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  Una familia con clase  (Easy Virtue)
  Dirigida por Stephan Elliott
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La producción
Ealing Studios presenta Easy Virtue, una fantástica adaptación de la obra de Noel Coward. La película necesitó de siete semanas de rodaje principal que se desarrollaron a finales de febrero de 2008 en el Reino Unido en maravillosas casas solariegas como Flintham Hall en Nottingham, Englefield House cerca de Reading en Berkshire, y Wimpole Hall en Cambridgeshire.

Easy Virtue está protagonizada por la actriz estadounidense Jessica Biel (El ilusionista, Os declaro marido y marido) que interpreta a Larita, la audaz joven que revoluciona a la familia Whittaker; Colin Firth (St. Trinian's, El diario de Bridget Jones, Love Actually, La joven de la perla) que da vida al debilitado cabeza de familia Sr. Whittaker; Kristin Scott Thomas (Las hermanas Bolena, El paciente inglés, Gosford Park, Cuatro bodas y un funeral), como la estoica pero neurótica Sra. Whittaker, y Ben Barnes (Stardust, Las crónicas de Narnia: el Príncipe Caspian) que interpreta al esposo de Larita, John Whittaker.

El reparto lo completan Kris Marshall (Un funeral de muerte, Love Actually) como Furber, el mayordomo de los Whittaker; Katherine Parkinson (The Boat That Rocked, The IT Crowd) como la hija mayor Marion, y Kimberley Nixon (Mi gato Angus, el primer morreo y el plasta de mi padre, Megapetarda, Cranford) que interpreta a la pequeña de la familia, la impresionable Hilda.

La dirección de Easy Virtue ha corrido a cargo del australiano Stephan Elliott, conocido por filmes como Las aventuras de Priscila Reina del Desierto y Ojos que te acechan, con producción de Barnaby Thompson, Joe Abrams y James D. Stern.

Los productores reunieron a un galardonado equipo de producción, entre los que se cuentan la diseñadora de vestuario Charlotte Walter (Un corazón invencible, La supremacía de Bourne); Jeremy Woodhead diseñador de maquillaje y peluquería distinguido con premios Oscar y BAFTA (Piratas del Caribe, El Señor de los Anillos: La comunidad del anillo); el diseñador de producción John Beard (The History Boys, Enigma, Brazil), el director de fotografía Martin Kenzie (St. Trinian's y El fantasma de la ópera; Wimbledon), y el compositor Marius de Vries galardonado con varios BAFTA (Moulin Rouge, Romeo y Julieta de William Shakespeare).

El guión de Easy Virtue fue escrito por Elliott y Sheridan Jobbins, basándose en la obra teatral homónima de Noel Coward.


Orígenes
……"Qué descorazonador es pensar que la honestidad escandaliza a tantos cuando el engaño escandaliza a tan pocos". (Noel Coward)


Noel Coward escribió 'Easy Virtue' en 1924 a la joven edad de 23 años. Si bien fue una de sus obras menos conocidas, desde luego obtuvo un éxito considerable. De hecho, Alfred Hitchcock produjo una versión muda de la obra en el año 1928.

Tal y como escribió un famoso crítico teatral tras ver una representación de la obra en el Festival del Centenario de Coward en Chichester, 'Easy Virtue' sirve para recordar la gran habilidad de Coward para dinamitar desde dentro la alta sociedad aunque a primera vista pueda parecer un elogio de la misma.

Es un ataque feroz a la hipocresía que reinaba en los primeros años veinte, y a la manera en que se seguía abogando por unas reglas victorianas que ya entonces estaban anticuadas para destruir las vidas de aquellos a quienes no podían controlar. El producto es un análisis psicológico sobre la represión sexual, la culpa y la venganza, en un mundo en el que las viejas creencias se desmoronan con el advenimiento de la era del jazz".

"Coward me cautivó desde que tuve la suerte de ver a Maggie Smith en un montaje de PRIVATE LIVES dirigido por John Gielgud en 1974", comenta el productor Joe Abrams, "y aunque Coward es conocido por el humor sofisticado y el estilo de comedias como PRIVATE LIVES, DESIGN FOR LIVING, y HAY FEVER, sus obras dramáticas han servido como base para filmes tan galardonados como CAVALCADE, IN WHICH WE SERVE, y BRIEF ENCOUNTER. Así, Easy Virtue me pareció un proyecto muy atractivo y fue una alegría poder hacernos con los derechos".

"En la versión muda se perdía toda la chispa del diálogo de Coward", añade Abrams, "con lo que Hitchcock tuvo que subrayar el drama del conflicto social entre el mundo anticuado de la familia y la innovación y la vanguardia que llegaba a Inglaterra a finales de los años veinte. Al realizar Easy Virtue hoy en día, los retos a los que nos enfrentábamos y las posibilidades que se abrían ante nosotros no se basaban sólo en mantener el conflicto, sino en seguir el camino establecido por Coward y desarrollar aún más el concepto a través de la comedia. Decidí hablar con Barnaby Thompson tras alucinar con cómo había llevado a la gran pantalla dos obras de Oscar Wilde. Afortunadamente se mostró tan emocionado como yo por llevar Easy Virtue a un público moderno".

"Presenta una historia universal: joven conoce a mujer hermosa, se enamora y se casa precipitadamente. Todo parece ir sobre ruedas, pero al llegar a casa y presentársela a la familia, su madre siente verdadera aversión hacia su esposa y las chispas saltan desde el primer momento… ¡Nadie escapa de las suegras!", comenta el productor Barnaby Thompson.

Al enfrentarse al reto de adaptar a Coward para el público moderno, Thompson cita la estupenda labor de los guionistas Stephan Elliott y Sheridan Jobbins. "La literatura de Coward suele ser dura y fría, y ahí reside la clave de su comicidad, por lo que el procedimiento de adaptación de esta obra se centró en asegurarse de que cuidábamos a los personajes al darles un toque contemporáneo. Al adaptar el guión, nos concentramos en trabajar sobre el paisaje emocional de la obra, transmitiéndole al espectador la diversión y la locura del enamoramiento inicial y pasando después a combinarlo con las agudas pullas que se lanzan nuera y suegra. En realidad es una obra sobre un grupo de personas que luchan por sobrevivir en la vida. Si la película tiene éxito, será gracias al ingenio de Noel Coward combinado con la habilidad de Stephan y Sheridan por crear un vínculo entre los espectadores y los personajes que nos presentan en pantalla".

En cuanto al director, Thompson comenta que "Stephan es un director experimentado que llevaba un tiempo alejado de la gran pantalla, así que cogió el proyecto con la emoción de un novato y la experiencia de tener varias películas de éxito a sus espaldas. Siempre me ha gustado su anarquía y cuando estábamos buscando director me moría de ganas de trabajar con un realizador que pudiera inyectar un poco de irreverencia a este proyecto, y se me ocurrió recurrir a Stephan. Gracias a él la obra tiene un espíritu interesante e infeccioso, que apareció ya incluso durante el rodaje a través de su manera de dirigir, nos lo pasamos fenomenal durante los meses que estuvimos filmando. Eso dice mucho de él".

"En el año 2004 estaba esquiando en Francia y me rompí la espalda, la pelvis y las piernas y tuve que estar de reposo durante casi tres años" apunta Elliott. "Tuve mucho tiempo para pensar y llegué a la conclusión de que estaba harto de la industria del cine, pero el accidente me dio el empujón que necesitaba, y andaba probando diferentes ideas cuando Barnaby me trajo a Noel Coward. Lo primero que pensé fue 'para qué me traes a Noel Coward?' Las películas de época no son lo mío, ¡de hecho creo que nunca he visto una película de época de principio a fin en mi vida! Pero Barnaby me dijo que por eso mismo me la traía, así que me la leí y pensé, 'Vamos a ver de qué va esto'. Encontré la clave para mi guión en la sensación de rebeldía de Larita, una chica moderna que se encuentra de repente metida en un mundo tan tradicional y empieza a volverse loca. Pensé que me podía divertir mucho".

"No queríamos hacer una película de época al uso", añade Elliott, "sino una película moderna para un público moderno, así que intentamos darle una voz contemporánea. Es difícil llegar a un punto medio, porque, de hecho, cuando llegaron los actores se pusieron en modo Coward teatral hasta el punto de que tuve que decirles que me hablaran como si no estuvieran interpretando, como si estuviéramos charlando en la calle, y así finalmente logramos dar con un tono que nos gustaba a todos. También nos hemos vuelto locos con la música y hemos utilizado efectos especiales extraordinarios que no suelen aparecer en películas de época".

El coguionista Sheridan Jobbins dice sobre su colega: "Stephan es un hombre muy divertido. Es travieso, burlón, socarrón… siempre anda con artimañas. Mientras que Coward es sinónimo de ingenio… él es conocido por llevarlo todo un poco más allá. Hice ese mismo comentario durante nuestra primera conversación sobre el guión (mientras me desternillaba diciendo cosas como '¿Quién? ¿Tú? ¿Tú vas a escribir una obra de Noel Coward?'). Resulta que sin darme cuenta le lancé el guante a un hombre que considera a Coward como uno de los observadores de la sociedad más importantes del siglo XX. La obra original es un melodrama, no una de las típicas comedias de Coward. Cuando empezamos a hablar sobre cómo llegar a la comedia sin pasarnos, Stephan parafraseó a Coward y dijo, 'El ingenio hay que utilizarlo como una especia para sazonar la obra y no como una salsa que lo embadurne todo' y sus palabras definieron el estilo que utilizaríamos para escribir el guión".


El reparto
Al hablar del proceso de casting, el productor Barnaby Thompson comenta: "Nos reunimos con Jessica en Los Ángeles antes de que viniera a Inglaterra, donde nunca había estado antes. Llegó sola, en pleno diciembre, hacía frío, llovía y todo estaba gris, típico día de invierno inglés; ella es de Colorado así que creo que entendió perfectamente el choque cultural al que se enfrenta Larita. Jessica es una persona fantástica, y hemos vivido momentos geniales con ella, como el día en que ella y Ben se conocieron, ¡cuando él llegó con un gigantesco ramo de rosas para su mujer! Ese tipo de cosas son las que demuestran que un proyecto va a salir bien".

"Creo que Larita representa todo lo moderno y vanguardista, sobre todo porque es americana y en esa época Estados Unidos se estaba posicionado como la fuerza motriz que trazaba los caminos por los se movería el viejo mundo", añade el director Stephan Elliott. "La familia Whittaker, y sobre todo la Sra. Whittaker, se agarra desesperadamente a un mundo que ya no existe. Viven en un casa que se está cayendo a pedazos porque les falta liquidez para arreglarla o contratar al personal que haría falta para llevarla. El Sr. Whittaker no es el mismo desde que volvió de la guerra, siempre ausente y abstraído, y la Sra. Whittaker tiene todas sus esperanzas puestas en la vuelta de su hijo, esperando que se ponga al cargo de la finca y la devuelva a su gloria pasada. Cuando llega esta preciosa jovencita estadounidense, la Sra. Whittaker ve inmediatamente ante sus ojos a una enemiga que quiere a robarle a su hijo, lo único bueno que le queda en esta vida".

La actriz estadounidense Jessica Biel habla de cómo fue trabajar en su primera película británica: "Cuando leí el guión, lo que más me gustó fue el tono de Noel Coward. El diálogo era muy sarcástico, burlón e inteligente, saltando de un personaje a otro con conversaciones en las que lo importante es lo que no se dice, en las que todo está a punto de estallar, debajo de un manto de estrictas normas sociales. Se portan con extremada cordialidad, cuando realmente quieren arrancarse la cabeza", se ríe. "Como actriz me pareció muy interesante porque entendía perfectamente a Larita y me convertí en esa mujer apasionada. Yo no soy así: soy más tranquila, así que me tomé el personaje como todo un reto. También encantó la idea de retratar a una americana en medio de este mundo que no entendía, lleno de costumbres y tradiciones inglesas; intentaba hacerme con la manera de hablar de los británicos; de hacer ciertas cosas a ciertas horas y en ciertos lugares. Todo tenía que ser correcto, no podía salirme de la norma. Es muy gracioso y me ayudó a transmitir esa sensación de alienación".

Stephan añade, "Lo mejor de Jessica, en cuanto al personaje se refiere, es que estaba como gallina en corral ajeno. Nunca había trabajado en nada parecido, así que debió de ser bastante intimidante entrar en una sala y encontrarse con Colin Firth y Kristin Scott Thomas y todo el resto del equipo, porque ella es una chica muy tímida… Al principio estaba tan callada que tuve mis dudas, pero Colin me llevó a un lado y me dijo '¡Ya verás, esta chica va a ser la estrella del filme!'".

"Jessica es súper natural, es como un lienzo en blanco, y nunca había tenido la suerte de trabajar con una actriz que me dijera 'No tengo ni una pizca de amargura ni de cinismo en mi interior, así que vas a tener que enseñarme cómo hacerlo'. De verdad, es incapaz de decirle nada malo a nadie, ¡y eso que ha trabajado con muchos intérpretes a los que se les da de maravilla!".

Jessica describe a su personaje: "No tiene nada que ver con nadie que haya conocido antes la familia, yo creo que ni siquiera se imaginan que pueda existir alguien como ella, y encima se ha casado con su niño mimado. Al principio se muestran fascinados, pero luego no la entienden y les cae un poco mal. La Sra. Whittaker se muestra muy fría hacia ella cuando se conocen y creo que probablemente se siente algo intimidada. La tensión entre ambas mujeres es evidente desde el principio. Larita se esfuerza por ignorar la tensión y entablar amistad con su suegra, pero a ésta no le interesa para nada".

Según va avanzando la historia, Larita encuentra un inesperado aliado en el Sr. Whittaker: un hombre que ha sufrido mucho y que le ha dado la espalda a su familia e incluso a la vida misma. Colin Firth interpreta a Whittaker. "Lo mejor de Colin es que transmite mucho realismo a sus personajes", dice el productor Thompson. "Sea cual sea el papel que interpreta, siempre lo borda, contribuye con mucha credibilidad y en este filme crea el eje de la historia, porque es un hombre que vive torturado desde que luchó en la Primera Guerra Mundial. De igual manera, es muy agudo, y a veces dice cosas muy ingeniosas con un pícaro brillo en los ojos. Tampoco se guarda sus sentimientos, y eso hace que sea tan atractivo, y le da mucha fuerza a la obra".

"Si tuviera que describir a la familia", comenta Firth, "tendría que decir que son una familia disfuncional aristocrática, en una época en la que la sociedad estaba viviendo los efectos de la Primera Guerra Mundial. Aunque no le hayan herido físicamente, Whittaker desde luego sufre las heridas directas de ese enfrentamiento, dado que está psicológicamente enfermo después de haber luchado en el frente. Pero los demás también han sufrido, la guerra casi acabó con una generación entera, y creo que eso se deja notar especialmente en la comunidad rural. Como dice Whittaker en cierto momento de la película, 'Soy el único hombre de mi edad del pueblo'. Se ha aislado dentro de su propia familia, está un poco asilvestrado; no se afeita, no hace lo que le dicen y no sigue el estricto protocolo británico. Todo esto me viene fenomenal, porque no tengo que preocuparme por el aspecto que tengo por la mañana, simplemente llegó con ojeras de la noche anterior, y todos encantados", se ríe.

"Whittaker y Larita se sienten marginados por la familia", prosigue Firth. "Tras casarse, ella forma parte de algo que no entiende, y se sorprende al ver que no tiene cabida en el régimen dictatorial de la Sra. Whittaker. Mi personaje ha decidido pasar de todo, y en ese sentido no encaja en la sociedad. Ambos guardan secretos bien distintos, que les pesan como una carga enorme sobre sus hombros".

Colin Firth lo admite: "No es la primera vez que interpreto a este tipo de personaje, pero tampoco es que esté encasillado. Aunque tuve mis dudas iniciales, cuando Stephan dijo que no podría comer ni dormir hasta que le dijera que sí, me sentí muy halagado y accedí. He de decir, no obstante, que cuando leí el guión, todos los pequeños matices comenzaron a intrigarme, y me dejé llevar totalmente. Es mucho más interesante y tiene mucha más chicha de lo que parece en un principio, y encima cuando ya fuimos sabiendo quién trabajaría en el reparto –actores de tanta talla– sabía que había hecho bien. Me gusta estar rodeada de buenas compañías y, de hecho, con los años le voy dando cada vez más importancia a ese aspecto", dice entre risas.

"El Whittaker de Coward siempre está con un whisky en la mano y un cigarro en la boca, y no hace nada ni va a ninguna parte", explica Stephan Elliott. "Cuando empezamos a modelar los personajes y a darles forma, nos dimos cuenta de que éste era un hombre que había vivido la primera guerra mundial y se comportaba como si estuviera siempre en un cóctel. La idea subyacente era que nadie había vuelto entero de la guerra, así que empezamos a llevar esa idea al personaje, y creamos un hombre roto, una sensación que se transmite a través de su silencio. Para Colin ha sido bastante duro trabajar con esa frialdad porque es un hombre muy enérgico, y por primera vez en mucho tiempo, Colin tuvo que quedarse mudo. Juega con la inmovilidad, y cuando abre la boca, cada una de sus palabras tiene muchísimo peso. Por primera vez, se encuentra perdido ante la cámara, y según va avanzando la historia, el personaje de Jessica le devuelve a la vida. Ésa es la clave de la película, es la historia de un muerto que conoce a una chica que poco a poco le va devolviendo a la vida".

Thompson debate su elección de la actriz que daría vida a la Sra. Whittaker, una mujer que lucha desesperadamente por no perder a su familia y mantener sus valores tradicionales. "Llevo unos veinte años 'enamorado' de Kristin Scott Thomas, así que cualquier excusa para estar en la misma habitación que ella me parecía suficiente. Quería poder contar con Kristin desde que leí la obra", desvela Thompson. "Queríamos crear la sensación de que si las cosas hubieran ido de otra manera, si su esposo hubiera vuelto sano de la guerra, ella podría haber sido Larita. Así que cuando llega Larita, la Sra. Whittaker la ve como más que una mera adversaria que le va a robar a su hijo, es la mujer que le ha robado la vida que ella podría haber tenido. Kristin es bella y glamurosa, pero estaba dispuesta a afearse para este papel, y es mucho más que la suegra".

"La Sra. Whittaker es una mujer muy anticuada", comenta la actriz británica Kristin Scott Thomas, "pero también es muy valiente y está decidida a seguir viviendo como siempre ha vivido a pesar de que su mansión se está cayendo a pedazos. Le horroriza que su hijo haya vuelto casado con una mujer mayor que él y tan poco apropiada, que encima amenaza con llevárselo a Londres, haciendo así que ignore sus responsabilidades de heredar la casa familiar. Siente que esta joven le ha usurpado la vida que podría haber tenido y reacciona violentamente hacia ella. Pobre Sra. Whittaker, siento empatía hacia ella, pero no sé si los espectadores sentirán lo mismo. ¡Es muy dura y a veces se porta fatal!"

"En un principio Kristin se mostró un poco reacia, porque decía que había interpretado ya a personaje similares, pero yo contraataqué diciendo que nunca había dado vida a una mujer así, y también le dije que iba a hacer lo mismo que con Colin, 'Te voy a afear", añade Elliott. "A veces a uno se le olvida lo impresionante que es Kristin, tiene una belleza sorprendente, pero cuando salía del trailer de maquillaje y peluquería, con su peluca gris y una ropa feísima, tenía un aspecto horrible. La primera semana lo pasó mal, pero luego me dijo '¿Sabes qué? Me encanta esto, voy a darlo todo'. Y de ahí en adelante, empezó a pasárselo fenomenal. Creo que mi momento favorito como director fue cuando le grité 'quiero más maldad tipo bruja de Disney' ¡y se partió de risa! '¿De verdad acabas de decirme eso?'".

"Ben Barnes acababa de interpretar al Príncipe Caspian cuando llegó a la audición. Yo conocía su trabajo porque me había dejado bastante impresionado con Stardust el año anterior, me parecía que tenía un brillo especial, que es algo característico de las grandes estrellas de cine", dice el productor Barnaby Thomson. "Todavía es muy joven y está encontrando su lugar en el firmamento de las estrellas, pero creo que tiene algo que le hará triunfar. Durante la prueba irradiaba encanto y juventud, y parecía entender muy bien de dónde venía su personaje".

"Cuando leí el guión", dice Ben, "me encantó la farsa y la comedia, pero la obra va mucho más allá de esa primera capa. Pronto aparece un trasfondo mucho más oscuro, con unos tonos mucho más sutiles. La combinación de esos elementos me parecía perfecta y sabía que tener a este loco australiano como director le añadiría un toque emocionante al proyecto", dice riéndose.

"Me encanta que Ben en el fondo sea un chaval", añade Stephan. "Es un niño en realidad así que es muy sencillo y natural, pero también es capaz de dejar ese aspecto infantil a un lado y ser un joven encantador. Con Jessica interpretando a un personaje de treinta años, sus escenas están cargadas de sensualidad".

Jessica describe cómo fue trabajar con Ben: "Ha sido genial y nos hemos hecho muy amigos. Creo que de cierta manera nos parecemos mucho en que para ambos era la primera vez que trabajábamos en una película de este tipo, así que siempre hemos estado buscando el equilibrio perfecto en cuanto al tono que queríamos transmitir. Tuvimos algunas escenas difíciles y conmovedoras, pero también hemos tenido muchos momentos cómicos alocados y Ben se ha convertido en un aliado genial con el que he podido probar nuevas ideas".

Aunque la casa esté cayéndose a pedazos, la familia sigue manteniendo los servicios de un turbio mayordomo llamado Furber, interpretado por Kris Marshall. Conocido por sus habilidades cómicas, Marshall accedió encantado a dar vida al personaje. "Furber es un personaje bastante raro. Es un poco misterioso a pesar de su aparente sumisión ciega. Como jefe del personal del hogar, probablemente sea el que más sepa de los problemas económicos por los que están pasando… cosa que en realidad le da igual. Cuando todo se vaya a pique va a ser el primero en subirse al primer tren y salir de allí escopetado", dice riéndose.

Mientras que Larita debe luchar contra la frialdad de la Sra. Whittaker, su cuñada le acoge inicialmente con los brazos abiertos. Kimberley Nixon interpreta a Hilda, "Creo que es la hermana pequeña más pesada del mundo", dice Kimberley. "Es muy infantil y está absolutamente obsesionada con los recortes de periódico, así que sabe perfectamente quién es Larita porque ha visto fotos suyas de cuando ganó el Grand Prix de Mónaco, ¡así que se emociona muchísimo al encontrársela en su casa! Para Hilda, Larita es la personificación del glamour y la belleza, es todo lo contrario a las mujeres de las que suele estar rodeada, su madre y su hermana mayor. Larita es como una bocanada de aire fresco, pero luego toda esa admiración y encaprichamiento se pervierten un poco según va avanzando la historia", se ríe.

El único otro familiar que parece aceptar la llegada de Larita es la hermana mayor de John, Marion, interpretada por Katherine Parkinson. "Doy vida a la hija mayor", dice Katherine, "y cuando leí el guión la descripción del personaje decía 'fornida, con una pequeña medalla con un crucifijo'. Quiero pensar que hemos eliminado lo de fornida, aunque sí hemos mantenido el crucifijo", dice riéndose. "La verdad es que es un personaje muy interesante porque es 'religiosa' pero a la vez es súper hipócrita. Larita es una mujer maravillosa, libre, emancipada, que lee mucha literatura picante, como El amante de Lady Chatterley, que Marion desconocía hasta entonces, pero que empieza a devorar en cuanto puede. Esa hipocresía es genial porque vive intentando decidirse entre esos dos caminos tan contradictorios, aunque creo que ella no se para ni por un segundo a pensar que esté siendo hipócrita, ¡todo va bien siempre y cuando rece un poco después de cerrar el libro!".


La ambientación de la época
Durante este periodo histórico Amelia Earhart intentó ser la aviadora que cruzara el Atlántico; Alexander Fleming descubrió la penicilina; Mickey Mouse apareció en Steamboat Willie, y se llevaban los vestidos de cabaret y la melena corta.

Según la galardonada diseñadora de vestuario, Charlotte Walter, vestir a los personajes de Easy Virtue fue 'un regalo'. Por suerte, es una amante de la ropa de época y llevaba mucho tiempo coleccionando piezas antiguas: "Ha sido genial poder trabajar con un reparto tan maravilloso. Stephan quería que todos los trajes de la película parecieran reales, pero quería un toque de humor. Fue muy gratificante vestir a Kristin, porque entendía perfectamente la ropa y el estilo y para dar con su aspecto eché la vista atrás hacia las dos mujeres que más han influido en mi vida, mi abuela y mi tía".

"El personaje de Colin va de 'tirado chic', y él también entendió el concepto y dio con la actitud correcta para llevar la ropa. Jessica era como un alien que llega a la campiña inglesa desde EEUU, es una mujer de mundo que ha estado de viaje por Europa, y Steph quería que se sobresaliera como tal. Decidí utilizar para ella una paleta de blancos y negros, con plata, crema y gris. Mucho ángulo recto, sin los volantes y los flecos sobrecargados tan típicos del art decó de la época. Contrasta totalmente con los marrones y verdes de la campiña inglesa. Se la ve tan elegante con la ropa, y se metió tanto en el papel que incluso tuvo el valor de llevar la ropa interior de los años treinta todos los días de rodaje, incluso cuando hacía temperaturas gélidas, para asegurarse de que no se perdía la forma y el look correcto que necesitábamos para su atuendo", añade Charlotte.

Jessica Biel coincide en pensar que la indumentaria es un elemento muy importante a la hora de retratar la época y dice que le encantó llevar los diseños. "Para esta película he llevado ropa alucinante. ¡De verdad que tenía ganas de llevarme todo lo que me ponía! Larita es una joven muy moderna, casi se adelanta a su tiempo. Sus vestidos son de corte muy fluido, con muchas líneas rectas, pero con un toque de estilo y de picardía. Al llevar todos los días esa ropa, mi personaje empezó a tener vida propia".

"Katherine era mi as en la manga", añade Charlotte, "fue genial. Toda su ropa me daba risa. Quise crear un estilo que transmitiera a una persona que no prestaba mucha atención a su aspecto, que seguía bajo la influencia de su madre. También fue divertido vestir a Kimberley Nixon que interpreta a Marion, la hermana pequeña. Quería parecerse a Larita y encontrar su estilo propio. Al principio lleva ropa bonita, pero práctica que casi seguro había pertenecido antes por su hermana mayor, pero luego llega Larita y empieza a prestarle pañuelos y broches".

Para describir el aspecto de la película, el director de fotografía Martin Kenzie dice que él y el director Stephan Elliott coincidieron en querer un look clásico con un toque moderno. "Rodamos en invierno", explica Kenzie, "y algunos días la luz era genial, tan brillante con toda esa escarcha invernal. También pensamos que un público moderno no se sentiría especialmente atraído hacia la historia si fuera una típica comedia romántica, así que intentamos darle un toque moderno utilizando movimientos de cámara enérgicos a la vez que intentamos mantener el estilo de época pero cubriéndolo todo de un barniz especial para actualizarlo un poco".

En cuanto al estilo de Elliott como director, el productor Thompson dice: "Tiene mucho talento en cuanto a cómo mueve la cámara, creo que es bastante arriesgado, sabe muy bien qué es lo que quiere captar con la cámara, y eso hace que uno se siente inmediatamente liberado".

El galardonado supervisor de maquillaje y peluquería Jeremy Woodhead habla del estilo que intentó crear para los personajes: "El guión se centraba mucho en los contrastes y queríamos subrayar lo diferentes que eran los protagonistas", dice. "Por ejemplo, para alguien como la Sra. Whittaker, que nunca se teñiría el pelo, la llegada de Larita con ese pelo tan rubio fue todo un escándalo para una señora de la alta sociedad rural. Jessica es morena, pero todos coincidimos en que queríamos a una rubia platino, con reminiscencias de Carole Lombard y Jean Harlow. El objetivo era hacer que brillara cada vez que entrase en una habitación", apunta.

Prosigue el diseñador de producción John Beard: "Desde el principio supe que Stephan quería algo que fuera un poco diferente visualmente. Ambas casas, Flintham y Englefield, tiene mucho carácter y teníamos que hacerles creer a los espectadores que todas las escenas ocurren en la misma casa, así que fue todo un reto para el departamento de arte. Stephan ha sido siempre muy entusiasta, ha sido un placer trabajar con él".

"El problema de las películas de época", explica Stephan, "es que me matan de aburrimiento. Tenía clarísimo que no quería que la mansión fuera como un objeto museístico, quería una casa de verdad y que se notara que está en horas bajas. Hablé con Giles, el director de localizaciones, y le dije que necesitaba una casa que estuviera en mal estado, en la que todo estuviera algo abandonado, tal y como aparece en el guión. También utilizamos un estilo muy años treinta para Larita, que cuando aparece vestida de plateado y blanco parece la típica estrella de cine de las clásicas películas de los treinta… que ha aterrizado de repente en Marte, en este viejo mundo agonizante. Menuda suerte que tiene Jess, que brilla como un diamante en todas y cada una de las escenas gracias a lo que tiene alrededor. Nos esforzamos mucho por crear ese mundo, eliminamos cualquier color vivo que hubiera alrededor para jugar con los tonos… Jessica es como una extraterrestre que llega en una nave espacial plateada, y eso se convirtió en un elemento importante en la que basamos nuestra paleta de colores".