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  El viaje de nuestra vida  (Bonneville)
  Dirigida por Christopher N. Rowley
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El viaje de nuestra vida reúne a tres de las actrices más laureadas de Hollywood; Jessica Lange, nominada al Oscar en cuatro ocasiones y ganadora en dos por Tootsie y Las cosas que nunca Mueren, Kathy Bates nominada a dos Oscar por Primary Colors y A propósito de Schmidt y ganadora de la estatuilla por Misery y Joan Allen, nominada en tres ediciones de los Oscar por su papel en Candidata al Poder, El Crisol y en Nixon. En el reparto también podremos encontrar a Tom Skerrit (Magnolias de Acero, Contact). La película está escrita y dirigida por el debutante Cristopher N. Rowley.


Acerca de la producción
Enmarcada en algunos de los paisajes más impresionantes del Oeste, protagonizan El viaje de nuestra vida Jessica Lange, Kathy Bates, y Joan Allen, como tres amigas muy íntimas que afrontan el viaje en carretera de sus vidas. Coprotagonizada por Tom Skerrit, dirige el film el debutante director cinematográfico Christopher N. Rowley a partir del guión de un compañero también debutante, Daniel D. Davis.

Pese a que Rowley y Davis se hallan en el mundo del cine desde no hace mucho, ambos gozan de gran experiencia en otros campos. Rowley ingresó en la Escuela de cine y televisión de la USC (Universidad de California del sur) tras licenciarse en arquitectura y comercio internacional, y haber cumplido con sus obligaciones en el negocio de arquitectura familiar. Por otro lado, Davis creció cerca de Pocatello, Idaho, donde se inicia la película, para luego licenciarse en Harvard y Georgetown, practicar derecho, y más tarde finalmente trasladarse a California para dedicarse a escribir.

Rowley nos explica: "Daniel Davis y yo siempre nos reunimos y hablamos de proyectos e ideas que se nos ocurren. Hizo una lista con cinco de ellas; una era El viaje de nuestra vida: este viaje por carretera que emprenden las tres mujeres; instantáneamente me sentí atraído". Y Davis sigue: "Cuando Chris acabó la escuela de cine, cierto día me dijo mientras almorzábamos que le gustaría que El viaje de nuestra vida fuera su primera película. ¿Quién conoce a alguien que salga de la escuela de cine, diga algo así, y lo convierta en una realidad? Confió en mí, yo en él, y aquí estamos".

Rowley trabajó estrechamente con Davis en el desarrollo del guión, a quienes se unió John Kilker, compañero de la USC y socio de Rowley. Davis explica que la historia de El viaje de nuestra vida en realidad es intensamente personal: "La inspiración para los personajes principales proviene de mi propia vida: mi abuela Arvilla, mi tía Carol y Margene Criddle, una muy buena amiga de la familia. Mi abuela era unos cuantos años más joven que mi abuelo. Cuando éste falleció, ella parecía haber perdido la razón de vivir, todo interés en la vida; enfermó y murió sobrepasados los setenta años. El viaje de nuestra vida surgió de mi deseo de un final más feliz para una circunstancia así, una en que el pesar ceda terreno a la conciencia de que hay otra vida llena de aventura y de cosas por descubrir más allá".

En 2003, Rowley y Kilker vieron Vías cruzadas (The Station Agent, 2003), película producida por Robert May, de SenArt Films. Éste nos explica: "En base a la sensibilidad de Vías cruzadas, John consideró que podíamos estar interesados en El viaje de nuestra vida, de tal modo que nos envió un borrador de una de las primeras versiones de El viaje de nuestra vida, y lo cierto es que la idea nos llegó al alma: ese viaje por carretera de las tres mujeres. Quedaba año y medio para el inicio del rodaje y empezamos a trabajar en ello juntos para lograr que el resultado se ajustara todo lo posible a esta historia sorprendente que hoy narramos".

Cuando fue el momento para el reparto, los realizadores estaban decididos a lograr algunas de las actrices de cine más legendarias. Rowley explica: "Cuando empezamos a buscar actrices, me asistía la confianza en el guión. Sabía que Robert, John y Dan creían en él. Sin embargo, fue todo un logro que Jessica Lange, Joan Allen y Kathy Bates respondieran al guión en el proceso de realización del film".

A propósito de Arvilla, Lange nos dice: "En cierto momento de su vida, tiene suerte de conocer a un hombre que le brinda ese regalo, una vida tremendamente emocionante que le abre a nuevos mundos. Les imagino como una de esas gran parejas que devienen absolutamente inseparables y participan de algún tipo de simbiosis, donde en cierto sentido se intercambian los papeles. Así las cosas, la película se inicia cuando ella le pierde y tiene que replegarse e iniciar este proceso de pesadumbre; lo que me atraía del guión era cómo llevar el personaje a través de esto, en un periodo de tiempo simbólico, como metafórico. Es decir, que se contemple la evolución de una persona que está pasando por ese proceso penoso. Es todo un viaje de autodescubrimiento".

Lange se incorporó para encarnar a Arvilla, y entonces los realizadores se acercaron a Bates para ofrecerle el papel de Margene. La actriz admite: "Si he decir la verdad, la historia me encantó nada más leer el guión por primera vez. Sin embargo, mi personaje, Margene, me pareció que era un poco carente de matices. Por lo que me puse a pensar lo suyo en torno a la cuestión y empecé a enviar notas, y entonces, pasados algunos meses, empezaron a estar listos para empezar la película y me enviaron un nuevo guión: me gustaron mucho las diferencias y complejidades que añadieron a Margene. Se me había hecho esencial que mi personaje fuera una persona completa, de carne y hueso, y no simplemente alguien a quien se le da todo el rato unas líneas breves de diálogo".

Allen fue la última de las tres mujeres en incorporarse, sustentando su decisión de participar en la apreciación que "aquí hay tres personajes femeninos que no encuentras muy a menudo en los guiones, con un viaje que emprender de los auténticos. Y además me encantaba la posibilidad de trabajar al lado de Jessica y Kathy, con las que nunca había hecho nada. Hablé con Jessica antes de decidir entrar en el proyecto, y ella me habló de lo mucho que le interesaba hacer una road movie dado que nunca había hecho una. En cuanto sacó este argumento a colación, empecé a pensar que este género alberga un sentido de libertad, la idea de ir por ahí en coche y de lograr irse".

En lo referente a la preparación, cada actriz se inspiró de modo distinto. Lange optó por un enfoque simplista: "En ocasiones, cuando se prepara un personaje, tienes un estilo, una mirada, tienes algo que es externo a él, y este personaje deseaba mantenerlo tan simple y natural como fuera posible debido a todo por lo que está pasando. La quería con una cierta clase de transparencia y vulnerabilidad, en este momento de su vida, que fuera muy diáfano para el público".

Entre tanto, Allen se sumergió en la cultura mormona, y explica que "dado que mi personaje se halla tan ligado a esa religión, vine una semana antes que invertí con gente de esa iglesia. Me llevaron a sus casas y a sus iglesias, y me ayudaron inmensamente a comprender su credo de un modo que no siempre es posible sólo con la lectura de libros".

Con respecto a trabajar con un reparto tan impresionante, Rowley se aseguró de estar a la altura. "Con el tiempo que llevábamos ocupándonos del guión, éste se había alojado en lo más profundo de mi alma. Y llevaba ya seis meses preparando mi labor como director, en los que me sumergí en esos personajes y me organicé para aquellas actrices". Bates está de acuerdo: "Cuando estábamos comenzando a trabajar el guión, insistimos mucho a Dan y Chris en torno a lo que nos parecía adecuado para los personajes y lo que creíamos que se dirían de verdad mutuamente. Y Chris aparecía en cada recodo del proceso con sus profundas reflexiones acerca del guión y de los personajes. Conocía a esos personajes realmente bien, es muy bueno en lo referente a la profundidad de las emociones, tiene capacidad de penetrar muy adentro de los seres humanos con alma sabia. Me da la impresión de que va a ser un director cinematográfico muy bueno. Parece estar haciendo exactamente lo que debe hacer. Y en eso consiste dirigir películas".

Lange prosigue: "Los directores debutantes presentan dos aspectos. Saben lo que quieren; pero lo que han de aprender es cómo trasladarlo a los actores. Existe un modo muy específico de dirigirse al actor que éste necesita y creo que lo que se produjo fue un proceso de descubriendo que evolucionó a medida que avanzábamos con el film". Sin embargo, Rowley se creció con el desafío, y Allen le admira cuando dice: "Creo que una de las grandes bazas con que cuenta es la paciencia y la amabilidad. El director ha de generar un entorno y ambiente en el que podamos sentir que podemos abrirnos, y Chris lo consigue".

Con las tres mujeres a punto, los realizadores comenzaron a buscar un reparto secundario adecuado. El papel del camionero simpático tornado improbable pretendiente lo encarna Tom Skerritt; y Christine Baranski se incorporó como Francine, la nieta de Arvilla. El guionista Davis se muestra exultante: "Christine da cuerpo a la complejidad de las emociones de Francine para con Arvilla, para que comprendamos que sus acciones se explican por el dolor y no por pura mezquindad. Y el Emmett de Tom es a un tiempo amable y varonil; Tom vertió tiempo conmigo para crear un pasado con que fundamentar su relación con la mujeres. Un guionista puede sentirse afortunado si colabora con gente que puede aportar una visión compatible, y bendecido si colabora con artistas cuyo trabajo genera unos resultados que sobrepasan su propia visión. El reparto hizo exactamente eso para El viaje de nuestra vida".

El último reto en el reparto lo constituía el papel de “Bo”, el joven autostopista con quien se cruzan las mujeres en su travesía. Rowley explica: "¿Cómo lograríamos dar con alguien de unos 18 a 20 años que tuviera inocencia, magia y ese espíritu dulce?» Cuando Victor Rasuk, que fue objeto de gran admiración y atención de la crítica por el film independiente Raising Victor Vargas (2002), atrajo la atención de los realizadores, supieron que habían encontrado a Bo". Y Rowley sigue: "Sorprendentemente, Victor posee un espíritu maravilloso y amable para alguien que sólo tiene 21 años. Le aguarda un gran futuro".

Con el reparto a punto, los productores empezaron a planificar los detalles finales del rodaje. Con base en Salt Lake City, la producción de se alargó durante seis semanas del otoño de 2005. El productor John Kilker aporta: "Estuvimos por todo el estado de Utah y no se trata de un estado pequeño: desde lo más extremo del noroeste del mismo, en los Salt Flats, hasta el extremo opuesto, en lo más meridional del sudoeste, en Lake Powell". El rodaje también trasladó a reparto y equipo técnico a Bryce Canyon, Las Vegas y California.

Bates continúa: "Hemos estado en el desierto, en los Salt Flats, en el agua… hemos estado por todos esos lugares, y podría pensarse que ha sido difícil para los actores, pero en realidad los actores están muy protegidos todo el tiempo por el equipo técnico. De hecho es el equipo técnico el que acaba por tenérselas con todo los elementos, lluvia, nieve, y frío. Imagino que para ellos este rodaje ha sido particularmente difícil, porque lo que es yo he disfrutado cada minuto".

Cuando se inició el rodaje, todos nos impresionamos por la camaradería que se generó entre reparto y equipo técnico. El productor Robert May nos explica: "Hemos organizado un equipo técnico sorprendente. Cada uno de ellos tiene una química muy especial, no sólo el reparto, que ha sido muy especial en verdad: maravilloso en pantalla y maravilloso con la amistad que brindaron en el plató; pero también hubo una química especial en el equipo técnico, y la fe ciega en la historia es digno de remarcar". Rowley continúa: "Todo el proceso ha devenido mucho más de lo que me hubiera podido esperar y soñar. Ha habido una colaboración magnífica. Muchos de nuestros jefes de departamento provienen de una esfera presupuestaria en torno de los 100 millones de dólares para trabajar en nuestro film. Jeffrey Kimball, el director de fotografía de filmes como Top Gun. Ídolos del aire (Top Gun, 1986) y M.I.-2: Misión imposible 2 (Mission Impossible II, 2000), vino a nuestra película porque quería hacer algo cargado de significado. Todos respondieron de modo muy entregado a nuestro guión. Todos albergaban una razón para estar aquí".

Allen dice apasionada: "Nos hemos divertido y reído mucho. Fue muy divertido hacer la escena en el casino de Las Vegas, donde mi personaje consigue 176.000 dólares y se pone a chillar y a agarrar un vaso de vodka por accidente bebiéndoselo a renglón seguido; fue muy hilarante. Pero además hemos tenido que ir a algunos de los lugares más sorprendentes. Me encantó estar en Lake Powell y trabajar en el buque-casa. Lo que quiero decir es que el premio extra al hacer el trabajo ha sido haber tenido que ir a esos lugares increíblemente bellos en los que nunca he estado".

Creció una innegable química entre las tres actrices, o como Rowley explica: "Era increíble observar cómo interactuaban esas mujeres; a decir verdad, se hicieron amigas a lo largo del proceso. Hacia el final de la película, era como una fiesta de pijamas". Lange describe su experiencia con Bates y Allen: "Había algo perfecto en el equilibrio, en la dinámica de las tres, en cuanto aportábamos a los personajes, y en cómo crecía nuestra relación. Es uno de esos extraños casos en los que no es posible dar una explicación, pero en el que hay un cierto estado de gracia y una cierta dinámica que ha funcionado muy bien para los personajes y también para narrar la historia".

Bates secunda los sentimientos de Lange, y continúa: "Ha sido un placer inesperado. Nunca se sabe por lo que vas a pasar cuando te unes a un grupo de gente para hacer una película. Me sentí muy cómoda y relajada, capaz de ser auténtica, yo misma. Todos logran ser ellos mismos y devenir apreciados por quienes son, y así ha sido mi experiencia trabajando en esta particular película, siento que he logrado ser yo misma, y que se me ha estimado por eso. ¿Qué hay en el mundo que sea más maravilloso?".


Impresiones del director
"En 1999, ingresé en la Escuela de cine y televisión de la USC con una gran sensación de determinación y libertad. Mi experiencia cinematográfica previa se limitaba a un film industrial que realicé en 1995 acerca de la historia del negocio de mi familia. Fue durante la realización de esta película que sentí gran atracción por el proceso de realización de un film, un lugar donde todas mis pasiones experimentadas con anterioridad podían combinarse y cobrar vida.

Cuando más me sumergía en el proceso de filmación, más me encantaba. Por encima de todo, aprendí a respetar un proceso que se acomete colectivamente; es la oportunidad de integrarte en un increíble grupo de personas que se han reunido para hacer algo creativo. Por encima y más allá de narrar y crear un film, lo que me empuja a esto es el proceso y el modo en que la gente se involucra y comporta, y cómo siente el desafío. A eso es a lo que aspiro: a estar rodeado de artistas que se lo toman profundamente en serio y que se sienten lo suficientemente cómodos como para retarse mutuamente con miras a crear el mejor trabajo posible.

Con tales aspiraciones, fundé en 2001 Drop of Water Productions, un sello de producción de películas y nuevo media. El envite comenzó con nuestro primer proyecto, el corto The Remembering Movies (2001). Muy poco después, comenzamos a desarrollar El viaje de nuestra vida.

La cinta se concibió mayoritariamente en comidas, hace más de tres años. Nuestro guionista, Dan Davis, me propuso algunas ideas. El viaje de nuestra vida era una de ellas. Desde que escuché la historia, supe que éste era un film con el que arrancar mi carrera como director de cine. Nuestro proceso generó en mí un gran amor por esta historia y esas mujeres. Son reales y sólidas, tienen gran compenetración. Cuando el guión comenzó a tomar forma, decidimos que se desarrollara en la carretera. En aquel momento, esto nos pareció una gran idea pero con pocas posibilidades comerciales, pues poca gente se interesaría en una película con unas mujeres maduras. Eso siempre me ha sorprendido, pues se trata del tipo de actores con los que siempre he querido trabajar. En 2003, John Kilker [uno de los futuros productores de El viaje de nuestra vida] se presentó en Drop of Water Productions con el objetivo inmediato de realizar El viaje de nuestra vida. Tras meses de ir puliendo el guión, acabó en SenArt Films, donde Robert May abrazó con suficiente ímpetu la idea de realizar El viaje de nuestra vida con el espíritu con el que imaginamos la cinta. Este contacto activó el primero de los muchos encuentros que fueron produciéndose a medida que poco a poco tirábamos adelante el objetivo de llevar esta pequeña historia a la pantalla de los cines.

Lentamente pero con determinación, el guión se abrió paso a través de agentes y managers y entonces comenzó a cobrar vida. Lo superó todo. Lo más importante es que llegó a lo más hondo de los actores, y de unas actrices que supieron responder a nuestras heroínas. Todos esos esfuerzos culminaron en un reparto insuperable: Jessica Lange, Kathy Bates, Joan Allen, Tom Skerritt, Christine Baranski, y Victor Rasuk. En mi condición de director debutante, me sentía tan emocionado como abrumado ante el increíble desafío que todo esto significaba. No pude esperar más para compartir mis ideas, escuchar las de los demás, todos aportando algo especial a sus personajes y al film en su conjunto.

Se produjo la misma magia cuando comenzamos a forjar el equipo técnico. Mucha gente se identificó con diversos aspectos del guión a un nivel tan personal que jamás lo hubiera previsto. Es un film con corazón. La ocasión de poder realizar algo con alma. La oportunidad de hacer algo pequeño donde todavía se honra el proceso… Todos esos halagos se resolvieron con un equipo que incluye a Jeffrey Kimball como director de fotografía, Sue Gandy como diseñadora de vestuario, Chris DeMuri ejerciendo de diseñadora de producción, Eric Pot como director artístico, así como todo un elenco que hizo posible que el rodaje de El viaje de nuestra vida fuera un absoluto gozo.

El trayecto que supuso crear El viaje de nuestra vida se asemeja mucho a nuestra película en muchos aspectos. El viaje de nuestra vida analiza a la gente dando con el rumbo de su vida sin ni siquiera ser conscientes de que en primer lugar están perdidos. Trata de aspectos universales, cotidianos, en lo referente al autodescubrimiento, la muerte, las relaciones con los demás, el poder del amor y la imagen de la amistad. Me agrada la exploración de encuentros improbables y las posibilidades, compenetraciones y crecimiento personal que pueden derivarse de ello. Me encanta observar a nuestras mujeres mirando al mundo lentamente, y a las posibilidades que el mismo encierra, para abrirse a la posibilidad que aguarda fuera de ‘la caja’ en la que estaban viviendo, aprendiendo a creer en ellas mismas.

Todo el proceso fue muy divertido, mágico… un reparto y equipo técnico con el que me sentiría muy honrado de volver a trabajar una y otra vez… cuyos corazones y mentes estuvieron con nosotros a una a lo largo de todo el trayecto"
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