de ese problema".

La anticipación, apunta Forby, es más aterradora que la violencia abierta. "La imaginación propia es mucho mayor que cualquier cosa que se vea en una película", afirma. "El anticiparse a lo que ocurre supone casi el noventa y nueve por ciento del miedo y la emoción en una película de terror clásica. Y ese sentido de prever lo que va a pasar se acentúa cuando el público tiene información que el personaje no tiene. Cuanto más puedas conseguir que los personajes no sepan, mayor ansiedad tendrá el espectador al verlo, porque él sí que sabe dónde está el asesino, y quiere salir y ayudar".

Para llevar el guión de Cardone a la pantalla, los productores recurrieron al veterano director de televisión Nelson McCormick, en cuyo currículo se incluyen docenas de horas de aclamadas series de televisión, desde "Nip/Tuck" y "El ala oeste de la Casa Blanca" a "Urgencias" y "Policías de Nueva York".

"De pequeño, me influyeron muchísimo las películas de terror de palomitas como Halloween y Viernes 13", cuenta el director. "Pero lo que más miedo me da son las películas que parecen reales. En películas como Defensa - Deliverance y y Calma total, el terror es un poco más profundo porque las situaciones son completamente reales, y quería que esta película se moviese por los mismos derroteros".

Después de varios años trabajando con éxito con los estrechos plazos de producción de la televisión, McCormick conoce el valor de una preparación detallada. "Neal y yo comentamos a Nelson la posibilidad de dirigir la película hace un par de años, y él estaba notablemente bien preparado", relata Forby. "Incluso vino con los storyboards. Lo había planificado todo. Fue por esa pasión por lo que lo elegimos a él. Sabíamos que iba a a apoyar el proyecto de verdad, y lo hizo. Vio todas las películas de terror que existen. Quiero decir, que se convirtió en un verdadero experto en dos meses. Yo aprecio mucho ese tipo de pasión".

El productor Toby Jaffe está de acuerdo en que McCormick llevó su investigación lo más lejos que pudo. "Era meticuloso con todo, hasta con los vestidos del baile de graduación y la música que debía sonar. Además de ser un genio en la filmación de películas de miedo, intentó recrear de verdad lo que es un baile de graduación de hoy en día".

McCormick descubrió un documental titulado The World’s Best Prom (El mejor baile de graduación del mundo), sobre una fiesta de instituto celebrada en Racine, Wisconsin, y lo que significaba para la comunidad en conjunto, así como a los estudiantes que asistían. "Este documental explora hasta qué punto el pueblo estaba involucrado en el baile de graduación", explica. "Sigue a los chicos que se gradúan y todo lo que viven antes del baile, y continúa durante y después de esa noche".

McCormick incluso hizo que los actores vieran el documental antes de empezar la película. "Se lo di a los actores porque quería refrescarles la memoria sobre lo que es el baile de graduación", continúa. "Es un rito de paso (a la edad adulta), y es muy importante para la mayoría de los chavales. Quería que volvieran a recordar esa época".

El director fue igualmente diligente al investigar las técnicas que los maestros del cine de horror y terror han utilizado en el pasado para crear suspense máximo y sustos que hagan saltar en la silla al espectador. "Hizo muy bien los deberes", afirma el productor ejecutivo Gainor. "Estudió mucho para ver qué es lo que funciona mejor. Por ejemplo, una cámara que se acerca lentamente da mucho miedo. Pero no quieres pasar rápidamente al siguiente susto. Quieres un momento de respiro. La diferencia entre una película de terror y una película de suspense es que la de terror llega en seguida a la parte de miedo y te enseña toda la sangre, mientras que la de suspense se toma su tiempo".

"El diseño de producción, los movimientos de cámara y la construcción de los momentos de suspense se planificaron con un detalle espectacular", añade Gainor. "Y hay algunas referencias sutiles a algunas de las mejores películas de suspense del siglo XX. Hay un momento en el que hay sangre bajando por un sumidero. Algunos momentos me recuerdan a Tiburón, cuando algo pasa rápidamente por la pantalla y desaparece. Como una aleta, aunque en nuestro caso, es el asesino".

"Una de las mejores cosas de este guión", cuenta el director, "es la mezcla de géneros. Es una película de policías entremezclada con una película de terror de adolescentes. Tienes al detective a quien se le presenta una segunda oportunidad de llevar al asesino ante la justicia. El asesino es un hombre obsesionado, que se ha vuelto loco por una estudiante a la que simplemente debe poseer, hasta el punto de que matará a cualquier persona que se interponga entre ellos. Y en mitad de estos dos hombres está la joven, que está experimentando la noche más mágica de su vida, la noche de su baile de graduación, un acontecimiento que se identifica con el fin de la juventud. La muerte de la juventud, metafóricamente".

Para añadir más tensión, a pesar de que sus historias están entremezcladas inextricablemente, los tres personajes principales —Donna, el detective Winn y Fenton— no salen juntos en pantalla hasta el clímax final y catárquico.

"Nuestra amenaza es un hombre que sufre del mismo desorden que John Hinckley, Jr. tenía respecto a Jodie Foster", explica McCormick. "Se llama erotomanía. El asesino se imagina una relación que no existe. Se imagina que esta mujer debe estar con él el resto de su vida, y hará cualquier cosa para que eso suceda".

"En el fondo, tiene algo muy humano", dice el director. "Tal vez no hasta ese extremo, pero todos hemos deseado algo ardientemente en nuestras vidas y nos hemos obsesionado con ello: un trabajo, un coche, pertenecer a un equipo... así que podemos relacionarnos con este tipo aunque sea en una mínima parte. No es sólo una máquina de matar que quiere aumentar su colección particular de víctimas".

El productor ejecutivo Mark Forby añade: "Trata sobre una obsesión, no sobre el hecho de matar. Fenton se ha fijado un objetivo y tiene que matar a la gente que se interpone en su camino. Eso le hace un ‘malo’ más interesante, porque le añade dimensión. Hay una parte de ti, aunque pequeña, que puede tener cierta empatía".

Hinckley, Jr., Mark David Chapman y Ted Bundy sirvieron de modelos para el malo de Una noche para morir, según cuenta McCormick. "Sentíamos que estos tíos tenían cierta superioridad cerebral. Todos son bastante brillantes, y queríamos que ese modo de pensar apareciera en el personaje de Richard Fenton".

"Yo no dejaba de pensar en Seven y en El silencio de los corderos", continúa el director. "Los malos de la película son unas mentes privilegiadas, y siempre van un paso o dos —o doce— por delante. Tienes la sensación de que van a ganar a menos que el héroe se tome un respiro. El público está detrás de él hasta el final, hasta que se acaba la película. Si esto fuera Tiburón, Richard Fenton sería mi escualo, si fuera Alien, mi criatura".

McCormick tenía una estética visual muy específica en mente, que reforzaría la respuesta visceral del público ante la acción. "Los planos tenían que crear claustrofobia", cuenta. "Tenían que crear un estado psicológico. Lo que no se ve en el plano da con frecuencia más miedo que lo que sí se ve. Si se estudian de verdad las películas clásicas de horror y suspense, se ve que normalmente experimentamos lo que el protagonista está viviendo desde su punto de vista, y que nos asustan con el punto de vista del asesino, o con el plano de alguien que se acerca por detrás".

Para conseguir el aspecto que quería, McCormick recurrió al premiado director de fotografía Checco Varese, AMC. Este peruano de nacimiento se enorgullece por ser capaz de entrar en la mente del director e interpretar su concepto visualmente. "Cuando ruedas una película de suspense, todo se basa en el miedo, en las sorpresas", explica Varese. "Tuvimos que encontrar un modo de contar la historia y al mismo tiempo no enseñar demasiado, para que el público tuviera ganas de adivinar y entender lo que iba a pasar".

"Durante el rodaje, jugamos con diferentes niveles de oscuridad", continúa Varese. "Intentamos jugar con toda la oscuridad que pudimos, aunque manteniendo claridad sobre la acción. En el baile de graduación, teníamos unas zonas fantásticas de luz, colores preciosos y rock and roll, pero el mismo tiempo, estaba pasando algo terrible. El técnico de iluminación, Danny Eckleson, ideó un tipo de luces que daban hilo de luz muy fino. Proyectan ese hilo de luz en los ojos del actor, o en la espalda de Brittany, pero viene de un sitio que no te puedes imaginar. Eso aumentó el sentido de misterio y de miedo".

Para intensificar la ansiedad del espectador, el técnico de cámara redujo la velocidad de obturación de la cámara, lo que daba a las imágenes un aspecto ligeramente nervioso. También cambiaba súbitamente de un ángulo amplio a planos largos, para pillar al público desprevenido. "Las demás escenas las rodamos de forma tradicional, para que cuando llegaran las escenas de acción, la diferencia hiciera que en un primer momento el espectador se asustara o se relajara, y súbitamente pasábamos a una técnica completamente distinta".

Varese cita otra forma en que las técnicas de cámara ayudaron a contar la historia. "Hay una escena en la que Fenton, el asesino, se gira y mira a Donna. La grabamos a 120 fotogramas por minuto, que es una velocidad muy reducida. A la cuarta parte, en realidad. Es como si él quisiera congelar ese momento para verla mejor. Y la cámara se empezó a aproximar a ella muy lentamente. En realidad, fue un momento muy dulce".

En el casting de Una noche para morir, los productores necesitaban reunir a un microcosmos de los arquetipos más comunes del instituto, en el que no podían faltar la chica buena, la mandona, el deportista guapo, el payaso de la clase y muchos más. Para ello, recurrieron a algunos de los nuevos talentos más prometedores y atractivos de Hollywood.

Brittany Snow interpreta a Donna Keppel, el objeto de la obsesión de Fenton. "No puedo pensar en una mejor personificación de la bondad y la inocencia que Brittany Snow", afirma McCormick. "No creo que te puedas involucrar en este tipo de películas a menos que establezcas un vínculo con un personaje. Debes sentir miedo por ella, y cuidarla. Creo que Brittany inspira naturalmente que se la quiera proteger y cuidar. Hay algo en el hecho de que se ataque a una persona tan bonita que simplemente nos da miedo".

Snow empezó su carrera a los ocho años, y ha acumulado numerosos créditos en la pequeña y en la gran pantalla, incluida la película Hairspray, donde interpretaba a la hija de Michelle Pfeiffer, y la serie de televisión premiada con un Emmy® "American Dreams".

"Antes de esta película, había subestimado a al gente que hace películas de terror y de suspense", narra la joven actriz de 21 años. "Había subestimado cuánto trabajo conlleva. Siento que he sido parte de algo fascinante. Como actor, en este tipo de películas estás constantemente en un estado extremo", cuenta. "Puedes estar en una escena llorando histéricamente, y después tomarte un respiro. En la escena siguiente, se supone que tienes que seguir llorando, pero en la vida real ha pasado una semana entera y te tienes que volver a colocar en el mismo lugar emocionalmente. Yo siempre quiero que mi trabajo sea auténtico, así que era todo un desafío, pero muy gratificante".

Snow estudió la psicología de los acosadores y de sus víctimas antes de empezar el rodaje. "Quería meterme de lleno en cosas oscuras e inquietantes que me ayudaran a llegar al miedo cuando lo necesitara", cuenta la actriz. "También vi muchos episodios de ‘To Catch a Predator’ (un programa de televisión en el que se descubría a pedófilos), sólo para entender la forma de pensar de la víctima. Lo que aprendí durante esa preparación es que muchos asesinos locos son gente completamente normal –policías, maestros, o astronautas–, gente respetable. Gente que puedes encontrarte en la calle, o que viven en tu mismo bloque. Y que tienen toda una vida secreta".

Idris Elba se ha hecho un nombre tanto en Estados Unidos como en Gran Bretaña, dando vida a personajes duros en películas como American Gangster y 28 semanas después. En Una noche para morir, es el detective Winn, el inspector de policía que detuvo a Fenton tres años antes, y se ha impuesto como misión personal proteger a Donna.

"Idris es el sostén de esta película", afirma Gainor. "Su personaje es el segundo protagonista, la otra gran fuerza de la película. La historia no es sólo sobre Donna, es también la historia de Winn, porque fue él quien atrapó a Fenton y confió en el sistema para que lo encarcelara. En lugar de eso, el sistema le envió a un asilo de perturbados del que pudo escaparse".

McCormick añade: "Era esencial transmitir que el detective Winn es una persona que se preocupa, que tiene buen corazón. Cuando conocí a Idris, sentí inmediatamente que tenía la calidez y la fuerza silenciosa que podría dar vida al detective Winn. Él se comprometió de verdad con este papel, y trabajó muy duro para que cada una de las escenas fueran personales: para Winn no se trata solo de llevar a un hombre ante la justicia, sino una segunda oportunidad de poner fin a las pesadillas de Donna".

Elba apunta que, en un giro interesante, Winn está casi tan obsesionado con Fenton como Fenton lo está con Donna. "Se ha convertido en un amigo cercano de la familia, ha sufrido el trauma con ellos", explica el actor. "Quiere cuidar a esa gente y a esa ciudad, porque se preocupa de verdad por ellos. Se lo toma como algo personal. Y aunque no lo admita, tiene algo personal contra Richard Fenton".

El actor escogido para interpretar a Fenton tenía que ser capaz de caminar por el filo de una navaja. Debía resultar creíble como el acosador que aterroriza a Donna, pero sin convertirse en un monstruo inhumano. "Nunca consideré el personaje de Fenton como un monstruo fantástico", matiza el guionista Cardone. "Se trata de un chico que se ha ido obsesionando, como muchos hombres de mediana edad, con ese tipo de inocencia femenina que empieza a florecer a la vida adulta. Ya hemos visto otras películas sobre este mismo asunto, en Lolita y en otros clásicos. Es la historia de un hombre que puede parecer completamente normal en el exterior. Pero como todos nosotros, tiene un problema, una pequeña desviación de su naturaleza".

"Johnathon aporta una ironía muy interesante al personaje", afirma Cardone. "Es una persona que normalmente atraería a la gente, pero está totalmente ciego por su obsesión por la joven. Ésa es la razón por la que nos apartamos de la estructura de la historia original de la anterior Prom Night. Nos dimos cuenta de que los asesinatos que se producen no son consecuencia de la ira o de la venganza. Pasan porque algunas personas se cruzan en su camino. En realidad, es una historia de amor distorsionado".

Schaech, que suele interpretar más papeles de ídolo que de malo de película, dice que en realidad le gustó mucho su personaje cuando leyó el guión por primera vez. "Tu personaje te tiene que gustar para que puedas interpretarlo. Y hay algunas cualidades de Richard Fenton que son muy parecidas a las mías, aunque llevadas a un grado extremo. Él está enamorado, y nada va a interponerse en su camino".

Schaech trabajó estrechamente con el director para encontrar el equilibrio adecuado de su personaje. "Nelson me pidió que lo construyera como una persona humana accesible, en oposición al monstruo sin sentimientos. Sus instrucciones me ayudaron a mejorar mi actuación, y creo que toda la literatura que me hizo leer antes de empezar me ayudó a definir el personaje y a hacerlo más real".

"Richard Fenton es muy carismático, una especie de Ted Bundy", sigue el actor. "Había leído algunos libros sobre asesinos en serie como Bundy, también estudié algo sobre John Hinckley Jr. y vi muchísimas películas de suspense para intentar que el personaje fuese un poco único, más real, en lugar de convertirlo en un monstruo".

"Los asesinos como Hinckley son gente obsesionada, que tal vez no sepan que están haciendo algo mal, pero que intentan conseguir su objetivo por todos los medios", relata el actor. "Por eso Richard Fenton es tan atractivo. Él cree que está actuando bien. No piensa que sea alguien malo o que esté haciendo algo incorrecto, él solo quiere conseguir a Donna y la gente se empeña en cruzarse en su camino. Puede que sienta algunos remordimientos, pero hace lo que él cree que tiene que hacer. Está loco de amor".

La mejor amiga y protectora de Donna, Lisa, es interpretada por Dana Davis, conocida por los millones de fans de la serie de televisión "Héroes" como Monica Dawson. "Es la chica que todas las demás quieren ser", cuenta Davis. "Es popular. Está contenta todo el tiempo. Vamos, a mí me gustaría ser Lisa. ¡Tiene tanta vida, tanta energía! Yo fui un bicho raro del teatro durante el instituto, así que cambiar al modo 'Lisa’ fue bastante divertido".

La actriz cree que el público encontrará al amenazante y humano villano de Una noche para morir fascinante. "Muchas veces, en las películas de suspense, el asesino es como la niebla. Pero en esta película, el asesino está justo delante de ti. Lo puedes ver. Sabes cómo se llama. Creo que eso lo hace mucho más escalofriante".

La otra mejor amiga de Donna, Claire, está interpretada por Jessica Stroup. Una noche para morir lleva el género a una nueva dimensión. No se trata de descuartizar cuerpos y de merodear furtivamente, existe un método en la locura, y esa es la razón por la que quise hacerlo".