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  Una conejita en el Campus  (The house Bunny)
  Dirigida por Fred Wolf
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Protagonizada por Anna Faris, Colin Hanks y Emma Stone. Dirigida por Fred Wolf. Producida por Adam Sandler, Jack Giarraputo, Allen Covert y Heather Parry. Guión de Karen McCullah Lutz y Kirsten Smith. Productoras ejecutivas: Anna Faris, Kirsten Smith y Karen McCullah Lutz. Directora de Fotografía: Shelly Johnson. Diseñadora de Producción: Missy Stewart. Montaje: Debra Chiate. Diseñadora de Vestuario: Mona May. Banda Sonora Original: Waddy Wachtel. Supervisión Musical: Michael Dilbeck y Brooks Arthur.

"¿Qué le pasa a la gente que ha vivido en el surrealista mundo de la Mansión Playboy, donde todo el tiempo hay fiesta y diversión? ¿Y por qué abandonan ese mundo? ¿Se hacen demasiado ‘viejas’ o simplemente están listas para adentrarse en una fase diferente de sus vidas?", pregunta Anna Faris, la estrella de la comedia de Columbia Pictures Una Conejita en el Campus, que se centra en el personaje de Shelley, una ‘conejita’ que afronta exactamente esa crisis.

Las guionistas Kirsten Smith y Karen McCullah Lutz –previamente guionistas del gran éxito Una rubia muy legal (Legally Blonde)– estaban, en primer lugar, fascinadas por la posibilidad de trabajar con Faris. "Acabábamos de ver Just Friends y a las dos nos encantó su trabajo en esa película" dice McCullah Lutz. "Así que la llamamos y fijamos una cita para tomar café".

"Básicamente, la estuvimos acosando" ríe Smith. "Y ella no lo sabía".

En esa reunión, los guionistas y la estrella hablaron sobre la idea del personaje de Shelley, la ‘conejita’ Playboy que cambia de vida. "Shelley ha pasado toda su vida adulta viviendo en la Mansión, pero cuando la echan, queda completamente a la deriva. Tomamos esa idea y pasamos varios meses reflexionando sobre dónde acabaría, y finalmente se nos ocurrió que se introdujera en el mundo de una hermandad universitaria femenina, una hermandad inadaptada que necesita desesperadamente su ayuda" dice McCullah Lutz.

Cuando Shelley conoce a las chicas, éstas están a punto de perder su sede debido a la escasez de nuevas inscripciones. Shelley cree que si convierte a las ‘Zetas’ en chicas súper atractivas entonces podrán ligar con chicos. Y si consiguen chicos, pueden lograr inscripciones y conservar su sede", explica Faris.

Shelley enseña a las chicas cómo ser simpáticas, guapas y populares -eso es totalmente cierto- pero para ella todo es cuestión de tener confianza en uno mismo" continúa McCullah Lutz.

Pero las ‘Zetas’ no son las únicas que sufren transformaciones. Al comienzo del film, mucha gente –incluida la propia Shelley- ve a la ‘conejita’ como "sólo una conejita". Según McCullah Lutz, "Shelley se definió a sí misma como una ‘conejita’ y pensó que eso era todo de lo que era capaz. Sólo se definía a sí misma en términos de su valía como un objeto a ojos de los hombres. Pero entonces descubre que tiene más cualidades personales y un objetivo en la vida más elevado que el de ser simplemente una ‘conejita’", dice la guionista.

"No es sólo un mensaje para chicas, sino para todos los que tratan de aprender a aceptarse a sí mismos y quererse por lo que son" dice Faris. "Cuando vemos por primera vez a Shelley ella piensa que es la chica más guapa y atractiva, pero luego empieza a darse cuenta de que tu aspecto no es lo importante, de lo que se trata es de cómo te ves a ti misma".

Después de que Smith y McCullah Luzt idearan la historia y los personajes, se pusieron en marcha, trabajando el argumento junto a Faris. "Es la mejor forma de trabajar. Cuando tienes a la estrella del film en la habitación contigo, el estudio ve la película cobrando vida. Es mucho mejor que tenerlos escuchando a Kirsten y a mi intentando hacer los papeles" dice McCullah Lutz.

El trío aterrizó en la oficina de la productora Heather Parry, que trabaja en Happy Madison Productions. A Parry – fan de Anna y de las guionistas de Una rubia muy legal (Legally Blonde)– le gustó la idea, y se la presentó a Adam Sandler y a su socio Jack Giarraputo. Ambos habían trabajado ya con Faris en la comedia Este cuerpo no es el mío (The Hot Chick) y eran grandes admiradores de la actriz, así que decidieron hacer la película con los estudios de Columbia Pictures.

Parry dice que aunque Una Conejita en el Campus es la primera comedia de Happy Madison protagonizada por mujeres, comparte el mismo objetivo de sus comedias. "Es divertida y tiene corazón"."Todas las chicas pasan por un momento en su vida en la que intentan cambiar de aspecto y de actitudes –y Una Conejita en el Campus muestra ese momento de una forma realmente divertida y encantadora".

Para dirigir la película, los productores llamaron primero a Fred Wolf. El productor Allen Covert dice que el equipo de Happy Madison conocía a Wolf desde hacía años, desde que trabajó como guionista para Sandler en Saturday Night Live. "Podrías pensar que Fred no es el tipo de director que hace estas películas de mujeres, pero cuando estuvo en Saturday Night Live hizo la transición desde los años Sandler-Farley-Spade-Schneider a los años Molly Shannon-Cheri Oteri. De pronto, aquel espectáculo tenía muchas mujeres en el reparto. Lo ideal que tenía Fred para dirigir esta película era su experiencia escribiendo para y trabajando con actrices".

"El mundo puede ser duro para las chicas", dice Wolf. "Constantemente las están bombardeando con mensajes sobre cómo vestirse, qué maquillaje ponerse, pero también sobre cómo comportarse y cómo pensar. Crecí con tres hermanos y provengo de un ambiente dominado por los hombres, pero ahora tengo dos hijas y he comprobado lo importante que es para ellas esquivar esos mensajes y creer en sí mismas y quererse por lo que son por dentro. Espero que esta película contribuya un poco a ayudarles a comprender lo importante que es eso".


Sobre los personajes
Para interpretar a las desventuradas integrantes de la hermandad Zeta Alpha Zeta, las directoras se fijaron en un grupo de jóvenes estrellas en alza.

En el centro del grupo está Natalie, la presidenta de la hermandad. Aunque Natalie es muy inteligente, está algo más que desorientada. Le gustan los chicos, y quiere gustar a los chicos, pero no tiene ni idea de cómo acercarse al sexo opuesto o, una vez se acerca, qué decir.

Emma Stone, que hizo un papel de coprotagonista en el éxito del pasado verano Supersalidos (Superbad), interpreta al personaje. "Puede que Natalie se sienta incómoda" -dice- "pero tiene un corazón de oro, y desde luego sabe ver más allá del simple del exterior de ‘conejita’ de Shelley y comprender muy bien su corazón. Ambas terminan siendo muy buenas amigas por lo que ven una en la otra".

"Sólo habíamos visto un primer corte de Supersalidos (Superbad)" –apunta Parry, "así que estábamos entusiasmadas de que Emma viniera a hacer la prueba. Primero leyó el papel de una de las chicas Phi lota Mu, y luego hizo el papel de Harmony. Únicamente cuando ya se había marchado pensamos: "Creo que el personaje de Natalie le iría genial". Ya había abandonado el edificio de Sony, así que la hicimos dar media vuelta y volver. Estaba nerviosa, -había aparcado en algún sitio prohibido y todo el tiempo tenía miedo de que la grúa se llevara su coche-. Pero funcionó, y obtuvo el papel".

"Fue divertido llevar a cabo la transformación, desde los vestidos grises y azul marino que Natalie lleva al principio, a las extensiones, el maquillaje y los vestidos alegres" dice Stone. "Por supuesto, los personajes también se dan cuenta de que aunque toda esa parafernalia se ajusta al look que le gusta a Shelley, no es realmente lo que son".

Mona, la compañera de hermandad de Natalie, es la última persona en que pensarías que sería capaz de llevar a cabo esa transformación. Lleva varios piercings y adopta la actitud de gran estudiosa del comportamiento de las mujeres, así que se apunta al plan de Shelley más por la oportunidad de realizar un experimento sociológico que por conseguir ser popular.

Las productoras de la película no pensaron más que en una persona para el papel. Kat Dennings lo interpretó durante las primeras lecturas del guión, en un momento en que todavía la única actriz en el reparto era Anna Faris. Lo hizo tan bien en la mesa de lectura que las productoras dejaron de buscar.

Dennings captó el personaje inmediatamente. "Mona tiene un problema con los chicos", sentencia Dennings. "La hacen sentirse incómoda y ella los hace sentirse aún más incómodos a ellos, en gran parte porque va por ahí poniéndose camisetas que dicen "Castración Legal".

Katharine McPhee hace su debut en el cine con Una Conejita en el Campus. Su personaje, Harmony, es una hermana de la fraternidad, hippie y ‘embarazadísima’. Ella ve siempre lo mejor en las personas y no deja de sorprenderse cuando ve lo cruel que puede ser la gente en algunas ocasiones. Es la típica belleza interior que florece cuando Shelley comienza a impartir sus clases.

Por su parte, McPhee ve a su personaje ligeramente diferente. "Se supone que ella es esta tía hippie, yo creo que ella es un espíritu libre, y esta es, definitivamente, una parte de mi personalidad", comenta.

"Katharine McPhee es obviamente una gran cantante", dice entusiasmado el escritor McCullah Lutz, "pero también es una muy buena actriz".

McPhee no pudo resistirse a la oportunidad de lucir su voz en la película durante una escena de karaoke. "Sabía que la secuencia no sería lo mismo conmigo cantando", se ríe, "pero Harmony es un espíritu libre, dispuesta a probarlo todo y apasionada con la vida, estoy segura de que ella cantaría la canción a grito pelado de la mejor manera que pudiera".

McPhee se emocionó con la posibilidad de cantar para la película, una nueva versión de la canción pop de los 80, "I Know What Boys Like", que se escucha en los créditos finales. "Me lo pasé muy bien grabando la canción", dice, "pero siendo honesta, rodar la película fue incluso mejor".

Para interpretar el papel de Joanne, una joven tímida que usa una faja ortopédica para la espalda, los realizadores buscaron a alguien de la estirpe de Hollywood, perteneciente a la próxima generación de estrellas: Rumer Willis.

"Joanne ha estado siempre oculta detrás de su faja ortopédica", dice Willis. "Incluso aunque ya no la necesita, la sigue usando para no tener que mostrarle al mundo su verdadero yo".

"Que me hablen de ‘comedia física’", comenta efusivamente Covert. "Rumer se apropió del tema desde que supo que iba a interpretar el papel. Cogió la faja como apoyo y lo utilizó para encontrar la parte cómica y se convirtió en el personaje".

"Esa faja fue como mi bolso durante ocho semanas, iba a todos los sitios a los que yo iba", dice Willis. "En un momento, durante uno de los ensayos, estaba acostada sobre una manta y no me podía levantar. Fred se acercó y me dijo, ‘¿Me estás hablando en serio o estás de broma?’", se ríe la actriz. "Parecía una tortuga dada vuelta, agitando los brazos penosamente, hasta que alguien me ayudó a levantarme".

Faris cuenta que con el transcurso del rodaje, cada una de las chicas fue entrando en los papeles de los personajes que interpretaban en la película. "Me sentía como una ‘mamá’. Me preocupaba en un principio que con todas estas chicas algunas de ellas no se llevaran bien, pero todas realmente parecían quererse entre ellas y cada una aportó su originalidad".

Heather Parry, recuerda. "Se apoyaban entre todas, que suele ser bastante raro en Hollywood. Durante el rodaje, Emma Stone estrenaba Supersalidos (Superbad) y las chicas fueron al estreno para sorprenderla. Todas se convirtieron en amigas rápidamente y en apoyo mutuo entre ellas. Fue algo muy bonito de ver".

Las siete hermanas de la Casa Zeta, no son las únicas en sufrir un cambio radical. Mientras la misión de Shelley es transformar a las damiselas en apuros sin gracia, en chicas glamorosas, las chicas ayudan a Shelley con su propia transformación cuando ella conoce a un chico muy diferente a los que ella estaba acostumbrada. Colin Hanks interpreta el papel de Oliver, un joven de naturaleza dulce, administrador de una residencia de la tercera edad. "Shelley se siente atraída desde el principio por su encanto y amabilidad. Me imagino que ella nunca había conocido a alguien así. No es el tipo de tío que te encuentras en la Mansión Playboy".

"Y Oliver nunca había conocido a alguien como Shelley", dice Hanks. "Tienen una serie de citas que no van muy bien porque Shelley continuamente trata de impresionar a Oliver. Primero, ella juega el papel de ‘chica difícil’, cosa que no lo impresiona en realidad. Entonces intenta con el papel de ‘súper lista, ratón de biblioteca’, y esto tampoco tiene efecto. Lo que impresiona a Oliver es cuando comienza a ser ella misma. Él ve algo en Shelley que es especial y atractivo. Lo que ve Oliver en ella no es lo que los demás ven".

Tyson Ritter, el cantante de la banda de All-American Rejects, hace su debut cinematográfico en Una Conejita en el Campus. Interpreta el papel de Colby, el objeto de deseo de Natalie. El describe la participación en esta película de esta manera: "Ocho mujeres guapísimas todos los días durante dos semanas. ¡El paraíso!"

Las ‘Zetas’ se completan con Dana Goodman como Carrie Mae, Kimberly Makkouk como Tonya, y Kiely Williams como Lily. También participan Beverly D’Angelo en el papel de la Sra. Hagstrom, la madre de la casa ‘Phi Iota Mu’, la hermandad rival de las ‘Zetas’, y Christopher McDonald como Dean Simmons.


Acerca de la producción
Una Conejita en el Campus es la historia de dos casas; la ‘Zeta’, sosa y deprimente y la Mansión Playboy, una fantasía convertida en realidad. Crear y juntar estos dos mundos dependía muchísimo de la diseñadora de producción, Missy Stewart y de la diseñadora de vestuario, Mona May.

"Los personajes tienen tales transiciones que estaban claramente demarcadas", dice la diseñadora de producción Missy Stewart, quien previamente diseñara Una rubia muy legal (Legally Blonde), 21: Blackjack (21), y muchas otras. "La primera parte del guión desarrolla nuestro personaje principal, Shelley, su caída en desgracia en la Mansión Playboy y sus intentos de entrar en el mundo ‘real’. Me gusta pensar en esa etapa como la de su paraíso perdido. Por eso tratamos de crear un paraíso en el primer acto, en todos los aspectos".

Los productores se marcaron un buen tanto cuando Alta Loma Entertainment, la subsidiaria de Playboy Enterprises, Inc. y productores de The Girls Next Door , aseguraron la participación de Hugh Hefner en la película y abrieron la legendaria Mansión Playboy para la producción.

"Lo teníamos todo escrito en el guión, pero no sabíamos si Playboy iba a permitirnos utilizar su nombre y la Mansión", dice el guionista McCullah Lutz. "Así que mientras escribíamos el guión no fuimos a la Mansión, ni nos documentamos en el lugar. ¿Entonces, cómo caracterizamos a las ‘conejitas’? Nos imaginamos cómo serían las ‘conejitas’. No fue demasiado difícil dar con la idea. Ves a muchas de ellas dando vueltas por Los Ángeles".

Aunque el estilo de vida de la Mansión Playboy es conocida en el mundo entero, relativamente pocos han traspasado sus puertas. Fue la primera vez para todo el equipo. "Fue la experiencia más surrealista que he tenido nunca", cuenta Faris.

El productor Allen Covert, también estaba intimidado. "Hef fue increíble. Pudimos rodar en su habitación. Me senté en su cama, y entonces me puse nervioso, pensé, ‘¿se va a dar cuenta de que me he sentado en su cama? ¿Nos va a echar de la Mansión porque me senté en su cama?" se ríe el productor.

Dejando la paranoia a un lado, el equipo pasó buenos momentos allí. "Estamos muy agradecidos que Hef nos dejara rodar en la Mansión", sonríe McCullah Lutz. "Es un ‘bonus’ el hecho de que se interprete a sí mismo. Creo que es la primera vez que hace su papel en una película".

El opuesto de la Mansión es la casa ‘Zeta’, el hogar que la fraternidad está desesperada por conservar. La estructura en sí misma describe el mismo arco narrativo que el de las chicas que habitan en ella, en el comienzo rechazada y abandonada pero con un buen fondo.

"Teníamos una gran tarea: encontrar una casa vieja y estupenda pero destrozada", cuenta Stewart. Encontraron su hogar pero tuvieron un gran desafío por delante. "Estaba en tal estado que tuvimos que remozarla para que pareciera habitable", dice Stewart. "El jardín estaba cubierto de maleza, no había césped, no había jardín trasero. Las ventanas se caían a pedazos. Incluso tuvimos que reconstruir parte de la casa para poder rodar allí. El interior estaba tan sucio y caótico que tuvimos que pintar y volver a envejecer la pintura y quitar toda la moqueta, arreglar los suelos y luego envejecerlos también. Fue un proceso al revés. Pero la casa tenía una estructura tan buena que sabíamos que era la que queríamos, y la transición fue sobre ruedas".

Después de rodar durante dos semanas en la casa West Adams, la producción se trasladó a otras localizaciones una semana para que Stewart y su equipo pudieran trabajar en la casa. Durante esa semana, el equipo plantó césped y flores, colocó ventanas nuevas, retapizó muebles, pintó y colgó cortinas. "Decoramos la casa en los colores de ‘Zeta’, rosas, verdes azulados y naranjas. Se convirtió en un lugar muy alegre", dice Stewart. "Fue divertido ver a la casa a través de todas esas transformaciones. Sabía que Mona se iba a volver loca con el vestuario de las chicas a través de su ‘cambio radical’, así que le quise dar una paleta de colores que no compitiera en atención con el vestuario. Es equilibrado y colorido".

"Soy una colorista", explica la diseñadora de vestuario Mona May, que previamente ha diseñado el vestuario para las películas Clueless. Fuera de onda (Clueless) Encantada, la historia de Giselle (Enchanted). "Trabajo con el color y es una parte muy importante de mi trabajo. Trabajé muy de cerca con la diseñadora de producción Missy para asegurarme de que todo encajara".

"Lo que ocurre en una película con tantas chicas, es que tienes que preocuparte de quién se pone qué", continúa May. ¿Qué color usan? ¿Salen al mismo tiempo con la ropa que llevan? Sólo tienes una cantidad de colores en la paleta. Así que si ya tienes un rosa, un amarillo y un azul, te tienes que asegurar de que ninguna otra lleve es color y que las tramas no entren en conflicto".

May comenzó por definir cada personaje con su correspondiente transición. "El vestuario apoya esta transformación. Con Fred trabajamos muy cerca para asegurarnos de que los personajes se mantuvieran coherentes durante toda la película incluso cuando se transforman de un ‘look’ a otro. La chica punk siempre es punk, la chica hippie sigue hippie".

Con ocho personajes principales, el volumen de ropa, zapatos y accesorios solamente, daba vértigo, se necesitaban dos caravanas de vestuario. "Fue muy divertido trabajar con tantas chicas", continúa May, "creo que cada una de las ‘Zetas’ tiene cerca de 30 cambios. Anna tiene cerca de 50. Así que son casi 300 cambios los que hay que manejar en esta película. Una locura increíble. Fred se mantuvo lejos de nuestra caravana", dice la diseñadora guiñando un ojo.

La creación final para el personaje de Shelley dejó a Faris casi irreconocible. Parris dice que para interpretar el papel, Faris estaba totalmente comprometida como actriz. "Era muy disciplinada", cuenta. "Estaba en perfecta forma y con una enorme fuerza motivadora centrada en la construcción de la apariencia del personaje. Estaba dispuesta a hacer lo que fuese necesario para darle vida a Shelley".

De hecho, Faris pasó más de tres horas cada día entre la caravana de maquillaje y vestuario para entrar en el personaje. Faris cuenta, "hay todo tipo de cabello aquí que no es mío. Rellenos que no son míos y toneladas de vestuario. Tengo cabello falso, pecho falso, bronceado falso, pero el corazón de Shelley es verdadero". Y luego estaba el tema de esos zapatos infernales. "A Shelley le gusta llevar tacones", continúa la actriz, "algunos de los zapatos tienen un tacón de casi 20cm de altura. De hecho, hubo una escena en la que no pude llevar mis tacones y me quedé totalmente desconcertada y nerviosa. Sentía que no podía interpretar a Shelley adecuadamente".

Para muchas de las otras chicas, entrar en personaje fue, "todo eran sujetadores, pechos y rellenos", bromea May. "Nunca estuve en una película con tantos sujetadores".

"Mona May realizó un excelente trabajo", dice Rumer Willis. "No me di cuenta de cuanto trabajo había detrás todos los días, hasta que estuvimos en el set o pude ver algunas fotografías de todas nosotras juntas. Podíamos vestir con diferentes colores, pero la paleta de colorido tenía sentido, fue increíble ver lo bien que funciona todo en conjunto".

Una vez que el cambio radical de las chicas ‘Zeta’ hecho por Shelley se completó, decidieron hacer su debut social con una fiesta azteca. "Cuando hablamos con Fred, él me dijo que quería hacer un volcán de gelatina. Me reí porque sabía que eso era imposible", dice Stewart entre risas. "Pero sí que tenía la idea de que podíamos hacer un volcán bastante creíble de espuma, una piscina de daiquiri donde las chicas pudieran aterrizar, le agregas un poco de vapor y eso hace una inmensa caldera de gelatina. Comenzamos entonces a trabajar con la gelatina semanas antes del rodaje. Fred agregó un tobogán. Nos volvimos todos locos con él. Había una energía tan tribal que era como estar en una fiesta azteca salvaje, había percusionistas, música, antorchas y humo. Funcionó perfectamente".

McCullah Lutz se impresionó. "El día de rodaje de la fiesta azteca, nos encontramos frente a un volcán 800 veces más grande de lo que había imaginado cuando escribimos el guión. Nos imaginamos una estructura de papel maché con un poco de gelatina bajando por los lados, pero ellos nos prepararon este volcán inmenso. Fue muy divertido ver como despertaba a la vida. Espero que marquemos una tendencia. Me gustaría ir a cualquier fiesta de universidad en un par de años y ver que tienen un volcán donde sacrifican a una virgen", ríe el guionista.

"Pienso que la fiesta azteca es el clímax del acto segundo, porque llegan al límite de lo que podían en esa dirección", dice Stewart. Poco tiempo después de esta fiesta, las ‘Zetas’ se dan cuenta de que se han convertido en la visión que Shelley tenía de la ‘chica perfecta’, pero que no es la suya propia.

"Tienen otra transformación por delante", dice May. "Fred quería asegurarse de que encontrásemos la verdadera esencia de cada chica en su último cambio. Aquí es donde ellas se encuentran a sí mismas. Así que nos preguntamos. ¿Quiénes son ahora? ¿Cuál es el significado de esta película y de qué manera el vestuario apoya esta idea?".

Shelley también se transforma. "Comenzamos con este personaje de manera muy caricaturizada", dice la diseñadora en referencia a Shelley. "Realizamos un vestuario de caricatura con colores chicle, bisutería de plástico, cabello exagerado, todo es rosa, azules vivos y pequeños accesorios con brillos que apuntan a los pechos. Pero a medida que avanza su transformación, quitamos toda esta ostentación y la cubrimos un poco más".